viernes, 5 de junio de 2015

Un minuto...la vida

Tampoco me importa el mío
Y porque los años me dan una especie de impunidad para decir lo que pienso, es que voy a decir que en este mismo momento en que estoy escribiendo, se está llevando a cabo, también en Ushuaia,  la convocatoria llamada "Ni una menos"
Y no. No fui. Estoy una tanto escéptica últimamente aún hasta en las causas más nobles y surgidas por los medios sociales...Imagino que tal vez, habrá en la plaza muchos aprendices y/o zorros viejos de la política, muchos hombres que puertas adentro son maltratadores, muchas mujeres que aplauden a Tinelli o las que les parece divertido el tipejo que mas chistes groseros dice sobre su esposa. Los seguidores de algún político que dijo que a las mujeres les gusta que le digan "que lindo culo", etc etc.
Y seguramente también, eso creo esperanzada, habrá allí cientos de personas que comprenden el verdadero significado del maltrato. Que entienden que se necesita un cambio de mentalidad, y que van un paso más adelante del común de las personas. Que entienden que en principio es necesario cambiar el paradigma, que llevamos demasiados años haciendo "como si" pero en verdad no comprendemos la raíz del problema. Que la educación machista que imperó en este país por siglos, no puede derribarse así como así, que es necesario empezar por casa, y no pretender que el hijito varón es más piola si mira a las nenas más lindas, o insistir en que la nena es la que debe tener cierto recato. Es necesario que en las escuelas, en las casas, en los centros comunitarios, en todos los sitios donde niños/niñas y adolescentes se reúnen para desarrollar alguna disciplina o practicar algún deporte se incorpore, con el ejemplo principalmente, el respeto que nos debemos unos a otros, como seres humanos que somos. Es necesario que el varón comprenda porqué no debe violar ni violentar a las mujeres...Extrañamente, en general, se le enseña a la nena a cuidarse de los violadores...¿no les parece que la educación es primordial en esto? Sigue siendo muy piola el varón que tiene muchas "minas" y a la inversa, la mujer es "una puta", dicho aún por las congéneres.
No. No fui. Sin embargo, poco a poco pude construir mi nuevo pensamiento. No es fácil. No aparecí en estos tiempos y ya. Vengo de esa educación machista, de la que ya hablé. Mi hija me ayudó en el proceso de entender que si la mujer se pone una mini, o un escote, está en todo su derecho a hacerlo, y no por eso el hombre tiene derechos sobre su cuerpo, o sobre su vida. Hace muchos años vi, como un hijo se puta, golpeaba a una vecina mía...y me paralicé...no pude ayudarla. Pero ya no. No soy de las personas que cierran la mente a nuevos aprendizajes, no soy de las personas que creen que los años son suficientes para tener sabiduría...
No. No fui. Pero he llamado a la policía cuando escuché una noche a una jovencita pedir auxilio, aún a costa de tener problemas con algún vecino, que mientras su hijo golpeaba a la chica, él y su mujer no salieron a tomar cartas en el asunto. He seguido con mi auto en otra circunstancia, a un muchacho que iba por la calle Deloqui maltratando a quien parecía ser su novia, como para citar algunos ejemplos de lo que todos y todas deberíamos hacer: DENUNCIAR,INTERVENIR, INVOLUCRARNOS aun a riesgo de lo que sea...Ciertamente ese tipo de acciones no nos dan la"visibilidad"que puede darte el ir a una multitudinaria convocatoria...
Como sea, espero que estas lineas también sirvan para la reflexión sincera desde lo mas profundo de nuestro ser...
 
Como siempre, gracias por leer mi blog. Espero opiniones, críticas y halagos también ¿Vale? ¡Hasta el viernes próximo! Buena vida

  Lu
Frases para pensar:
"Sin duda, tu coraza te protege de la persona que quiere destruirte. Pero si no la dejas caer, te aislará también de la única que puede amarte"
                                                                                                                                         Richard Bach
"La gente vive años y años pero, en realidad, únicamente durante un tiempo vive de verdad, y es cuando consigue hacer aquello para lo que nació"
                                                                                     Alessandro Baricco
"Tu única obligación en cualquier período vital consiste en ser fiel a ti mismo"
                                                                                          Richard Bach
 Acá no zafás:
(para eso  me hice “bloggera”, para publicarme...¡así que leé la entrega Nº  169 (bis) de la suelta de mis letritas)
NOTA: El "bis" es porque este relato breve, ya fue publicado en julio de 2012. Por lo tanto, a quienes leen este blog desde hace un par de años, les resultará conocido. Pero creo que el tema de la intro de hoy, amerita que vuelva a publicarlo. Gracias
1 minuto... la vida
_ ¡Mierda! dijo, me empujó, lanzó una piña al aire y se fue maldiciendo. 
Las doce en punto y yo, tiesa en medio del bulevar, en la media sombra de los lapachos, entre  la media tinta de mi vida y su vida, en el mediodía caluroso de Rosario, en la mitad justa entre el pasado y el presente, sin vislumbrar el futuro. Pero básicamente, tiesa en medio de mis inseguridades y mis no decisiones que giraban metiéndome en el medio de círculos concéntricos,  como si un viento huracanado me estuviera "chupando". 
Y sentí miedo...ese miedo que está grabado en las células y que se arrastra por generaciones, hasta que algún valiente de la familia se decide a enfrentar los fantasmas y termina con la mala vibra. Ese miedo asociado a la soledad, ese miedo a perderlo todo que ni siquiera te permite darte cuenta de que no tenés nada...
Ese miedo de saber que "sos tu todo" , y que de tus decisiones depende tu próximo segundo y el resto de tus días. 
Ese miedo...Ese maldito miedo a su furia descargada sobre mi nariz, mis ojos, mi vientre que empieza a redondearse, y sus manos de gigante posándose sobre cualquier sitio de mi pequeña humanidad...Ese miedo de mierda, de medio a medio,  de miradas destilando veneno y marcándome "culpable". 
Entonces, en ese estado de parálisis, sentí como si un pececito nadara dentro mío, sentí una brisa tibia inundándome...
Me cubrí la panza con ambas manos, le grité con todas mis fuerzas y una voz nueva: ¡¡Hijo de putaaaaaaaaaaaaa!! y me mezclé con ese grupo de jubilados que hacían un tour guiado, hasta que lo perdí de vista. A las doce y un minuto marqué, a pesar del temblor de mis manos, el número del Instituto Municipal de la Mujer...

2 comentarios:

  1. Antes que nada tengo que pedirte disculpas porque te tengo abandonada. No te voy a dar los motivos porque eso amerita una charla por skipe. Pavada de tema el de hoy. Yo sé un rato largo del tema pero es historia antigua. Tanto que ya le cerré con doble llave al placard de los malos recuerdos para que no se escapen ni aun cuando temas como el de hoy pretenden llevarme hacia una situación que me llevó años de terapia. Coincido ampliamente con vos en no ir a ese tipo de manifestaciones que muestran por un rato que a la gente le preocupa, pero vueltos a casa vuelven a sus rutinas olvidando hasta el motivo que los llevó a «estar allí» porque había que estar. No digo que todos hicieran lo mismo pero sí la mayoría, van a «hacer rostro».
    Lo que sí me pegó bien fuerte fue el cuento. Muy bien contado, muy emotivo y me dejó pensando, a cuántas mujeres les pasa eso, pero sabés qué, también me pregunto por qué las mujeres a veces aguantamos ese tipo de trato. Será por esa educación machista que vos decís, en la que no se le enseña al varón que él no es el rey de la casa? O será porque pensamos que hicimos algo mal? El otro día vi un video del programa de Mirta Legrand que entrevistaba a una modelo maltratada la vieja dama indigna le pregunta: « Pero vos le hiciste algo para que te pegue?» Obviamente esto no merece el comentario viniendo de alguien con tan poco cerebro. Sigo en los otros comentarios, beso, Evy

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  2. Excelente relato, Lu, con esa final donde hay cabida para la esperanza.

    Estoy de acuerdo contigo, Lu, en que es un problema de educación, de sensibilización, de campañas que hagan visible esta lacra, de leyes que amparen y protejan a las víctimas y castiguen a los maltratadores y muchas veces, demasidas, asesinos.

    Mi marido escribió uno de los primeros libros en España sobre el maltrato, en 1995, y parte del libro eran testimonios directos de supervivientes de intentos de asesinato o mujeres que habían logrado salir de ese infierno.

    Escuchábamos las cintas y nos producían incredulidad y horror. Y entonces entiendes por que aguantan tanto, por que no piden ayuda... Por que no denuncian...

    Primero el maltratador las va anulando como personas, utilizando una mezcla de humillaciones seguido de exaltaciones de su amor "lo hago porque te quiero" "Nadie te quiere más que yo" "No podría vivir sin ti"

    La siguiente fase es aislarlas de su entorno familiar y de amistades.

    Al poco ya consigue que la mujer se sienta "culpable" y que crea que su maltratador tiene razón en enfadarse porque no sirve para nada.

    Luego ya es simple terror a que les de una paliza, las mate, mate a sus hijos, haga algo a sus familiares...

    Los hijos suelen ser los que al final se ponen al lado de su madre al hacerse mayores, cuando comprenden que conviven con un monstruo y son los que dan fuerza a esa mujer para salir de la pesadilla.

    Y estamos hablando de lo que llaman "el primer mundo" imagina lo que ocurre más allá.

    La barbarie no tiene estatus ni rentas ni educación. ¿Sabias que los paises nordicos lideran el ranking de femicidios en Europa?

    Un beso, Lu, que tengas una semana espléndida.

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