viernes, 25 de mayo de 2018

Anostalgiándome

Tampoco me importa el mío
La verdad es que en mi pasado no tuve mascotas. Y si bien, como siempre digo, no me importa el pasado hoy desearía regresar a mi tiempo sin ellas. No porque no me gusten. Todo lo contrario, pero más amo mi libertad.
Y con Calabaza se está esfumando. Hoy, por ejemplo, me despertó a las 6 y 15 de la madrugada. Esa hora, para mi, lo es.
¿Qué como me despertó si  duerme en el hall? Pues...¡dormía en el hall!
¡Es que hace unos 6 días duerme adentro de mi casa!
Sucede que con el frío y escarcha de las noches Ushuaienses, en este invierno adelantado, no podía dormir tranquila pensando que él no se quedaba en el hall..salía de ronda nocturna a caminar sobre pastos, calles y veredas escarchadas...Y  pensaba también que en alguna riña gatuna podría volver muy lastimado...y pobrecito.... 
La verdad es que sufría yo no él, que siempre fue una gato callejero.
Pues, una cosa no quita la otra. Que yo nunca quisiera tener mascotas no implica que no ame a este gatito, que si bien no busqué él decidió colarse en mi vida y aquí está. No puedo dejarlo de nuevo en la calle sin más.
Total que logré una solución salomónica. Puse una valla en la puerta de mi dormitorio, de modo tal que él no puede entrar. Yo duermo con la puerta abierta y él en el sitio que elije, según su onda, cada noche. Tiene varios ¡menos mi cuarto! (Y la cocina, obvio, que permanece con la puerta cerrada siempre).
¿Pueden imaginarme "saltando" la valla para entrar a mi propio cuarto? Obviamente, salvando las distancias, tengo que sacarme los zapatos como si fuera Julia Roberts o Kristen Stewart subiendo las escaleras para entrar al festival de Cannes. Lo mío, claro está, queda muy lejos del glamour y los stilettos.
Y próxima a partir unos días de vacaciones, se me presenta otra encrucijada. ¿Qué hará "Calabacita" sin mi?  Sin dudas hiji se hará cargo de darle de comer y cubrir sus necesidades básicas. Por las noches, cerrará la puerta de casa para que él se quede durmiendo adentro. Pero...¡va a estar solito!
Bueno, ya ven. De nuevo el problema es mío, no del gato. 
En fin, que como ya dije una vez "Si tus hijos no te dan nietos, el destino pone un gatito en tu camino" 
Así las cosas, hoy no tengo muchas luces para escribir habida cuenta de mis pocas horas de sueño. Mejor me voy a dormir. Disculpen. 
Antes de terminar por cierto no puedo dejar de decir
¡¡Feliz cumpleaños Patria herida!! 
Upssss...se me "chispoteó"...Querida debía decir...
A propósito de mis próximas vacaciones, me despido hoy hasta el Viernes 28 de junio.
Gracias por pasar por aquí. Espero opiniones, críticas y halagos también ¿Vale?  Buena vida y BUENA VIBRA.
 Lu
Frases: 3 de Judy Garland
Siempre sé una versión de primera clase de ti mismo, en lugar de una versión de segunda clase de otra persona.

En el silencio de la noche he deseado, con frecuencia, tener unas pocas palabras de amor de un hombre antes que los aplausos de miles de personas.

En ocasiones, nuestros sueños nacen con imaginación se alimentan con ilusión y son condenados a muerte por la realidad
Acá no zafás:
(por eso  me hice “bloggera”, para publicarme... ¡así que leé la entrega Nº 277 de la suelta de mis letritas!)  
Nota: La segunda parte de "Amor en pausa" está en el horno...¡solo le falta dorarse! 
Pero con este día no estoy para hacer correcciones y mucho menos para rescatar a una esquiva Elena que aun no logra saber lo que quiere y me saca de quicio. ¡El amor llamando a su puerta y ella dudando! 
Entonces voy a mis archivos. De ellos rescato, y versiono, para ustedes:
Anostalgiándome
Esta desazón de hoy 
y mi nostalgia de siempre...
De lo que pudo haber sido
de mares no cruzados
de montañas no escaladas
de atardeceres perdidos
de cielos no mirados.

De brazos que abrazen
de cuerpos entrelazados
De pies descalzos
siguiendo mis huellas.
en caminos no explorados.
De libros no leídos
palabras no dichas 
y cuentos no narrados.

Esta soledad 
-mamarracho insolente
de horas perdidas-
me anostalgia 
del  amor que no asomó.
de amaneceres rosados
del café  - para dos -
por las mañanas
 y de algún  beso, robado...

viernes, 18 de mayo de 2018

Amor en pausa

Tampoco me importa el mío
Estaba hilvanando letras, juntándolas en frases que se desbandaban en mi mente, cuando las sirenas de los bomberos, potentes y como si estuvieran en mi predio, me sacaron totalmente de eje.
Al mismo tiempo, mi olfato me indicaba fuerte olor a humo por lo que mi alarma interior me sacó totalmente de tal abstracción literaria.
Observé entonces desde mi ventana y vi, en la calle paralela a la mía, despliegue de bomberos, personal de defensa civil y patrulleros policiales toda vez que una densa humareda cubría los árboles de mi jardín.  Ya no tuve dudas: una de las casas, cuyos fondos lindan con los de mi cuadra, se estaba incendiando. No podía ver cual pues la humareda era muy densa y porque los árboles tan altos del jardín de mi vecino de al lado no me permitían ver más.
Total que, según datos que leí luego en una diario digital local, se quemó en un 90% una pequeña casa de madera que era alquilada por una chica de 22 años. Tal parece, habían puesto a secar ropa sobre un calefactor.
Ya totalmente desconectada, de las frases que hilvanaba antes de tales aconteceres, es que decido contarles el suceso habida cuenta de que, ahora mismo, no se me ocurre ningún otro tema. 
No puedo dejar de pensar en esas personas que tienen un techo, muebles, fotos, recuerdos, ropa, DNI y otros documentos, tarjetas de crédito, teléfonos celulares, libros, cuadernos, juguetes y en un instante se quedan solamente con lo puesto. 
Quiero decir, contrariando el imaginario popular, que en esta ciudad tan turística, tan soñada por miles de personas en el mundo, hay un porcentaje de población que vive en casillas, con garrafas o cualquier sistema precario tanto de calefacción como de electricidad por lo que durante los inviernos, ante el desconocimiento de normas básicas y tratando de tener un ambiente cálido,  frecuentemente se producen devastadores incendios. Sin dudas las personas a las que se le quema la vivienda son, causalmente, personas en estado de vulnerabilidad. En su gran mayoría ni siquiera tienen un familiar cercano como para ir a cobijarse durante el primer tiempo, en tanto, con ayuda comunitaria, intentan reconstruir su vivienda.
Por suerte para tal desgracia, al menos en la mayoría de los casos, los moradores logran salir ilesos.
Es todo por hoy. En la semana que tengo por delante, intentaré retomar el hilo de mis pensamientos que, tengo idea, iban por el buen camino de ser una crónica divertida relacionada con mi mascota. 
Gracias por pasar por aquí. Espero opiniones, críticas y halagos también ¿Vale? Hasta el viernes próximo. Buena vida y BUENA VIBRA.
  Lu
Frases: 3 de Ingrid Bergman
“¿Beso? Un truco encantador para dejar de hablar cuando las palabras se tornan superfluas.”

“Para ser dichosa basta con tener buena salud y mala memoria.” 

“No me arrepiento de nada. No habría vivido mi vida como lo hice si me fuese preocupando por lo que la gente iba a decir.” 
Acá no zafás:
(por eso  me hice “bloggera”, para publicarme... ¡así que leé la entrega Nº 276 de la suelta de mis letritas!)  
Amor en pausa
Al fin viajaría a Barcelona.
A pesar de vivir en París, adonde llegó exiliado desde Buenos Aires a fines de los 70, nunca había podido ir. Algo acontecía cada vez que planeaba un verano a orillas del Mediterráneo.
Feliz preparó su mochila. Serían 5 días. Suficientes para pasear por las ramblas, perderse en las callecitas del barrio de Gràcia, sin olvidar el Parc Güell por supuesto, echarse en la Barceloneta, salir de tapas y disfrutar de ese paisaje acogedor del que tantas veces le había contado Elena,  dejando entrever la necesidad de un reencuentro.
Elenita, como le decían cuando ambos eran adolescentes y vivían en Vicente López.
Se amaban entonces, pero eran tiempos difíciles. Difíciles para los que pensaran distinto, difíciles para los inteligentes, difíciles para los que se salían del molde y tenían pensamiento propio... 
¡Eran los desaparecidos de entonces! Eran sobre los que los adultos, apelmazados y asustados, sostenían “algo habrán hecho” justificando así sus muertes.
A ella, la mandaron los padres a estudiar a Barcelona. Estaban aterrorizados porque él no sólo era el primo, sino porque –lo peor de lo malo- “era comunista”.
Él siguió, hasta la noche que tuvo que escaparse por los techos, yendo a la facultad de ingeniería, militando clandestinamente, leyendo libros “prohibidos”...
Esa noche fue el fin y el principio. Logró que un cuñado de su tía Lola, que trabajaba en Ezeiza, lo embarcara hacia París.
Fue duro el comienzo. Se juntó con expatriados y generaron vínculos a partir de la desgracia compartida, y entre todos rearmaron la Argentina en un barrio parisino. Luego el devenir de los días, todos y cada uno fueron aquerenciándose, siempre con el mate en la mano, las pizzas nocturnas y algún picadito de hombres donde se podía.
Se casó, tuvo un hijo, construyó desde la nada, vivió intensamente cada día, amó, sufrió, como cualquier mortal, con el valor agregado de remontar el desarraigo
Celebró el retorno de la democracia, y regresó a Buenos Aires para abrazar a los viejos, pero ya no era tiempo de volver a empezar.
Así fue como Juan, se quedó en París. Se separó, cambió de trabajos, pintó y esculpió logrando varias y buenas exposiciones.
Así fue como pasaron treinta y cuatro años sin casi darse cuenta.
Treinta y cuatro años intercambiando novedades con su prima. En principio, alguna llamada telefónica o correo postal. Más adelante, mails, skype, y cuanto adelanto tecnológico pudiera acercarlos a pesar de la distancia física.
¡Treinta y cuatro años en que el amor entre ambos estaba en “pausa”! piensa y...
Cambia de mochila. Necesitará más ropa
Intuye que podría quedarse bastante más que cinco días...
Piensa, excitado, que tal vez haya llegado el momento de poner “play” a los sentimientos.
Y sale, feliz, rumbo al aeropuerto de Orly a tomar el vuelo que lo llevará hacia el amor.

viernes, 11 de mayo de 2018

Voces de ausencia

Tampoco me importa el mío
Que la lluvia me gusta y que creo que tiene mala prensa ya está dicho.
Pero...¿de qué hablo cuando digo lluvia? 
De lluvia que suena en los techos su melodía de tic tic tic, de gotas gordas, de aguaceros potentes que pasan diciendo "aquí estoy" mientras el sol se inmiscuye entre nubes para deleitarnos, si dejáramos de mirarnos el ombligo o el teléfono según quien sea,  con majestuosos arcoíris .
Espero que entiendan, entonces, de qué hablo cuando digo "me gusta la lluvia"
No hablo de esta llovizna incesante que pinta de gris todo el día, que asola mis sentidos y mi concepto de lluvia.
Que no da tregua al sol, ni a las luces y colores. Que invita a dormir una larga siesta con la esperanza de despertar de noche para ver que la bella oscuridad nocturna se llevó puesta la grisácea melancolía del día...
Lo cierto es que hoy es "un día de esos" y las musas, somnolientas, me han abandonado. 
Mi gatito "medio tiempo" pareciera estar de acuerdo con mis dichos. Duerme profundamente hecho un ovillo y sin intenciones ciertas de salir a callejear abandonando así, de momento, su hábito más preciado.
Iré a dormir también...Nada para decir que no sea "gris llovizna = gris de ausencia"
Gracias por pasar por aquí. Espero opiniones, críticas y halagos también ¿Vale? Hasta el viernes próximo. Buena vida y BUENA VIBRA.
Frases: 3 de Bette Davis
"Si tu hijo nunca te ha odiado, entonces es que jamás has ejercido como padre.”

"Un gran director de cine es el que sabe ofrecer una visión distinta del mundo.” 

“Los hombres son mucho más atractivos cuando empiezan a hacerse mayores. Pero eso no ocurre con muchas mujeres, aunque ellas tienen algo a su favor: el maquillaje.”
Acá no zafás:
(por eso  me hice “bloggera”, para publicarme... ¡así que leé la entrega Nº 275 de la suelta de mis letritas!)  
Voces de ausencia
Me hablan
de  vos.
Sin tu voz
ni rostro
ni cuerpo
ni nombre...
Me invaden
-en un sinsentido-
me arrojan
sin más
al abismo 
caigo...
No logro salir
-animal herido-
no encuentro placebo,
estallan las voces 
-laceran mi alma y oídos-
gritando la ausencia...

del HOMBRE
del fuego
del goce
del amante, compañero  y amigo.

viernes, 4 de mayo de 2018

Confusión de Marías

Tampoco me importa el mío
Lo pasado no tan pisado, pensaba días atrás cuando esperaba ser atendida en los consultorios de LALCEC. Y no lo pensaba en función de mi salud, que está muy bien por suerte, sino porque la espera allí se extendía habida cuenta de que una de las secretarias "nunca puede nada" por lo que su pobre compañera, sola, "no puede con todo".
Lo cierto es que las mujeres nos acumulábamos allí y, por suerte para mi, encontré 3 antiguas conocidas del pueblo.
Y acá viene la conexión con el pasado. Es que en 1983, año de mi arribo a esta ciudad, apenas si superábamos los 13.000 habitantes y, mayoritariamente, nos conocíamos. Al menos por profesión, por vecindario, por año de llegada a la isla, o por franja etaria, todos y todas sabíamos con quien hablábamos.
En la actualidad estimo que superamos los 70.000 habitantes y, obviamente, caminamos por las calles de la ciudad sin conocer a tanto transeúnte que se nos cruza en el camino.
Por eso, cada vez que tengo la posibilidad de encontrarme con la gente de aquellos "años locos y felices" lo disfruto enormemente .
Ese día, por ejemplo, haciendo alusión al tiempo que hacía que no nos veíamos, decía yo -"Y aquí me ven, sigo buscando "novio", a lo que una de las que participaba del corrillo acotó -" Y bueh, a esta altura, ¿porqué no probás cambiando de colectivo? 
Espontanea, rápida como siempre y las risas nuestras que hicieron que el resto de la sala posara sus miradas sobre nosotras. Y acotó- "¡Pero claro!, con todos los colectivos que hay en estos tiempos..."  
Inmediatamente, otra de mis antiguas conocidas dijo ¿Y porqué pensás que vengo a ver al ginecólogo? -Al menos veo un hombre a solas conmigo ...¡y me toca!  Y así transcurrió nuestra espera  felizmente divertida.
Este tipo de encuentros siempre es gratificarte. Una frase que utilizo cuando, ocasionalmente, se producen es -"Qué hacés! ¡Tanto tiempo sin vernos! Pensar que antes nos encontrábamos siempre en "Don Antonio" (un pub de aquellos años) y ahora, cuando nos encontramos, es en el hospital o en la farmacia" Lo cual, sin dudas, es dicho con humor y risas. 
Otro posible lugar, de encuentro casual, es alguno de los supermercados de la ciudad. También en esas ocasiones solemos quedar un buen tiempo charlando de nuestras vidas y preguntándonos por el fulano o la fulana que formó parte de la, por entonces, bella comunidad de Ushuaia allá por los 80.
Me quedaría aquí contándoles sobre aquellos felices años, sobre cómo salíamos de nuestras casas sin echarle llave, sobre cómo paraban los coches para llevarnos sin necesidad siquiera de hacer dedo, sobre cómo todos y todas aquí éramos "alguien": fulano, el pintor de brocha gorda, fulana, la señorita del Jardín de infantes, mengano el baterista, etc
Me quedaría.  Pero no se sí pueda interesarles estas añoranzas mías, historias sobre la cuasi aldea a la que arribé con una mochila de interrogantes y deseosa de aventuras. 
Gracias por pasar por aquí. Espero opiniones, críticas y halagos también ¿Vale? Hasta el viernes próximo. Buena vida y BUENA VIBRA.
Frases: 3 de Greta Garbo
“No tienes que casarte para tener un buen amigo como compañero de vida”.

Me gustaría ser sobrenaturalmente fuerte para poner bien todo lo que está mal”.

"Aparentemente hay una ley que gobierna todas nuestras acciones, por eso nunca hago planes”
Acá no zafás:
(por eso  me hice “bloggera”, para publicarme... ¡así que leé la entrega Nº 274 de la suelta de mis letritas!)  
NOTA: Dado el tema de la crónica de hoy recordé este relato escrito hace varios años y lo versioné para la ocasión. (El original es más extenso)
Confusión de Marías

               Llegó a Ushuaia, en un vuelo de LADE, con toda la fuerza y el ímpetu de su juventud.
Su título, de Profesora Superior de Jardín de Infantes, le producía infinito orgullo y, esencialmente, era una Maestra Jardinera de “pura cepa”,
Llegó un 21 de febrero de 1983 y sin el tiempo necesario para instalarse, mucho menos aún para recorrer el pueblo (con rango de ciudad), dos días más tarde se encontraría inmersa en su nuevo trabajo.
Inmediatamente, comenzó con las entrevistas “Hogar –Escuela”…
_Buen día. Así que usted es la mamá de Claudio. Un gusto conocerla.
Tímida, la Señora de unos pocos años apenas más que ella, contestó el saludo con un hilo de voz casi inaudible.
-Así que María, dijo “la Seño” intentando que la mujer se sintiera cómoda y entrara en confianza y, a partir de allí, no dejó de hablar, tal era su costumbre.
“Que esta entrevista es para conocernos mejor. Para saber qué pasó con Claudio en los 4 años de vida que ya tiene...que es importante establecer el vínculo hogar escuela y...bla bla bla.”
Y de repente, como María hablaba tan poco, decidió empezar con la entrevista sin irse por las ramas esperando que, al avanzar en ella, la mujer entrara en confianza.
 - ¿Domicilio?
-María Sánchez Caballero
-Ah, sí, sí, sí. ¿Pero cómo se llama la calle donde viven?
María Sánchez Caballero respondió nuevamente María, levantando apenas el tono de voz como desde que llegó a la entrevista, bajando la mirada hasta el límite que le imponía el piso.
A esa altura, enfática, la maestra, dijo
-OK, sí, pero no le pregunto su nombre…lo que necesito anotar acá es el domicilio.
-María Sánchez Caballero, dijo más tímida aún la pobre mujer, es el nombre de la calle. Yo soy María Cárcamo Barría nomás.
Perdió la seguridad y ese donaire casi altanero, se disculpó, se ruborizó, confesó su ignorancia respecto a la ciudad.
Entonces, la mamá de Claudio, siempre con su hilo de voz, sonrió y dijo:
-Gracias por disculparse Señorita Lucía.Ya estoy acostumbrada a tanta gente llegando del norte por estos años, que no conocen y creen que saben todo de este lugar y dicen “puras tonteras”...Pero Usted se ve tan joven... Seguro que va a aprender mucho y pronto.
A partir de allí, la entrevista fue más fácil y finalizó con un afectuoso saludo.
Con el correr de los días, la Señorita Lucía, realizó muchas entrevistas más, siempre muy confiada en sí misma y, recordando permanentemente su experiencia con la mamá de Claudio.
Experiencia que por suerte no volvió a repetirse habida cuenta de que, ese fatídico día, inmediatamente después de su jornada laboral, pasó por la Municipalidad y solicitó un plano de las calles y callecitas de Ushuaia. 
Desde luego que, también, las recorrió de norte a sur, de este a oeste y viceversa.