Tampoco me importa el mío
"Bonjour tristesse"...Bajaron las persianas de "Clasica y Moderna"...
Librería emblemática...sitio al que concurrieron grandes personalidades de nuestro acervo...lugar de encuentro de amigos de la cultura...
Ocho décadas de prestigio acaban de cerrar sus puertas. Problemas de administración tras el fallecimiento de su dueña, seguramente, y problemas para poder seguir pagando el alquiler, los impuestos, los sueldos de los empleados, sumado a la caída estrepitosa de las ventas...
Todo ello gracias a la maldita política económica de este gobierno neoliberal y del mitómano Mauricio Macri.
Por suerte la noticia, ni bien comenzó, tuvo tanta repercusión pública y "el ruido" que hizo el cierre de este "lugar histórico" no fue menor.
Por suerte digo porque ahora, con la soga al cuello el administrador y las persianas bajas el local, salen los funcionarios de cultura de la ciudad a aseverar que no. Que no se debe a la crisis y que ellos harán lo imposible para que siga funcionando.
Ciertamente estamos en un año electoral. Lo cual, como ya sabemos, tiene su costado malo y su costado bueno.
Esperemos entonces que quienes contribuyen al cierre de locales icónicos, no es sólo el que menciono en esta nota, ahora con tal de sumarse algunos votos y un alguito de credibilidad logren que las persianas vuelvan a levantarse.Macri que en tus discursos, encerrado y escondido detrás de la Bandera Argentina, hablás de tu país soñado y seguís desconociendo la realidad, a vos te dedico la siguiente frase, que escribí hace ya más de un año, porque hasta ahora nada cambió:
Si el presidente Macri, cada vez que va a salir, necesita vallar la ciudad para no toparse con los ciudadanos y ciudadanas que reclaman sus derechos deberíamos considerar que Argentina está que arde.
Señor presidente, algo mal estará haciendo, ¿que tal si prueba con reflexionar?
Frases: 3 más de Julio Cortázar
Nota: A pedido de mi amiga Evy, lectora fiel de este blog, es posible que el viernes próximo marchen "3 más de Lucía Porta".
“Todo mañana es la pizarra donde te invento y te dibujo”.
“Me basta mirarte para saber que con vos me voy a empapar el alma”.
“Cómo cansa ser todo el tiempo uno mismo”.
Acá no zafás:
(por eso me hice “bloggera”, para publicarme... ¡así que leé la entrega Nº 308 de la suelta de mis letritas!)
III)El
encuentro esperado
Si bien Marta, como les decía, nunca
pensó en volver a tener pareja luego de haber enviudado, comenzó a sentirse
cómoda en esa situación de tener un nuevo amigo más allá de los mares.
Y, por sobre tantos sentimientos
encontrados, se sentía querida por ese hombre que apareció en su vida de manera
fortuita.
Comenzó a esperar sus cartas, sus
llamados… ¡Comenzó a soñar y volvió a sentirse joven, deseada, entusiasmada con
ese nuevo capítulo de su vida!
Nosotras, el grupete de cumpas de
inglés digo, esperábamos ansiosas cada clase para saber cómo seguía el cuento.
Yo celebraba también ese golpe de
azar, que si bien a mí no me había pasado, me ilusionaba con
que, por qué no, algún día podría pasarme. Yo también soñaba al
darme cuenta, con los aconteceres aquí narrados, que una buena historia, más
allá de los años que una tuviera, podía suceder.
Y celebraba la metamorfosis de Marta.
Estaba más linda, más iluminada, más sonriente, mas “viva”. Y siempre tan
amorosa y gentil.
Abandonó su peinado de “pelo recogido
por costumbre y rutinariamente” por un corte más acorde a los tiempos que
vivíamos y a la belleza de su rostro.
Hasta se puso a tono con nuestros
chistes y comentarios con doble sentido.
Entonces
Pasaron los días, los meses y llegó el
momento de su viaje a Buenos Aires para el encuentro esperado.
Era sin dudas la prueba de
fuego.
Hasta ese momento todo había sido
idílico, platónico…cartas, llamadas telefónicas
Ciertamente era un enigma el resultado.
No podía predecirse que sucedería en el momento de verse las miradas, de ver
qué pasaba con el deseo, como sería el tomarse las manos, darse un beso,
dormir juntos…
Y amanecer con el otro al
lado, con “la verdad puesta sobre las sábanas”. Ya no con un
papel lleno de letras amorosas sino con el cuerpo real y sin misterios, con
ojeras, con las mañas acuñadas en esos años de vivir, ambos, a su gusto y
piacere, sin nadie para compartir el café por las mañanas, nadie que dejara su
cepillo de dientes en el mismo sitio, nadie que mojara la tabla del inodoro, o
sin la necesidad de tener que levantarla al momento de orinar…
Pero
¡Marta pasó la prueba!
El día que volvió a la clase de
inglés todas, incluida la profe, dejamos las “lesson” de lado y nos dispusimos
a escuchar su reporte.
Continuará