Tampoco me importa el mío
De nuevo en el terruño....
Gracias por seguir allí, por los comentarios dejados durante mi ausencia, por aguardar mi regreso.
He regresado de Chile con la mochila repleta, una vez más, de maravillosos sentimientos y emociones. He regresado plena, como cada vez que regreso de un viaje.
Como ya lo he dicho, siempre he sido una "viajera" incansable, si vale para diferenciarme del ser "turista".
He regresado de Chile con la mochila repleta, una vez más, de maravillosos sentimientos y emociones. He regresado plena, como cada vez que regreso de un viaje.
Como ya lo he dicho, siempre he sido una "viajera" incansable, si vale para diferenciarme del ser "turista".
No salgo al mundo para ver lo que todos los ojos ven, que lo aprecio de todas maneras y no lo paso por alto. Pero, básicamente, me gusta el conectar con la realidad de cada pueblo que visito y sus gentes.
En Santiago, finalmente, he podido abrazar a mi amiga Carmen la sensible poeta que conocí hace más de dos años a través de su blog y en el espacio virtual.
Conectamos estupendamente bien y hemos compartido muchas horas contándonos la vida, compartiendo sus actividades, yendo a rinconcitos santiaguinos como el bello Café Mosqueto para continuar de charlas y"cuentos". Fue una enorme caricia al alma el haber compartido con ella todas mis tardes/noches en Santiago. Y con ella también, fuimos a Isla Negra, a una presentación de libro, a escuchar a la Orquesta Sinfónica Nacional de Chile ... En fin, que no nos hemos privado de nada y mucho menos de los exquisitos pisco sour, comidas ricas y risas a granel.
Luego partí hacia San Pedro de Atacama...solo emociones y sentimientos. Hablaré sobre este hipnótico sitio en la próxima entrada.
Viajar es, en mi percepción de la vida, uno de los aconteceres más ricos, que más posibilidades de crecimiento ofrece. Son vivencias que nunca podrán quitarnos, es la posibilidad de elevarse y abrir las alas, de conectar con las diferentes realidades, de soñar y vivir, de adquirir conocimientos y de aprehender la vida. Es más, mucho más, que desplazarse de un lugar a otro.
Luego, el regreso....Confieso que he extrañado horrores a mi gatito. Ni me lo puedo creer pero fue real.
Llegué, apurada por verlo, con el invierno haciendo su entrada triunfal y Ushuaia más nevada, creo, que durante toda la temporada pasada.
De los cielos celestes y límpidos de Atacama, del sol y tibieza de sus días a las grises y cortas jornadas de mi lugar adonde volver.
Y, cartón lleno, al día siguiente de mi arribo me la pasé yendo, no de la cama al living como la canción de Charly, de la cama al baño.
¡Once horas pasé en esa situación! Feroz gastroenteritis que, por suerte y para ver el vaso siempre medio lleno, menos mal que ya estaba en mi casa, mi cama y mi baño.
Luego quedé devastada. Así estoy aun. Tanto que este viernes, 29, a una semana del "ataque" voy a ir a la consulta médica.
Mis neuronas y mi organismo todo están funcionando a media máquina.
Entonces, me disculpo si este post es un tanto inconexo y los dejo con fotos de Santiago de Chile y de Isla Negra.
Conectamos estupendamente bien y hemos compartido muchas horas contándonos la vida, compartiendo sus actividades, yendo a rinconcitos santiaguinos como el bello Café Mosqueto para continuar de charlas y"cuentos". Fue una enorme caricia al alma el haber compartido con ella todas mis tardes/noches en Santiago. Y con ella también, fuimos a Isla Negra, a una presentación de libro, a escuchar a la Orquesta Sinfónica Nacional de Chile ... En fin, que no nos hemos privado de nada y mucho menos de los exquisitos pisco sour, comidas ricas y risas a granel.
Luego partí hacia San Pedro de Atacama...solo emociones y sentimientos. Hablaré sobre este hipnótico sitio en la próxima entrada.
Viajar es, en mi percepción de la vida, uno de los aconteceres más ricos, que más posibilidades de crecimiento ofrece. Son vivencias que nunca podrán quitarnos, es la posibilidad de elevarse y abrir las alas, de conectar con las diferentes realidades, de soñar y vivir, de adquirir conocimientos y de aprehender la vida. Es más, mucho más, que desplazarse de un lugar a otro.
Luego, el regreso....Confieso que he extrañado horrores a mi gatito. Ni me lo puedo creer pero fue real.
Llegué, apurada por verlo, con el invierno haciendo su entrada triunfal y Ushuaia más nevada, creo, que durante toda la temporada pasada.
De los cielos celestes y límpidos de Atacama, del sol y tibieza de sus días a las grises y cortas jornadas de mi lugar adonde volver.
Y, cartón lleno, al día siguiente de mi arribo me la pasé yendo, no de la cama al living como la canción de Charly, de la cama al baño.
¡Once horas pasé en esa situación! Feroz gastroenteritis que, por suerte y para ver el vaso siempre medio lleno, menos mal que ya estaba en mi casa, mi cama y mi baño.
Luego quedé devastada. Así estoy aun. Tanto que este viernes, 29, a una semana del "ataque" voy a ir a la consulta médica.
Mis neuronas y mi organismo todo están funcionando a media máquina.
Entonces, me disculpo si este post es un tanto inconexo y los dejo con fotos de Santiago de Chile y de Isla Negra.
Gracias por pasar por aquí. Espero opiniones, críticas y halagos también ¿Vale? Hasta el viernes próximo. Buena vida y BUENA VIBRA.
Frases: 3 de James Dean
No voy a ir por la vida con un brazo atado a mi espalda.
La gratificación viene al hacer, no con los resultados.
No puedo cambiar la dirección del viento, pero sí ajustar mis velas para llegar siempre a mi destino.
Acá no zafás:
(por eso me hice “bloggera”, para publicarme... ¡así que leé la entrega Nº 278 de la suelta de mis letritas!)
NOTA: Pensé que con estos versos -que de poesía no tienen mucho- podría describir las fotos y contarles así de que se tratan. Fácilmente podrán poner a cada una la correspondiente estrofa. Espero les guste el acertijo
Versos disparatados (para contar de Santiago)
A orillas del Mapocho
dejan su impronta
los hermanos Mapuches
En Santiago
los perros duermen
-desvergonzados-
en cualquier vereda
sin importarles que sea
la del Palacio de la Moneda.
Subir el San Cristóbal
-caminando-
es un placer para los sentidos
Ignorando al telesférico lujurioso
seguí cuesta arriba
hasta lograr mi objetivo.
Sensaciones indescriptibles
de libertad, de vuelo, de felicidad
- durante mi andar-
y para descender
con la mejor vista de frente
¡Lo hice en funicular!
El Cerro Santa Lucía
-más a mano y no tan alto-
es un oasis de tranquilidad
en medio de tanto asfalto.
De un cerro al otro, la foto
la cima del San Cristóbal
que yo había alcanzado
-caminando-
con pasos acompasados.
¿Y las casas de Neruda?
"La chascona" o "Isla negra"
la una en las faldas del cerro
la otra con vista al mar
Yo
- aunque no sea poeta-
de esos paisajes
pude disfrutar.