Quiero decir que según sus "cambios de humor" van los míos.
Así pues ora estoy danzando, ora me quedo estática.
Y, como ya he dicho el año pasado, basta que haya cambiado el cobertor de invierno por uno de verano para que -inexorable ley de Murphy- nuevamente baje en varios grados la temperatura.
Lo mismo sucede cuando el sol brilla en una invitación abierta a salir de caminata. Me preparo, botellita de agua, cámara lista para captar bellos paisajes, ropa adecuada para un andar cómodo y relajado y cuando estoy presta a salir... ¡Un fuerte viento entra en escena! Ráfagas que hacen vibrar las chapas de los techos y cimbrar los árboles.
Y a partir de estos dichos, ya podrán imaginar todas las variables que se les ocurra.
Como sea, basta de cháchara y paso a compartir unas fotos que logré el 12 de noviembre. Fue un fin de semana increíble y "a la vieja usanza" tuvimos clima primaveral durante casi 48 hs seguidas.
En mi caminata topé con una jineteada que si me hubiera enterado antes habría salido más temprano para llegar a tiempo.
Al menos llegué para verlos cuando ya partían. Se darán cuenta pues...¡a todos los caballos los verán "de culo"!
Bueno amigos y amigas, de mi casa de letras y un poco más, hasta aquí llegué.
Si son muy perspicaces ya se habrán dado cuenta de mi falta de "brillo" e inspiración para la charla hoy.
Es que ya lo dije...¡mi humor cambia junto al clima! 🙄😅
Gracias por pasar. Hasta el viernes próximo, o hasta cuando gusten volver.
Lu
Esa Musiquita homenaje
Otro GRANDE que se va...en el cielo estarán "zapando"
Te tendremos siempre a través de tus canciones trovador.
¡Vuela alto Pablo!
Acá no zafás:
(por eso me hice “bloggera”, para publicarme...entrega Nº463 de la suelta de mis letritas)
Cuántas veces dijiste_ Naa, no llora, esas son "lágrimas de cocodrilo", o "Por si las moscas" .
Y ¡ni hablar! si sos argentino o argentina seguramente -apuesto- en más de una ocasión de enojo habrás dicho -a boca de jarro- ¡La concha de la lora!
Acabo de usar, sin proponérmelo, "A boca de jarro" así que ya mismo estoy googleando y luego les cuento.
¡Ah los dichos! Que usamos sin pensar, que salen solos, que forman parte de nuestro léxico cotidiano, que los escuchamos decir desde siempre a nuestros mayores y por eso los adquirimos y repetimos.
Creo que bien puede decirse que "son trasmitidos oralmente de generación en generación" ¿Cierto?
Y de hecho, mayoritariamente, son muyyy antiguos.
Obviamente hay dichos nuevos que manejan las nuevas generaciones pero ese es otro tema.
En general, nunca nos preguntamos por qué decimos lo que decimos, habida cuenta de que entendemos perfectamente su significado, aun desconociendo su origen.
Pero vamos ya al primero que mencioné "lágrimas de cocodrilo"
Sí, es cierto, lloran mientrasdevoran a su presa pero...¡No son lágrimas de tristeza, culpa o dolor! Es solo que, cuando los coco están fuera del agua, necesitan mantener sus ojos húmedos y por eso su organismo produce una secreción acuosa. Eso por un lado y por otro, las glándulas salivales están muy cerca de las lacrimales por lo tanto se estimulan constantemente lo que provoca que el animal "llore" mientras come.
En cuanto a "por si las moscas" tal parece deviene de la antigua costumbre, de cubrir los alimentos con un paño para que las moscas no se posaran sobre ellos.
O sea, "por si acaso" los cubrían.
Sin dudas fue una costumbre de siglos pasados, es decir cuando aun no existían las heladeras, los envases herméticos y tantos artilugios que en los tiempos modernos surgieron para resguardar los alimentos de tan molesto insecto (entre otras cosas).
Respecto al tercer dicho, se cuenta que a principios del siglo XX, en los burdeles de Buenos Aires se les decía, despectivamente, "loras" a las trabajadoras sexuales. Que ese término fue introducido por los inmigrantes franceses pues -en aquella época- las llamaban "lorettes"a las mujeres que ejercían la prostitución en el camino desde el centro de París hasta la iglesia Nuestra señora de Loreto.
Ya en Argentina los franceses siguieron llamándolas con ese término y en nuestro lunfardo se cambió por "lora".
Así las cosas parece que una mujer una noche, enojada y molesta con su marido, no quiso tener sexo y -furiosa- le espetó "Si querés tener sexo andá a la concha (vagina) de la lora"
De allí proviene entonces el uso actual, para mostrar frustración o enojo "La concha de la lora"
Soy de las que usa esa frasecilla, por ejemplo sin ando descalza y golpeo el meñique de mi pie contra la pata de una mesa, pero jamás antes me había preguntado el origen.
Me parece, ahora que lo sé, muy ingenioso y cargado de historia marcando toda una época (felizmente pasada).
Hasta aquí llego y "a boca de jarro" les digo que espero se sintieran a gusto en mi casa hoy, y que como ya me extendí demasiado quedará para alguna otra ocasión el origen que encontré en google de ese dicho popular.
Gracias por pasar. Hasta el viernes próximo, o hasta cuando gusten volver.
Lu
Esa Musiquita en el recuerdo
Acá no zafás:
(por eso me hice “bloggera”, para publicarme...entrega Nº462 de la suelta de mis letritas)
Quiero que llueva
Hoy quiero que llueva.
Necesito que llueva para "anostalgiarme" sin culpa por el ayer, por el hoy y por siempre.
Para sacar afuera esa tristeza que me aprieta el pecho y opaca mi mirada.
Quiero que llueva porque, aunque ría como loca, ese pedacito de lágrima sigue allí, colgado de mis ojos…
Y vos ya no estás para verlo, para absorberlo, para evaporarlo.
Por eso
hoy necesito que llueva
que el agua bendiga la tierra
que la tierra se cubra de flores
que las flores den color a mi vida.
Que llueva, que llueva
para que la lluvia de mis ojos dance tranquila, resbale por mis mejillas a su antojo, sin ser vista, sin sentirse interrogada.
Para que alguien no se sorprenda y se quede en silencio o, peor aun, no sepa que hacer.
O pregunte desconcertado… ¿Vos llorando?
Y entonces tenga que enjugar mis lágrimas y decir- casi a gritos-
¡SÍ! ¡YO LLORANDO! ¿Y QUÉ?
Necesito que llueva….de arriba hacia abajo y de adentro hacia afuera.
Es que me quedé enganchada con mi "Oración por la palabra"y recordé un libro que compré hace muchisimísimos años, cuando aun trabajaba como profe de grupo de 4 años, que se titula "Las cosas que la gente dice".
Su autora es Ruth Rocha, escritora brasileña de literatura para peques.
Si quienes escriben para niños y niñas lo hacen pensando que son personitas con gran poder de discernimiento logran excelentes textos que, me parece a mi, no debieran catalogarse únicamente como literatura "infantil" pues; ¡vaya que nos dejan -o nos recuerdan- enseñanzas a adultos y adultas!.
Lo cierto es que en el libro que menciono Rut arranca diciendo:
"Las cosas que la gente dice salen por la boca
y van volando, volando, corriendo como locas
hasta entrar por el oído de las demás personas"
La historia va de una niña mentirosa que para no ser reprendida por su madre acusa de haber roto un jarrón al vecinito.
Ya se darán cuenta de todas las complicaciones que acarrea esa mentira al pobre niño.
Es muy interesante el énfasis que pone la autora en el valor de la palabra a través de imágenes y un excelente relato.
Otro libro que me parece una genialidad, dentro de los catalogados como literatura "infantil", y que yo creo que debería catalogarse como "sin límite de edad" es: "A mi abuela no le gusta mi gato", excelente narrativa, divertidísimo, con grandes verdades del mundo adulto contadas de una manera atractiva para peques ¡una preciosidad! la autora, en este caso argentina, es María Inés Falconi y comienza así:
"Mi gato es más grande que yo. No es más grande de más grande, porque si no, no sería un gato… sería un tigre. Es más grande de años...".
Una maravilla es el uso que, las autoras, hacen de las palabras en ambos textos.
Ciertamente en el mercado, como en la vida, se puede encontrar de todo por lo que también hay mucha "basura literaria" dando vuelta dentro del género llamado "literatura infantil" pero para no caer en ellos es necesario tomarse el tiempo de leer, en la librería, antes de comprar el texto escogido para regalar a ese niño o niña al que también sus lecturas ayudarán a hacer un buen uso de las palabras desde su primera infancia hasta su adultez.
Si dejaron de regalar libros a niños y niñas, por favor vuelvan a hacerlo, no se queden con lo aparente "hoy ya nadie lee y menos aun libros de papel"
Si en el hogar y/o el entorno familiar no se genera el hábito, si no se les ofrecen las herramientas, si no se les asocia a las bibliotecas, si no se les estimula para la lectura...bueno pues entonces...
¡No le pidan peras al olmo!
Había pensado en contar el origen de algunos refranes y dichos que mucha gente usa casi a diario pero lo dejaré para otra edición pues creo que ya me extendí demasiado.
En todo caso, dejo "picando" algunas preguntas: ¿Cuál es el origen de los siguientes dichos?
"Lágrimas de cocodrilo" - "Por si las moscas" - "La c...de la lora"
Ojalá les haya resultado interesante lo que hoy quise compartir y que tiene que ver, ya saben, con el buen uso de las palabras.
Gracias por pasar. Hasta el viernes próximo, o hasta cuando gusten volver.
Lu
Esa Musiquita homenaje
¡Vuela alto Gal! En el cielo estarán sambando...
Acá no zafás:
(por eso me hice “bloggera”, para publicarme...entrega Nº461 de la suelta de mis letritas)
Imágenes
Estoy realmente feliz. Esta noche volveremos a encontrarnos, luego de 30 años, los cumpas del cole. Hace una semana que no dejo de pensar en ello, imagino los abrazos, nuestras risas, esos rostros amados, pero mi imaginación queda en blanco si trato de visualizar nuestros cuerpos... Hace una semana que pienso en qué vestido ponerme, como peinarme y trato de recordarme de 20 años.
Logra mi memoria una imagen y revolviendo, no sólo en los recuerdos sino en un baúl de "prendas para disfrazarse", encuentro una camisola que usaba por aquel entonces. Se ve impecable, y como no he engordado demasiado y es amplia, me la pruebo pensando que será muy divertido llegar a la cita con esa prenda que seguramente todos recordarán. Voy hacia el espejo gigante que instalé hace unos años en el interior de la puerta de mi placar. Compruebo que esa camisola en verdad aún me sienta bien...levanto la vista, y algo sucede. No comprendo quien es esa señora cincuentona que me mira con extrañeza. Me distraigo, cierro la puerta pensando que tal vez con tanta emoción estoy un poco mareada, o algo así. Dejo pasar un rato, hablo por teléfono con una de las chicas, que me llama para confirmar el horario del encuentro
Vuelvo al espejo, terca como una mula, con la convicción de que visualicé una imagen irreal, pero....allí está de nuevo esa señora.
Yo no soy esa, pues si lo fuera...
¿Quién es la que piensa alocadamente? ¿Esa que tiene sentimientos a flor de piel y la sangre ardiente? ¿Esa que siento bullir dentro de mi cada día? ¿Soy yo? ¿Soy la que fui? ¿O soy ésta, la señora del espejo? Cierro lentamente la puerta del placar y me quedo pensando que tal vez mañana llame al vidriero de mi barrio, para decirle si no quiere llevarse un magnífico espejo, un espejo que devuelve una fiel imagen. Que se lo regalo, que no lo dude.
Lo que no voy a contarle es que ese maldito espejo a veces miente. No voy a decirle que es un espejo embrujado...