viernes, 25 de septiembre de 2020

Días/sentimientos

Tampoco me importa el mío
Estoy, para no variar, con poquísimo tiempo. 
Una semana más de esas en que, algunos días, hago nada y cuando me doy cuenta... ¡el reloj no se detuvo; la que se detuvo fui yo! entonces...
¡A correr para llegar a tiempo!
Estuve pensando, eso sí. A veces me parece que pienso mucho y hago poco...En fin, disculpen estas reflexiones en voz alta en estos tiempos tan extraños que nos tocan vivir. 
A mi ciudad regresó el bicho...¡Con todo y sin piedad! En menos de una semana, de tener ninguno por más de un mes, se registraron 60 positivos...Tengo la certeza de que para el fin de semana se superarán-ampliamente- los 100.
Pero
para no perder el hilo de lo que venía diciendo quiero contar en lo que estuve pensando. 
A saber 
las historietas que teníamos en casa en mi tiempo de infancia y eso me llevó hacia mis lecturas de adolescente. Siempre en relación a historietas.
Claro que es un tema apasionante. Mucho para contar y mostrar, muchas historietas que a más de uno o una de quienes pasan por aquí los transportará a sus respectivas infancias y/o adolescencias.
Por eso, porque es un tema para desarrollar tranqui, hoy solo voy a mencionar nombres a vuelo de pájaro. 
"La pequeña Lulú", "Periquita", "Patoruzito", "Hijitus","Patoruzú", "Isidoro Cañones", "Mafalda" ,"Gaturro"...
Y, como remate, acabo de acordarme de una que hizo furor en mi adolescencia: "Satiricón" Obviamente esta fue censurada en diversas oportunidades. 
Hoy finalizo con una muestra de algunas de sus tapas. Para que, quienes nunca la vieron, puedan darse una idea de qué iba esa increíble historieta que nació en un tiempo convulsionado políticamente.
En alguna próxima edición voy a ampliar este tópico que creo, como ya dije, que a más de uno/una paseará por su infancia y/o adolescencia.
Gracias por pasar. Hasta el viernes próximo, o hasta cada momento en que entremos a "chusmear" ésta, mi casa de letras.

 Lu
Música en tiempos de covid-19 
NOTA: Lo pedís...¡lo tenés! 😂 Amigas, las que se emocionaron con Pedro, hoy sale por 2. 😍
NOTA II: Talento argentino...maestro siempre. Pueden "verloírlo" en una versión de cuando era casi un "pibe" y una de ahora que está tan lindo...
Pedro, como el buen vino, con los años se pone cada vez mejor 😍



Acá no zafás:
(por eso me hice “bloggera”, para publicarme...entrega Nº 369 de la suelta de mis letritas)
 Días/sentimientos...
Hay días como tules
-días transparentes-
días agitados, soñadores
días como nubes,
-que se esfuman-
que se empujan y se aprietan
para que llegue el siguiente… 

Pero…
hay días, como túneles,
-días huecos y sin fin-
Y otros días telaraña,
en los que quedo atrapada
y solo quiero dormir.

Hay días como cárceles,
días laberintos…
-muy oscuros-
que me encierran, me atormentan
y son días sin futuro.

Y otros
-que son los mejores -
son los Días
como soles,
iluminan mi camino
y los sueños resplandecen. 
Es entonces cuando creo
que una mañana cualquiera
a mi lado te apareces...

viernes, 18 de septiembre de 2020

Cuenta mi mamá...

Tampoco me importa el mío
En estos tiempos que nos tocan vivir podemos ver obras de teatro, películas, conciertos, asistir a salas de museo,  y todo evento cultural que se nos ocurra sentados cómodamente en un acogedor lugar de nuestra casa a través de nuestra computadora. O, en caso de que quiera verlo una sola persona, cómodamente desde el teléfono inteligente.
Como sea, quiero contar que no he visto ninguno de esos espectáculos, y no porque no sean de excelente calidad. No, de modo alguno. Los hay, para todos los gustos, muy buenos y a precios accesibles en caso de los que son pagos.
Pero...a mi no me entusiasma eso de estar sentada sola en mi casa frente a la pantalla.
De hecho, en estos seis meses que llevamos de pandemia, apenas si habré visto unas 7 u 8 películas en las plataformas disponibles a tal fin.
Es que soy un ser sociable hasta la médula!! A mi si bien me gustan los buenos films creo que, por sobre ese gusto, prima el hecho social de ir al cine, de ver gentes, de escuchar sus comentarios, sentir las risas, los silencios, los suspiros, que dejan escapar los espectadores dentro de esa sala con sonido a pochoclos crujientes y susurros.
Y, obviamente la previa a entrar a la sala también es encantadora. 
Me preparo en mi casa para la "salida cinéfila", busco en mi guardarropa que ponerme y, antes de salir, sin dudas me rocío unas gotas de mi perfume favorito. 
Luego el encuentro con las amigas que habíamos hecho la cita y, durante la espera para entrar a la sala, la conversa animada entre nosotras y/o con otras u otros asistentes al evento.
Lo mismo o similar, pueden imaginarse, me sucede con la asistencia a cualquier otro espectáculo de esos que hoy, si quisiéramos verlos, podemos hacerlo streaming mediante.
Entonces, como dije, no me "engancha" la idea de ver show alguno a través de la pantalla.  
Ocasionalmente, ya dije también, veo alguna película en Netflix o en https://play.cine.ar/
Lo que sí haría es asistir, en coche, a espectáculos al aire libre. Los denominados "auto cine", "auto teatro"... Pero, en Uhsuaia, por ahora no se ha programado nada por el estilo así que...
¡Sigo leyendo! Ahora mismo estoy con el último libro de Federico Jeanmaire: "Werra" pero esto será tema de otra entrada.
¿Y a ustedes cómo les va con eso de ver o no espectáculos culturales?
Gracias por pasar. Hasta el viernes próximo, o hasta cada momento en que entremos a "chusmear" ésta, mi casa de letras.
 Lu
Música en tiempos de covid-19 
                                                
Me encantó esta versión! Estupendos Aznar-Mihanovich.
Acá no zafás:
(por eso me hice “bloggera”, para publicarme...entrega Nº 368 de la suelta de mis letritas)

NOTA: Quiero decirles que lo que cuento en este relato, rescatado de mi archivo, son sucesos reales que acontecieron allá por 1959. Lo contó siempre mi madre, que aun hoy a sus 95 años los recuerda.

Cuenta mi mamá...

Cuando vos tenías un año allá en la casa de Puerto Deseado, donde ni muebles había, vivimos unos seis meses, justo en ese tiempo invernal en que las noches son tan largas y oscuras.No había luces en las calles, ni había vecinos próximos.  De hecho, la luz del hall de la casa más cercana se veía apenas como un lejano farolito chino o una luz navideña... quiero decir, se veía apenas un brillo. Fue una de esas noches, cuando sentimos unos desesperados golpes en la puerta y tu papá fue a atender.Al abrirla no vio a nadie, pero en ese instante los golpes urgentes, fueron en la ventana.Es el viento, viejo -le dije yo-, pero la verdad es que no parecía sonido de viento.A la noche siguiente, pasó lo mismo, los golpes cada vez más fuertes, cesaron cuando apagamos las luces y fuimos a dormir.Fue entonces cuando a tu papá se le ocurrió que al día siguiente, llamaría al vecino de la casa más próxima, aquella de la lucecita, para que viniera a cenar con nosotros.

Y sucedió....En medio de la cena, golpearon una vez más la puerta.

Se levantaron juntos de la mesa, tu padre y el vecino aquel, y se dirigieron hacia la puerta uno y hacia la ventana, el otro.Al abrirlas al mismo momento, los desesperados, urgentes y fuertes golpes retumbaron en el techo...Yo no creo nada de eso, pero el vecino nos dijo que eran los espíritus de los indios, molestos por la invasión de los hombres blancos que trabajaban sobre sus muertos, acota mi mamá....

Entonces
siento que yo sí lo creo, que no tengo dudas de que los dichos del vecino aquel hayan sido, y sean, ciertos…
Y me quedo pensando en eso pero, a mi madre, no se lo digo…

viernes, 11 de septiembre de 2020

Cenifrienta

Tampoco me importa el mío
En un bello día soleado, en un tiempo de reverdecer, de trinos nuevos, de esperanza y aliento a primavera voy a compartir con ustedes una "crónica un tanto anacrónica". 
Anacronismo que tiene que ver no tanto con fechas sino más bien con la estacionalidad.
Pero siento que no puedo dejar de mostrar las fotos que hoy voy a compartir.
Han sido tomadas durante la nevada tardía, que se produjo entre los días 29/08 y 31/08.
Saliendo de mi casa, 50 metros a la derecha:

Saliendo de mi casa, 50 metros a la izquierda:
El pequeño parque, o gran jardín, del fondo de mi casa y los senderos que improvisé para mi gatito Calabaza:

Y para finalizar, una muestra de "arte efímero natural"que, en verdad, ya estaba desapareciendo pues tomé las fotos de los carámbanos dos días después de la gran nevada...
Ya conté...tengo días... mis pensamientos siguen "embrollados"...

Espero hayan disfrutado de este muestrario nevado y anacrónico pues esos mismos sitios hoy son otros vistiéndose lentamente de primavera.
Gracias por pasar. Hasta el viernes próximo, o hasta cada momento en que entremos a "chusmear" ésta, mi casa de letras.
 Lu
Música en tiempos de covid-19 
                                         Acá no zafás:
(por eso me hice “bloggera”, para publicarme...entrega Nº 367 de la suelta de mis letritas)
NOTA: En esta ocasión busqué en mis archivos un texto divertido y me pareció que, el que elegí, es bastante bizarro y que cuando lo escribí mi imaginación era "pura chispa". Ya me dirán.
Cenifrienta
Es la hora de los presagios y el viento patagónico, más que viento, sopla que te sopla. Chapas que golpean escandalosamente entre si, y la bella niña de dorada cabellera ensortijada, llora sobre el lecho de su madre moribunda.
A lo lejos, se oye al padre, cantando una melodía que lejos de ser una marcha fúnebre, suena más bien a un rock del Rey
Y dice entonces la madre, en una letanía que parece un conjuro final: "Hija mía, la otra, vendrá y dormirá con tu padre en esta cama...no habrá manera de impedirlo, pero lo que podrá evitarse, es que se entreguen a los placeres del sexo y se revuelquen en mi cama como dos desenfrenados amantes. Solamente con tu ayuda mi niña podremos lograrlo. Para ello te daré señales...Y vendrán también sus dos desgraciadas hijas, que intentarán ser las preferidas de tu padre. Deberás estar muy atenta, daré 3 golpes en...en...en....
¡¡¡¡Mami, mamitaaaaa, mamacitaaaa!!! No te mueras sin decirme adonde vas; gritó la rubia adolescente sacudiendo alocadamente a su madre, que ya había exhalado un último suspiro, dejando su cuerpo inerte al tiempo que una gaviota se posaba en unos enredados tamariscos.
Enterrada que fue la mujer, y a pocos días de tan triste episodio, el viudo -pescador de oficio-, se presentó en el hogar, con 3 mujeres bulliciosas, regordetas y arrogantes.
Hijita querida, (dijo impostando la voz, tratando de darle quizás un paternal y sentido tono de afecto), debo hacerme a la mar, para así poder darte una mejor educación, la que te merecés , en una costosa universidad de Buenos Aires, la que hubiese querido tu madre."
-Pero papá; yo no quiero que me deje aquí sola....tampoco quiero ir a la universidad en Buenos Aires...Voy a estudiar para ser maestra jardinera, y aquí está el instituto del profesorado...
-No te quedarás sola hija mía, para ello y a pesar del profundo dolor que guardo en mi corazón por la partida de tu madre, vivirán aquí tu nueva mamita y sus dos hijas, que de aquí en más, serán tus hermanas- Y lo del profesorado, podremos hablarlo a mi regreso.
-Pero pa..., en mi cuarto hay solo dos camas....-
-He pensado en ello, podrás dormir en el camastro junto al lavadero, pues no mereces dormir en el suelo...-
Así que, esa noche, la pobre niña, atrapada sin salida, acurrucada en el catre instalado junto al lavarropas, escuchó a sus repentinas hermanas riendo y gritando:
-"Ahora que sos Cenifrienta a nosotras tu calefactor nos calienta"
Alguien tiene que ceder, se dijo, mientras frías y saladas lágrimas corrían por sus mejillas y fue entonces cuando alcanzó a oír la voz lujuriosa de su padre, invitando a meterse entre las sábanas a Paloma, su nueva mujer.
En esa misma cama en la que había dormido con su madre hasta hacía apenas unas semanas atrás.
 Pero...
justo antes de lograr satisfacer sus deseos carnales, se oyeron 3 estrepitosos golpes en la puerta y la jovencita vio a su padre corriendo en paños menores para atender ese urgente llamado.
Al abrir, lo único que entró a la casa fue una helada ráfaga a la vez que los 3 golpes comenzaron en la ventana. Hacia allí corrieron las hermanas que, con gran sorpresa y no sin temor, divisaron una gaviota colgada de una rama toda vez que los desesperados golpes retumbaban en las chapas del techo.
¡El revuelo que se armó! Las intrusas gemían aterradas. Paloma, desnuda, golpeaba su despeinada cabeza contra el espejo gritando ¡es el espíritu de tu mujer que nos acosa! El padre, en calzones de frisa, intentaba calmarlas, corriendo en círculos alrededor de la cama...
¿Y Cenifrienta?
Escapaba por la puerta de servicio, en silencio y relajada, a encontrarse con el hijo del dueño de la flota de pesqueros que, con los brazos abiertos y un tapado de piel sintética, la esperaba.
¿Y la gaviota?
Apoyada en el marco de la puerta, cantaba  una extraña melodía que más o menos así sonaba:
SCABA BADI BIDU
DUBI BIDU BIDÉT
QUE SE QUEDEN EN LA CASA
QUE PRONTO SERÁ INCENDIADA
SE EQUIVOCÓ LA PALOMA SEDUCIENDO A MI MARIDO
SE EQUIVOCABA, SE EQUIVOCABA...

viernes, 4 de septiembre de 2020

Andando la vida

Tampoco me importa el mío
Estaba, y aún estoy, un tanto alelada. Motivos varios: imposibilidad de viajar, algunos desencuentros con hiji, malas noticias por doquier en el orden nacional y mundial, covid que no da tregua...
En fin, ni falta hace seguir enumerando. 
Por suerte, "siempre que llovió paró" y esta vez no será diferente.
Lo cierto es que en ese estado de "tontera" salí el jueves pasado con la buena idea de tomar fotos de algunos sitios de mi ciudad para luego subirlas al blog junto a otras fotos de los mismos sitios pero de hace unos 30 o más años.
Entonces
guardé mi cámara en un bolsito que es exclusivo para transportar botella de agua, que no es cerrado, tiene "agujeros" por los cuales obviamente no podría caerse nunca la botella pero...¡sí una cámara pequeña y compacta de fotos!
Y...¡adivinen qué! ... Sí, obvio, se cayó. 
Me di cuenta casi en el mismo momento y volví sobre mis pasos. Un señor que estaba adentro de su oficina, concesionaria Hyundai para mas datos, se asomó y me preguntó si buscaba una cámara de fotos. Claramente mi actitud y mis gestos me delataban.
Respondí que sí y dijo, palabra más palabra menos:
-Acaba de levantarla una señora, la vi y pensé que era de ella. Era una mujer así," flaca como vos"...
¡Hombre maravilloso si los hay!, ¡Me dijo "flaca"! Tuve un impulso de abrazarlo y decirle que la vida, a pesar de todo, es bella. 
Pero claro, me contuve pues en estos tiempos "pandemiosos" no es lo recomendable.
Lo cierto es que el buen samaritano me dio todos los detalles que pudo, me dijo que seguramente la iba a recuperar, que la publicarían porque"la gente acá devuelve las cosas"(sic) A lo que respondí que hacen 30 años o más eso era seguro, pero que hoy en día... 
Me informó también que habría entrado al supermercado Carrefour, que queda a pocos metros de donde nos encontrábamos.
Hacia allí me dirigí pero, ciertamente, era casi como "encontrar una aguja en un pajar"
Por suerte, y a pesar de lo dicho respecto a mi estado, pude usar bien mis neuronas. Subí a mi coche, respiré y pensé alternativas.
¿Publicarlo en face? Yo no uso ...¿mi hija? Mmmmm, no era momento de "molestarla con mis problemas" ¿Alguna de mis amigas?
Bingo -me dije- y llamé a Adriana. 
La puse al tanto y me dijo que ni bien llegara a casa hiciera el texto para publicar, que adjuntara una foto de la máquina y se lo enviara por mail.
Una vez hecho eso me puse a trabajar para la publicación del día siguiente e intenté concentrarme en ello.
Luego  almorcé  pensando en que otra acción podría llevar a cabo con el objetivo de recuperar mi cámara y tuve la brillante idea de googlear "Objetos perdidos en Ushuaia!" 
¡Si no lo encuentras en google no existe! 
Allí figuraba una página de facebook... Bueno, yo no uso pero Silvia, mi "amigahermana", hace ya varios años me dio su usuario y clave para que pueda entrar a su face. 
Eso hice y allí, en primer lugar un anuncio:"Encontré cámara de fotos en zona carrefour"
Luego, comunicarme con Adriana justo en el instante que ella me llamaba para avisarme que alguien que lo había replicado vio el anuncio -que yo acababa de ver.
Adri lo publicó en otro sitio de face, ella no sabía de la existencia de "objetos perdidos..." así que le vino bien también todo este rollo de la pérdida pues ahora lo sigue.
Luego me pasó el número de Marcela -la señora flaca como yo- la llamé y cuando le dije que gracias a mi amiga que hizo el contacto estábamos hablando, ella me respondió:
-"Hace una semana estuve a punto de cerrar mi cuenta de facebook, pero no lo hice, por algo pasan las cosas."
Total, que fui hasta su casa, una mujercita encantadora, con 3 hijos de entre 5 y 15 años, que salieron a ver "la devolución", una bella familia, y como ya pueden imaginar, colorín colorado este cuento felizmente a acabado.
Eso sí, antes de volver a casa pasé por Hyundai a decirle a mi "primer auxilio" que consideraba que tenía que saber que la había recuperado.
Esa tarde me sentí feliz...
Cuánta buena gente, cuántas circunstancias fortuitas, cuanto azar y cuánta buena energía puesta en estos aconteceres. 
Es lo que intenté demostrar a través de mi relato pero no sé si lo he logrado.
Gracias por pasar. Hasta el viernes próximo, o hasta cada momento en que entremos a "chusmear" ésta, mi casa de letras.
 Lu
Música en tiempos de covid-19 
                                            Acá no zafás:
(por eso me hice “bloggera”, para publicarme...entrega Nº 366 de la suelta de mis letritas)
Andando la vida
Estoy
errática
impertérrita
balconeando la vida
pasando las estaciones
reciclando horas perdidas.

Estoy
si voy o vengo
quien sabe
los caminos de la vida
intrincados
siempre son.

Estoy
en este ir o venir,
busco sueños y quimeras
para seguir transitando
la vida a mi manera.

Y
 en esos días oscuros
-que son palos en la rueda-
le doy paso a la tristeza
lloro, grito, pataleo
para volver al camino
-orgullosa de mi ser-
sonriente y con más fuerza
como brote en primavera.