viernes, 15 de mayo de 2020

Conversaciones escatológicas

Tampoco me importa el mío
Tal parece en este confinamiento, por alguna extraña razón, mi cerebro no obedece órdenes. 
Es que cada semana me prometo -y prometo- dedicar más tiempo a "mi casa de letras", a buscar temas, escribir algún nuevo relato y/o poema, renovar el formato, editar mi perfil....¡Y nada! 
Debo decir, una vez más, ¡otra vez jueves!
La salvedad, en todo caso, es que este editorial es la continuación del viernes pasado. 
Entonces
Llamé al número que me proporcionó el "santo varón" que se bancó mi perorata "sin comerla ni beberla" y, finalmente, pude resolver el problema gracias a la amable señorita que me atendió y a la cual seguramente también aturdí con mi reclamo.
Tal parece he sido así de parlanchina desde que, a edad muy temprana, comencé a hablar.
Digo, porque recuerdo ahora una anécdota que oí por muchos años de boca de mi madre, mi padre y de algunas tías y tíos que no paraban de reír cada vez que la relataban. 
En esos relatos decían que
teniendo yo tres años y estando con mi mamá de paseo por el Parque Juan de Garay, en la ciudad de Santa Fé donde vivíamos por ese entonces, un guardia me saludó y esa fue suficiente motivación para que luego de mi "Hola policía" empezara a contarle que tenía puesta una bambacha rosa, que me regaló mi tía Rosita, que no, no por mi cumpleaños sino por el día de santa Lucía, porque así me llamo...
Pero no termina allí la historia pues luego de tanta cháchara, cuentan "las malas lenguas", me levanté mi primoroso vestidito y le mostré lo linda que era mi prenda íntima. 
¡Habrase visto niña más descocada!
Juro y perjuro que con el correr de los años, si bien no perdí la costumbre de hablar atropellada y vehementemente, dejé de andar mostrando mis calzones en la vía pública.
De nuevo yéndome por las ramas. Es que, ya saben, "todo tiene que ver con todo" y aplica muy bien, por lo tanto, a mi modo de escribir.
Regreso entonces para contar la extraña conversación escatológica que quedó pendiente de la semana pasada.
Como ya dije, la cámara de inspección desbordaba, cada vez que vaciábamos la mochila de los inodoros el agua salía a la superficie.
Llamé a Chetere, empresa de desagote, y me atendió un señor muy amable al que relaté lo sucedido. 
Tengo por costumbre preguntar, siempre que hago un reclamo o solicitud, con quién estoy hablando. Así supe que mi interlocutor se llamaba Raúl quien me explicó que en ocasiones el papel higiénico no se disuelve correctamente y eso lleva a que se acumule lo cual en algún momento tapona los caños y eso provoca los desbordes de cámaras de inspección.
Combinamos un horario para que "sus muchachos", así denominó a sus empleados, pasaran a inspeccionar haciendo hincapié en que él ya no salía con el atmosférico, que era el dueño de la empresa y que, además, ya "estaba grande".
Hasta este punto todo estaba más que bien pero...en vez de saludar y cortar, evidentemente, el tono de confianza de la charla y mi verborragia incontrolable me llevaron a decir: 
-¿Sabe qué Raúl? En mi casa tengo dos baños, uno en la planta baja y otro arriba. Bueno, por estos días también pasa que este último, el de la planta alta, está tapado. No creo que tenga relación con el desborde porque el de la planta baja funciona normalmente. 
Se lo comento nomás, porque entiendo que es un problema de plomería y no es la primera vez que me sucede. En otra ocasión lo he destapado con la sopapa así que es lo que voy a hacer ahora mismo ni bien deje de hablar con usted.
¡Para qué abrí la boca! 
A partir de ese momento  la charla se fue "a la mierda".
Empezó Raul a explicarme que antes de usar la sopapa debía tirar agua hirviendo, pero no una pava, una olla grande.
Porque, dijo, disculpe señora pero vamos a hablar en criollo. Si uno hace caca dura el agua fría no la disuelve...
Y yo, en vez de decir, gracias seguiré sus consejos, espero luego a "sus muchachos"...
¡Redoblé la apuesta! Que si vamos a hablar en criollo me parece bien entonces decirle que yo no hago caca dura y bla, bla bla...
Y el tipo
bueno señora tampoco tiene nada de malo hacer caca dura y bla bla bla.
Y yo intentando explicarle que en verdad no hago caca dura que si se lo digo es porque sigo pensando que tal vez se haya tapado con algo que se cayó dentro sin que me de cuenta y que por eso cuando uso la sopapa cualquier cosa que sea haya caído allí se va corriendo y bla blabla.
Ya ni recuerdo como llegamos al punto final de esta conversación tan instructiva. 
De lo que sí estoy segura es de que debo controlar mi "impulso hablador" para no volver a "meter la pata" y arremeter contra desconocidos que atienden mis llamadas telefónicas.
O no...porque ¡quién me quita lo reído! 
"Destapados" los inconvenientes, y durante un par de días llamé a mi hermana y a varias de mis amigas para contarles de esta charla escatológica y  ¡juro que llorábamos de risa! 
Ahora mismo, río mientras relato y espero que también ustedes carcajeen hasta las lágrimas.
Hoy "ZAFAN" nuevamente de algún relato o poema de mi autoría..
¡Cuídense, cuidémonos los unos a los otros y más temprano que tarde esto será un mal sueño!
Gracias por pasar. Hasta el viernes próximo, o hasta cada momento en que entremos a "chusmear" ésta, mi casa de letras.
 Lu
Música durante la cuarentena

9 comentarios:

  1. Hola Lucía, la verdad es que no he parado de reírme, no puedo creer que hayas entrado en una charla tan específica con esta persona a la que conozco porque en mi casa de Kayen tuvimos un problema por el estilo ya que en la misma red estaban conectadas tres casas, la mía y el departamento del frente y el del fondo. Fue un gran trabajo, acompañado de una charla también verborrágica de mi consorte, que, como recordarás no había que darle la palabra porque no la devolvía por varias horas.
    Risas al margen, te diré que todos andamos un poco chapitas, el encierro no es bueno, sobre todo si una vive sola, vos tenés a Agus cerca, pero no pueden compartir mucho más que un saludo, pero por lo menos tal vez, la ves a diario y eso ya es algo. Yo veo a mi asistente una vez por semana de lejos, obvio, y a mi hijo desde que esto comenzó en 55 días lo vi tres veces. Hablamos mucho por teléfono y nos mensajeamos por Wp. Trato de estar bien pero me cuesta, estoy haciendo un curso rápido de fotografía y participando con mi amigovio cordobés en un concurso del Foto Club de Córdoba, eso me lleva bastante tiempo, elegir los temas probar luces y colores buscar elementos para fotografiar, en fin, es entretenido. Pero los horarios se me dan vuelta, duermo media mañana y una siesta y luego a la noche mis ojos son el dos de oro. También he vuelto a escribir, bastante y a ver cafés literarios on line por el face, los jueves a las 22 se conecta Luis Comis y lee poemas de algunos poetas, como Gelman, Neruda, hizo algo muy lindo, combinar poemas de Pizarnik con una poeta chilena y con Olga Orozco. De modo que parecía que las tres estaban conversando. También leyó celebrando los 20 años de la publicación de su primer libro, y este jueves, leyó a Benedetti, y por supuesto aquel poema del Regreso de Mambrú, que creo que recordarás fue un disparador en su taller, para escribir algo sobre las canciones de la niñez. Y me emocionó porque recordó en pantalla mi cuento de la Farolera. Además, los martes, jueves, y domingos a las 23 una poeta de Punta Alta, hace lo mismo pero lee a gente de su zona y después a los amigos de los múltiples encuentros a los que asistió y que le enviamos nuestros trabajos a su correo.
    Dijiste que estás en Instagram, bien, el próximo jueves, Luis va a estar en esa red, con el poeta Bocanera. Yo no lo puedo ver porque no estoy en esa red.
    Me gustó mucho el video de música. Y bueno, a cargar pilas y volver a escribir algo como nos tienes acostumbrados, hasta el viernes, besos, Evy

    ResponderBorrar
  2. Evy! buenísimoooo que hayas reído mucho.
    Tal vez sea una buena opción si te sorprende la baja de ánimo...¡Volvés a leer la charla escatológica y a reir nuevamente!
    Respecto a los horarios, sigo con los mismos de siempre. Quiero decir con esto que las 4 comidas diarias las hago más o menos a la misma hora y mis horas de sueño son casi las mismas pues tampoco he cambiado mis horarios de dormir por las noches y levantarme por las mañanas.
    Veré si esta semana puedo escribir un relato breve cuyas imágenes vienen girando en mi cabeza hace varias semanas pero nunca las transformo en letras.

    Ayer llamé a "Yayo" y estuvimos recordando a "Yiyo" pues el 14 hizo un año de su muerte y coincidimos con Edu en nuestro sentimiento de mucha tristeza.
    Abrazo y ¡SEGJUIMOS RESISTIENDO!

    ResponderBorrar
  3. Querida Lu
    Me he reído con tu conversa escatologica, y si la cuarentena, nos altera el biorritmo, y nosotros tratando de amarrarlo a la pata del catre, un abrazo cariñoso!

    ResponderBorrar
  4. Cierto Carmencha lo del biorritmo y "nosotras tratando de amarrarlo a la pata del catre" jajaja Muy buena manera de definir la situación.
    Abrazo amiga linda

    ResponderBorrar
  5. Descentrada, desordenada con los biorritmos locos que se quieren desligarse de la pata del catre, que bueno, y es que me siento como dice Carmen y también como cuentas al principio de tu relato de esta semana, dispongo mi actitud, ordeno mi energía para enfrentarme a esta cotidianidad confinada y nada sale como planeo.

    Me he reído con tu relato y tu manera de contarlo, Lu, sería incapaz de hablar de mis "desechos" con nadie pero menos con un desconocido, así que doble jolgorio imaginando el diálogo, sin dejarte avasallar por en entendido en desatascos, pero ignorante en tus consistencias sean estas las que sean.

    Escuché con gusto la canción.

    Por Madrid seguimos con el confinamiento "duro"

    Ya me cuido, pero estoy cansada de este ritmo de vida sin ritmo.

    Un abrazo, Lu.

    ResponderBorrar
  6. Así es Tesa...vamos oteando el horizonte y no lo vemos...¡eso es lo cansador!
    Parafraseando a Eduardo Galeano "El horizonte más se aleja cuanto más camino"

    El dicho de Carmen sobre tratar de atar el biorritmo a la pata del catre ¡me encantó!
    Veo esa imagen y me río.
    Abrazote Tes...pensemos en que si ya nos bancamos dos meses, cada vez falta menos para sentirnos más libres.

    ResponderBorrar
  7. Menos mal que perdiste la costumbre se levantarte el vestido, te imaginas si más grandecita siguieras haciéndolo😜
    Madre mía tus chácharas tremendas, no me extraña que cuando las cuentes se partan de la risa. Mira que liarte con el fontanero y las cacas.

    Seguimos en la fase 0 y muy hartitos ya. Pero a continuar con la paciencia que ya casi está agotada.
    Cuídate.
    Un abrazo.

    ResponderBorrar
  8. Vuelvo porque nos hemos cruzado comentando😊 🙋
    Buen jueves Lu 🙅

    ResponderBorrar
  9. Hola Lau! Sí, que loca coincidencia!
    Me di cuenta de lo mismo, mientras yo comentaba en tu bello blog vos lo estabas haciendo en el mío.

    Jajajaj! sí, he pensado lo mismo ¡suerte que perdí la costumbre de andar mostrando mis calzones! jajajaaj
    Abrazote amiga

    ResponderBorrar