viernes, 24 de enero de 2014

¿Cobardía?

Tampoco me importa el mío
Pero hoy me parece que sí me importa el mío, en algún aspecto, y por eso reflexiono en voz alta sobre lo que vengo rumiando sola desde hace más o menos un año.
Confieso antes de iniciar estos comentarios, que recién a partir del tiempo que mencioné empecé a preguntarme y sentirme "molesta" por estos temas.
Y quiero hablar de la imagen que me devuelve el espejo, que me devuelven los comentarios de las gentes o, peor aún, mis fotos de hace un par de años atrás, en contraste con la que yo tengo de mi misma.
¿Les pasa a ustedes esa sensación de sentirse habitadas/dos por un otra/otro parecida/do pero distinta/o?
Tal vez, nunca hasta hoy tomé conciencia de que es el cuerpo físico lo que cambia y "envejece", se opaca, la piel pierde su tersura, la flacidez comienza a dejar de lado esa persona firme y esbelta, y ese "envase" digno de ser admirado y, por sobre todas las cosas, estéticamente bello, se va transformando en algo parecido a un saco arrugado y sin brillo. ¡Y qué decir de los pómulos! El ensanchamiento de la cara y la sonrisa que se cae...van haciendo su trabajo de hormiga, hasta que un día, el espejo te muestra... ¡la cara de tu madre! 
Y no me importa nada en este aquí y ahora la filosofía de café, o sea dichos como "la vida no pasa por el físico, es la experiencia lo que cuenta y bla bla bla"....No soy infeliz por ello, y puedo jactarme de que aún me veo y me ven muy bien...¡pero eso no quita la tristeza de mi desnudez! Claro que hay trucos, y media luz, o penumbra, o aún luces de colores, y ropa que te esconde, pero eso es justamente "para el afuera" y mi retahíla no pasa por allí, pasa por "mi adentro", por esa imagen del espejo que me dice que en los últimos 2 años envejecí lo suficiente como para casi equiparar mi edad cronológica con la edad córporo-visual (si me permiten inventar el término) Hasta entonces, nadie conociéndome o sin conocerme, podía creer que tenía los años que mi DNI decía...pero ahora...¡Ya nadie se sorprende ni me dice...¡No puede ser! ¿estás en formol? etc etc. Y es esa ausencia de asombro, el termómetro exacto para indicarme que la imagen que me muestra el espejo, ¡Soy yo! Y me acuerdo ahora, que una amiga (lectora de este blog también anque no comentarista) me dijo hace ya un tiempo largo lo horrible que era verse en los espejos de los probadores de las boutiques...¡jajaja! me río ahora, porque es cierto eso. Creo que, cuando empezamos a darnos cuenta de estos traidores cambios corporales, deberíamos dejar de entrar a esos probadores. ¡Y pensar que hasta hacen apenas un par de años atrás a mi ni siquiera me importaba si la cortina del pequeño habitáculo quedaba un tanto abierta! Y me río también porque a pesar de todo, no dejo de ironizar sobre mi propia vida y como ya dije, este tema "no me hace infeliz" Pero me genera preguntas varias...¿les importa a los hombres "verse en decadencia", tanto como a la mayoría de las mujeres? Al respecto, sé lo que piensa mi alma gemela, mi "versión masculina", porque con él, siempre conversamos sobre estos avatares. Y le pasa lo mismo, "vestidito y arreglado" sigue estando muy bien, pero...¡también a él le importa lo que le devuelve el espejo ante su propia desnudez!. 
Ante tantos interrogantes  que surgen a medida que mis dedos avanzan sobe el teclado, creo que habrá una parte II para intentar cerrar estos comentarios que, como casi siempre, no sé si logran expresar con claridad mis ideas. Sólo digo que espero que ante tanto avance científico, y tecnológico llegue el día en que se pueda envejecer sin tener que pasar por tanto cambio corporal...Digo por ejemplo -aunque suene a utopía- morirse porque los órganos vitales se volvieron añosos, pero no la masa muscular ni la piel...
Finalmente, queridas mujeres, espero que las que se sientan identificadas, le pongan color y humor a estas reflexiones, y hombres queridos, ¡anímense a expresar en voz alta sus sentires respecto a cómo vivencian sus propios cambios corporales!
Como siempre, gracias por leer mi blog. Espero opiniones, críticas y halagos también ¿Vale? ¡Hasta el viernes próximo! Buena vida
  Lu
La frase de hoy:
Déjame un beso que me dure hasta el lunes un beso grande, un beso inmenso...
Chichi Peralta
Acá no zafás:
(para eso  me hice “bloggera”, para publicarme...¡así que leé la entrega Nº  125 de la suelta de mis letritas ) 
¿Cobardía?
De una tropelía de emociones
afectos y sentires
huyo
-con valentía-
para no caer
en las redes
de un
abrazo partido…
de un abrazo
que abraza
-como siempre-
un presente volátil
un futuro de olvidos…

3 comentarios:

  1. GUAUUUUUUUUU, AMIGA, QUE TEMITA, PARA TOCAR EN LA INTRO !!!!!
    ME SUPER, MOVILIZO. SOLO TE COMENTO, QUE TRATO DE LLEVAR MI EDAD, CON ALTURA, HABLO DE LA PARTE INTERNA Y EXTERNA, Y AL PASAR, TE CUENTO, QUE AYER, HOY Y SIEMPRE, ODIE LOS ESPEJOS. NO SE QUE SIGNIFICA ??????
    EL PEQUEÑO POEMA, DECORA, ESTA EDICION , DEL BLOG.
    EN FIN!!!!!QUEDE SHOQUEADA ........
    LA UBALDON

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  2. Te debía este comentario porque no había leído este viernes nada ocupada con mis nanas. Pero ahora que retomo la normalidad leo y veo que no hay nada nuevo bajo el sol. Claro que a todas nos pasa lo mismo al ver nuestros cambios, esos que el calendario nos muestra sin piedad. A mí me pasó eso de parecerme que era otra, y no precisamente a mi mamá que era una dama muy atractiva si no bonita. Te voy a dar mi opinión al respecto ya que tengo unos cuantos añitos más que vos. Es verdad que envejecer no es grato, sobre todo no por la imagen sino por las pequeñas limitaciones que la edad y a veces la salud te ponen delante. La cosa es poder enfrentar esto con valentía dedicándonos a mirar más hacia adentro que tanto el espejo. Este siempre nos devolverá la imagen real, igual que las fotos. Pero habría que preguntarse si esa que vemos en el cristal o el papel es la misma que fuimos. Seguramente que no. Hemos cambiado, y en general para bien, tenemos las cosas más clara que cuando nuestro único problema era alisarnos o enrularnos el pelo y ver que medias nos hacían más lindas las piernas.
    Yo, que siempre tuve una relación mala con la balanza, aprendí a no torturarme más con la imagen que veo, y te cuento por qué. Una vez que fui a comprarme ropa a Portofem, me probé varias prendas y los tres espejos me devolvían una imagen que me daba bronca, conmigo, con mi horrible cuerpo, en eso estaba cuando casi a punto de llorar miré un cartelito que estaba arriba del espejo y decía: «Ama tu cuerpo, respétalo, cuídalo, porque dentro de él está tu alma». Me pegó fuerte, y me dirás, esas son pavadas que se escriben, pero disentiré con vos si pensás eso. Desde ese día, aprendí a convivir con mi imagen, claro que traté de cuidarla y respetarla a veces con pocos resultados, pero esa frase me ayudó a aceptarme como soy y a querer más a esa que llevo dentro, que es la persona que ven aquellos que de verdad me aprecian o aman. El resto es un envase, un vestido prestado que al final de esta fiesta que es la vida, todos deberemos devolver porque es alquilado.
    Filosofía aparte, amiga, vos te ves muy bien, y eso es una suerte. No te compliques mucho si te queda alguna arruguita más todos los días o un kilo de más en la balanza. Lo que importa es que no pierdas la alegría de vivir y compartir con quienes te queremos, la belleza interior que como mujer, persona y escritora tenés. Te quiero, Evy

    P.D. : Cobardía no, miedo de volver a empezar, pero correr el riesgo vale la pena.

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  3. Te debía este comentario porque no leí nada ocupada con mis nanas. Pero ahora que vuelvo a recuperar la normalidad te voy a dar mi opinión. Sé de lo que hablás porque yo también lo pasé, no te olvides que tengo unos cuantos añitos más que vos. Claro que el paso del tiempo nos va mostrando en el espejo y las fotos nuestros cambios físicos y seguramente que no nos gustan. Me pasó eso que decís de sentir que la que me miraba desde el espejo era una desconocida y por supuesto ni parecida a mi mamá que era una dama muy atractiva sino bonita.
    Yo, que siempre tuve una mala relación con la balanza y mi salud puedo hablar con propiedad de estas cosas. No es tan grave la imagen que vemos, sino las pequeñas y variadas limitaciones a las que el calendario nos va sometiendo, sobre todo ahora que nuestros problemas ya no pasan sólo por el largo y suavidad del cabello o qué medias nos hacen más lindas las piernas. Te cuento una anécdota, hace ya varios años, más de 10, fui a comprarme ropa a Portofem, me probé varias prendas y nada me gustaba, menos la imagen que me ´mostraban los tres espejos, mi horrible cuerpo. En eso estaba, a punto de llorar cuando reparé en un cartelito que estaba sobre el marco superior del espejo y rezaba: «Ama tu cuerpo, respétalo, cuídalo, porque dentro de él está tu alma». Fue un golpe fuerte. Tal vez pienses que eso es sólo una frase que se escribe al azar, si es así disiento con vos.
    Las fotos y los espejos nos dan una imagen real de cómo estamos, pero habría que preguntarse si eso es lo que somos. Desde aquel día aprendí a aceptarme como me veía, claro que traté por todos los medios de cuidar y respetar mi cuerpo, a veces no con buenos resultados, pero más a esa que llevo dentro, que es la que ven quienes me aprecian o aman de verdad.
    No te compliques si te aparecen algunas arruguitas más o se te escapa un kilo de la balanza, vos te ves muy bien y eso es una suerte. Envejecer no es grato, lo bueno es hacerlo como vos decís con dignidad y buen humor. No preocuparnos tanto por el cuerpo, (ojo, no descuidarlo)no olvidemos que es un vestido alquilado que al final de la fiesta que es la vida, deberemos devolver. Te quiero, Evy

    P.D.Cobardía no, miedo de volver a ilusionarse. Opino que el riesgo, vale la pena.

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