jueves, 5 de julio de 2012

1 minuto la vida

Tampoco me importa el mío
Y por eso hoy voy a ir cerrando los relatos de mi recorrido por Francia,en esta idea de hacer un resumen de lo vivido y lo aprendido durante esos 25 días.
En los dos capítulos anteriores, todo lo relatado, según varias devoluciones que recibí, dan una idea de "primer mundo", de orden y "perfección"...¿o no?
Pues...¡amigos y amigas, no todo lo que reluce es oro! En prácticamente todas las ciudades que visité (las más grandes particularmente, no los recuerdo en Arles ni en Avignon) vi grupos de  jóvenes de ambos sexos, tirados en alguna plaza, fumando, bebiendo, en ocasiones discutiendo en voz alta, con aspecto, bastante notorio, de falta de higiene y rodeados de varios canes, generalmente de gran tamaño. Averigüé entonces, con mis anfitriones, de qué se trataba y en cada ciudad recibí la misma respuesta: Son personas que no tienen trabajo, cobran un subsidio del estado que les alcanza perfectamente para comer y rentar alguna pieza o alojarse en los albergues y les queda resto para estar todo el día tomando alcohol, fumando y organizando alguna pelea callejera.(quiero decir que el atado más económico de puchos en Francia cuesta 6 euros) ¿Y porqué los perros? Porque si tenés perros con vos la policía, en Francia, no puede detenerte...
También vi, en las grandes ciudades, muchas personas sentadas en las veredas, con un cartel, o no, solicitando una moneda. Y en París, no lo duden, también hay gente durmiendo en las calles, al mejor estilo Buenos Aires.
De hecho, durante mi estadía, profundicé sobre estos temas sociales emergentes, pero no es la idea de "escribir un ensayo" solo lo cuento para dar una idea bastante aproximada de la realidad francesa.
Y ¿saben qué? ¡ésta es genial! En Francia, es ley que cuando vas a comer a un restaurante, pongan en tu mesa una botella con "agua de grifo". Es decir, vos pedís un menú de mediodía (unos 12 / 14 euros) o te pedís un plato que cueste 7 u 8 euros y, si querés,  no gastás más que eso pues no tenés necesidad de pedir bebida.
Podríamos hablar mucho más sobre este viaje, pero mejor los invito a que vayan comprando pasaje para ir al sitio que más quieran conocer, y luego, cuando regresen, me cuentan la experiencia. ¿Vale?
Como siempre, gracias por leer mi blog. Espero opiniones, críticas y halagos también. ¡Hasta el jueves próximo! Buena vida.
   LU
La frase para pensar:
A pesar de todo, me llueven luceros, invento un idioma diciendo te quiero.
Eladia Blazquez
Acá no zafás:
(para eso  me hice “bloggera”, para publicarme...¡así que leé la entrega Nº 67 de la suelta de mis letritas!) 
1 minuto: la vida
_ ¡Magnífico!, dijo y se fue sin más. 
Las doce en punto y yo, tiesa en medio del bulevar, en la media sombra de los lapachos, entre  la media tinta de mi vida y su vida, en el mediodía caluroso de Rosario, en la mitad justa entre el pasado y el presente, sin vislumbrar el futuro. Pero básicamente, tiesa en medio de mis inseguridades y mis no decisiones que giraban metiéndome en el medio de círculos concéntricos,  como si un viento huracanado me estuviera "chupando". 
Y sentí miedo...ese miedo que está grabado en tus células y que se arrastra por generaciones, hasta que algún valiente de la familia se decide a enfrentar los fantasmas y termina con la mala vibra. Ese miedo asociado a la soledad, a los compañeros y compañeras "chupados" clandestinamente, ese miedo a perderlo todo, que ni siquiera te permite darte cuenta que no tenés nada...
Ese miedo de saber que "sos tu todo" , y que de tus decisiones depende tu próximo segundo y el resto de tus días. 
Ese miedo...Ese maldito miedo a tu furia descargada sobre mi nariz, mis ojos, mi vientre que empieza a redondearse, y tus manos de gigante posándose sobre cualquier sitio de mi pequeña humanidad...Ese miedo de mierda, de medio a medio,  de miradas destilando veneno y marcándome "culpable". 
Entonces, en ese estado de parálisis, sentí como si un pececito nadara dentro mío, sentí una brisa tibia inundándome...
Me cubrí la panza con ambas manos, le grité con todas mis fuerzas y una voz nueva: ¡¡Hijo de putaaaaaaaaaaaaa!! y me mezclé con ese grupo de jubilados que hacían un tour guiado, hasta que lo perdí de vista. A las doce y un minuto marqué, a pesar del temblor de mis manos, el número del Instituto Municipal de la Mujer...

3 comentarios:

  1. PORTA, ANTE TODO , PERDON LA HORA, ME FUI A HACER UN ESTUDIO.
    LA REALIDAD FRANCESA, VERDADERAMENTE, MUY CERCANA A NUESTRA PROPIA REALIDAD.........
    EL RELATO, ATRAPANTE Y MUY CERCANO A MIS EXPERIENCIAS.
    DESCRIPTO, TAL CUAL COMO SE VIVE, Y SOY IDONEA !!!!!
    GRACIAS POR COMPARTIR CON NOSOTROS TUS JUEVES .....
    BESOS
    LA UBALDON

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  2. Hola, hoy me pasé de largo, es la una del viernes. Lo que pasa es que me olvidé de que era jueves, pero aquí estoy, y eso es lo que vale. No me extraña la realidad francesa es el la realidad de la era, en todo el mundo pasan cosas parecidas, no hay nada que ya no esté inventado o usado, y sobre todo las cosas feas. Desde que el mundo es mundo hay gente en la indigencia, borrachos, adictos a las drogas, abandónicos de sus propias vidas con causa o sin ella.
    Las bellezas que nos pintan las postales de los distintos lugares del planeta, nunca muestran esas realidades porque no venden, los turistas no las comprarían. Es más, la crisis económica que se ha adueñado de la gran Europa, de la cual Francia no está exenta, ayuda a que lo que contás sea más veraz.
    Impactante el relato, diría conmovedor. Besos, Evy

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  3. Hola Lucia, hacia un tiempo que no te leia, me alegra que hayas viajado, que obtengas experiencias de otros lugares... que en definitiva, son similares a los nuestros. La gente es parecida en todos lados, lo que cambia es la historia del lugar, la parte edilicia...
    Me puse al día y lei todas tus publicaciones anteriores.
    Te mando un beso grande... siempre es lindo leerte

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