Tampoco me importa el mío
¡Otra vez jueves!
Ya estoy empezando a inquietarme. ¿Será que pierdo noción de tiempo? ¿Será que me quedo "en blanco" y no me doy cuenta de que los días pasan? ¿Será que cambiaron los husos horarios y no me enteré? ¿Será que, con tanto cambio acelerado en el mundo, ahora los días tienen menos de 24 hs? 😕
Mucho me aliviaría saber que no sólo a mi me pasa. Ya me dirán ustedes su opinión y/o sensación al respecto.
Lo cierto es que con este aceleramiento, no he compaginado lo que, en principio, quería compartir con ustedes en esta entrada.
Aquí el 10 de noviembre se celebra el día de la tradición y sobre eso quería pensar en voz alta porque tampoco comprendo tantas celebraciones foráneas, que suceden desde hace unos años a esta parte, y poca gente recuerda este día tan nuestro, el de nuestras raíces...¡Nuestra tradición!
Quedará entonces para una próxima charla. ¿Vale? En todo caso, no dejen de escuchar la musiquita en el recuerda que va de una zamba argenta total.
De todos modos, tengo para compartir con mucho amor la historia de "Michi Michi".
Así llamo a este gato que siempre tiene cara de enojado, que viene todos los días a comer a mi jardín, que me pide mimos, se queda un rato y luego se va.
Así llamo a este gato que siempre tiene cara de enojado, que viene todos los días a comer a mi jardín, que me pide mimos, se queda un rato y luego se va.
Y me da pena Michi Michi, en el barrio no lo quieren. Dicen, un par de vecinos, que "es un gato peleador".
Siempre aparece con un rasguñó nuevo, o las orejitas lastimadas, o sin otro mechón de pelo...
Creo que es un callejero pero no tengo certeza de ello. Si no lo fuera, quien sea que lo tenga se ocupa nada de él. No está castrado y supongo, tal los indicios, que no debe estar vacunado, desparasitado ni control de salud alguno.
¿Lo vemos?
Gracias por pasar, hasta el viernes que viene o hasta cuando gusten volver.
Esa Musiquita en el recuerdo
Acá no zafás:
(por eso me hice “bloguera”, para publicarme...entrega Nº574 de la suelta de mis letritas)
Te debo el cuento
En estos días enredados, las palabras me urgen, se hacen borrador y mancha y tachón...los dedos endemoniados teclean letra tras letra y la pantalla se convierte en un texto enloquecido…Surgen frases que juegan escondidas y cambian el orden de mis pensamientos...No logro compaginarlas, se sublevan, me piden la libertad de ser palabras sueltas para poder acomodarse donde más quieran...
Y huyen, se esconden una y otra y otra vez. Luego aparecen en apretados montoncitos, y vuelven a cambiar el texto original que mi "yo escritora" había trazado...Me faltan horas. Me sobran: ideas apalabradas, frases desorganizadas, textos inconclusos, palabras revolucionarias, tsunamis del alma...
Por eso, sólo por eso, y por el valor de las palabras libres, me rasco la cabeza, las dejo ser y, con la mente en blanco, decido que lo mejor que puedo hacer es ir a dormir.
Tal vez surjan como sueños ideas originales, frases ocurrentes o regresen, en puntas de pie, las musas inspiradoras.
Mañana, será otro día...