Estacional

   Tampoco me importa el mío

De regreso, lo primero que quiero contarles es que lo he pasado muy bien en mis dos semanas de vacaciones. 

¿Recuerdan el acertijo que les propuse en la última edición antes de partir de viaje?

Bueno...si leyeron los comentarios ya saben que ese sitio era Uruguay. 

He ido a conocer Punta del Este y mi anfitriona fue Graciela, del blog Sentido tienen las Cosas. 

Luego de varios años de invitarnos mutuamente a conocernos, finalmente he tomado la iniciativa y acepté con gusto su convite.

Pero, si me permiten, esa semanita en mi vecino país lo contaré en la entrada del viernes próximo.

Hoy quiero mostrarles, en imágenes, Campanóplis. 

Sobre esta aldea he contado en la edición del 17/12/2021. Desde entonces que he querido ir y, al fin, lo he logrado.

Fui con mi amiga Yanina y pasamos una tarde magnífica.

¡Ya basta de cháchara Lu! 

Bueno...está bien, los invito a pasear por esa Aldea a través de mis fotos. ¿Vamos?

Espero puedan dimensionar lo atractivo del sitio. Me ha resultado muy difícil escoger las fotos de entre un total de 92.

¡Muchas gracias!

Hasta el viernes que viene o hasta cuando gusten volver.

  Lu

Esa Musiquita en el recuerdo

                                         Acá no zafás:

   (por eso me hice “bloguera”, para publicarme...entrega Nº591 de la                                                                                suelta de mis letritas)

NOTA: Revisando mis archivos, encontré este texto que escribí en 2013. Espero les agrade. A mi me gustó.

Estacional

Soñaba con montañas nevadas, el bosque blanco, las gentes mansas, chimeneas encendidas, cocinas económicas, amigos y amigas cantando, comiendo, jugando, bailando alrededor de los leños y bullicio por doquier …

Todo en un ambiente arrullado por la mejor melodía por escucharse siempre. La melodía que contagia, la melodía de la felicidad que produce la risa pura, fresca, sonora

Soñaba con apagar los leños, distribuir flores silvestres y frescas cada mañana, abrir las ventanas, escuchar los trinos, despedirse de los manteles blancos que desaparecen de las montañas con el reverdecer del bosque, salir al mercado del trueque para obtener lo necesario, hacer el pan fresco y los dulces, desayunar con su compañero, crecer el hijo mirándose las miradas, disfrutar del aroma a tostadas café sintiendo que así, simple y sencilla, es la buena vida.

Soñaba con días cálidos de trabajo y amor, con noches pasionales, con caminar de a dos todos los senderos, con recorrer el mundo pasito a paso, bebiendo agua fresca de los chorrillos, comiendo frutos y verduras frescas, durmiendo donde cayera la noche, contando estrellas acurrucada con su compañero, despabilándose con los primeros rayos de sol de cada amanecer. 

Con tanto soñar, llegó el otoño, con sus ocres, verdes rojos anaranjados…

Con una vida distinta a la que había soñado.

Cargado de años, con hilos plateados, con huellas marcando en su rostro el tiempo pasado.

Se miró al espejo. Secó sus lágrimas.

Dejó la nostalgia en un rincón privado

Y salió a la calle sonriendo , vestida con flores, soles y muchos colores.