viernes, 28 de abril de 2017

Nosotros (Pasajeros del tiempo) V

Tampoco me importa el mío
De nuevo en el terruño....
Gracias por seguir allí, por los comentarios dejados durante mi ausencia, por aguardar mi regreso.
Fue un viaje maravilloso. Distinto, pleno de contacto con los sentimientos y el pueblo español.
Siempre he sido una "viajera" incansable, si vale para diferenciarme del ser "turista".
No salgo al mundo, para ver lo que todos los ojos ven, que lo aprecio de todas maneras y no lo paso por alto. Pero básicamente, me gusta el conectar con la realidad de cada pueblo que visito y sus gentes.
No salgo al mundo "de shopping", que está muy bien para quienes así lo desean, pero no es lo mío. No llevo una maleta vacía para cargar de compras y luego jactarme de lo que me costó en relación a los altos precios de mi querida Argentina.
En todo caso, llevo un mochila vacía para cargar de nuevas sensaciones y sentimientos...¡Y vaya que la he colmado en este viaje!
Galicia toda, es una región donde los ancianos tienen su lugar, donde presentan resistencia a los avances de la modernidad, donde siguen teniendo tiempo para charlar con las gentes y desnudar sus sentimientos. Y atravesando sus campos, se ve el abandono de muchos sitios en los cuales, lamentablemente, ya no quedan jóvenes, y al morir los últimos ancianos, nadie se hace cargo de los cultivos, de las cabras y más.
Los jóvenes emigran, supongo, en busca de nuevos horizontes, de tiempos alocados.
Obviamente, las contradicciones forman parte de la vida misma y nada  es tal lo que parece, o mejor dicho, como decía mi amigo Sergio, "nada es del todo algo"
Vaya sorpresa la que tuvimos, al poder entrar a una iglesia y conversar con la persona encargada de atender a los peregrinos y a quien quisiera consultar cualquier duda.
Hemos preguntado a esa persona, sobre porqué las pequeñas capillas del camino, permanecían cerradas. Camino Portugués de la ruta del peregrino, recuerdo para quienes no saben que uno de mis objetivos de este viaje era realizar dicha ruta.
La respuesta fue contundente, no hay sacerdotes suficientes ni vecinos dispuestos a ocuparse de abrir y cerrar. Entonces, hemos dicho que nos sorprendía el hecho de que aún con las puertas cerradas y nadie en el interior, las campanas sonaban siempre en los horarios pre establecidos. La respuesta, también contundente, fue: "los sacerdotes tienen en su móvil una aplicación para que suenen en los momentos pertinentes". ¡Vaya asombro y derrumbe de ilusiones! ¡¡Y nosotras, crédulas, pensando que por allí el tiempo se había detenido!!
Madrid...¡capítulo aparte! He podido abrazar a mi amiga Tesa, que junto a su marido Xavi, generosos, me han abierto las puertas de sus casa. Y no solo a mi, sino también a mi amiga Yanina. 
Tesa es mi amiga a través de nuestros respectivos blogs, ya saben. Hemos conectado a través del ciber espacio hace poco más de un año, y el poder abrazarnos y contarnos y sentir que siempre hemos estado juntas es una sensación, un sentimiento, imposible de describir.
Luego Zaragoza, allí me reencontré con mi amiga Karina, luego de haber hecho juntas el camino. Los dos primeros días, con ella descubriendo el lugar, conversando con sus gentes, hemos asistido a una presentación del noveno libro de una escritora local, con la cual "causalmente", hemos dado en el bus y a la que hemos consultado sobre donde deberíamos descender para estar en el centro histórico de la ciudad. No hay palabras para describir tanta emotividad, tanto sentimiento a flor de piel.
Luego Kari partió y yo me quedé dos días más aún en Zaragoza, yendo a comprar comida al impresionante mercado local, conversando con la joven que atendía el barcito donde desayunaba, caminando de norte a sur y de este a oeste, con los ojos asombrados y los oídos atentos.
Finalmente Barcelona, que me recibió generosa, y generoso Damián, el hijo de mi amiga-hermana Silvia. Dami, al que vi nacer y hoy es un joven sensible, amoroso, divertido, que vive con su novia Silvia y en cuyo "nidito" me he sentido como en mi propia casa.
Dami, que me regaló un feliz SANT JORDI, el 23 de abril, preparándome un desayuno con rosa de obsequio incluida...
Y Beatriz, mujer que no conocía, y con la cual me ha contactado mi hermana, pues ambas son amigas. ¡Otro ser humano sorprendente! Con tiempos para dedicarle al prójimo, sin celulares interrumpiendo constantemente, con ganas de mostrar su lugar en el mundo y hacer que mi estadía sea magnífica.
¿Y qué de mis amigos franceses Marie Elise y Claude? Pues, ellos han acomodado su viaje y han ido a Barcelona, tan solo para reencontrarse conmigo...
¡¡Gracias miles a todas esas gentes maravillosas!! La emoción me invade...Ya no tengo más para decir, solo dejarme acurrucar por esos sensaciones y recuerdos tan vívidos.
Esas sensaciones que me ayudan en estos tristes momentos que hoy me tocan vivir...
Apenas he traspasado el umbral de mi puerta, sonó el teléfono...Mi amigo Carlos de Bs As, para  decirme que su mujer, MI GRAN AMIGA DELIA, está en estado de vigilia.
Así le llaman los médicos...Un tumor en el cerebro...¡Maldito  cáncer!
Así estoy...Ya volveré con más energía por aquí, ya contaré anécdotas divertidas y subiré algunas fotos...
Solo quiero decirles que NO DEJEN PASAR LAS OPORTUNIDADES, NO POSTERGUEN SUS DESEOS PARA MAÑANA...La vida es hoy, es ahora mismo y HAY QUE SEGUIR LOS INSTINTOS Y LAS SEÑALES...
Delia, al fin, nunca vino a Ushuaia, a pesar de sus locos deseos de hacerlo...
Ojalá no hayan olvidado la trama de mi cuento...Hoy continúa para ustedes, en su parte quinta.
Gracias a todos y todas por pasar, por el aguante y por soportar mis estados emocionales.
De a poco, me iré reinsertando en este espacio, y pasaré a leer los blogs que sigo, y los que aún sin seguir llaman mi atención. Y comentaré, cuando mi corazón me lo dicte.
Espero opiniones, críticas y halagos también ¿Vale? Hasta el viernes próximo. Buena vida y BUENA VIBRA
      Lu                                                                    
                               
Frases:

Necesito de alguien, que me mire a los ojos cuándo hablo. Que escuche mis tristezas y desiertos con paciencia y, aún cuándo no comprenda, respete mis sentimientos” 

Charles Chaplin

No olvidemos que las pequeñas emociones son los capitanes de nuestras vidas y las obedecemos sin siquiera darnos cuenta” 
Vincent Van Gogh
Las emociones, en efecto, no siguen un orden fijo. Antes bien, y al igual que las partículas del éter, prefieren revolotear con libertad y flotar eternamente trémulas y cambiantes” 
Yukio Mishima
Las emociones se viven, se sienten, se reconocen, pero sólo una parte de ellas se puede expresar en palabras o conceptos.
Laura Esquivel
La felicidad te envuelve, te atrapa, la saboreas y, antes de que te vuelvas adicto, se aparta veloz porque la vida misma se encarga de que no sea eterna...
Lucía Porta
Acá no zafás: 
(por eso  me hice “bloggera”, para publicarme... ¡así que leé la entrega Nº 235 de la suelta de mis letritas)
Nosotros (pasajeros del tiempo) V 
V

No sé qué decir, pienso en decirte que para hacer 25 años que no nos vemos las caras, creo que esa historia que me estás contando es casi trivial, a pesar de que tenga que ver con tu cotidiano. ¿Y si te abrazo tan fuerte hasta cortar tu aliento? ¿Y si grito? ¡Eso! …puedo levantar mi murmullo de pssi…ah…no, y decir, por ejemplo ¡ACÁ ESTOY PASAJERA DEL TIEMPO, EN BARCELONA Y VOS CONTÁNDOME DE LOS LÍOS CON TU NIÑA!
Viene entonces a mi memoria algo que dijiste en los primeros mails de nuestro reencuentro virtual: “…Muchas veces van las olas hasta la orilla, y no es que busquen nada... es su naturaleza. Con el tiempo me voy volviendo escurridizo a las casillas, a las etiquetas, a casi todo, incluso algunas veces al cariño. No es fácil explicarlo, pero sucede así. Supongo que se tratará de una suerte de defensa, una forma de atrincherarse que encontró mi corazón, de ponerse en conserva y latir aquí dentro. Espero que tengas paciencia, porque yo también te he buscado y no te he encontrado muchas veces. La vida tiene sus propios planes, confío en lo que vendrá, no se nada, pero confío, y ya es bastante…”
Y claro, no digo nada; ¿cómo no tenerte paciencia si para con vos la tengo desde que “ me querías pero no…No así , pero como nosotros…no quiero confundirte, pero te extraño…hola cielito …dulce” etc. etc. y tantas frases adolescentes disfrazando tu histeria. Esa que socialmente nos hicieron creer que es atributo exclusivo de las mujeres, y que en la medida que fui creciendo y conociendo hombres, supe que nada más lejos de la verdad y hoy, justo hoy, contando nuestra histeria-historia, vengo a descubrir que siempre, desde los 18 al menos, fuiste portador de la misma y yo, una demandante sino demente, enganchándome en ella…enganchándome cual barrilete de cola, con vos y nuestra locura.
Vuelvo entonces y adoro este metro que nos obliga a estar tu aliento sobre mi cara, nuestros cuerpos ensamblados, tus ojos tristes de siempre desviando la mirada para no posarse sobre la mía. Mis sentidos exacerbados, oigo esa tonada española, cadenciosa, cantarina, simpática, amigable y adoro estar en España. Soy feliz a pesar de nosotros. Por suerte puedo seguir siendo yo, y te tengo cerquita, y –más allá o más acá de todo- sos una cara conocida en este lejano sitio del planeta tierra. Ni tan lejano si pienso que las fronteras no debieran existir, pero sé que para ello las primeras que deberíamos derribar son las fronteras mentales, ésas que, cuando éramos nosotros, desconocíamos y justamente eso era lo que nos hacía NOSOTROS. Y de nuevo el olor amar - a mar- y de nuevo me pregunto si habrá gaviotas en Barcelona y pienso que es ésa una buena pregunta para hacerte, intentando recuperar tu memoria selectiva, ésa que pueda volverte hacia nuestra historia, y esa alegría de sabernos tan distintos, pero iguales; tan únicos y universales. Justo entonces dices: _Bueno, creo que es ahora que debemos bajar_ y me empujas casi hacia fuera del metro. ¡Es cierto! Mis sentidos siguen estando allí, alucinados, claro que estamos cerquita del mar. Estábamos - lo supe luego- a cuadras de La Barceloneta.
Te noto tenso, distante de nuevo, creo que estás intentando adivinar qué deberías decir o hacer; cargas mi “mochila” y vuelvo con el chiste tonto de que si aún te darán las fuerzas. En honor a la verdad, tampoco sé muy bien qué decir. Ves entonces que de una oficina sacan monitores, teclados, CPU...y te pones contento. Le preguntas al Sr., que está sacando los equipos, si son para que la gente se los lleve y me resulta imposible describir la alegría de tus ojitos melancólicos cuando la respuesta fue sencillamente: “Sí”. Me cuentas entrecortado, como si pensaras qué palabras soltar y cuáles, por las dudas, dejar amarradas en tu interior; que en tu casa todo lo que tienen es de “cirujeo”: _Es que en mi casa, ya te dije, creo, somos un poco locos…somos distintos…
Continuará

viernes, 7 de abril de 2017

Nosotros (Pasajeros del tiempo) IV

Tampoco me importa el mío
Esta entrada ha quedado programada antes de mi partida.
Quiero decir con esto que, ahora mismo, mientras me estás leyendo yo debería andar en mi segundo día de la Ruta portuguesa del Camino de Santiago.
Al menos eso es lo esperable...
La verdad es que he decidido dejar esta entrada programada porque sé que hay varios visitantes de esta página, mi casa de letritas, que se han entusiasmado verdaderamente con mi relato. Entonces, como para ofrecerles un capítulo más, aún con mi dificultad para anticipar, la he escrito antes de partir rumbo a España.
Al mismo tiempo quiero contarles que aún faltan tres capítulos y pedirles disculpas por la interrupción del relato durante los próximos dos viernes.
Regresaré, si el Universo sigue acompañando mis decisiones, el viernes 28
Tendré mucho para contar entonces...
Ojalá aguarden mi regreso para saber como continúa la aventura de la pasajera del tren del tiempo, y como me ha ido en este viaje tan lleno de nuevas expectativas.
Gracias por el aguante y por pasar por aquí. Espero opiniones, críticas y halagos también ¿Vale? ¡Hasta el viernes 28! Buena vida.
 Lu
Frases: Antoine de Saint-Exupéry II
La huida no ha llevado a nadie a ningún sitio.” 

Las personas mayores nunca son capaces de comprender las cosas por sí mismas, y es muy aburrido para los niños tener que darles una y otra vez explicaciones

La pura lógica es la ruina del espíritu” 

Todas las personas mayores fueron al principio niños, aunque pocas de ellas lo recuerdan.” 

A los mayores les gustan las cifras. Cuando se les habla de un nuevo amigo, jamás preguntan sobre lo esencial del mismo. Nunca se les ocurre preguntar: ¿Qué tono tiene su voz? ¿Qué juegos prefiere? ¿Le gusta coleccionar mariposas? Pero en cambio preguntan: ¿Qué edad tiene? ¿Cuántos hermanos? ¿Cuánto pesa? ¿Cuánto gana su padre? Solamente con estos detalles creen conocerle” 

El pato es feliz en su sucio charco porque no conoce el mar.” 
Acá no zafás: 
(por eso  me hice “bloggera”, para publicarme... ¡así que leé la entrega Nº 234 de la suelta de mis letritas)
Nosotros (pasajeros del tiempo) IV
IV
Borrosas estas imágenes vienen a mí ahora. Veo tu sonrisa, tu piel morena; tus canas; te veo... ¡Allí estás! Del otro lado del vidrio, en medio del tumulto, sonriente, saludando y corriendo hacia los escalones y la amplia puerta luminosa de mi vagón. Ya no sé si bajaron o no mis amigas, si me pesa o no la mochila, si estoy temblando o aún se deja sentir el quetren quetren, si son lágrimas resbalando por mis mejillas o solo sudor nomás…
Aquí estás ahora, a mi lado, abrazándome, murmurando no sé qué cosas con ese acento españolísimo, pidiéndome la mochi y yo diciendo que está muy pesada, que tal vez ya no tengas tanta fuerza, y vos diciendo _… pues mira que estás igual, igual a siempre, igual a entonces…
Ya estamos ambos -y la mochila, claro - en el andén. Veo de soslayo a mis amigas que se quedaron allí paradas, tan sólo para vernos, y otra vez las palabras empujándose en mi boca y mis manos gesticulando más que siempre, lo cual es demasiado. Me acerco a ellas con vos colgado de mi mano, cumplo con el ritual de las presentaciones, saludo una vez más, y partimos.
Podría agregar: sin rumbo…a caminar descalzos sobre la arena…a ver gaviotas cual noches blancas disfrazadas de mamadera…sin tiempo…sin presentes familiares…sin miedos…sin años…etéreos.
¡Querría agregar tantas cosas! Pero no. No puedo, porque en ese instante fugaz en que pasé el molinete del metro, quedando yo de un lado, y vos del otro comprando un boleto que no anticipaste, mirándome con esa mirada extraña, como si no entendieras mis bobadas de siempre. Como si no entendieras esas palabritas que, divertida, soltaba yo al viento de pura felicidad nomás. Como si no supieras con quien estabas…En ese instante, decía, te sentí extraño, y fue en ese instante; cuando supe que “...Nosotros, lo de entonces, ya no éramos los mismos…” (A pesar de ello, ese olor a mar y la alegría de saberte allí, en ese andén del otro lado del mundo, mientras esperábamos el metro, echaron a volar mis recuerdos, llevando a mi memoria aquello que escribiste para mi hace nada…es decir, hacen apenas unos tres años: “…Hola Lucerito, me temo que empezamos mal si ya me acusas de no querer saber de nosotros. Mejor harías en abrazarme virtualmente y esperar a saber alguna cosa... por ejemplo si me resultaba fácil hablar por teléfono, si me costó encontrar a alguien... si tantísimas cosas...”
El anuncio con voz metálica, el sonido del tren arribando y tu mano tirando de la mía, me recuerdan por un instante otro verano, otro andén y nosotros los de entonces, en la porteñísima estación Callao.
Pero partimos ahora de este andén y en este presente,  y no puedo creer que ante la emoción ni tan virtual de nuestro reencuentro, luego de 13 silenciosos años y tantos más de no vernos las caras, de tratar de distraer la incertidumbre para calmar la ansiedad de querer saber si aún éramos como nosotros, de querer saber si recordabas a las gaviotas como la noche blanca disfrazada de mamadera, si aún caminabas descalzo por aquellos campos de amapolas, si seguiríamos siendo como nosotros…¡ Si tantas cosas! y lo peor…esa loca idea mía de que podrías haberte desarmado en mil partículas y que en noches desveladas y colillas retorcidas en medio de tanto humo me llevaron a escribir mi angustia y decir entonces:
“… justamente porque no cabe en mi cabeza que puedas olvidarme ni por un silencioso segundo, es que creí que tu cerebro había estallado en mil pedazos y ya no podías pasar por ningún campo de amapolas dejando las huellas de tus pies descalzos. Creí que ya no estabas materialmente en este Planeta…Imaginé mil formas de otra vida posible en la cual encontrarte…Imaginé de qué modo habías dejado de ser Ser…”
No puedo creer, decía, qué luego de tanto amor infinito, de amor AMOR, atemporal, increíblemente sensual, tanto sentimiento uniéndonos más allá de cualquier circunstancia, y saber que sólo nosotros éramos como nosotros; ahora estemos aquí parados separados apenas por un milímetro de distancia, en este metro, con tu aliento posado sobre mis boca, pero… ¡A KILÓMENTROS Y ABISMOS DE DISTANCIA EMOTIVA!
Entonces, mientras me hablas pausadamente, buscando esas palabras que no te salen, intentando narrar una situación familiar que están atravesando con_…la niña, pues, que tiene problemas en la escuela, pero fíjate tú, ahora se dan cuenta que no puede leer de corrido…Y sabes, qué quieres, con estos tíos que tienen como lengua oficial el catalán…es que ahora mi mujé va a buscar un abogado. Y bla bla bla.
Te miro… ¡tan cerca! Te siento… ¡tan lejos! Sigo sin poder creer lo que está pasando justo en este instante y quisiera dar marcha atrás al tiempo, volver al tren, alejarme del olor a mar…pasar Tarragona… Reus… ver los olivares...a mis amigas y a Leo…los sistemas de riego...a las Gallegas vestidas de negro…los hórreos…las casas de tejas negras desteñidas por el tiempo…soñar en ese tren que aceleradamente quetrenquetrenquetren me llevaba hacia vos…soñar que esto no está pasando y llegar finalmente a DONOSTIA, andén tres, tomar el tren equivocado –historia que omití, pero que en este acontecer de mi relato podré sacar a la luz – y en esta ocasión no bajarme; dejar que me lleve hacia donde el azar de la vida me depare un encuentro con “vos aquel que fuiste”. No importa en que dimensión podamos encontrarnos, si puedo rescatarte de “vos este que sos”.
Continuará