viernes, 26 de junio de 2020

Aprendizajes

Tampoco me importa el mío
Sabiendo que: cocodrilo que duerme es cartera, por si acaso, voy tirando pa lante que empujan de atrás...
Pero...
sigo más desorientada que Adán en el día de la madre y más perdida que monja en un puticlub.
Lo cierto es que, en este hacer para no quedar entumecida, decido comprar un libro que creo debe ser muy piola. Al menos eso me pareció luego de que leí la recomendación de Laura en su blog y busqué más info google mediante.
Entonces ...
compruebo una vez más que Dios está en todas partes pero atiende en Bs As.
No está el libro en las librerías de Ushuaia y, por ahora, no pueden traerlo - el distribuidor que provee a una de ellas está con COVID-19. Y en la otra (solo hay dos librerías en mi ciudad) me dijeron que no lo tienen y no se ocuparon de averiguar si podían conseguirlo en Bs As.
No me amilano por ello y más rápido que un bombero escribo a un par de librerías de Bs As...¡Claro que lo tienen! 
Pero...
no todo lo que brilla es oro y se me cae nuevamente la estantería ¡No lo envían a Tierra del Fuego!
De todas maneras, aquí estoy, sigo firme como violín abajo de la pera y he decidido ponerle un poco de color a tantos grises, he decidido buscar algo divertido para compartir  sin hablar del maldito bicho que ya nos tiene hasta la coronilla.
Total que, como ando con menos onda que bandera de chapa y menos luces que un barco pirata, acá copio y pego una serie de frases divertidas (y muy argentinas en su mayoría) para que sonrían y, si no las conocen, se las apropien para usarlas cuando la ocasión se preste.
A saber:
1) No por mucho madrugar se ven vacas en camisón. 
2) Pesado como collar de melones.
3)  Preocupada como Adán en otoño.
4) Más nerviosa que pescado en semana santa.
5) Asqueroso como tarro de moco.
6) Desubicado como chupete en la oreja (o en el culo)...
7) Ordinario como canapé de polenta.
8) Colorado como bragueta de ladrillero.
9) Más vale pájaro en mano  que ser padre a los 18
10)Al pedo como timbre de cementerio. (o como bocina de avión)
Para no hacerla más larga que puteada de tartamudo finalizo, por hoy, no sin antes dejarles el enlace de donde copié algunos de los dichos populares:
Ya ven, sigo como bola sin manija. Aún así espero que les agrade esta entrada "frasera" y al menos sonrían.
Gracias por pasar. Hasta el viernes próximo, o hasta cada momento en que entremos a "chusmear" ésta, mi casa de letras.
 Lu
Música en tiempos de covid-19
NOTA: La bandera argentina fue creada el 27 de febrero de 1812, durante la gesta por la Independencia de las provincias Unidas del Río de la Plata. 
Su día se celebra cada 20 de junio, fecha en que se conmemora el fallecimiento de su creador Manuel Belgrano acaecido en el año 1820.
                                            Acá no zafás:
(por eso me hice “bloggera”, para publicarme...entrega Nº 358 de la suelta de mis letritas)
Aprendizajes
Al fin, llegó el momento de realizar las primeras prácticas.
Al fin, podría desacartonar la teoría. ¡Esperé tanto  ese momento!
Imaginé distintas maneras de cómo sería ese primer contacto a cargo de un grupo de veinte niños de 3 años.
Siempre  fui muy segura de mis convicciones y de la elección de mi carrera docente.
Siempre supe que era docente desde antes de que el título me habilitara. 
Docente porque había niños que me permitían serlo, docente porque creía necesario cambiar las enquistadas prácticas. 
Docente por la libertad de pensamiento de los niños y niñas, por el respeto hacia la infancia, por y para que lograran ser personitas independientes, que pudieran construir pasito a paso capacidad crítica.
Y en tanto más segura me sentía, mas detestaba a esas compañeras con las que compartía el profesorado solo porque eran apenas tres años de estudio, porque era una carrera bien vista en aquellos tiempos para las mujeres,  buena inserción laboral y también, porqué no, prestigio. (¿Dije que eran otros tiempos?)…
Lo cierto es que trabajé a destajo para preparar el material didáctico para ese primer contacto con la realidad áulica, que pensé y repensé mi práctica, taché y volví a escribir la cuidada planificación. 
No dejé detalle al azar. De hecho, tenía en mente varias actividades alternativas, por si el grupo se desmadraba ese día. 
El tema que debía llevar adelante (impuesto por la docente de ese grupo) era “medios de transporte”. 
Recuerdo que me levanté muy temprano esa mañana y apenas tomé un cortado.  Me peiné con una “colita de caballo”, un poco de rubor en las mejillas y un toque de labial. 
Me vestí con un jean y zapatillas, para sentirme cómoda a la par de los peques y "poner la cola en el piso" del mismo modo que lo hacían ellos. 
Me pregunté una vez más cómo podía ser que algunas maestras jardineras fueran a trabajar con tacos altos, polleras  elegantes y no se sentaran en el piso sino en una sillita. 
Suspiré y me puse el delantal cuadrillé con el que me sentía "una seño" hecha y derecha.
Me colgué del colectivo 56 como cada mañana, bajé en Congreso, esperé el 37… ¡otra vez apiñada como sardinas en lata! protegiendo como podía mi bolso con el material didáctico que tanto esfuerzo me costó preparar.
Al fin, luego de más de una hora de viaje, llegué a destino. Tenía el tiempo justo para pasar por el baño antes de que sonara el timbre del inicio escolar.
Entré feliz, sonriente y muy tranquila a la sala. 
Había estado unos meses con ese grupo como auxiliar de la maestra. 
Ciertamente el conocerlos con anterioridad era una ventaja.
Sabía por ejemplo que debía poner mucha atención en Martín.
Era un niño muy curioso, inteligente e hiperquinético. Era un desafío permanente. 
Pasó el intercambio,  ante la atenta mirada de la docente que me evaluaba, y hacía algunas anotaciones en una planilla. 
Luego, me pareció oportuno que salieran a correr al amplio parque antes de encarar la actividad primordial de la jornada que requeriría de toda la atención.
Entonces
ni bien regresamos usé mis recursos "mágicos" para volverlos a la calma y una vez logrado el objetivo, desplegué el "tesoro" extrayendo de un "cofre"las figuras que con tanto esmero había preparado.
Y cuando todo iba viento en popa, Martín levantó la mano, y sin esperar que le diera la palabra interrumpió a viva voz atropellando los sonidos, chocando las sílabas unas con otras:
-”Yo en mi casa tengo un tanque”
-¡Qué  bien Martín!  ¿Y qué transporta tu tanque?
Otra vez Martín con las sílabas mezcladas, chocándose por el apuro y el nerviosismo que lo caracterizaban, contestó:
-¡Es un tanque que tiene un botón vos lo apretás sale el agua y se va la caca!

viernes, 19 de junio de 2020

Incendio

Tampoco me importa el mío
Si no fuera por el calendario que me indica que en un par de días comenzará el invierno, tendría dudas de que así fuera.
La nieve, como vino se fue. 
Si no fuera porque la gente camina por las calles con barbijo tendría dudas de que el covid-19 sea una realidad.
Fui al centro de la ciudad por primera vez, creo,  en este tiempo sin tiempo, extraño, incierto. Necesitaba comprar un regalo para la casa nueva de hiji que acaba de mudarse.
Personas por aquí y por allá, comprando en los negocios o simplemente caminando y mirando vidrieras. 
Grupos de adolescentes conversando -algunos sin tapaboca- obstruyendo el paso, perros ladrando, niños y niñas correteando...
Los bares abiertos, con carteles de "No ocupar" mesa de por medio... 
Pero
más allá de que lo exija el protocolo, pareciera que no hacen falta pues en general adentro había apenas un par de parroquianos.
Bueno, me dije, el coronavirus es cierto, no fue un mal sueño.
Así las cosas, enredados mis pensamientos, llego a mi barrio y ¡otra vez sopapo de realidad!
En la "Laguna del Diablo" un grupo de jóvenes y adultos, más de 10 con certeza, algunos con tapabocas pero no todos, amontonados es decir cero distancia entre ellos, con implementos para deslizarse sobre el hielo y/o nieve.
Un patrullero con dos policías mirando sin intervenir...
¿Se acabó el "bicho"? ¿Encontraron la vacuna y no me enteré? 
¡Por todos los dioses del Universo! ¿Dónde la están aplicando que no lo sé
¿Soñé antes o estoy soñando ahora? 
¡Tres meses y  medio llevo siguiendo los protocolos! ¿Estaré alucinando?
Entro a mi casa y, casi como poseída, me siento frente a mi computadora y reviso las noticias. 
Leo, una vez más, que llevamos más de dos semanas sin casos, que hay que seguir guardando distancia, usar tapabocas, lavarse frecuentemente las manos, desinfectar las compras...
Y me digo
¡Mierda! Creo que en mi ciudad hay dos mundos paralelos y solo yo los puedo ver...
Gracias por pasar. Hasta el viernes próximo, o hasta cada momento en que entremos a "chusmear" ésta, mi casa de letras.

NOTA:Disculpen si esta entrada no es contundente, si no se comprende lo que quiero trasmitir...Estoy muy dispersa...
Tengo una amiga excelente, noble, muy buena persona, internada en terapia intensiva. Aclaro, por si acaso, no por COVID-19. 
Por eso estoy muy dispersa y no puedo concentrarme en nada que no sea pensar en "la Flaca"...
Ojalá el próximo viernes vuelva a encontrar mi eje...¡sería fantástico pues indicaría que mi amiga estaría fuera de todo riesgo!
Disculpen y ¡gracias por estar ahí!, leyendo, a pesar de mi caos.
 Lu
Música durante la cuarentena
                                           Acá no zafás:
(por eso me hice “bloggera”, para publicarme...entrega Nº 357 de la suelta de mis letritas)
NOTA: De mi archivo de relatos con protagonistas pequeños:
Incendio
Ulular de sirenas, bomberos, policías, enfermeras y doctoras.
Mangueras, baldes y escaleras. Camillas para trasladar heridos.
Caos y desconcierto.
Ayes...gritos...discusiones.
 Y en lo más álgido del siniestro, la voz de Felipe se alza por sobre el corrillo...
¡Le voy a decir a la seño! ¡Porque yo quiero ser bombero! ¡No quiero ser otra vez el muerto!

viernes, 12 de junio de 2020

El Señor sin cuello

Tampoco me importa el mío
Primer nevada 2020, primer nevada en tiempos de COVID-19, primer nevada tardía en varios años...
Primer nevada de tantas primeras nevadas en mis inviernos fueguinos...
Primer nevada con gusto a poco, sin acumulación, con frío extremo y grises profundos. 
Es de esperar que vuelva a caer "blanca y radiante"(como va la novia de esa canción "sesentosa" de Antonio Prieto).
Salí a "escarcharme" para tomar algunas fotos que puedan ser más elocuentes que mis palabras. 
Comparto entonces lugares que podrán reconocer de otras publicaciones...¡pero distintos!
Saliendo de casa

Poca nieve, tan poca que no es fácil dejar huellas




                                         
                                   
Para finalizar este "muestreo", descubrí un "farolito chino" que, como el coronavirus, se niega a retirarse. Por cierto luce esplendoroso.

Gracias por pasar. Hasta el viernes próximo, o hasta cada momento en que entremos a "chusmear" ésta, mi casa de letras.
  Lu
Música durante la cuarentena
Orgullosa de estas y estos grandes de mi país...de tanto talento argentino.
¡Qué les llegue, les guste y lo disfruten!
                                         Acá no zafás:
(por eso me hice “bloggera”, para publicarme...entrega Nº 356 de la suelta de mis letritas!)
NOTA: Hoy sale para peques...Desde mi archivo, al que recurro una vez más.
El Señor sin cuello
Amaneció Ushuaia
blanca de nieve
y le digo a mi abuela
que quiero jugar afuera
- antes de ir al jardín-
Me pone guantes,
botas, campera
y gorro
para salir.

Busco el trineo
- del año pasado-
y voy a llamar
a mi amigo,
que vive en la casa de al lado.
¡Martín, Martín
llegó la nieve
vamos a jugar!
Grito muy entusiasmado.

La mamá le dice
que tenga cuidado.
Le da una zanahoria
una bufanda vieja
y unos corchos quemados.
Sale mi amigo 
-comiendo pizza-
patina  se cae
panza abajo
y yo muero de risa

Cargamos en el trineo
el magnífico tesoro
y vamos a la laguna
jugando con las huellas
que deja Morena
-la perrita de enfrente-
que corre alborotada
y es nuestra asistente

Debajo de una lenga
comenzamos nuestra obra
haciendo
- entre los dos-
una gran bola
luego otra,
algo más pequeña,
para la cabeza
con
naríz de zanahoria
ojos de corcho quemado
y la bufanda vieja,
como única ropa.

El Señor sin cuello
no tiene boca
nos reímos mucho
y no nos importa.                           

viernes, 5 de junio de 2020

Los pájaros de la nieve

Tampoco me importa el mío
Junio llegó sin pedir permiso, sin anunciarse, sin permitirme pensar adonde quedaron abril y mayo...
Supongo que tiene que ver con este nuevo "estilo de vida" surgido a mediados de marzo ante los avances del coronavirus.
Por cierto en mi provincia ya no hay casos, ya salimos de la zona de trasmisión comunitaria, lo cual es una muy buena noticia...
Lo sé, pero no me hace feliz en tanto y en cuanto el maldito sigue acechando.
Se reanudaron las actividades comerciales, pronto volverán los bares y restaurantes, los gimnasios...
Nada me devuelve la sonrisa perdida en estos días...
Pasará lo sé, ya volverá, como mis musas. Tal vez se han ido juntas, abrazándose y sin barbijos. No los necesitan y pueden darse besos, estrecharse en un abrazo.
Pero yo no. Y yo si necesito el barbijo.
Entonces
me pregunto ¿Adónde fueron a dar los abrazos, las charlas con un café o un trago en medio, el encuentro cercano?
En este tiempo sin tiempo... el extrañar los afectos empieza a roer, sin prisa pero sin pausa, mis emociones, mi equilibrio y la esperanza de "mañana será mejor." 
Por eso me da igual que abran los negocios, los gimnasios, el paseo de compras...nada me interesa y, en ocasiones, todo me inquieta más. 
De pronto recuerdo la mítica frase del Che "Hasta la victoria siempre" y sé que llegará el día en que la humanidad triunfará sobre el virus, sé que científicos y científicas del mundo están sin descanso y contra reloj intentando dar con la vacuna, con medicación que lo aniquile.
Entonces... hoy me despido con "Hasta los abrazos siempre"
¡Cuídense, cuidémonos los unos a los otros y más temprano que tarde esto será un mal sueño!
Gracias por pasar. Hasta el viernes próximo, o hasta cada momento en que entremos a "chusmear" ésta, mi casa de letras.
  Lu
Música durante la cuarentena
Acá no zafás:
(por eso  me hice “bloggera”, para publicarme...¡así que leé la entrega Nº 356 de la suelta de mis letritas!)
Los pájaros de la nieve
Es junio y aun no nieva. 
Espero la primer nevada casi como una acto de redención, casi como el punto de inflexión entre estos grises,  estas gotitas de lágrimas que nunca acaban de irse de mis ojos y la luz que reaparecerá, nívea, para ocultar la desolación del bosque, para emocionarme una vez más como hacen ya treinta y ocho inviernos.
Por eso
hoy los vi y me alegré...por primera vez, en todos estos años, los estaba esperando.
Lo que puede la falta de abrazos, de encuentros cercanos con los afectos...
Me alegré, decía, al ver los pájaros que bajaron de las montañas anunciando, por fin, la nieve.