Tampoco me importa el mío
No sabía, hasta hoy, que cada 26 de noviembre se celebra en Argentina el "Día Nacional del Humorista". Y si bien yo no acuerdo con los "días de", en este caso...¡Vaya si me da alegría saber que existe esta celebración!
En estos tiempos en que el buen humor está tan devaluado es genial saber que en mi país se celebra, al menos una vez al año, a quienes hacen del humor un arte, una forma de vida, una filosofía propia.
Esta fecha fue elegida en homenaje al genial e inolvidable Roberto "El Negro"Fontanarrosa, que nació un 26 de noviembre (año 1944).
Y, sin quererlo ni pensarlo, estoy escribiendo sobre el humor y "El Negro".
Quedará para otra entrada la editorial que tenía en mente para este viernes que, de todos modos, versaba sobre situaciones humorísticas también.
Pero para no perder el hilo, cosa habitual en mí, les cuento que Fontanorrosa fue uno de los expositores en el Congreso de la Lengua de 2004 y allí dedicó un discurso sobre las malas palabras a las que consideró "irremplazables
Si les interesa, como siempre digo, pueden googlear y conocer más sobre el tema o "youtubear"...(¿Se dirá así o acabo de inventar una palabra acorde a los tiempos que vivimos?)
Hoy voy a compartir solamente un breve fragmento, para que no se aburran y cierren esta página, de la exposición que hizo en esa ocasión
Como recordarán, en la edición anterior prometí temas "más sonrientes y menos álgidos", así que espero haberlo logrado y que ésta les resulte una entrada "divertida y relajada" y hayan sonreído con las expresiones de nuestro querido Negro.
Gracias por pasar por aquí. Espero opiniones, críticas y halagos también ¿Vale? Hasta el viernes próximo. Buena vida y BUENA VIBRA.
Frases: 5 de Roberto Fontanarrosa
Reparad en ese pato que corre. Reparad en aquel cordero que trisca. Reparad esa cerca que huyen los animalitos.
Para el Sabio no existe la riqueza. Para el Virtuoso no existe el poder. Y para el Poderoso no existen ni el Sabio ni el Virtuoso.
Lo llamaron científico, estadista y pensador. Pero nunca fue tan feliz como cuando lo llamaron "Bichi".
El hombre probo y pío es mitad santo y mitad pollito.
La mentira tiene patas cortas. Y nariz larga. La mentira es una comadreja.
Acá no zafás
(por eso me hice “bloggera”, para publicarme... ¡así que leé la entrega Nº 336 de la suelta de mis letritas!)
NOTA: Podría decir"una de cal y una de arena".
En este segmento voy a recordar que el 25 fue el "Día internacional de la eliminación de la violencia contra la mujer", el día internacional de la "no violencia de género". Ojalá dejara de existir este día, pero mientras en el mundo siga habiendo vestigios de la cultura machista, mientras los hombres no aprendan que las mujeres no son de su propiedad y las mujeres no aprendan que no necesitan de un hombre para desarrollarse y sepan que pueden y deben sentirse libres... En este contexto creo que, "el día de", es importante para visibilizar tantas situaciones acontecidas en este marco y, especialmente, para que las mujeres que sufren la misma se animen a salir de ella, a darse cuenta de que tienen una vida, que no son merecedoras de ninguna clase de abuso, que "son enormes", que valen más que ese "macho" que las maltrata.
En definitiva, para entender que si otras salieron de esa oscuridad, todas y cada una puede hacerlo.
En definitiva, para entender que si otras salieron de esa oscuridad, todas y cada una puede hacerlo.
Me disculpo con quienes pasan siempre por aquí por la repetición de ambos textos pero las circunstancias me llevan a publicarlos una vez más.
Grito de mujer
Grito de mujer en la noche oscura
una mujer pariendo,
una mujer golpeada,
otra que a su hija mataron,
otra que está siendo violada.
Grito de mujer en la mañana
una sin el pan para sus hijos
otra está siendo ninguneada
una queda sin trabajo
por estar embarazada.
Grito de mujeres amanecidas
que apuestan a cambiar el paradigma
que se revelan, se sienten protegidas
que sueñan con otra vida posible
que son abrazadas,
que se unen y se reconocen,
se contienen, se escuchan
¡¡Grito de mujer empoderada!!
En un minuto... la vida
_ ¡Mierda! dijo, me empujó, lanzó una piña al aire y se fue maldiciendo.
Las doce en punto y yo, tiesa en medio del bulevar, en la media sombra de los lapachos, entre la media tinta de mi vida y su vida, en el mediodía caluroso de Rosario, en la mitad justa entre el pasado y el presente, sin vislumbrar el futuro. Pero básicamente, tiesa en medio de mis inseguridades y mis no decisiones que giraban metiéndome en el medio de círculos concéntricos, como si un viento huracanado me estuviera "chupando".
Y sentí miedo...ese miedo que está grabado en las células y que se arrastra por generaciones, hasta que algún valiente de la familia se decide a enfrentar los fantasmas y termina con la mala vibra. Ese miedo asociado a la soledad, ese miedo a perderlo todo que ni siquiera te permite darte cuenta de que no tenés nada...
Ese miedo de saber que "sos tu todo" , que de tus decisiones depende tu próximo segundo y el resto de tus días.
Ese miedo...Ese maldito miedo a su furia descargada sobre mi nariz, mis ojos, mi vientre que empieza a redondearse, y sus manos de gigante posándose sobre cualquier sitio de mi pequeña humanidad...Ese miedo de mierda, de medio a medio, de miradas destilando veneno y marcándome "culpable".
Entonces, en ese estado de parálisis, sentí como si un pececito nadara dentro mío, sentí una brisa tibia inundándome...
Me cubrí la panza con ambas manos, le grité con todas mis fuerzas y una voz nueva: ¡¡Hijo de putaaaaaaaaaaaaa!! y me mezclé con ese grupo de jubilados que hacían un tour guiado, hasta que lo perdí de vista. A las doce y un minuto marqué, a pesar del temblor de mis manos, el número del Instituto Municipal de la Mujer...