Tampoco me importa el mío
Quien sabe porqué vino a mi memoria la frase típica que usaban las madres cuando no podían, o no querían, poner algún límite a sus hijos o hijas:
"Cuando venga tu padre vas a ver"
Y quiero creer que hace ya años dejó de usarse, quiero creer que hace ya años las mujeres, el Estado y la sociedad en su conjunto, fueron cambiando su paradigma de patriarcado por otro más justo, por la idea y el convencimiento de que hombres y mujeres deben ir "juntos a la par"
Quiero creer...y la realidad en ocasiones me da una cachetada.
Tal vez haya mujeres que sigan pensando al hombre como autoridad, como la voz que se obedece, como el que puede hacer su vida como más le guste y nadie debe hacerle reproches.
Y, con certeza, hay mujeres que naturalizan el hecho de que los hombres sean infieles. A tal punto que oí por allí decir que "todos los hombres hacen lo mismo".
Y no hablo del siglo pasado, hablo de estos años que estamos transitando...
Estos años en los que, por suerte, hay un colectivo de mujeres luchando para cambiar el paradigma, para romper las cadenas que por siglos nos hicieron "sumisas y obedientes", nos hicieron creer que los hombres como "proveedores" podían hacer con nosotras lo que quisieran, que podrían decirnos "puta" , tanto hombres como mujeres, si usábamos una minifalda o un gran escote. Y no solo eso, peor que eso aun: si nos violaban era por nuestra culpa, por ser provocadoras. En tanto ellos salían a "picotear" por aquí y por allá esperando que en casa "la comida estuviera lista y servida" cuando volvían.
Y me doy cuenta que hablo en pasado porque, como dije, es lo que quiero creer. Pero racionalmente sé que aun gran parte de las sociedades siguen considerando esas premisas.
Y la lucha por reivindicaciones femeninas seguirá y habrá que sumar conciencias y se me escapa el llanto cuando leo que
En lo que va del 2019, hubo 17 femicidios en Argentina.
Pueden ver la nota completa en
https://www.airedesantafe.com.ar/sociedad/lo-va-del-2019-hubo-17-femicidios-argentina/
Pueden leer la nota de ese enlace o googlear "femiciodios 2019 en Argentina" No van a poder creer en las noticias...Es un verdadero horror.
Y habrá quienes sigan pensando:" bueno, pero se lo buscaron", y habrá quienes empiecen a tomar conciencia de qué hablamos cuando hablamos de sociedad patriarcal, de machismo y qué queremos combatir las mujeres que nos decimos y verdaderamente somos feministas. Tanto que amamos a los hombres y detestamos a "los machos"
Tan feministas, tan mujeres, que sabemos que "nada como ir juntos a la par"
Cabe tal vez la aclaración de que hay mujeres machistas y hombres que también son feministas. Porque ser feminista o machista no es cuestión de género.
Esos hombres feministas nos acompañan y aman tanto a las mujeres que saben que nada es mejor en la vida de a dos que "ir juntos a la par".
Gracias por pasar por aquí. Espero opiniones, críticas y halagos también ¿Vale? Hasta el viernes próximo. Buena vida y BUENA VIBRA.
Frases: ¡otra vez Lucía Porta!
Escribo lo que siento. Así es como soy, por lo tanto estarán los que
acuerden y los que no. Los unos se quedarán...lo otros partirán hacia otro
blog.
Eso es la vida, una sucesión de principios y
finales...
Hasta la partida de la que se
vuelve, únicamente, en el recuerdo de los otros
Si has llegado al final de una meta prepárate para
iniciar otra que “camino se hace al andar”, como bien dice el poeta.
Acá no zafás:
(por eso me hice “bloggera”, para publicarme... ¡así que leé la
entrega Nº 304 de la suelta de mis letritas!)
NOTA: Pido disculpas a quienes ya han leído hace un par de años este relato. Pero decidí publicarlo porque me parece que el tema de esta entrada lo merita.
En un minuto... la vida
_ ¡Mierda! dijo, me empujó, lanzó una piña al aire y se fue maldiciendo.
Las doce en punto y yo, tiesa en medio del bulevar, en la media sombra de los lapachos, entre la media tinta de mi vida y su vida, en el mediodía caluroso de Rosario, en la mitad justa entre el pasado y el presente, sin vislumbrar el futuro. Pero básicamente, tiesa en medio de mis inseguridades y mis no decisiones que giraban metiéndome en el medio de círculos concéntricos, como si un viento huracanado me estuviera "chupando".
Y sentí miedo...ese miedo que está grabado en las células y que se arrastra por generaciones, hasta que algún valiente de la familia se decide a enfrentar los fantasmas y termina con la mala vibra. Ese miedo asociado a la soledad, ese miedo a perderlo todo que ni siquiera te permite darte cuenta de que no tenés nada...
Ese miedo de saber que "sos tu todo" , y que de tus decisiones depende tu próximo segundo y el resto de tus días.
Ese miedo...Ese maldito miedo a su furia descargada sobre mi nariz, mis ojos, mi vientre que empieza a redondearse, y sus manos de gigante posándose sobre cualquier sitio de mi pequeña humanidad...Ese miedo de mierda, de medio a medio, de miradas destilando veneno y marcándome "culpable".
Entonces, en ese estado de parálisis, sentí como si un pececito nadara dentro mío, sentí una brisa tibia inundándome...
Me cubrí la panza con ambas manos, le grité con todas mis fuerzas y una voz nueva: ¡¡Hijo de putaaaaaaaaaaaaa!! y me mezclé con ese grupo de jubilados que hacían un tour guiado, hasta que lo perdí de vista. A las doce y un minuto marqué, a pesar del temblor de mis manos, el número del Instituto Municipal de la Mujer...