viernes, 12 de diciembre de 2025

Amor aéreo- Final

 Tampoco me importa el mío

Esta será una breve entrada de despedida temporal
En este año diciembre me encuentra cansada. Creo que no necesariamente a nivel físico sino que mi cansancio es mental.
Pronto mucha gente en el mundo estará celebrando, comiendo y bebiendo en demasía mientras otra tanta gente -tal vez en número superior- no tiene nada para comer, nada que celebrar, ni siquiera un techo o una familia donde cobijarse.
En lo personal, hace ya varios años dejé de celebrar la Navidad. Por cierto es una fiesta religiosa, y lo que se celebra es el nacimiento del niño Jesús. ¿Cuántos y cuántas de quienes se sientan alrededor de mesas cargadas de comidas y bebidas lo tienen presente?
¿Que es la ocasión para juntarse con la familia? ¡Pues yo creo que con la familia uno debería juntarse bastante más frecuentemente que una vez al año!
Por supuesto sí me alegra cumplir un año más. Me gustan los cumpleaños. El 18 es el mío.
¿Si celebro? ¡Sí! Un año más de vida-con lo malo y con lo bueno- siempre es motivo de celebración. ¿Hago fiesta? No. Estoy en mi casa, preparo "cositas ricas" y espero que las amigas que aún se acuerdan -ya saben que con los años...- lleguen. 
Siempre aparecen más o menos a la hora de merendar. Ya saben que alguito para comer y beber encontrarán y pasamos un par de horas en alegre compañía.
Y sí celebro el nuevo año. Sin mucho ruido, prefiero estar con gente muy cercana a mis afectos y en lo posible en mi casa.
Pero, sin dudas, el comienzo de año viene a mi como renovación de esperanza y acto de fe en un futuro mejor.
Quería compartir un fragmento de Carlos Skliar que no tiene desperdicio. Habla justamente se "ser humano", de apostar a pesar de todo a la risa y a los abrazos.
Pero ya me extendí más de lo previsto. Tal vez inicie el 2026 compartiendo ese texto.
Entonces sólo me resta desearles lo mejor. Que cada quien celebre según sus convicciones y con las personas que elija estar. 
Gracias por todo este tiempo compartido y
 ¡¡Hasta el año que viene!!

 Hasta el viernes 9 de enero o hasta cuando gusten volver.
 Lu
Esa Musiquita  en el recuerdo
                                           Acá no zafás:
   (por eso me hice “bloguera”, para publicarme...entrega Nº620 de la                                                                                suelta de mis letritas)
Amor aéreo II
Así las cosas, apenas pude conjeturar unas vagas ideas sobre la posible noticia, entré en estado de sopor, característico en mi en esos vuelos que por más económicos no son tan seductores. Estaba prácticamente “en vela”. Debí estar a las 4 de la mañana en aeroparque de la Ciudad de Buenos Aires, por lo que, no recuerdo bien, creo que apenas había dormido 3 horas.
Perdí noción de tiempo, espacio y-lo que es peor- realidad o fantasía.
Recuerdo ahora sonidos lejanos y una voz metálica, anunciando medidas de seguridad, indicaciones a cumplir durante el vuelo y, recuerdo también, que antes de caer en estado hipnagógico, pensé que esperaba que la noticia no fuera que, de momento, en la pista de aterrizaje del aeropuerto Islas Malvinas, había viento norte cruzado…Sería terrible para el aterrizaje…había tenido una experiencia de horror en ese sentido, y entendí que el tono de voz cantarín no podía tener que ver con un mal anuncio.

De pronto, me invadió un aroma a café y una suerte de sonidos característicos de los vuelos en el momento preciso en que la tripulación se prepara para ofrecer el servicio de a bordo.
Creo que fue entonces cuando comencé a tomar estado de conciencia nuevamente. O no…Porque al oír las voz del piloto y comprender sus palabras, me perdí nuevamente entre sueño y vigilia.
Esto es, aproximadamente, lo que estaba anunciando por altoparlantes:
Estimados pasajeros, llegó el momento de hacer el anuncio prometido. No tiene que ver, anticipo, con situaciones del vuelo, ni con la empresa, ni con condición alguna de  este viaje. Tiene que ver con amor. Tiene que ver con que quiero compartir con ustedes el pedido más trascendental que hice en todo los años que tengo, volando o no.
Tiene que ver con que estoy profundamente enamorado de Camila, la comisario de a bordo que en este preciso instante está ofreciéndoles el servicio de catering dispuesto para este vuelo. Tiene que ver con  que, como amo mi profesión tanto como a ella, decidí que es éste el momento oportuno para declarar mi amor públicamente y solicitar su mano. …
Camila, preciosa, ¿te casarías conmigo? Agregó luego de un breve e intrigante silencio

Pensé que soñaba, realmente. Esas palabras dichas en ese tono, con tanta devoción hacia una mujer, solamente podían suceder en una historia fantástica, en uno de esos cuentos que me contaban de niña, y que empezaban con “Érase una vez que era…”
Pero de pronto, el pasaje completo estalló en aplausos y vítores. Y escuché voces de aliento hacia Camila,  y voces de complicidad hacia el enamorado que gritaban: “¡Decile que sí nena!”  “¡Piba que esperás para contestar”! ¡Bravooooo!!
“Camila tu novio es mi ídolo! ¡Apurate a contestar antes de que yo tome la posta!” Dijo desde el fondo del avión alguna pasajera audaz.
Y fue entonces cuando el servicio llegó a mi fila, y vi a la hermosa Camila. Me di cuenta de que era ella la protagonista de la historia, no solo por el prendedor con su nombre, sino más bien por el rubor  en su bello rostro y por sus lágrimas.
-¿Qué desea tomar?  ¿Café, té…?
-Deseo que salgas de acá corriendo, abraces a tu novio y le digas que sí! Le dije, y agregué: Por cierto, mis felicitaciones a ambos, y ojalá la boda la lleven a cabo en mi próximo vuelo.
                                FIN

Lo mágico de esta historia, lo que cambia el rumbo a este relato, es que lo fantástico,  puede estar a la vuelta de la esquina, puede ser realidad y viceversa.
Y por eso lo comencé con “Érase una vez que era…”
Porque la declaración de amor en vuelo, es real. Es una historia que escuché al  finalizar el año 2013, en la ciudad de Ushuaia en una emisora de frecuencia modulada, contada por  el conductor del programa. Fue él quien estuvo en ese vuelo. Fue él quien escuchó la declaración de amor y decidió compartirla con sus oyentes. Y a mi me pareció una historia tan maravillosa para estos “tiempos modernos”, que decidí compartirla con ustedes.

viernes, 5 de diciembre de 2025

Amor aéreo

Tampoco me importa el mío
Está el clima enrarecido. Y no hablo precisamente del clima en relación a la meteorología -que también lo está-. Hablo del clima sociopolítico, y tengo la sensación de que no solo sucede en mi país.
Creo que sucede en casi todo el mundo.
Otro año va finalizando y no me parece que algo tienda a mejorar.
Agresiones callejeras, ataques de ira,  que surgen en general por nada que las justifique. Accidentes de tránsito que se llevan puestas vidas, feminicidios a la orden del día y mucho más pero no tiene caso seguir enumerando. Creo que ya todos y todas habrán comprendido por donde va mi razonamiento.
En lo personal vengo con una serie de pequeños problemas de salud. Nada para inquietarse pero me generan mucha molestia.
Por ejemplo, dolores articulares...¡Y sí! también yo tengo esa "cierta edad" en la cual la "osamenta" pierde lubricación, fortaleza y la artrosis avanza a pasos agigantados.
También problemas digestivos y he tenido, ya saben, episodios de presión alta...¡En fin! Que no voy a convertir este fragmento de mi casita de letras en una bitácora de lamentos.
Así que, dedicaré este espacio a los "héroes sin capa". Es decir a todas aquellas personas que ayudan a otros en situaciones de emergencia o en su vida diaria sin ser superhéroes. Esto puede incluir a socorristas, profesionales de la salud, o simplemente ciudadanos que actúan en el momento.
 Por ejemplo: 
Brigadistas que arriesgan su vida para apagar incendios o rescatar personas en montañas.
Profesionales de la salud que trabajan incansablemente en condiciones difíciles.
Voluntarios que ayudan en diversas causas sociales.
Jóvenes que destacan por sus logros y liderazgo en su comunidad. 
Y solamente por citar algunos. Felizmente no son pocos aunque no siempre sean "tapa de periódicos".
  
Difícil escoger vídeos de estos héroes sin capa. Espero les agraden los tres que comparto.
Gracias por pasar,  hasta el viernes que viene o hasta cuando gusten volver.
   Lu
Esa Musiquita  en el recuerdo
                                           Acá no zafás:
   (por eso me hice “bloguera”, para publicarme...entrega Nº619 de la                                                                                suelta de mis letritas)
NOTA: Este relato lo escribí en 2013. Parte de una historia real que sucedió en un vuelo de Aerolíneas Argentinas ese año. Lo publicaré en dos capítulos porque es un tanto más largo de lo que acostumbro habitualmente-
¡No se pierdan la semana próxima el final! Allí está la verdadera historia.
Amor aéreo
Érase una vez que era…
Cuando niña, me gustaban las historias que comenzaban con ese juego de palabras. Ese principio me parecía de un realismo mágico y misterioso que al solo oírlo me transportaba hacia más allá de los límites de mi imaginación, hacia más allá de la propia historia que leía o que alguien me narraba. Sin embargo, no me sucedía lo mismo con el clásico “había una vez…”
Intuía que las historias que así comenzaban, eran “puro cuento”, me sonaban a niñerías y, como no podía imaginarlas reales, no me interesaban.
Por eso mismo, esta historia comienza así:
Érase una vez que era un piloto de Aerolíneas Argentinas, enamorado, que digo enamorado, enamoradísimo de una comisario de a bordo con la que hacía algunos años –luego de algunos otros de dimes y diretes- habían decidido caminar codo a codo construyendo un camino de a dos, una historia de amor y de complicidades. Habían decidido probar el acompañarse no solo en los vuelos que tripulaban juntos, sino en el día a día, en el mundo real, con los pies bien puestos en la tierra, aunque sus corazones anduvieran por los aires y la magia de cada vuelo poco tuviera que ver con las cotidianeidades.
El hombre, provocador de suspiros en el género femenino sin distinción de edades, religiones o ideologías, era un combo perfecto. A su esbelto porte masculino y mirada seductora sumaba, para serlo, simpatía, inteligencia y buen humor.
Y la muchacha no le iba en zaga.  Femenina, agradable, atenta, sonriente, y tantas otras cualidades además de un fresco rostro morocho con aires latinos, la postulaban sin dudas, en el primer puesto de las miradas  de los hombres sin importar tampoco raza, credo o nivel socio cultural.
Estas infidencias las obtuve en uno de mis vuelos Bs As – Ushuaia en que, por casualidad nomás, me tocó de compañera de asiento una colega de la agraciada pareja. Estaba volando hacia “el fin del mundo”,  en una semana que esperaba sea de reparador descanso, y que –según me dijo también la dicharachera y simpática jovencita- esperaba encontrar nieve suficiente ya que su meta era ir cada uno de sus días de vacaciones, a esquiar “al Castor”.
Y lo increíble es que –otra vez por casualidad nomás- a poco más de un año de haber sido partícipe de tales confidencias, volando nuevamente de Bs As a Ushuaia,  me encuentro con la misma tripulación de los felices enamorados.
A poco de despegar, el piloto anunció por los altoparlantes las condiciones climáticas, el tiempo de vuelo, dio detalles sobre la altura crucero, dijo que anunciaría cada vez que sobrevoláramos una zona de interés y, cambiando el tono de voz, dijo también que haría un anuncio de tanta importancia que tal vez quedaría registrado en los anales de la aviación argentina…
Continuará

viernes, 28 de noviembre de 2025

Muñeca

  Tampoco me importa el mío

Sale edición de relax. Para ello, pensé que estaría bueno compartir algunos chistes que a la vez funcionan como adivinanzas: los clásicos de "obras en 3 actos".
A ver cómo les va. Voy a poner las respuestas al final de este primer segmento de mi casita de letras. ¿Lo intentamos? ¡No vale copiarse! 😊
1) 1° acto: pasa un chicle en una moto.
    2° acto: pasa el mismo chicle en otra moto.
    3° acto: pasa el mismísimo chicle en otra moto.
    ¿Cómo se llama la obra?...

2) 1° acto: pasa una banana.
     2° acto: pasa una manzana.
     3° acto: pasa una pera.
    ¿Cómo se llama la obra?...

3) 
1° acto: un yogur en una vía.
    2° acto: un queso en una vía.
    3° acto: una manteca en una vía.
   ¿Cómo se llama la obra?...

4) 1° acto: una rana come caramelos y no le convida a nadie.
     2° acto: la misma rana come alfajores y no le da a nadie.
     3° acto: la misma rana embarazada.
    ¿Cómo se llama la obra?...

5) 1° acto: un chinito tomando una taza de té de tilo.
    2° acto: el mismo chinito tomando otra taza de te de tilo.
    3° acto: el chinito en el baño.
    ¿Cómo se llama la obra?...
Ya me dirán, si tienen ganas, si han pasado un momento de sonrisas, si pudieron adivinar algunos, o lo que quieran contar al respecto.
Gracias por pasar,  hasta el viernes que viene o hasta cuando gusten volver.
1) Motochicleta.   2) No pasa naranja. 3) La vía láctea. 4) El que come y no convida, tiene un sapo en la barriga.  5)  Le salió el tilo por la culata.
 Lu
Esa Musiquita  en el recuerdo
                                          Acá no zafás:
   (por eso me hice “bloguera”, para publicarme...entrega Nº618 de la                                                                                suelta de mis letritas)
NOTA: Recordé este relato que escribí hace más de 20 años. No sé con exactitud la fecha pero se que ha corrido mucha agua bajo el puente desde entonces.
¿Muñeca?

Allí estás y no te toco. Nadie te toca, ni siquiera mi hija, que con sus 7 añitos ya casi ni te mira, ya casi ni te quiere, y mirá que pasaron años de…” ¿Me petás mami?”
Y, ¡ mirá que repetí una y mil veces la misma historia! …”No, porque se rompe”…
Allí seguís estando. ¿Será que no te presto porque no presto ni toco mis recuerdos?
¿O será tal vez que al ser el único lazo tangible entre mi pasado y mi presente, temo que te desarmes y se pierdan junto a vos, en mil partículas, mi identidad, mi SER COMO YO, mi historia?...
Es que, sin duda, que seas irreemplazable y única me convierte en una dama temerosa y egoísta, lo cual no es para que me felicites, pero… ¿que podemos hacer para evitarlo? …
No lo sé, pero sí sé que el mirarte, paraliza mis movimientos, aquieta mi mirada, acelera mi respiración.
Y vos, sin inmutarte siquiera, así como si nada ocurriera…tan frágil y tan fuerte, tan cercana y tan distante.
Marcando una época, desafiante, altanera casi, recordándome que el tiempo inexorable, invisible, con sus huellas y su paso transcurre, y yo sólo soy una pasajera del mismo, sin estación final definida ni boleto VIP que me ampare.
Claro que vos ya no tenés tu antiguo esplendor, ni tus ropas a lunares… o tus aros. Los que solo vuelven a mí cuando, ¿recuerdo?... ¿sueño…¿imagino? mis primeros pasos, una tacita de leche tibia o algún caramelo para calmar mi llanto.
Entiendo ahora que si bien ya no sos como entonces, seguís siendo esencialmente única en mis sentimientos.


Comprendo al fin que ya nada es igual a pesar de que ella sigue intacta desafiando al futuro.
Sobrevivió a mi niñez, mi adolescencia, mis miles de mudanzas, hasta que encontré “mi lugar adonde volver”, bajo este cielo, que me cuenta cotidianamente que el horizonte está en el interior de uno mismo, estas montañas que me anuncian que la vida tiene varias laderas, y la sabiduría es sencillamente sortear los obstáculos para poder encontrar la menos escarpada y esta Bahía que mira al poniente y me ancló con su magia para siempre.
Sobrevivió, decía, a mi primer amor y también al último, a los primeros pasos y balbuceos de mi niña, a sus deditos exploradores y ahora que se humedecen mis mejillas con estos pedacitos de lágrima, deseo que también a mi me sobreviva, para que una tardecita cualquiera en otro otoño Ushuaiense, mi hija cuente una historia parecida a esta, a sus hijos, y porque no, a sus nietos, para que puedan sentir así su historia y fortalecer sus raíces, al ver esta extraña, rígida y negra muñeca de yeso.

viernes, 21 de noviembre de 2025

Días/sentimientos

 Tampoco me importa el mío

Entre luces y sombras pasó mi semana. Por alguna razón que desconozco he tenido días en que ha subido mi presión. Me estoy controlando y, por supuesto, cuidando. Pero, ha sido motivo de "ocupación" de mi cerebro en estos  días. 
¿El clima? …¡ni vale la pena hablar!
Sólo decirles que la primavera, una vez más, se muestra demasiado esquiva. 
Y, como ya saben, los acuerdos del "títere" Milei con el "país del norte" son terroríficos. Sólo por mencionar uno de los tantos problemas que tenemos en mi país "detrás de escena".
Así que no he podido pensar con claridad qué compartir en este segmento de mi casita de letras.
Lo único que se me ha ocurrido es que podría hacer una tercera publicación sobre aquellos tiempos de infancia para cerrar el "ciclo de la infancia de quienes hoy tenemos cierta edad". (Lo de "cierta edad" se lo tomé prestado al amigo bloguero Enrique)
En este caso sobre historietas y series de televisión.
Mucho para contar y mostrar, muchas historietas que a más de uno o una de quienes pasan por aquí los transportará a sus respectivas infancias y/o adolescencias.
Pero, como ya he dicho, no tuve la mejor semana. Por eso, a pocas horas del viernes, con tiempo escaso para desarrollar el tema sólo mencionaré algunos nombres a "vuelo de pájaro". De todos modos, ojalá sea suficiente para "disparar" los recuerdos de ustedes.
La pequeña Lulú, Periquita, Mafalda, Pelopincho y Cachirula, Patoruzú, Patoruzito, Isidoro Cañones, Hijitus, Anteojito, Batman, Asterix, Micky Maus...
Mi hermano, mayor que yo, también leía "D' Artagnan", "El tony", "Intervalo" ...
¡Y los libros de cuentos! Pero ese tema -cuentos para la infancia- merece una publicación por si sola.
Y en cuanto a series, como en casa no teníamos televisor,  mi hermano y yo íbamos a la casa de unos vecinos que, además, nos invitaban a comer torta de chocolate y beber cascarilla de cacao, mientras veíamos, según el día, alguna de las siguientes series,  en blanco y negro obvio: Lassie, Los 3 chiflados, Mi marciano favorito, El Llanero Solitario, El zorro, El gordo y el flaco, o la pequeña Lulú y no recuerdo que más.
Espero "pasen por alto" la falta de concentración que denota esta edición. Al menos, a mi no me satisface, pero...¡es lo que pude!
Si tienen ganas, pueden contarme qué leían o qué veían en la tele cuando eran peques.
Gracias por pasar, Y POR EL AGUANTE, hasta el viernes que viene o hasta cuando gustes volver.
 
 Lu
Esa Musiquita  en el recuerdo
                                            Acá no zafás:
   (por eso me hice “bloguera”, para publicarme...entrega Nº617 de la                                                                                suelta de mis letritas)
NOTA: Pido disculpas por volver a publicar este poema, pero me parece que ensambla con el primer fragmento de esta edición. En todo caso...¡ojalá no lo recuerden! Así parecerá que es la primera vez que lo leen
 Días/sentimientos...
Hay días como tules
-días transparentes-
días agitados, soñadores
días como nubes,
-que se esfuman-
que se empujan y se aprietan
para que llegue el siguiente… 

Pero…
hay días, como túneles,
-días huecos y sin fin-
Y otros días telaraña,
que enredan y que atrapan
-ideales pa' dormir-.

Hay días como cárceles,
días laberintos…
-muy oscuros-
que  encierran, que atormentan
y son días sin futuro.

Y hay otros
-que son los mejores -
son los días como soles,
que iluminan el camino
y resplandecen los sueños,
que tatúan en el alma
brillo y cálidos colores.

viernes, 14 de noviembre de 2025

Espejando la vida

  Tampoco me importa el mío

Luego de recordar ese lenguaje lúdico y esos tiempos en que lo hablaba, pensé que era muy fácil entonces llegar al cielo.
¡Si habré jugado a la rayuela! 
Y, ya ven, una cosa trae la otra y me dije ¿porqué no compartir recuerdos de los juegos de infancia?
De ese tiempo que -como dice Joan Walsh Anglund-"es tiempo de inocencia, es la mañana de la vida, todo maravilla, todo cambia, son peldaños muy altos y huellas de pisadas pequeñitas" 
Antes de recordar en vos alta esos juegos, quiero decir que tengo claro que no todos los niños y niñas del mundo tienen la posibilidad de disfrutar de su niñez. 
Que no siempre y en todo el universo niños y niñas tienen una infancia feliz. ¡Hay quienes ni siquiera la tienen! Y eso, sin dudas, es una triste realidad.
Dicho esto, recuerdo muchos juegos que hoy , creo, ya no se conocen.
"Martín pescador...¿me deja pasar? pasará pasará pero el último quedará"
"Pisa pisuela color de ciruela, vía vía en este pie..."
"Antón Antón , Antón pirulero , cada cual cada cual atiende su juego..."
Escondidas, estatuas, cachurra montó la burra, saltar el elástico, saltar la soga, mancha venenosa, huevo podrido, payana, figuritas, bolitas...
¡Y tantos más! 
Los míos preferidos: saltar el elástico, las estatuas y la rayuela.
¡¡Y las retahílas para sortear juegos o saber quien hacía tal o cual personaje!!
Entre otras:
"Don Pepito el verdulero/se metió dentro un sombrero…"
"Pata sucia fue a la feria/a comprar un par de medias..." 
"En la esquina 24 hubo un gran asesinato..." 
¡Qué maravilla el énfasis que poníamos al decirlas señalando a los jugadores con el dedo o apoyando nuestra mano en sus cabezas!
Como no puedo con mi genio, antes de finalizar, quiero decir que de esos juegos "para niñas" la mayoría eran "panfletarios" aunque en aquellos años no lo parecieran. 
¿Qué si no de "Arroz con leche, me quiero casar..." La farolera tropezó y en la calle se cayó..." "Estaba la Catalina sentada bajo un laurel..." "La ronda de San Miguel el que se ríe se va al cuartel..."
En todo caso, hay mucha tela para cortar al respecto, así que mejor dejo de pensar y de teclear ahora mismo.
Ya me contarán ustedes, si tienen ganas, que recuerdos les ha disparado esta entrada.
Gracias por pasar, hasta el viernes que viene o hasta cuando gustes volver.
 Lu
Esa Musiquita  en el recuerdo
                                      Acá no zafás:
   (por eso me hice “bloguera”, para publicarme...entrega Nº616 de la                                                                                suelta de mis letritas)
Espejando la vida
Espiaba la vida. La dejaba pasar, la miraba desde la veredita de enfrente.
No se atrevía a poner las manos en el plato, a saltar la valla o a comprarse un buen espejo, que le devolviera su imagen sin distorsiones. 
Desde niñita le habían dicho “eso no” “está mal” “no es así" "vos no podés" y ella se lo creyó tanto que decidió refugiarse en su "inutilidad" para justificar su inercia. 
Pero el día que salvó a ese cachorro de morir aplastado por las ruedas de un vehículo, ese día en que puso a riesgo su vida para salvarlo de una muerte segura, ese día en que un grupo de 5 pares de manitas sucias la aplaudían y la abrazaban por haber salvado a Totó, se sintió una heroína, una gran mujer. 
Desde entonces, es la mujer más querida del barrio, los niños pasan siempre a saludarla, les dejan sus mascotas al cuidado cuando se van de vacaciones y aún cuando parten divertidos hacia la escuela. 
Y ella, feliz, saluda a los vecinos a través de la enorme y luminosa ventana de lo que fuera su sala de estar y que, luego de aquel suceso, pasó a ser "guardería de animales pequeños". 
Sonríe, se saluda y no se sorprende al ver que el gran espejo, que al fin se atrevió a comprar y colocó en el local, le guiña un ojo.