jueves, 22 de noviembre de 2012

Gracias a Botero

Tampoco me importa el mío
Y por eso hoy voy a contar que en el IV Certamen de Escritura "Puente de palabras 2012" que, como cada año organiza el equipo de la Biblioteca Ikaukayen, del Instituto Provincial de Enseñanza Superior, obtuve los siguientes resultados:
Categoría Relato Adulto
Primer premio "Antecámaras y simetrías" de Jonatan Berruti.
Segundo premio "Migraciones" de Patricia Orler.
Tercer premio "El cachito" de Lucía Porta.

Categoría Cuento infantil 
Primer premio "El barquito viajero" de Rosella del Guerra.
Segundo premio "Mar dulce, río salado" de Lucía Porta.

Categoría Poesía
Primer premio "Pema" de Lucía Porta.
Segundo premio "Poema sin nombre" de Silvina Pereyra.
Tercer premio: "Sin recreos", María del Pilar Ferrer
Mención Especial: Bajo el brazo de la anestesia. Jano Agustín Bujalesky.

Siempre es una caricia al alma y un aliciente para seguir por este camino literario que inicié hace tanto tiempo que ya ni recuerdo, pero que sólo hace un par de años, pude empezar a trabajar sistemáticamente en él.
A pesar de ello, esta primavera esquiva y burlona, sigue jugándome malas pasadas y me tiene de rehén...si brilla, yo brillo, cuando se opaca, yo me convierto en nube, cuando sopla...puedo ser barrilete, aunque no siempre me sienta más liviana que el aire. Hasta aquí puedo sostener la indiferencia primaveral. Pero, cuando huye a esconderse hacia otros mares, dejando ésta oscuridad, otra vez éste frío y otra vez estos copos tardíos, no logro escribir,ni leer, ni volar, ni planear...ni dejar de recordarte.
Por eso, hoy no tengo mucha letra, ni ganas, ni onda. Espero que les guste mi cuento -que lo escribí un día de sol brillante-. A mi me gustó mucho escribirlo, y más aún me gusta leerlo.
Como siempre, gracias por leer mi blog. Espero opiniones, críticas y halagos también. ¿Vale? ¡Hasta el jueves próximo! Buena vida
                               



Lu
La frase para pensar:
No hay alivio más grande que comenzar a ser lo que se es.
                                                                                  Alejandro Jodorowsky
 Acá no zafás:
(para eso  me hice “bloggera”, para publicarme...¡así que leé la entrega Nº 86
                                                      de la suelta de mis letritas!)
Gracias a Botero
Siempre estaba flaca, prolija, arreglada. Era divertida, carismática, contestataria…Siempre encontraba la palabra justa y hablaba con una seguridad envidiable. Su inteligencia práctica, la ayudaba a tener una respuesta a flor de labio para cualquier circunstancia. Era la compañera ideal, para armar peñas, fiestas, juntadas de amigos y amigas. No sabía bailar. De todas maneras, si había que bailar… ¡bailaba! Nunca le importó el “que dirán”
Era la que escribía las palabras de despedidas, de fiestas escolares, cartas de cumpleaños… ¡Adoraba leer y escribir! De entre sus amigos y amigas, particularmente dos (uno y una) le prestaban libros y, también con ellos, hablaba de arte, de cine, de cultura general. Eran tiempos difíciles para ser adolescente…Había secretos socialmente compartidos, cosas de las que no se hablaba, se era “bueno” o se era “malo” Si alguien pensaba diferente, sentía diferente, se apartaba del camino trazado, era mirado con desconfianza.…Ser comunista, por ejemplo, era malo.Ser gay, era malo, y ella, por supuesto, tenía algún amigo gay.
También era amiga de todos los varones, tan amiga que sabía de qué chicas gustaban, y así fue que más de una vez jugó eficazmente su rol de “Celestina”.
Tanto, que todas sus amigas se iban casando, y ella, flaca, divertida, carismática, asistía a las bodas, recibía ramos,  anillos de las tortas, se enamoraba, pero… ¡los muchachos más de ser amigos no pasaban! Es más, le seguían contando de sus conquistas, sus experiencias sexuales, y ella sonreía y todos la creían “una chica de avanzada”.
Y así, entre penas de amor y otros sinsabores, los almanaques se iban quemando.
Asistió a los bautismos de los hijos e hijas de los matrimonios amigos, luego asistió a los 15 de las chicas...
Sus historias de amor, seguían siendo fugaces e inversamente proporcionales al tiempo que ella necesitaba para “desenamorarse”.
Empezaba a engordar un par de kilos. Entonces hacía la “dieta de la luna”, y se volvía a acomodar… Seguía siendo tan flaca, tan dicharachera, tan...solitaria. Su mirada triste, la delataba, pero… ¡nadie lo percibía!
A veces pensaba que su personalidad era extraña, que ella misma era como dos mujeres…La que lloraba por las noches, a solas con su almohada y la otra, la popular, la que acudía a los llamados de amigas que empezaban a separarse, la que sonreía y contaba chistes, la que seguía teniendo la palabra precisa en el momento preciso…
Sus historias de amor… ¡a cual peor!  Las primeras arrugas en la piel, eran como un fiel reflejo de las arrugas de su corazón.
Se cansó un día de estar flaca, de no llorar, de tener la palabra precisa…Se cansó de que los hombres le dijeran que mujer como ella… ¡ninguna!  Y de darse cuenta que siempre se quedaban con “esa o aquella ninguna”…Se cansó de que algunas mujeres que lloraron sobre su hombro, fueran por el segundo o tercer marido….se cansó y se encerró en su refugio-casa-bunker. Empezó a comer, a engordar, a ver novelas lacrimógenas y sin sentido…Empezó a disfrutar de ese sinsentido  y dejó de esperar que el teléfono sonara. Una vez por semana pasaba por el supermercado, y llenaba el chango de calorías.
Engordó  tanto que tuvo que salir a comprarse ropa tres talles más del que usó en los últimos 10 años. 
Fue por ese entonces, cuando una tardecita de primavera, tuvo un impulso olvidado, arrugado. Lo sacó de algún rincón de los recuerdos, de alguna foto antigua...o quizás de algún sueño alado. Se pintó un poco a la vieja usanza –labios, rubor  y delineador- se puso su mejor vestido y salió.
Entró a una tienda de “talles especiales para señoras” y cuando salió del probador con una camisola colorida y fresca, y un pantalón negro, un señor flaco, sin panza, de años indefinidos y sonrisa pícara le dijo.
- ¡Guau! ¡Que linda! ¿Sabés como podría comunicarme con Botero? Debo avisarle que acabo de encontrar la imagen de alguno de sus cuadros. Me gustan sus gordas, sensuales, atrevidas, eróticas, carismáticas…
Y a ella se le iluminó la cara y, recuperando sus respuestas a flor de labio, respondió al “caballero andante”:
 - Mejor no le digas nada… no quiero volver a enmarcarme…

3 comentarios:

  1. HOLA LU......... SE ME PASO QUE DIA ERA, MIL PERDONES !!!!
    FE LI CI TA CIO NES , POR LOS LOGROS OBTENIDOS !!!!!!
    COMO DECIS EN LA INTRO, TE MERECES, TIRARTE A LA MARCHANTA ..
    EL TEXTO, ME CONMOVIO.... POR MOMENTOS, VI A UNA PEQUEÑA PERSONITA, MUY CONOCIDA POR AMBAS.
    EN FIN, BELLO POR DONDE SE LO MIRE.
    UN GRAN BESO .
    LA UBALDON

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  2. Hola, a mí se me chispoteó más el día, no sé por qué depre por culpa de esta primavera arrepentida.
    ¡Felicidades por los bien merecidos logros! Vos también estás juntando papelitos y eso es gratificante, como dijiste allá arriba, son caricias para el alma.
    El texto me encantó, ¿Sabés que tu personaje se me parece bastante? Pero por lo contrario, siempre fui la mejor amiga de mis probables enamorados, que siempre se quedaban con otras, y cuántas veces hice de Celestina. Claro que nunca fui flaca, pero era esa gordita simpática, dicharachera y amigable, recién pasados los 25 apareció un loco al que le gustaron mis piernas rellenitas, mis caderas amplias y mis 75 kilos, y bueno, final feliz. Me he identificado con tu personaje, perdón por la tardanza, besos, Evy

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  3. Luci, me alegran enormemente tus logros, tus premios.
    El cuento.... hermoso...
    Besos

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