viernes, 1 de agosto de 2014

Parece un cuento II

Tampoco me importa el mío
Por eso hoy voy a hacer algunas referencias al mes de agosto, mes que por cierto tiene bastante mala prensa.
Pero antes voy a hacer una observación respecto a que el viernes anterior pensaba reflexionar sobre la famosa ley conocida como "25 inviernos". Por eso había dicho que TENGO 32 INVIERNOS en Ushuaia. ¡Y no por eso me parece que mi vida haya sido un calvario! 
Tampoco tengo enfermedades relacionadas a "la crudeza del invierno fueguino"...Pero es tema para otro post.
Volvemos a "agosto" entonces. Es el mes "mufa"del calendario. Se cree que las desgracias rondan más que en otros meses del año.
En lo personal recuerdo que en mis tiempos de infancia, viviendo en Mercedes, en la provincia de Corrientes, escuchaba cada nuevo agosto la misma historia contada por los "viejos" del pueblo: Había un señor que dijo un año "Opàma agosto"...y se murió el primero de septiembre.(Opàma en guaraní=acabó ya) ¿Humor negro? ¿Fantasía popular' ¿Realidad? No lo sé, pero en verdad en mi imaginario es un dicho popular y me parece gracioso.
Y quiero compartir con ustedes párrafos de una nota que extraje de: 
http://www.lagaceta.com.ar/nota/601561/sociedad
Agosto, “vaka piru ha tuja rerahaha” (agosto, el mes que se lleva a las vacas flacas y a los viejos), dice un refrán guaraní. 
Tal vez por eso, cada primero de agosto es costumbre tomar en estas latitudes el poco agradable té de ruda macho o, en el mejor de los casos, el potaje denominado “carrulim”, una bebida hecha con jugo de caña, ruda y limón -su nombre proviene de las primeras sílabas de cada ingrediente-. Ambas infusiones -según la creencia popular- ayudan a depurar el organismo intoxicado por los excesos del invierno, a renovar la sangre y alejar la mala onda que pudiera traer el octavo mes del año. 
La planta de ruda, además, ahuyenta la mala honda y los gualichos producidos por la inquina y las envidias ajenas, siempre que esté -como aconsejan las comadres- convenientemente colocada en la puerta de la casa en una maceta mirando al oeste, sin ninguna otra especie a la par.
Pero... ¿de dónde le viene a agosto tanta mala fama? La historia poco aporta al respecto.
La leyenda negra del octavo mes surgió en nuestros pagos. Fundamentalmente en el NOA, donde para esta fecha se acumulan las tormentas, los fríos son más intensos y las dificultades ecológicas disparan el sufrimiento de hombres y bestias. Para prevenir los males del espíritu y del cuerpo, entonces, el té de ruda se impuso como la solución. Era una poción autóctona que tomaban los indígenas y que, al parecer, tiene efectos asombrosos.La tradición se remonta, al parecer, a los indios guaraníes, quienes la utilizaban con éxito contra los parásitos y determinados malestares gastrointestinales.
CURIOSIDAD
Este año agosto tendrá, llamativamente, características singulares: habrá cinco fines de semana. Una curiosidad que según la filosofía oriental del Feng Shui, se presenta cada 823 años y trae buena fortuna, siempre que se comparta con los demás. En efecto, si uno contempla el almanaque de este año se dará cuenta que agosto tiene cinco viernes, cinco sábados y cinco domingos. Sin embargo, esta contingencia no es ni mágica ni misteriosa: se presenta invariablemente cada tanto y no hace falta esperar 823 años. La razón es simple: el calendario actual o gregoriano, fue instaurado por el Papa Gregorio XIII en 1582, lo que significa que lleva vigente solamente 431 años. Si tal acontecimiento se diera cada 823 años, está sería la primera vez que presenciamos tal hecho, según las características de nuestro calendario actual. De hecho, en 2008, también tuvimos cinco viernes, cinco sábados y cinco domingos. 
Es más extensa, así que, si como curiosidad les interesa, les propongo que entren al link.
¡Buena primer semana de agosto para ustedes! Yo, por las dudas, ¡voy a conseguirme ruda macho!
Como siempre, gracias por leer mi blog. Espero opiniones, críticas y halagos también ¿Vale? ¡Hasta el viernes próximo! Buena vida
  Lu
                                               Frases para pensar:
En tiempos de engaño universal, decir la verdad se convierte en un acto revolucionario
                                                                                                          George Orwell
Los palos y las piedras pueden romper nuestros huesos, pero las palabras rompen nuestros corazones
Robert Fulghum
Acá no zafás:
(para eso  me hice “bloggera”, para publicarme...¡así que leé la entrega Nº  146 de la suelta de mis letritas)  
Parece un cuento II
 Volvió a la heladera, pues el hambre solía ponerla de mal humor y no le permitía pensar. Ya con el jamón cocido y la mayonesa en la mano, se detuvo súbitamente cuando sintió  pasos alrededor de su cocina y golpes en la puerta del fondo...
Dudó un instante, no sabía si abrir a llamar al 101.
Sonrió para si misma y se dijo que no podía ser tan paranoica, que debería de dejar de ver esos noticieros de tv que sólo se dedican a rastrear malas noticias.
Preguntó con voz firme y segura -¿quién es?
Para su sorpresa, oyó una voz muy varonil a la vez que confiada y suave.
-Soy tu nuevo vecino. Perdón si te asusté, pero veo que generalmente entrás y salís por ésta puerta que da al jardín.
Juliana corrió apenas la cortina y lo vio. ¡Tan guapo!
Hacía una semana más o menos que este bello ejemplar de hombre se había mudado al barrio. Desde entonces, se cruzaron un par de veces, en las cuales intercambiaron miradas inquisidoras y a veces atrevidas, pero ninguno de los dos se animó a presentarse formalmente. Cada vez se saludaron con un “hola”  “buenos días” o “chau”, y nada más.
Se pasó la mano  por la cabeza, como queriendo arreglarse su larga melena, se refregó los ojos, se sintió un tanto incómoda al pensar que seguramente luego se tantas horas de trabajo en la computadora, estaría ojerosa y con cara de cansada.
-Holaaaaa, ¿Me vas a abrir o no? Si no me podés atender no hay problemas, pero al menos decímelo así me voy y no sigo esperando. ¡No quiero escarcharme justo golpeando tu puerta mientras vos me espiás por detrás de la cortina!
Qué mala manera de conocer a este hombre, pensó ella, y abrió la puerta
-Perdón…hola…no, si…bueno…es que…
-¡Calma vecina! Sólo vine a preguntarte si podrías donarme un poco de sal, y aprovecho para presentarme…Nos hemos visto, ya sabes, me di cuenta de que vivís sola, también vivo solo… ¿porqué no conocernos y ayudarnos mutuamente? Hoy a mi me falta sal, tal vez a vos mañana te falte…te falte mmm….te falte algo que yo pueda darte.
Sonrió cuando dijo esta última frase…Y Juliana sintió que el tipito era un tanto osado, pero agradable, además de bello y sobre todo, sonaba divertido y amigable.
-Ok. Ya veo que no vas a rendirte fácil.
-¡Dale! ¡pasá!, mientras busco la sal.
-¿Estabas ocupada?Cuando paso por el frente de tu casa, te veo siempre escribiendo… ¿Algún amor lejano quizás, o una página de citas, o mensajes a través de Face? ¡La verdad es que no imagino que hacés tantas horas sentada frente a la computadora! De hecho, vine hace un rato, pero no me animé a golpear. No se oía nada y por supuesto que te vi allí en lo que parece ser tu refugio, escribiendo.
-Eh, no no…Es decir si, estoy muchas horas escribiendo…pero nada de lo que dijiste. Es que soy escritora…
-¡Wow! ¡Escritora! No sabía que vine a vivir a un barrio de intelectuales! ¡Yo sólo soy mecánico! Tengo mi taller, pero en “el San Vicente”…Imagino que por eso no sos cliente mía..Por la distancia entre este barrio y el de mi taller, digo.

A esa altura de los aconteceres, Juliana, que no salía de su asombro, ya comenzó a pensar una nueva  historia…No podía remar contra su imaginación. Lo extraño es que esta vez, comenzó a imaginar una historia propia. Imaginó como sería su cumple número 30 al lado de ese mecánico divertido, relajado y, aparentemente, sin rollos mentales. Simple, tan simple como sumar uno  más uno.
                                         Continuará

1 comentario:

  1. Hola, en un lunes de clima primaveral, te escribo mientras espero una «visita especial», sabrás a quién me refiero. Viene de vez en cuando y tenemos largas y nostálgicas charlas.
    Retomo, una hora y media después de empezar, ya que sonó el timbre y dejé el comentario a medias. Luego de unos mates acompañados con rosquitas chocolatadas, regalo de la visita, continúo y digo: no conocía este tema del agosto malo, en más sólo escuché siempre decir «hacer el agosto», que significaba tener ganancias en algún negocio. Hace unos años me enteré del asunto de la caña con ruda y limón para aventar la mala suerte. Otra cosa que recuerdo de agosto es la tormenta de Santa Rosa el día 30. Un aporte más al acerbo de usos y costumbres argentinas.
    Va lindo el cuentito, quiero saber más, besos, Evy

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