Tampoco me importa el mío
Tengo muchas ganas de compartir con ustedes algunas ideas sobre las bases fundacionales de Ushuaia que me llevan a pensar que en ellas puede estar la causa de esta sociedad desmadrada que hoy tenemos en mi querida ciudad.
Pero...como siempre, indisciplinada, inconstante y desorganizada que soy, no lo he logrado.
Entonces divago sobre una cuarta parte del motivo de mi falta de tiempo y les digo que "Si tus hijos no te dan nietos, el azar te dará un gato" (Lucía Porta)
Y lo del azar, azarosamente, se me ocurrió luego de leer la última entrada de mi amigo bloguero JFB en http://jfbmurcia-mividaenfotos.blogspot.com.ar/ cuya lectura recomiendo a quienes tengan ganas de leer textos muy interesantes y divertidos.
En todo caso, vuelvo a mi "frase célebre 2018" para decirles que este descubrimiento lo hice en base a mi experiencia personal y la de alguna amiga que comparte mis decires. Demás está agregar que mi afirmación, sin dudas, de científica no tiene nada pero es, para mí, verdad absoluta.
Llevo días de dormir pocas horas pues Calabaza, mi gatito medio tiempo que apareció un día llorando hambriento en la puerta de casa, a pesar de pasar las noches afuera por su propia elección, logra que mi sueño sea más liviano que el aire y me despierte ante sonidos casi imperceptibles provenientes del exterior y/o lejanos "miauuu".
Luego, me relajo pensando "no importa, dormiré una siesta" y justo cuando me dispongo a hacerla, él se despierta de su largo sueño mañanero y es entonces cuando busca mimos y comienza a enredarse entre mis piernas.
Otras veces estoy a punto de salir, siempre con el tiempo justo, y en ese preciso momento él regresa de la calle y entra por su puertita vaivén colocada en el hall, lo cual hace que tenga que volver sobre mis pasos para cerrar dormitorios y cocina. Y, como no quiero "engatusarlos" con mi cuento, dejo para algún otro divague la historia de "Como se cuela por la puertita en cuestión, Moma, la gata de la vecina de enfrente" .
En fin. Que el minino nada me pide, es decir que acepto el "mea culpa"y me imagino que lo que yo hago por él es lo que las abuelas harán por sus nietos.
¡Hasta he improvisado una canción de cuna para cantarle mientras le sobo la papada! Parafraseando "Duerme Negrito" mi canción dice así:
Duerme duerme gatito
que Lucía está a tu lado gatito
Duerme duerme bonito
que Lucía está a tu lado bonito.
Calabaza sí
Calabaza que te pasa
que te pasa sí
duerme duerme
duerme duerme sí.
(Repetición de la primer estrofa)
Ya sé, ¡ni que lo digan!, "se me desalinearon los patitos", o "me faltan un par de jugadores" o si prefieren, "me faltan caramelos en el frasco" jajajaj
Y para quienes no conocen la canción, les dejo "de yapa" la versión de "Don Ata" (Atahualpa Yupanqui)
Gracias por pasar por aquí. Espero opiniones, críticas y halagos también ¿Vale? Hasta el viernes próximo. Buena vida y BUENA VIBRA.
Frases:
Huid de escenarios, púlpitos, plataformas y pedestales. Nunca perdáis contacto con el suelo; porque sólo así tendréis una idea aproximada de vuestra estatura.
Antonio Machado
Me parece que hay una intolerancia recíproca que no permite desarrollar la capacidad para aceptar matices.
Eduardo Sacheri
“He aprendido que el mundo quiere vivir en la cima de la montaña, sin saber que la verdadera felicidad está en la forma de subir la escarpada”
Gabriel García Márquez
Dans la vie on est tout seul avec son costume, et tant pis s'il est tout déchiré...
(En la vida uno está solo con su traje, y tanto peor si está totalmente desgarrado...)
Delphine de Vigan
Acá no zafás:
(por eso me hice “bloggera”, para publicarme... ¡así que leé la entrega Nº 266 de la suelta de mis letritas!)
El jardinero
Ponía una flor acá,
otra más allá. Las rojas con las rojas, las amarillas con las violetas. Las
hojas verdes y largas en un rincón, y las otras encerrando los coloridos
ramilletes. Obviamente, se ocupaba de los árboles que, en sus enormes y
redondeadas copas, albergaban bandadas de gorriones, golondrinas o tal vez
torcacitas. Y brillaba en lo alto el sol en medio de un cielo celeste intenso. Julián y yo éramos muy felices.
Luego, él me abrazaba
con sus manitos manchadas de acuarelas, me decía "te quiero mami",
buscábamos un imán y colocábamos su obra de arte en la puerta de la heladera.