jueves, 31 de enero de 2013

De trenes y azares I (continuación)

                                      Tampoco me importa el mío
Y por eso, hoy voy a decir que luego de una semana de convivir con adolescentes, vuelvo a asombrarme del paso del tiempo. ¡Hace cuánto que ya mi hija dejó de serlo!
Y no puedo dimensionar ese "cuánto", porque creo que fue hace apenas un par de años que ella pasó por esa etapa tan difícil -para los que adolecen y para las familias- Y me doy cuenta que no : no pasaron un par de años, pasaron ya entre 4 y 6 años...Desde que terminó el colegio, exactamente 6...
Y esto viene a cuento porque retumba el tic tac del tiempo en mi cabeza...porque pasan los años, pasa la vida y en lo personal, siento que algunas casas no cambian.
Pero también viene a cuento, porque me parece que es muy difícil criar chicos adolescentes y salir ilesos. Siempre algo se gana y algo se pierde. Y no lo he sentido en el mientras tanto, no me he dado cuenta de ello, pero en una mirada retrospectiva me doy cuenta que cada día tenía que sacar por aquel entonces una carta debajo de la manga, usar una nueva estrategia y continuar el camino.
Y eso es lo difícil creo. No doblegar los propios  ideales y valores pero a la vez respetando los de los hijos/hijas para no generar personalidades sumisas, sin identidad ni poder de decisión. No ser autoritarios, pero a la vez marcar la diferencia entre ser los responsables de la vida de nuestros hijos, y los amigos. No ser en tal caso "enemigos", pero tampoco bandearse y ser "pares". Tener la palabra precisa en el momento justo, atendiendo a todo lo que -psicología de por medio- sabemos hoy que le sucede a los humanos en esta etapa de crecimiento.
¡Y cuánto más difícil con los adolescentes que por una u otra razón no tienen a su familia primaria! Difícil para los tutores, digo, para los que deben pasar a cumplir el rol de mamá o papá...De todas maneras, soy una convencida que el amor todo lo puede...que si la siembra fue buena, a la larga se verán los frutos...
Como siempre, gracias por leer mi blog. Espero opiniones, críticas y halagos también. ¿Vale? ¡Hasta el jueves próximo! Buena vida.
  Lu
La frase para pensar:
El movimiento de las olas, día y noche, viene del mar, tú ves las olas, pero, ¡Qué extraño! No ves el mar.
                               Rumi
Acá no zafás:
(para eso  me hice “bloggera”, para publicarme...¡así que leé la entrega Nº 92/parte 3) de la suelta de mis letritas!)
De trenes y azares I
Es tal el apuro de Luciana que abraza a su hada madrina al tiempo que se le quiebra la voz diciéndole lo agradecida que está y se sube al auto, que arranca antes aún de que ella cierre con firmeza la puerta del vehículo. Solo entonces se da cuenta que ni siquiera sabe el nombre de esa maravillosa mujer que tanto la ayudó, que no tendrá posibilidad alguna de comunicarse con ella, ya que no registró su número de teléfono, su mail, ni dato alguno que le sirva para contactarla una vez que esté relajada y tranquila en Barcelona.
¿En Barcelona? Se da cuenta que aún no sabe cual es la próxima jugada del destino y a partir de es instante todo sucede vertiginosamente.
El chofer, que observa por el espejo retrovisor, intenta sacar a su pasajera de esa “pesadilla “que parece estar atravesando. Hace comentarios sobre la velocidad de su auto, el tiempo que tarda habitualmente para realizar ese camino, habla también sobre el mejor recorrido atendiendo a las condiciones del tráfico en ese horario. En tanto Luciana, en un ataque mezcla de histeria y ansiedad, no deja a de mirar el reloj y de suspirar, sin poder prestar atención a los bien intencionados comentarios del hombre.
¡Semáforo de mierda! Grita sin poder controlarse cuando se da cuenta que el auto se detiene, y ve rojo fuego, rojo sangre, rojo “prohibido” pasar…rojo “prohibido llegar”, se dice y rompe nuevamente en llanto…
A esa altura de los aconteceres,  el chofer frunce el ceño y piensa que luego de haber pasado tantas horas al volante, más el cansancio acumulado en la jornada, hubiera merecido alguna pasajera más tranquila que esa argentina descontrolada que le tocó en suerte, y comienza a impacientarse también.
-Señorita, cálmese, que estoy haciendo todo lo posible para dejarla en Donostia minutos antes de las 19. Que tampoco es mi responsabilidad si pierde su tren, pues se dará cuenta que la que se metió en semejante embrollo fue usted solita mujé…
-Si, si…discúlpeme…tiene usted toda la razón…gracias por intentarlo…perdone…si es cierto, la idiota en tal caso soy yo…
-Qué no tía, tampoco es para tanto…Mire que estamos llegando y ya está usted un poco mejor. En la próxima calle doblo a la izquierda y verá la estación de trenes. Aún faltan 2 minutos para las 19…
Saca su billetera, Luciana, busca el pasaje de tren para llevarlo en la mano, abona la tarifa y deja un vuelto generoso de propina para compensar al remisero que se portó estupendamente bien.Se arroja del auto, corre en busca del andén 3, hay demasiada gente…es hora pico y la estación está repleta. Corre, esquiva valijas, personas. Baja una escalera, pasa por debajo de los andenes 1 y 2, sigue corriendo en zigzag, tal la cantidad de personas. En un flash recuerda la misma situación en la estación de Once (Plaza Miserere) y la maldita misma hora en que debía volver a su casa, en el este de Bs As. Sube de nuevo, trastabilla en la escalera, alguien la “ataja” para que no termine rodando por los escalones, pierde su pasaje en el intento de no caerse, gira desesperada sobre si misma, cuando ve a un niño extender la mano a la vez que dice “Oiga, que se le ha volado el billete del tren” Recupera su “pase hacia el reencuentro”  y finalmente sale al andén 3…
Llega justo a tiempo…para escuchar el chirrido del “quetrenquetren” que empieza a acelerar y ver el último vagón del tren que debería haberla llevado hacia Adrián.

jueves, 24 de enero de 2013

De trenes y azares I (continuación)

Tampoco me importa el mío
Y por eso hoy voy a ser muy breve. No quiero dejar de publicar , habida cuenta que les debo la continuación del relato del jueves pasado.
A propósito del relato, otra vez continuará, siendo esta la novedad de momento respecto a mis textos. Al ser un poco más extensos que los habituales, debo publicarlos por partes. Espero que no decaiga el interés entonces de la lectura, sino que por el contrario, les genere un poquito de intriga y esperen el próximo jueves con más entusiasmo aún por saber como continúa. Si logro despertarles ese sentimiento, pues...¡estaré muy satisfecha con mis producciones!. De lo contrario, tendré que revisar los textos y encontrar la falla, y en el mientras tanto, retomar mis textos breves.
Tendré una semana muy ocupada, y estoy organizándome para ello. Desde el martes 22 hasta el 29, estarán en casa mis sobrinos Belén y Martín de 15 y 17 años respectivamente. Son los hijos de mi prima Anamaría...
Por eso es que estoy preparando esta edición el lunes 21.
A propósito de destino, increíblemente estoy reencontrándome con antiguas amigas, esas con las que, por las vueltas de la vida nomás, hemos dejado de vernos. Y no son encuentros programados, solamente se van dando así como así...o así como las vueltas de la vida nuevamente que a veces parecen ser circulares. ¿O será que siempre lo son?  
Siempre es un placer reencontrarse con gentes que por alguna u otra razón estuvieron muy presentes en nuestros  caminos. Reencontrarse y redescubrirse. A veces la memoria nos juega una mala pasada, pero la voz y la vivencia tan nítida y detallada del otro/otra con la que relatan algún suceso hacen que, él mismo, regrese a nosotros con mucha fuerza. 
Es todo por esta vez. Con tan escaso tiempo no he podido revisar algún tema que pueda ser interesante para una buena parte de las personas que siguen esta página.
Como siempre, gracias por leer mi blog. Espero opiniones, críticas y halagos también. ¿Vale? ¡Hasta el jueves próximo! Buena vida
 Lu
La frase para pensar:
Quien no ve la mano que realiza la escritura, supone que el resultado procede del movimiento de la pluma.
                           Rumi
Acá no zafás:
(para eso  me hice “bloggera”, para publicarme...¡así que leé la entrega Nº 92/continuación de la suelta de mis letritas!)
                                                                   De trenes y azares I
Pregunta entonces a una pasajera que, amablemente, confirma  su sospecha: ese tren no va a Barcelona, es un tren de “cercanías”, por lo que la próxima  parada será en 10 minutos.
Desespera Luciana, se enoja consigo misma por su torpeza de siempre, entiende que perderá su tren hacia el ansiado encuentro con Adrián. 
Se calma, piensa que seguramente al bajar encontrará un teléfono público, que podrá avisarle del imprevisto…piensa que no puede tener tanta mala suerte…que tal vez se crucen los trenes en la estación y pueda tomar inmediatamente el que la lleve de regreso a Donostia…el destino no le jugará en contra…
A punto de estallar su cerebro, siente que el tren va aminorando la marcha…casi no espera que se detenga por completo y “se arroja” hacia el andén, trastabilla, se recupera y vuelve a desesperar. Parece haber arribado a una estación fantasma. Ni un alma, ni una ventanilla abierta, calor desesperante a pesar de la hora. Se da cuenta en ese instante que apenas cuenta con 25 minutos para no perder el tren azaroso…o el tiempo azaroso…o lo que sea que le haya deparado el destino para ese futuro inmediato… ¿Llegará?
Duda y empieza a llorar. Siente una mano en su hombro entonces, y una voz de mujer, amigable y españolísima que le dice: - Oye ¿puedo ayudarte? Te he visto bajar del tren muy nerviosa y apurada. Pues que he venido en el mismo coche que tú y pude oír cuando decías que te habías equivocado…
Y empieza a hablar Luciana, a borbotones le salen las palabras, se chocan se mezclan: que sí que voy a Barcelona el tren de las 19 mi amigo me esperará allá que no nos vemos hace 25 años  soy una idiota que no me puede estar pasando que…
-Ya ya mujé, cálmate…veremos qué se puede hacer, y que no eres ninguna idiota, pues que a mi también me ha pasado, y eso que vivo aquí y todos los días viajo en el mismo tren… a cualquiera le pasa…
Y más llora Luciana al sentirse acompañada en su desgracia, y esa mujer tan solidaria haciéndose cargo de su problema, esa mujer que por su apariencia está regresando a su casa luego de un día de trabajo, quizás agotador , o tal vez esté volviendo de alguna consulta médica, o lo que sea, pero allí está, donándole su tiempo.
-Pues veamos, dice y extrae de su bolso una cartilla con horarios de los trenes de cercanías…
Se alivia Luciana… sólo un instante pues inmediatamente ve el ceño fruncido de su amiga desconocida.
¡Joder tía! Que el próximo hacia Donostia pasará por aquí  en punto a las 19 y no llegarás entonces.
Los sollozos aumentan y ya no puede emitir sonido alguno.
-Pues que no tía, que lo último que debes hacer es obnubilarte y dejar de pensar…pero ya, déjame a mí, hacerlo por ti. Que si coges un bus tardarás más de 20 minutos, la alternativa pues es que cojas un auto, te costará bastante al cambio de tu moneda, pero ya…no hay otra opción ¿Vale?
-¿Qué si vale? ¡Lo que sea! Estoy dispuesta a pagar lo que sea.
Bueno ala entonces, dice la mujer,  y Luciana piensa que las hadas madrinas sí existen y que ésta es la suya, al verla sacar de su cartera un teléfono móvil y llamar a una remisería.
-Aló, si que estamos en la estación que necesitamos llegar a Donostia en 15 minutos, ¿tú crees que será posible? Que no que no. Del otro lado de la vía. Sí. Ya estamos saliendo, cruzaremos la calle y te esperamos allí. Vale entonces, ya vienes.
Solícita,  increíble maravillosa esta “mujer – destino” sigue acompañándola, cruza con ella, espera el auto que arriba en no más de dos minutos, se acerca a la ventanilla del chofer, y como si todo lo que ya hizo no fuera suficiente le dice:
-Mira que mi amiga necesita llegar a Donostia para coger un tren a las 19 hs…es muy importante ¿tu crees que lo logrará? Depende de ti ahora...
CONTINUARÁ

jueves, 17 de enero de 2013

De trenes y azares I

Tampoco me importa el mío
Y por eso hoy voy a reflexionar sobre "causas y azares"...
Es que el relato de hoy, que por su extensión va a ir en un par de capítulos, habla sobre el azar, o el destino y sobre las casualidades o las causalidades.
Al decir de Silvio Rodríguez:
                                                      (...)
                                                      Y las causas lo fueron cercando 
                                                      cotidianas, invisibles. 
                                                      Y el azar se le iba enredando 
                                                       poderoso, invencible. 
                                                       (...)
Y creo en el azar,  creo que es "invencible". Siempre pensé que en algún lugar está escrito nuestro paso por esta vida. Pero a veces pienso también, que en algunas circunstancias, colaboramos para que un suceso tome por un camino y no por otro. Por ejemplo, cuando repetimos los mismos errores siempre. Cuando nos relacionamos con otras personas, por ejemplo. Ya sean amistades o parejas, si a lo largo de los años, esas relaciones terminan siempre del mismo modo,en esos casos digo, ¿no será porque repetimos un patrón equivocado y no podemos movernos de ese lugar? En dicha situación  tal vez valga hacer una revisión consciente de nuestras historias y buscar en lo profundo de nuestro ser, cual puede ser el motivo. ¿Conocen gente, o ustedes mismos quizás, que siempre forman malas sociedades, o malas parejas, o tienen amigos que luego no son lo que parecen? 
Creo indefectiblemente en el azar, cuando los aconteceres no tienen que ver con las relaciones personales. Por ejemplo, en los casos de accidentes fatales. Esas historias que todos leímos, de aviones que se estrellaron, o trenes y alguien llora en la pantalla de nuestro televisor, pero no por haber perdido un familiar, sino porque "milagrosamente" llegó tarde y no pudo subir a ese vuelo, o a ese tren. O cuando un "imprevisto" junta a dos personas que de otro modo jamás se hubieran conocido y a partir de esa situación se encuentran "dos almas gemelas" . Y ni hablar de los juegos "de azar" justamente. ¿porqué algunos ganan fortunas y otros ni siquiera la torta de una rifa escolar?...
En fin, que no quiero extenderme más en estas cuasi dudas existenciales, que sólo son "reflexiones en voz alta" Mejor dejo paso a la frase y al relato.
Como siempre, gracias por leer mi blog. Espero opiniones, críticas y halagos también. ¿Vale? ¡Hasta el jueves próximo! Buena vida
  Lu
La frase para pensar:
NOTA: Este trabajo de "bloggera" cada día amplía mi horizonte. Hoy, buscando frases, descubro a 
RUMI:. Poeta místico musulmán, filósofo y maestro de la tradición Sufí (1207-1273) LO RECOMIENDO
Transforma tu cuerpo entero en visión, hazte mirada
                                                                                             Rumi
Acá no zafás:
(para eso  me hice “bloggera”, para publicarme...¡así que leé la entrega Nº 92
                                                      de la suelta de mis letritas!)
                                                                   De trenes y azares I
Jueves
-Hola…
-hola…hola…Adrián
-hola…no te escucho.
-Mejor corto y vuelvo a llamar

-Hola! Luciana…que no te oigo
-hola…pues sí. Sí,  mejor corta…
-corta y llámame de nuevo ¿vale?

Increíble, en estos tiempos y aún con problemas de comunicación. Es que Lucíana no tiene celular, pues el que trajo de Argentina solo le sirve como despertador y ayuda memoria…En fín…estos tíos con los teléfonos públicos que no va...no va…

-Hola Adrián…si. Si...Mañana a las 19 nos encontramos…pero... ¡Huy! te pierdo de nuevo…se corta...Bueno como sea mañana a las 19 hs sale mi tren a la estación Sants. Beso hasta entonces.

-Ha ¡si!  Hola Lu, dime.  Ahora te escucho, un poco cortado pero ya. Dime…Ajá! Que si que mañana a las 19 hs nos encontraremos…sí …bueno pues ya tengo todo organizado…Hola…hola..¡uf! de nuevo te pierdo…pero estaré allí en la estación San Sebastián, a las 19 hs…hasta mañana

Viernes
Luciana  se levanta liviana, sonriente, feliz. Prepara su mochila con  poca ropa, pero variada. Es decir, piensa en todo. Algo para la noche, algo para la playa, algo por si refresca, algo por si llueve, las mallas (4) sandalias para playa y sandalias para los atardeceres en la rambla y por supuesto, diminutos y sensuales conjuntos de ropa interior… Con eso cree andará bien.
El resto de su valija, la dejará en el hostal ya que piensa regresar en pocos días a San Sebastián para luego continuar su viaje por el país vasco francés. Pleno junio, mucho calor así que pasará la mayor parte del tiempo, echada en La Barceloneta. Con Adrían a su lado, claro. Adrián que por suerte está de vacaciones en su trabajo. Su antiguo “amigoamor” de los 20 años,  y con el que hace unos 25 que no se ven las miradas, que no se juntan, que no se abrazan.
En tanto él, mucho más pragmático, busca cepillo de dientes, preservativos, traje de baño, ojotas, 2 remeras, 2 calzones y nada más. Está seguro que apenas serán un par de noches en el hostal  que se aloja Luciana, y luego, cree, ambos partirán a Barcelona. Esta vez no la dejará ir, esta vez, ella no va a desaparecer así como así, del mismo modo que lo hizo hace 25 años…Los mails, las charlas por Skype, los chats y las fotos del último año (justo cuando gracias al facebook volvieron a encontrarse) le dan la pauta de que así será.
Hermoso mediodía en Barcelona. Calcula que en unas 6 horas máximo, puede estar llegando a la estación de Donostia, San Sebastián. Su coche apenas tiene un año y anda de maravillas. Carga gasolina y sale a la carretera. Se pone las gafas para sol, inserta un pendrive en el cual cargó la música de los '70, y empieza a tararear la primera canción que se deja oír, inundando el interior de su vehículo. Es nada más ni nada menos que el ya clásico "Muchacha ojos de papel". Piensa en Luciana y en aquellos años difíciles de Argentina, y recuerda que ambos eran fanas del “flaco” Spinetta.
LUCIANA
Justo a las 18:20 hs, Luciana busca la cartelera con las indicaciones pertinentes.Tiene aún cuarenta minutos de espera, pero se reconoce nerviosa y excitada, por lo que prefiere estar con suficiente anticipación. BARCELONA SANTS-19 HS- .ANDÉN 3. Hacia allí se dirige entonces, y tal vez, la tranquilidad de la tarde más el tiempo suficiente, logran que se relaje y sin querer se duerma.
El “quetrénquetrénquetrén” clásico del rechinar sobre los rieles la sobresalta. Sube sin pensarlo, adormilada y, se alegra por haber despertado justo a tiempo. Busca su boleto, intenta encontrar su  asiento, en tanto se oye el silbato del guarda anunciando la partida. De nuevo empieza el quetrén quetrén a sonar en sus oídos, y a medida que éste se va acelerando, se da cuenta que el número de vagón que le asignaron, en ese tren no existe. Un segundo tarda en entender lo que sucede…todo es extraño a su alrededor, los pasajeros no parecen trasladarse hacia otra ciudad…más bien parecen gentes que van a trabajar a algún lugar cercano…
                            CONTINUARÁ

jueves, 10 de enero de 2013

Año nuevo

Tampoco me importa el mío
Y por eso hoy quiero decir, que no sólo no llegó el tan mediático fin del mundo en diciembre, sino que ¡ya estamos en un nuevo año!
Y no solo eso, ya transcurrieron 10 días desde su comienzo, y nosotros, los pasajeros del tiempo, inmersos en él, muchas veces olvidamos de bajarnos a descansar un poco de tanto ritmo agotador.
Y quiero decir que sí creo en el calendario maya. Que muchos y muchas no supieron interpretarlo, también. Creo en un cambio. Creo que la humanidad está dándose cuenta justamente de esa necesidad de hacer paradas, de ver el horizonte desde otro  punto, sentir el aire al respirar, mirar las miradas. Creo en una nueva era. 
Creo en los desprendimientos de toda índole, particularmente los materiales. Y con mucha fuerza, creo en la necesidad de desprenderse también de los antiguos dolores,los lamentos y la zonas oscuras por las que que cada uno de nosotros debimos atravesar hasta hoy.
Creo en un nuevo paradigma, que aún debemos descubrir, alimentar y madurar...Algunas personas, van un paso adelante, pero no es lo que más importa. Lo importante es, que todas las gentes puedan empezar a recorrer este nuevo tránsito. ¿Utópico? Tal vez...pero tal vez es parte del cambio, empezar a creer en las utopías. En las grandes, en las comunitarias, en las que nos hermanan y nos dan fuerza. No en las personales. Creo que ese deberá ser el primer desafío: ser menos YOICOS. Ampliar la mirada, correrla de nuestro ombligo...No creo por eso que los problemas personales vayan a desaparecer...no. Pero si creo que es tiempo de redimensionar los aconteceres propios...
De hecho, el 2013 me sorprendió con una energía deferente...Y en algunos aspectos de mi vida emocional, (lo material "hace siempre" que no me importó) me doy cuenta del cambio energético. Nada cambió respecto al último minuto del 2012...sin embargo todo cambió para mi...Es una cuestión energética...Es creer...o reventar, según el antiguo dicho.
Como siempre, gracias por leer mi blog. Espero opiniones, críticas y halagos también. ¿Vale? ¡Hasta el jueves próximo! Buena vida
  Lu
La frase para pensar:
Las hojas muertas se rastrillan hacia los desperdicios. Los recuerdos y lamentos también
Jacques Prévert
Acá no zafás:
(para eso  me hice “bloggera”, para publicarme...¡así que leé la entrega Nº 91
                                                      de la suelta de mis letritas!)
                                                                         Año nuevo
             Hasta los gorriones están felices este primero de año. Yo no…

 Estaba en mi jardín, soleado, verde, agreste, con calafates  aquí y allá, lengas jóvenes e irreverentes cubiertas de pan de indio, siemprevivas, manzanitas del diablo, mini margaritas silvestres, y los pájaros. Gorriones, zorzales, y comesebos, desbordando sus trinares, salticando y picoteando, alabando el magnífico día de verano, luego de tantos grises que, por suerte, quedaron en el pasado.
Fiesta melódica en la primera mañana de un nuevo año. Pensé que era una buena señal, una anunciación, un indicador de un feliz 2013 para el universo todo. O, al menos, para mí. Corregí mi pensamiento, que por un instante se tornó absolutamente utópico, y mi racionalidad lo volvió a su centro.
Algún cohete tardío y clandestino, estalló cercano, pero mi pequeño bosque –por suerte – cubre totalmente la visión de los patios linderos. Es mi  muralla verde. Me siento protegida y disfruto, atrincherada, en mi pequeña fortaleza.
En esa contemplación me encontraba, cuando descubrí un carancho que acertó a pasar por mi oasis personal.
(Debo  acotar que no me gustan  estos pájaros, que anuncian la nieve, que huelen a carroña, que sus  graznidos son agoreros y por eso nomás no los quiero.)
Pasó  la maldita ave carroñera… ¡y pasó lo que tenía que pasar!

Hasta los gorriones están felices este primero de año. Yo no…
¡El carancho me cagó! Y  lo que es peor, sobre mi torso desnudo que disfrutaba por fin del sol.