viernes, 26 de agosto de 2022

Haikus del día después...

Tampoco me importa el mío 
Acabo de descubrir que voy superando el casi único temor /pánico de mi vida.
Al menos, eso creo.
Jamás imaginé en todos mis años que haría lo que acabo de hacer.
De hecho, hace más de 10 años, cuando una amiga hizo lo mismo que hice yo en esta ocasión le dije que me parecía una locura, que para qué, que era un sinsentido sufrir de ese modo y gastar ese dinero, que si al fin y al cabo todos y todas vamos a terminar bajo tierra y bla bla bla.
Y nunca lo hice, a pesar de que estaba en condiciones de haberlo podido hacer hace alrededor de unos 15 años.
Pero justo hace un día decidí convertirme en una heroína, en una Super Mujer, me puse la máscara y salí con la decisión tomada y haciendo oídos sordos a mi pobre corazón que latía aceleradamente.
Tan pronto como llegué toqué la puerta y cuando apareció él dijo:
- Hola, ¿estás lista? 
-Hola... ¡Si! 
(Aunque -confieso -que quería salir de allí y no parar de correr hasta llegar al Parque Nacional Tierra del Fuego).
Pasé, colgué mi abrigo, mi bandolera, y me senté dispuesta a dejar que esas manos expertas empezaran de una vez a hacer su trabajo.
Eso sí, ni tan valiente, por si acaso cerré los ojos cuando dijo:
-Ahora va el pinchazo, pero vos tranqui, respirá y exhalá, todo va a estar bien.
Entonces...
Con la anestesia haciendo efecto Pablo -mi odontólogo- volvió a explicarme como es el proceso de colocar implantes, que ese momento en el que me encontraba era el más álgido, que si quería me hiciera solo uno para ver de qué se trataba...
Dije que no, que ya estaba, que me pondría los tres...
¡Y lo hice, señoras, señores, jóvenes, niños y niñas!
Salí de ese consultorio luego de una hora, sin saber dónde tenía la boca, ni la nariz, casi ni los ojos pero
¡Con los tres tornillos colocados!
Imagino que me están aplaudiendo, creo que me lo merezco y espero que ustedes también así lo crean.

Tendría más para decir pero tengo que dejar acá porque es casi mediodía y a las 14 hs. tengo turno para el primer control, justo a 24 horas de haber iniciado el tratamiento.
Gracias por pasar. Hasta el viernes próximo, o hasta cuando gusten volver.
 Lu
Esa Musiquita
Acá no zafás:
(por eso me hice “bloggera”, para publicarme...entrega Nº452 de la suelta de mis letritas)
Haikus del día después...
Cuando me abrazas
ese abrazo atemporal
nos hace eternos.



El Universo
con tu piel sobre mi piel
cobra sentido
Es tu mirada
detenida en la mía
la Vida misma.
Dos Seres libres
oteando el horizonte
amanecemos

viernes, 19 de agosto de 2022

El Cachito

Tampoco me importa el mío 
Para dar un cierre al tema de la infancia, por ahora, hoy voy a compartir unas fotos de la mía que encontré la semana pasada cuando buscaba los juguetes que quería mostrarles.
Pero, para que no se aburran, les propongo un juego.
Son 3  fotos. A saber: 
Una de mi primera comunión, otra de algún tiempo en que me mandaban a "danza clásica"  y una del cumpleaños de una prima.
Obviamente en las dos primeras hay muchas niñas y en la tercera no solo niñas sino también niños.
Entonces...
Les daré dos pistas y luego ustedes deberán adivinar, si tienen ganas de hacerlo obvio, en donde me encuentro yo. 
Sería algo así como aquel juego de "¿Dónde está Wally?" pero mucho más fácil por cierto.
Veamos las pistas:
                                      
A agudizar la vista, acá las fotos en cuestión:


¡Me rio sola! ¿Se me estarán corriendo los patitos de la fila o será que el juego que hoy propongo es verdaderamente chistoso?
En fin amigas y amigos. ¡Es lo que hay!
Ya me dirán ustedes que les ha parecido, si pudieron o no encontrarme, si volvieron a activarse sus recuerdos o lo que tengan ganas de aportar.
Gracias por pasar. Hasta el viernes próximo, o hasta cuando gusten volver.
Lu
Esa Musiquita
NOTA: María Elena Walsh, una vez más. En esta ocasión "Canción del jardinero"
Les pido por favor que presten mucha atención a la letra y ya verán de qué manera tan poética y sutil dice grandes verdades...¡No solo para niños y niñas! 
Acá no zafás:
(por eso me hice “bloggera”, para publicarme...entrega Nº451 de la suelta de mis letritas)
NOTA: Una vez más elijo este relato breve para compartir.  Por suerte, la mayoría de mis visitantes actuales no pasaban aun por esta casa de letras las veces anteriores que lo he publicado.
Quiero decir que es una historia real que, obvio, la conté lo más "literariamente" que pude pero el final es así de cierto. Me lo contó mi tía "Felisita" que por aquellos años era la directora de esa escuela.
El Cachito
Lo recuerdo ahora como si lo hubiera vivido. Viene nítido a mí, el relato que escuché tantas veces en mi infancia correntina.
Imagino la escuela, alejada del casco urbano. 
Imagino niños y niñas de miradas tristes, pieles agrietadas por el sol y el trabajo, sonrisas sin dientes y juegos en los recreos, como única alternativa de niñez.
Imagino también a las maestras, mirándolos condescendientes, sintiéndose cerquita de Dios por ser tan comprensivas y generosas con esas criaturas "pobres", que lejos estaban de ser de la misma casta que ellas. 
Imagino aquella mañanita soleada en que “importantísimas personas del pueblo”, hombres y mujeres de bien socios y socias del Club de Leones, concurrieron con su manto de piedad y un helado palito para cada infante. Ese fue el mejor regalo en el que pudieron pensar, a modo de celebración del "día del niño", allá por agosto del ’66.
Luego, lo de siempre: chocolate con “caras sucias” y caras sucias. 
Globos, juegos y canciones acompañadas por la guitarra desafinada de la maestra de música, que tenía un sueldo de miseria pero, por suerte, un marido estanciero.
Risas, gritos, peleas, empujones y al fin, al menos por esa mañana, niños y niñas disfrutando de la infancia como pocas veces podían hacerlo.
Finalmente, y como todo lo bueno, se terminaba la feliz jornada.
Finalmente, como cada día, se aprestaban a volver a sus ranchos para dormir la siesta , apretados en un camastro, entre la pared de adobe y sus hermanos. 
Y fue justo con el sonar de la campana anunciando la salida escolar cuando solito en medio del aula, “el Cachito” seguía estático, incrédulo, revisando una y otra vez su viejo portafolio heredado de algún alma caritativa.
Se acercó a él, solícita, la señorita Directora que como correspondía a aquellos tiempos y a esa sociedad norteña, se llamaba Felisita.
Se acercó para decirle si estaba sordo y por eso no había escuchado la campana, que ya debería estar en la fila tomando distancia para despedir a las maestras y compañeros. 
Se acercó más y sólo entonces se dio cuenta de que Cachito lloraba, con lágrimas silenciosas, miraba incrédulo sus dedos pegoteados de chocolate y desesperado buscaba el helado palito que había guardado en su portafolio, con el más puro amor de todos los tiempos, para llevárselo a su mamá.

viernes, 12 de agosto de 2022

¿Muñeca?

Tampoco me importa el mío 
Quiero que sepan que estoy casi sin dormir pero no porque estuve de fiesta, lo cual hubiera sido ¡estupendo!, sino porque padecí insomnio por más de cuatro horas y cuando logré dormirme apenas una hora más tarde sonó la odiosa alarma. Debía levantarme pues, justo luego de tan enorme insomnio, comenzaba mis sesiones de kinesiología y no podía faltar.
Dicho esto, espero sepan disimular incongruencias, construcciones gramaticales desacertadas, la falta de mi habitual fluidez al conversar con ustedes y cualquier otro inconveniente que adviertan en esta edición.
Pero, en medio de tanto tener los ojos como el dos de oro, recordé algunos juegos de infancia y mis juguetes de esa época..
Fue entonces cuando dije ¡Eureka! y supe lo que compartiría en esta entrada.
Recordé el "Antón Pirulero"
cada cual cada cual atiende su juego y el que no el que no una prenda tendrá... Imagino que ustedes la estarán tarareando ya que aun no sé como musicalizar lo que escribo.
También el ""Martín pescador ¿me deja pasar? Pasará pasará pero el último quedará".
O "La farolera tropezó y en la calle se cayó.."
Y ya en la segunda infancia, saltar el elástico, la rayuela,  el juego de la estatua, escondidas y el juego de la mancha, tan solo por mencionar algunos.
¿Y los juguetes? Los clásicos de aquellos años en los que había "juguetes de nenas" y "juguetes de nenes" 
La idea no es abrir un debate sobre esto pues hay en ello mucha tela para cortar. 
Sepan que a mi me alegra y mucho que eso de "juguetes según género" haya cambiado así como lamento que esos juegos tradicionales se estén perdiendo. Pero, insisto, no pretendo abrir un debate sino simplemente que recordemos y atesoremos lo que hemos vivido en nuestras respectivas infancias.
Antes de irme por las ramas, voy a compartir los pocos juguetes de mi niñez que aun conservo y con los que jugó también hiji con excepción de mi muñequita de yeso,  fue la primera que tuve, que se rompería fácilmente. (Ya saben, clic en las imágenes para verlas más grandes)
A ver, Mujeres de mi generación, pocos años más o menos, ¿Quién de ustedes tuvo una "blonda" muñeca vestida de novia, o un "Bebé Piel Rose"? ¿Y la negrita de yeso vestida con pollera y pañuelo rojo con lunares, una impecable blusa blanca y aros de argolla dorados? Obvio, no le faltaba el delantal para "las tareas domésticas"...
Cierto es que mi hija usaba ese jueguito de dormitorio pero ella ¡Acostaba allí a las Barbies con los Ken!  😂😂
Ya me contarán, si les place, a qué jugaban en vuestras infancias. Si aun conservan algún juguete, qué es lo que más les gustaba o lo que quieran contar.
Gracias por pasar. Hasta el viernes próximo, o hasta cuando gusten volver.
   Lu
Esa Musiquita
NOTA: Para seguir con la infancia nada mejor que recordar a María Elena Walsh, quien supo escribir canciones para que los niños y las niñas puedan convertirse en adultos/adultas pensantes.
Acá no zafás:
(por eso me hice “bloggera”, para publicarme...entrega Nº450 de la suelta de mis letritas)
NOTA: Para seguir con los tópicos este relato que recordé, durante mi insomnio también, y que estimo que lo habré escrito hace unos 26 o 27 años. 
¿Muñeca?

Allí estás y no te toco. Nadie te toca, ni siquiera mi hija, que con sus 7 añitos ya casi ni te mira, ya casi ni te quiere, y mirá que pasaron años de…” ¿Me petás mami?”
Y, ¡ mirá que repetí una y mil veces la misma historia! …”No, porque se rompe”…
Allí seguís estando. ¿Será que no te presto porque no presto ni toco mis recuerdos?
¿O será tal vez que al ser el único lazo tangible entre mi pasado y mi presente, temo que te desarmes y se pierdan junto a vos, en mil partículas, mi identidad, mi SER COMO YO, mi historia?...
Es que, sin duda, que seas irreemplazable y única me convierte en una dama temerosa y egoísta, lo cual no es para que me felicites, pero… ¿que podemos hacer para evitarlo? …
No lo sé, pero sí sé que el mirarte, paraliza mis movimientos, aquieta mi mirada, acelera mi respiración.
Y vos, sin inmutarte siquiera, así como si nada ocurriera…tan frágil y tan fuerte, tan cercana y tan distante.
Marcando una época, desafiante, altanera casi, recordándome que el tiempo inexorable, invisible, con sus huellas y su paso transcurre, y yo sólo soy una pasajera del mismo, sin estación final definida ni boleto VIP que me ampare.
Claro que vos ya no tenés tu antiguo esplendor, ni tus ropas a lunares… o tus aros. Los que solo vuelven a mí cuando, ¿recuerdo?... ¿sueño…¿imagino? mis primeros pasos, una tacita de leche tibia o algún caramelo para calmar mi llanto.
Entiendo ahora que si bien ya no sos como entonces, seguís siendo esencialmente única en mis sentimientos.


Comprendo al fin que ya nada es igual a pesar de que ella sigue intacta desafiando al futuro.
Sobrevivió a mi niñez, mi adolescencia, mis miles de mudanzas, hasta que encontré “mi lugar adonde volver”, bajo este cielo, que me cuenta cotidianamente que el horizonte está en el interior de uno mismo, estas montañas que me anuncian que la vida tiene varias laderas, y la sabiduría es sencillamente sortear los obstáculos para poder encontrar la menos escarpada y esta Bahía que mira al poniente y me ancló con su magia para siempre.
Sobrevivió, decía, a mi primer amor y también al último, a los primeros pasos y balbuceos de mi niña, a sus deditos exploradores y ahora que se humedecen mis mejillas con estos pedacitos de lágrima, deseo que también a mi me sobreviva, para que una tardecita cualquiera en otro otoño Ushuaiense, mi hija cuente una historia parecida a esta, a sus hijos, y porque no, a sus nietos, para que puedan sentir así su historia y fortalecer sus raíces, al ver esta extraña, rígida y negra muñeca de yeso.

viernes, 5 de agosto de 2022

Para Hiji

 Tampoco me importa el mío 
Hoy sale última entrega de fotos de mis vacaciones de junio.
Un día antes de regresar a mi casa fui con mi amiga Silvia a conocer un par de librerías con bares, a caminar las callecitas de Villa Crespo y Palermo, a conocer un mural de gatos que desde que supe de su existencia quería ir a verlo, a almorzar en un resto/bar con un patio asombroso y, de camino, descubrí un mural homenaje a un tipazo que admiré siempre mucho y que he conocido personalmente en ocasión que visitó Ushuaia: Juan Alberto Badía, que ha sido locutor y conductor de programas de TV.
Lamentablemente falleció, cuando aun tenía mucho para dar, por un maldito cáncer.
Pero... ¡qué raro yo yéndome por las ramas!
Mejor vamos a pasear ¿vale?
Nos encontramos en Librería del Pasaje, (imposible no comprar un par de libros...¡ya que estaba!)  😊 Almorzamos en el patio de Malvón. 
Caminamos hacia el mural de los gatos, disfrutando de las callecitas de Bs As que "tienen ese que se yo", y nos encontramos con el mural "Homenaje a Badía"

Promediando la tarde fuimos a otra maravillosa librería "Eterna Cadencia" Es una típica casona antigua del barrio de Palermo, y allí -como en la primera que fuimos-  podés tanto leer un libro como tomar un trago o un café acompañado con algo rico rico.
Y, como "todo tiene un final, todo termina", así se terminaron mis vacaciones que habían comenzado varios días antes en Rosario, luego Rosario del Tala y luego CABA. 
Espero que hayan disfrutado del muestreo que hice de cada lugar. 
Yo disfruté enormemente, ya dije, no solo de cada uno de esos sitios sino también de la maravillosa compañía de amigos, amigas y parientes.
Imposible contarles la felicidad de haber compartido una noche de pizzas con dos amigos y dos amigas del cole secundario que fueron hasta Villa Crespo -el barrio donde vive mi amiga Yanina que fue mi anfitriona durante cinco días- tan solo para encontrarse conmigo.
Gracias por pasar. Hasta el viernes próximo, o hasta cuando gusten volver.
                       Lu
Esa Musiquita
Acá no zafás:
(por eso me hice “bloggera”, para publicarme...entrega Nº449 de la suelta de mis letritas)
NOTA: Este poema lo escribí cuando mi hija, adolescente,  se fue a estudiar a Bs As. 
Intenté versionarlo en esta ocasión, luego de tantos años, pero no lo he logrado. Entonces...¡Sale versión original! Pero creo que bien podría titularlo hoy "Poema inconcluso"...
Para Hiji
Te crecí
con agua y leche
digna,
dignidad de pobre
-rica dignidad-
Te crecí…
sin penarte ni pensarte
extraviadabandonada
Presagiando tu futuro
niña buena
te crecí
amanecida
sola y plena
para que descubrieras la vida
y cantaras en ella
sones de amor y de amistad
de paz, 
de empatía y solidaridad.

Te crecí
a ritmo de duendes
habitantes del bosque
y de nuestra casa
plena
de historias amanecidas
con la luna nueva

Insular naciste
insular creciste
generosa y apacible.
La Tierra de los Fuegos
te vio partir
atraída por las luces, 
las marquesinas, la militancia
y tu ser adolescente
intentando la vida nueva
niña doliente.

Auspicia tu búsqueda por más
-y esperará tu regreso-
vestida de
rojo/ocre, 
nívea, floreciente
tierra/futuro
tierra/progreso
Onaisín* generosa
corazón de lenga
calafates, notros
ñires y michay...

*Onaisín: "Tierra de Onas" en idioma yagán