Tampoco me importa el mío
A pocos días de tomar mi vuelo hacia Buenos Aires, vengo a mi casita de letras para contarles que no publicaré por los próximos dos viernes.
Por suerte mi "piernamaceta" va mejorando. Solo espero que la insoportable humedad de la "ciudad tango" no complique demasiado mi posfractura.
Este es un viaje que vengo soñando hace tiempo. Ir de TURISTA a la Ciudad Autónoma.
Se estarán preguntando qué quiero decir con esto. Pues eso: IRÉ DE TURISTA.
Cada vez que voy hacia esa ciudad con aroma a cafetines, melodías tanqueras, lloviznas tediosas, pizzerías por doquier, humedad insoportable, expresiones culturales incontables, ferias artesanales, y mucho más.
Cada vez que voy, decía, voy a parar a casa de amistades entrañables, y me acoplo a sus ritmos, su cotidiano y lo disfruto. Mucho. Y me siento como en casa en cada casa que esté.
Pero.....Siempre cuando uno opta por algo, queda pendiente otro algo...Y mi pendiente es, justamente, recorrer esos sitios culturales, esos bares, esos barrios tan porteños, cámara en mano, sin tiempos y a mi aire.
Disfrutar desde ese lugar del asombro, del ver con ojos de turista todo lo que se pueda ver y sentir en esa ciudad cosmopolita, dinámica, futbolera. De barrios con historias miles como San Telmo o La Boca, de cúpulas que ya casi nadie mira porque ya no se acostumbra a levantar la vista, porque el cotidiano de las gentes que allí viven y subsisten es, en ocasiones, demasiado agobiante.
No todo lo que brilla es oro, y vale la cita para la mágica Buenos Aires, ciudad de excentricidades, de apuros, de tradiciones, portuaria, festiva, tumultuosa, noctámbula, contradictoria...Y con gentes, cada vez más, durmiendo cobijados tan solo por unos cartones y al amparo de algún rincón...Y si hago mención a esa otra cara de la capital de Argentina es para que, quienes no conocen, sepan que existe y que hay mucho más para decir sobre ello.
Pero eso puede ser tema para alguna otra entrada en este blog que habla de realidades diversas....Tan diversas que, a pesar de todo lo poético, lírico, bohemio y mágico con que la he nombrado, YO NO ELIJO VIVIR EN BUENOS AIRES.
Por hoy solo quiero contar que al fin podré cumplir mi sueño. Alquilé un departamento en un barrio estratégico para poder deambular y "sentir Buenos Aires"... Sin prisa, pero sin pausa, extasiada como cualquier turista del mundo que pisa esas calles porteñas. Sólo serán 5 días, los suficientes para andar por sitios ya vistos y otros desconocidos. Salas de arte, funciones teatrales y más. Me acompañarán en esta aventura, mi amiga poeta, Carmen quien viajará desde Santiago de Chile a descubrir Buenos Aires, y una amiga que si bien vive en el gran Buenos Aires, no puede llevar ritmo de turista pues su cotidiano no se lo permite.
¿Y los otros cinco días? Ahhhh ¡otra perlita en mi vida luego de el caos en que estuve sumida los últimos meses!
Estaré en el departamento de una de mis amigas, también en CABA, y con ella iremos a dos conciertos. A saber: Nano Serrat, en el Teatro Ópera y Silvio Rodriguez, el poeta y trovador cubano, en el Luna Park.
Esperando que el Universo me acompañe, mi gatito logre su total mejoría y no nos extrañemos demasiado, los abrazo desde la ciudad más austral.
Gracias por pasar por aquí. Espero opiniones, críticas y halagos también ¿Vale? Hasta el viernes 2 de noviembre. Buena vida y BUENA VIBRA.
Frases: 3 de Virginia Woolf
“Es obvio el que los valores de las mujeres difieren con frecuencia de los valores creados por el otro sexo y sin embargo son los valores masculinos los que predominan.”
“Uno no puede pensar bien, amar bien, dormir bien, si no ha comido bien.”
“No hay barrera, cerradura, ni cerrojo que puedas imponer a la libertad de mi mente.”
Acá no zafás:
(por eso me hice “bloggera”, para publicarme... ¡así que leé la entrega Nº 286 de la suelta de mis letritas!)
NOTA: Rescato de mis archivos un cuento que, me parece a mi, tiene un tinte "tragicómico"
Un
domingo diferente
Otro
domingo en el cual la soledad me abrumaba, el silencio circundante lastimaba
mis oídos, ni una llamada telefónica…La nada, más allá de la nada.
Y
mis ganas de hablar…Tantas, que empecé a hablar sola.
Me
asusté. Pensé que algún grado de locura me acechaba.
Escarcha,
frío, silencio, más fuerte que el silencio mismo.
Nadie
en la cuadra para saludar, ni siquiera los gatos de siempre rondando, o algún
perro para decirle «hola».
Encendí
el auto, el limpiaparabrisas y la radio. Lo primero, sin ninguna dificultad, lo
segundo, otra carga sobre mis hombros y sólo sobre ellos. Nadie para compartir
qué decisión tomar cuando las malditas escobillas no se movieron ni un
milímetro…
Y
se me escarcharon las lágrimas cuando me di cuenta de que la radio… ¡tampoco
funcionaba!
-¿Qué hago?
-Y…el cielo muy negro, la
temperatura bajo cero, sumado al informe del servicio meteorológico…
-Si, ya sé lo que vas a decir. Que
no saque el auto. Que sin limpiaparabrisas es un peligro circular. Que se viene
la nevada
-Si, eso mismo estaba pensando yo.
…
¡Otra
vez hablaba sola!
Necesitaba
ver gente. Decidí ir hasta el kiosco del barrio.
Al menos allí, iba a poder intercambiar unas
palabras con alguien. La kiosquera por lo menos estaría. Era una suerte para mí
en ese maldito domingo, saber que caminaría tres cuadras y podría conectarme
con otro ser humano.
Tenía
unos pesos en el bolsillo de la campera. Me acomodé el gorro y los guantes y
empecé a andar, enterrándome en la nieve hasta más arriba de los tobillos. La
calle, imposible para transitar, las veredas de algunas casas… ¡peor!
Fui
jugando con mis pasos para no desanimarme.
.Al
fin, entré al kiosco y como para empezar, saludé sonriente:
-Buenas,
se viene otra nevadita nomás.
-Mmmsi.
¿Qué anda buscando?
-
No sé...ah sí…dame unos Phillips Morris.
-¿Box?
-No comunes nomás, que los box son más……..
-No comunes nomás, que los box son más……..
-¡Che vieja
quedate quieta, ni respirés! ¡Tengo el caño en tu espalda! ¡Y vos rápido,
rápido, dale toda la guita que tenés a mi amigo, dale! ¡Y también unas birritas
de tu kiosco de mierda y nos vamos! ¡Y
quedate tranquila que si no esta vieja la liga! Dale la plata ahora antes que
tengás que cerrar por duelo…
-¡Ay muchacho! No me haga nada, mire, la verdad es que vine a comprar unos puchos pero se los regalo si quieren. Total yo no fumo.
-¡Ay muchacho! No me haga nada, mire, la verdad es que vine a comprar unos puchos pero se los regalo si quieren. Total yo no fumo.
-¡Callate vieja!
¡Cerrá el pico!
-¡Ay no muchacho,
no me diga eso! Yo me quedo quieta y ustedes trabajen tranquilitos, pero no me
pidan que deje de hablar…por favor déjenme decirles algo…
- ¡Te dije que
cierres el orto vieja de mierda, ahora dame tu celular y si querés seguí
hablando sola…!
-¡Vamo boludo,
vamo, ya tamos! ¡También me llevo los celulares de la kiosquera! ¡Vamo quel Negro
espera con el móvil en marcha rajemos! ¡Quieta vieja o te quemo!
El
asalto pasó en menos de cinco minutos, creo… ¡Una verdadera desgracia! La
kiosquera no paraba de llorar, mientras llamaba a la policía. Maldecía diciendo
que se llevaron los pesos de todo el día, que esta vez, había dejado el dinero
en la caja porque pensaba cerrar temprano y hacer la recaudación …que nunca a
esa hora tenía mucha plata…pero que ese domingo de mierda para ella había sido
bueno, que fue mucha gente a comprar facturas, y vino, y también yerba….
No
paraba de llorar y hablar la mujer. Por supuesto, como correspondía, yo trataba
de calmarla, palabras para eso me sobraban.
A
mí el celular no me importaba. Total, nunca sonaba. Bueno, sí, algunas veces me
llamaba mi hija. Pero qué importaba, que me llamara al teléfono fijo cuando
tuviera ganas de saber como estaba y ya.
No
podía seguir pensando en mí. Tenía que ayudar a esa pobre víctima de los pibes chorros.
Y
me quedé nomás con ella así, ni bien llegara la policía, seguiría hablando. Era
una testigo importante. Iba a tener que declarar. Y no me importaba nada. Es
más, creo que estaba feliz en tanto esperaba la llegada del patrullero y el despliegue
de policías y curiosos.
¡Al
fin tuve un domingo diferente!