jueves, 17 de mayo de 2012

Infancia patagónica

Tampoco me importa el mío
Y por eso hoy voy a contarles que, luego de 15 meses de no faltar por aquí ni un solo jueves....¡a partir del próximo voy a tomarme una vacaciones!
Si querida gente, seguidores de QUE ME IMPORTA TU PASADO, voy a faltar justamente un mes...es decir 4 jueves. No pude trabajar doble en este tiempo pasado, que fue la primer idea, como para dejar programadas las próximas ediciones. No pude, me faltó tiempo para ello.
Me voy a recorrer parte de Francia. Eso es lo que haré durante mi ausencia. 
Entonces...¡a mi regreso podré contarles las "Mil y una historias"! A quienes me leen siempre, les pido humildemente disculpas, a quienes me leen algunas veces, y a quienes están descubriendo este espacio bloggero, les digo que pueden leer ediciones anteriores, y así -si les interesa, claro está- pueden ponerse al día. Vale también para quienes generalmente se meten a espiar por aquí los jueves. Tal vez pueden repasar las ediciones que más les gustaron, o las primeras, y así quizás puedan luego darme una opinión respecto al avance -O NO -de esta página. Tienen cuatro jueves para ello. 
Si por esas cosas de la vida, puedo salir algún jueves, se los haré saber a través de sus mails, y los lectores ocasionales, que no están en mis contactos, irán viendo de vez en cuando esta casa amiga.
Como siempre,gracias por leer mi blog. Espero opiniones, críticas y halagos también ¿Vale? ¡Hasta el jueves próximo! Buena vida.
La frase para pensar:
Merecer la vida es erguirse vertical más allá del mal, de las caídas...
Eladia Blazquez
Acá no zafás:
(para eso  me hice “bloggera”, para publicarme...¡así que leé la entrega Nº 65 de la suelta de mis letritas!)
Infancia patagónica
Éramos niños de ciudad patagónica, lo cual finalizando la década del 50 era todo un tema.
Y más aún cuando, como en nuestro caso,  formabas parte de una familia que no era nyc*, sino que habitaba aquellos “desolados parajes” por cuestiones de índole laboral.
Imagínate entonces, desarraigo, frío, meseta patagónica con fuertes vientos. Chenque** levantando kilogramos de tierra y una “madreamadecasa” educada en otro siglo, con costumbres burguesas y depositada en ese paisaje hostil por obra y gracia del trabajo de su marido, con el dinero justo como para el mate cocido con leche de la mañana y la polenta varias veces en la semana de almuerzo. Ni mencionar la frugalidad de la cena.
¡Que panorama! Si casi lo estoy viendo, a pesar de no recordarlo.
Es decir, estoy situándome en los pensamientos de mi madre por aquellos años…De hecho, amo la Patagonia, y mi sentir siempre fue y será otro al respecto.
Como antes, como siempre, como ahora, a veces las cigüeñas se meten en la chimenea equivocada.
Y no. No  estoy emitiendo quejas sobre mi familia. ¿Con qué derecho lo haría?
Solamente estoy reafirmando mi condición de “distinta”…Desde  chiquita lo fui.
Lo cierto es que mi hermano y yo, vivíamos encerrados dentro de la casa, y todos los temores maternos, nos hacían muy vulnerables.
No teníamos televisión, no salíamos a jugar afuera, no teníamos una “barra” de amigos ni amigas, no conocíamos insectos, ni gallinas, ni vacas, ni animales del zoológico (que tampoco conocíamos) Así que, nuestra idea de animales salvajes y domésticos, se basaba en algunas figuras vistas en libros de cuentos, perros y gatos de los vecinos y algún que otro caballo que por el fondo de nuestra casa pasaba.
Fue en ese entonces, cuando mis padres decidieron un verano, ir a pasar unos días de vacaciones nada más ni menos que al campo.
Sí, al mismísimo campo, en plena pampa húmeda…a la chacra de mis tíos.
¡Qué revuelo! Descubrir moscas, mosquitos, abejas y toda suerte de insectos…sapos, ranas, vacas, chanchos, aves de corral y cuanto animal pueda imaginarse uno en los campos argentinos, de la provincia de Santa Fe, a principios de la década del 60.
Y no es que recuerde yo estos hechos, pero con el paso del tiempo, se los escuché contar a mi madre infinidad de veces, por eso lo sé.
Lo único que recuerdo nítidamente, y aún ahora en vez de parecerme un episodio chistoso me genera un poco de melancolía, es la risa dibujada y sonora en esas caras adultas que, en vez de ayudarme, me miraban correr, desesperada, a una gallina blanca de impresionante cresta roja. 
Llevaba, entre mis manitos, una lata vacía, mientras a viva voz y muy colorada por el esfuerzo decía: ¡Gallina, que sucia!, tenés que hacer caca en la lata. 

Luego llegan confusos los sucesos. Me caí en el intento de atrapar a la cocorita, mi tía me abrazó y alguien decía que no pasaba nada...
Y yo me puse a llorar al darme cuenta que había otra forma de vida más libre y que no era tan importante tener la casa ordenada.
* NYC sigla que se usa en las ciudades patagónicas de Argentina para denominar a los que
nacieron y se criaron en el lugar.
** Cerro ubicado en la ciudad de Comodoro Rivadavia. (La palabra chenque denomina a los cementerios de aborígenes)

jueves, 10 de mayo de 2012

De todos los tiempos

Tampoco me importa el mío
Y por eso hoy quiero contarles que estoy de nuevo con todas las pilas que se me agotaron en 2011. Estoy de nuevo en el camino, y por estos días muy compenetrada investigando a fondo, lo que siempre supe desde lo macro, lo que ronda mi cabeza acelerada, sobre las distintas formas de discriminación. Sobre la no aceptación del otro, "del que no es como uno". Me remonto entonces a los pueblos originarios, y a quienes los pensaron animales, porque no eran "señoritos" como ellos, porque andaban desnudos y les pasaron la vergüenza del cuerpo...¡pero igual los violaron!
Y seguimos en este sobrevuelo, nazis,  milicos, tantos genocidas, tantos exterminios.
Y los que caretean, los homofóbicos, los salvajes dedicados a la trata de personas,los que esclavizan,  la violencia de género...¡y tantos grupos más!
¡Y pensar que a los aborígenes los llamaron salvajes! 
Aún hoy hay mucha gente, más de las que ustedes creen, que siguen llamándolos indios.  Hay muchos que quieren que los milicos vuelvan...
Los dejo con un interrogante y voy a seguir con las correcciones de mi libro, que quiero entregarlo el viernes, para que siga su curso.
¿Porqué será tan difícil aceptar la diversidad?...
Como siempre,gracias por leer mi blog. Espero opiniones, críticas y halagos también ¿Vale? ¡Hasta el jueves próximo! Buena vida.
  Lu
La frase para pensar:
"No me duelen los actos de la gente mala, me duele la indiferencia de la gente buena."
Martín Luther King
Acá no zafás:
(para eso  me hice “bloggera”, para publicarme...¡así que leé la entrega Nº 64 de la suelta de mis letritas!)
De todos los tiempos
Orillaron
dejando los botes
pero no las botas
desollaron
mancillaron
y en nombre de Dios
evangelizaron...
Buscaron
oro
poder
incivlizaron
arrasaron
KSORTAIN KSORTAIN*
no solamente a mis hermanos
mataron...
Pasaron siglos
mutaron
pero las malas 
gentes
no cambiaron.
Están presentes
traficando
esclavizando
bajo otras formas
otras caretas
siempre 
despreciando la vida ajena
siempre 
asesinando...

*Espíritu malo. (lengua shelknam-ona)

jueves, 3 de mayo de 2012

Cosas que pasan

Tampoco me importa el mío
Y por eso hoy, voy contarles lo que anticipé el jueves pasado: me llamaron de la Editora Cultural Tierra del Fuego, para decirme que mi obra "Breves Momentos", fue seleccionada por los jurados, para ser publicada. ¡Guauu amigos y amigas! ¡Estoy muy emocionada! La realidad es que hasta que no pasara esta instancia, no podía saber yo si me publicarían o no. Es condición sine qua non para quienes decidimos presentar nuestra obra en la editora del estado provincial, pasar por un jurado compuesto por 3 personas, que individualmente leen la obra y emiten cada uno su opinión. Instancia que podría no haberla pasado. ¡pero ya está el primer paso dado! es decir, el 2do. El primero fue cuando -en soledad- decidí presentarme. Luego vinieron las ayudas, las opiniones, los correctores (ambos ad honorem), las niñas que colaboraron con las ilustraciones, mi amiga Silvia que me ayudó a compaginar. El título que no salía, las opiniones a través de este blog al respecto, Silvia (de Mardel) que encontró "la punta del ovillo", para que yo arribe al "Breves Momentos" como título de mi ópera prima. Y mi esfuerzo por lograr llegar a término para presentar.
Ahora se viene la 3er etapa: una ardua instancia de corrección, habida cuenta que los jurados hicieron algunas observaciones que intentaré cumplimentar en esta semana. 
A propósito, quiero decir que creo que Tierra del Fuego es la única provincia que cuenta con una Editora. Si no es así, espero que me informen, ya que intenté desasnarme a través de internet y no encuentro ninguna otra.
Que me llena de orgullo, que en mi provincia, la cultura no sea para unos pocos, que me gusta que practiquen eso de "el movimiento se demuestra andando" y andando van haciendo camino, y sin dudas, en el hacer cometen errores, y lo bueno es que van aprendiendo y creciendo, y mejorando. Apenas tiene unos 4 años, y ya se van notando los logros y los cambios. ¡A partir de este año la provincia de Tierra del Fuego tiene stand propio en la feria del libro! y pueden participar del mismo, no solamente los que publicaron con la editora estatal, sino que tienen en ese stand un lugar todos y todas quienes quieran presentar sus libros, independientemente de con qué editorial hayan publicado.
Y los dejo por hoy...¡Voy a trabajar en las correcciones de mi libro!
Como siempre,gracias por leer mi blog. Espero opiniones, críticas y halagos también ¿Vale? ¡Hasta el jueves próximo! Buena vida.
  Lu
La frase para pensar:
Merecer la vida no es callar y consentir tantas injusticias repetidas... Es una virtud, es dignidad y es la actitud de identidad más definida
Eladia Blazquez
Acá no zafás:
(para eso  me hice “bloggera”, para publicarme...¡así que leé la entrega Nº 63 de la suelta de mis letritas!)

Cosas que pasan
Y si. Los 18 años son como son. Aquí y en la China. En tu época y en la mía y por los siglos, de los siglos, enfatizó tía Ruperta, y yo inmediatamente le contesté: ¡Amén!
Y tía, que ahora va por los cincuenaytantos, se rió a carcajadas y le pareció un gran chiste mi sonsera.
 Siempre me dice que soy muy divertida, que adora mi juventud y mi desfachatez, esa cosa espontánea –según dice ella- que yo tengo y que me hacen única, graciosa, querible y varios calificativos más, a cual mejor. Que si me calzaran todos yo sería una líder mundial…La verdad es que yo no me la creo…pero bueno, tía me ama y soy para ella algo así como la hija que nunca tuvo.
 Y la verdad es que a esta altura de mi vida, 23 años no es poca cosa, he conseguido casi todo lo que me propuse. Con mucho esfuerzo, en general, y algunas lágrimas también…Pero lo he conseguido.
 Y el casi es porque… ¡que mal me va con los hombres! Con los hombres de los que me enamoro, digo, porque con los otros, los amigos… ¡los tengo de a miles! Adonde quiera que vaya, siempre encuentro un amigo nuevo. Y ojo, que también tengo amigas mujeres… ¡Pero me llevo mejor con los varones! Y hasta hago de celestina a veces…

Volviendo a tía Ruperta, y a su hipótesis de cómo son los 18 años, eso viene a cuento porque me vio muy triste  (yo había cortado con otro de mis “desamores”) y me contó una historia que, hasta el día de hoy, no pude averiguar si fue cierta, o puro invento, para sacarme una sonrisa.

Según sus dichos, a los 18 años, estando de vacaciones en Concepción del Uruguay en casa de su tío, fue una siesta de esas entrerrianas al balneario más popular de la zona, con una amiga de su prima. Allí, ambas, muy flaquitas y cancheras (particularmente ella, que era de Buenos Aires) caminaban con donaire, como flotando sobre la arena blanca y caliente, con los pelos ondulando al compás de la brisa, propia de la costa, y las diminutas biquinis mojadas.
– ¡Imagínate, preciosa, cómo nos miraban los muchachos! Ya sabes, cuando la malla se moja, y tienes un buen cuerpo, los pezones quieren escaparse a través de la tela, la rayita se ve bien marcada… ¡Hay con estos recuerdos ahora! ¡Qué momentos! - decía tía y se abanicaba el rubor que subía por sus mejillas.
A esa altura del relato, yo me sentía un poco más animada y le dije:- ¡Y dale tía! ¿Levantaste o no levantaste?  
Me pareció ver un dejo de melancolía en la mirada de Ruperta cuando me dijo:
-¡Claro que levantamos! Dos muchachos porteños…preciosos…Uno para Alejandra, otro para mi. Diecinueve y veinte años respectivamente. Nos sentamos en sus sillitas de playa, ellos sobre la arena húmeda…empezamos a hablar animosamente. A mí., mi  rubio lindo me invitaba a pasar a la noche por su carpa, y yo "canchereando" le decía que bueno, que allí estaría.
Imagínate sobrina, en esa época; ¡Mi madre me hubiera encerrado con cuatro vueltas de llave antes de dejarme ir sola a la playa pasado el atardecer! 
Me emociono con tanto recuerdo…Allí estábamos, hablando, mirándonos las miradas, flirteando…y de pronto no sé como ni porqué empecé a toser, me picó la garganta, no sé..y desde mi posición canchera piernitas cruzadas tipo buda en la silleta, junto a la tos, salió otro sonido que debe haber hecho flamear mi diminuta bikini…
- ¡Noooo! ¡Tía no me jodas! ¿Se te escapó un pedo? Pregunté yo.
- No…no te jodo… ¡el papelón de mi vida! Encima, cero posibilidades de disimular. Imposible decir que la silla hacía ruido, o algo por el estilo. ¡En la playa y con reposeras! Entonces, lo miré a los ojos y le dije: ¡Son cosas que pasan! Y seguí hablando como si nada, como si no me hubiese temblado la voz, como si no hubiera querido morir en ese intante.

Y esa es la parte de la historia, que nunca sabré si fue cierta o no. Pero lo que si sé, es que después de ese relato, abracé a mi tía y empecé a sentirme mejor.