jueves, 29 de septiembre de 2011

Realidades

Tampoco me importa el mío
Y por eso hoy quiero contarles que desde el jueves pasado, a partir de mi relato denominado Espejos, decidí publicar, por el tiempo que duren mis recuerdos de niña, cuentos en los que como siempre, se mezclará la realidad con la ficción. Y será verdad, aunque vos no lo creas, que en ocasiones, esa realidad superará por lejos el imaginario popular.
Cuentos que, como ESPEJOS,  reflejarán REALIDADES , de ayer y siempre en este paisito que supimos conseguir. En esta Argentina nuestra, en que la injusticia social está instalada, y no quiere claudicar, ni abdicar ni ser erradicada...nada de nada. Por lo tanto, y aunque las narraciones que pertenecen a esta selección, están ambientadas hace tiempo y a lo lejos, los aconteceres de fondo, las cuestiones que pretendo reflejar, no son diferentes de las que hoy suceden a pesar de los años transcuridos.
Eso sí, vamos cambiando las formas, de acuerdo al avance de los organismos defensores de los derechos humanos y a una ligera legislación al respecto.
Ya no tenemos esclavos y esclavas, como en la época de la colonia...(y si te estás preguntando de cual de las colonias en las que de una u otra manera seguimos inmersos, te contesto que hablo del 1800 poco más o menos) Si no te parece, basta con mirar nomás como fue transformándose la esclavitud socialmente aceptada, por la disfrazada, o por la clandestina. A saber: dentro de la primera caracterización, los "criados y criadas" en "encumbradas" familias norteñas siguen existiendo, la mano de obra barata en la construcción también. Respecto a la segunda opción, la trata de personas, las esclavas sexuales, los esclavos y esclavas costureros/as, los esclavos y esclavas fileteadores de pescado...
Todo esto y mucho más sigue sucediendo a nuestro alrededeor, aunque pretendamos avanzar al ritmo del primer mundo, aunque nuestra estructura sea tan burguesa que no nos permita verlo, esta es una realidad circundante y, nosotros pueblo, deberíamos intervenirla, pienso ahora, para intentar el cambio que de lo contrario nunca nos será dado.
Y como siempre, gracias por leer mi blog. Espero opiniones, críticas y halagos también ¿Vale?
¡Hasta el jueves próximo!  Buena vida
Lu
La frase para mirarse hacia adentro:
Mientras más realidad enfrentamos, más nos damos cuenta de que la irrealidad es el programa principal del día.
John Lennon
Acá no zafás
(para eso  me hice “bloggera”, para publicarme...¡así que leé la entrega Nº 33 de la suelta de mis letritas!)
Realidades
Ocho años teníamos y poca televisión.No conocíamos las computadoras, blackberry, wii, tablet, mp 3, mp 4, pantalla LCD, etc, etc, etc...
Jugábamos; con las sombras que reflejaban las luces de los autos en las nochecitas correntinas, los caminos de hormigas, la rayuela, el antón pirulero, y martin pescador. Las estatuas y escondidas dentro de los favoritos. También los charcos y los cordones que nos precipitaban sin más y ante el menor descuido a las cunetas de aguas verdosas. Saltear baldosas rotas, caminar por tal o cual sector de la vereda, contarnos historias de apariciones, novios besándose y cementerios. Cuando veíamos mujeres con panzas de bebés, discutíamos sobre la existencia, o no, de la cigueña. Las más osadas, arriesgaban su opinión sobre como aparecían los bebés en esas panzas diciendo que eso pasaba cuando los papás y las mamás "lo hacían"...Entonces, algunas, nos quedábamos mirando con caras de sabiondas, pero la verdad es que no entendíamos que era eso que "hacían".
Lo misterioso estaba a la vuelta de la esquina, lo cotidiano se nos hacía dulce, rodilla ensangrentada, tirón de orejas, riñas, abrazos y viceversa. Los cuentos nos transportaban y nuestra imaginación tenía como único límite el grito de nuestras madres diciéndonos que ya era hora de dormir, o de estudiar, o lo que ordenaran sin titubeos y a viva voz.
En lo personal, iba a un colegio religioso....como correspondía a las "niñas bien"
Colegio al que además de las Carmencitas, o Elenitas, concurrían las Carmen o Elena, o Ramona, a secas. A las de este último grupo, yo no podía invitar a tomar la leche y como toda respuesta ante mis interrogantes, mi madre solo decía, "mejor otro dia", así que yo, mientras seguía esperando, empecé a sospechar que algo no andaba bien Algo no me gustaba de esas evasivas.
Esas chicas vivían en el campo, decía también mi madre, y agregaba que por eso vivían con las monjitas que eran tan generosas y caritativas. Les daban albergue y comida, qué mas.
Un día, ante la pregunta de la hermana Elizabeth, quien mostrándonos una regla de madera intentaba saber de quién era, la Carmen le decía, mirando el piso, _ Es de mi _ y la monja, como única respuesta contestaba_ Es mía. Entonces la Carmen insistía, un poco asustada creo yo, _Es de mi _ y la monja de nuevo, que no; que es mía.
A esa altura de los acontecimientos, la Carmen no se aguantó y se puso a llorar desesperada, y yo, que siempre me ponía del lado de los perdedores, salí corriendo le arrebaté la regla a la hermana, y abrazando a mi compañera, se la di, susurrándole al oído: "solamente decile a la polleruda:es mía". Carmen, por primera vez, levantó la vista, pero no la voz, y dijo, secándose las lagrimas: " Es mía".
A partir de allí, fuimos amigas inseparables, a partir de allí las monjas empezaron a llamar a mi madre con frecuencia y luego mi madre me sermoneaba intentando persuadirme para que dejara de juntarme con Cármen y volviera a jugar con Elenita, Carmencita y no sé cuantas itas más.
A partir de allí, supe que Carmen no podia ir a mi casa, porque tenía que limpiar su cuarto, los largos corredores, la capilla, lavar su ropa y, también, los platos, luego de la cena.
Pude ver claramente, a pesar de mis pocos años, que no existía tal generosidad, que a mi amiga le costaba muy caro, el hecho de vivir en ese internado, tanto que no le quedaba tiempo para jugar por las tardecitas a las estatuas o las escondidas...
A partir de allí comencé a vislumbrar la existencia de realidades distintas a las mías y entonces, creo, comencé a crecer ...

jueves, 22 de septiembre de 2011

Espejos


Tampoco me importa el mío
Y por eso hoy,quiero compartir un "paneo"de reflexiones, un poco inconexas entre sí, pero es que tengo poco tiempo y muchas cosas para decir. 
Vaya a modo de disparador entonces, para próximas entradas.
¡Y llegó la primavera! Bueno, a menos eso se dice. Es que aquí en Ushuaia, hace más frío que en el mes de junio. De hecho estuvo neviscando. Eso sí, los pajaritos tal vez tengan un reloj biológico que los hace cantar y desparramar sus trinos a los 4 vientos (y cuando digo vientos soy literal) a partir de mediados de septiembre. Y esto me lleva a otras dudas: ¿Dónde se guardan cuando nieva, cuando la mayoría de los árboles están desnudos, cuando no cesa el viento?...
El 2do temita de hoy es el de los espejos, tal el título del cuento que hoy les convido. ¡Cuánto para hablar de ellos! Tanto que lo dejo pendiente para el próximo jueves, mientras tanto, les propongo el difícil ejercicio de situarse frente a uno y sostener la mirada de la imagen reflejada, y hacerse amigos de ella...acariciarla y escucharla también claro está. O sea, hoy les dejo tarea para el hogar.
Y hablando de tareas...¡que excelente tarea realizaron algunos docentes y algunos estudiantes del IPES! (Instituto provincial enseñanza superior, para quienes no son de Ushuaia y me están leyendo)
Una pena que a pesar de que fueron lo suficientemente difundidas no hubo participación de mis colegas escritores y escritoras. La conferencia de Martín Kohan sobre el canon literario, no tuvo desperdicios. Tampoco el taller literario organizado por Walter. el bibliotecario más comprometido con su ser docente que conozco, en el cual se leyeron autores latinoamericanos, entre ellos, como corresponde, autores fueguinos. 
Estas y otras actividades maravillosas que demandaron un esfuerzo,(obra de teatro, ponencias, etc) lamentablemente sólo fueron disfrutadas por unas pocas personas.      
¡Ojalá el año próximo sumemos más concurrencia!Me quedo acá con ganas de contar sobre los dichos de Koan, pero ya me extendería demasiado, así que lo dejo pendiente para otro jueves también.
Y como siempre, gracias por leer mi blog. Espero opiniones, críticas y halagos también ¿Vale?
¡Hasta el jueves próximo!  Buena vida
Lu
                                   La frase para mirarse hacia adentro:
Al río que todo lo arranca lo llaman violento, pero nadie llama violento al lecho que lo oprime.
Bertolt Brecht

Acá no zafás
(para eso  me hice “bloggera”, para publicarme...¡así que leé la entrega Nº 32 de la suelta de mis letritas!)

Espejos
Era una de esas siestas correntinas, pesadas, aburridas...
Esas siestas que nos invitaban a desafiar a los adultos, a transgredir las normas, a hechar a volar la imaginación más allá de lo permitido.
La casa era la típica casa chorizo, de amplia y larga galería, a la cual daba cada una de las puertas de las habitaciones, incluído el baño. Habitaciones que obviamente se comunicaban entre si por una puerta interna. Solamente la cocina quedaba excluída de esta suerte de logia habitacional.
¡La cocina! Amplia, con su reina en el medio: La mágica cocina económica, que no solo permitía cocer los alimentos para el cuerpo, sino también alimentaba nuestras fantasías infantiles respecto a conjuros mágicos y pócimas.
Pisos de ladrillo, acoto aunque sea una obviedad.
Los dormitorios, con su roperos enormes, pura madera, puro ébano. Negros, oscuros, pesados. Tres puertas. A saber: la puerta del medio, enorme, flanqueada por dos menos imponentes, pero no por eso pequeñas y, cada una de ellas con espejos acordes a sus dimensiones
Y fue en una de esas siestas, decía al principio, cuando se me ocurrió transgredir la más importante norma de convivencia de una familia burguesa. Venida a menos, claro, pero ideológicmante burguesa con el condimento justo que ofrece para ello el norte argentino. Es decir: ancestralmente burguesa, por herencia, de derecha... ¡Y por esas cosas de la vida mi familia!
Silencio cuasi mortecino interrumpido, a veces, por los ronquidos de mi padre. Ni una mosca, nada que cortara esa interminable siesta y yo solita y aburrida, pensando que en la habitación de servicio estaba Gerónimo, un niño de mi edad, pero "distinto".
Él era "un criado"...yo "la niña" Eso respondía mi madre, cuando yo preguntaba porque no podía jugar con Gero, "que era más bueno, que en la escuela me cuidaba, que cuando la trenzuda me quiso arrancar el pescuezo, él la golpeó y por eso fue a parar a la dirección, y nadie lo defendió...y cuando intenté hacerlo me dijeron que cerrara el pico..." Como siempre, este monólogo terminaba con un grito de mi madre que me mandaba a mi cuarto, a pensar, diciendo que no podía entender porqué yo le daba tantos dolores de cabeza.
Sí eso decía mi madre. Y yo no entendía lo que ella decía y, tal parece, ella no entendía lo que yo decía...
Claramente, yo desde chiquita iba por otro camino...Por eso nomás, salí esa siesta a hurtadillas de la casa y fui a buscar a mi amigo prohibido a su habitación, que quedaba en el fondo del patio. Por eso nomás, lo metí en mi casa de prepo, por eso nomás, lo llevé a mi cuarto y...¡No entendí, entonces, porqué salió disparando, asustado,  y diciendo:"vi un niño en la puerta del ropero"...