viernes, 23 de febrero de 2018

Aprendizajes

  Tampoco me importa el mío
Hola hola. Es cierto que "NO ME IMPORTA MI PASADO", aunque a veces mi salud se ocupe de recordármelo.
Voy a estar ausente durante todo el mes de marzo, supongo. 
Es posible que tenga que pasar por el quirófano. Tal parece tendría que pasar nuevamente por una biopsia. 
Todo para evaluar, de momento. Nada certero, pero prefiero ausentarme este mes.
Si bien mantengo la calma y me digo "más de lo mismo", mi disco rígido no está disponible para otros pensamientos que no tengan que ver con mi historial médico.
Aprovecharé este tiempo de ausencia para poner a punto mi computadora, que ya está un poco mañosa por los años que tiene.
Así que, todo indicaría,  "entraremos ambas a reparación".
Volveremos en abril "puestas a punto", con la mejor onda y, espero, regresar más creativa, ocurrente y divertida para que, quienes regresen entonces a mi casita de letras, pasen un momento verdaderamente ameno.
Hasta entonces.
Gracias por pasar por aquí. Espero opiniones, críticas y halagos también Hasta pronto. Buena vida y BUENA VIBRA. 
  Lu
Frases: 3 de Marlene Dietrich
“No hay que temer a los que tienen otra opinión, sino a aquellos que son demasiado cobardes para manifestarla” 

“Usualmente me encuentro con la siguiente situación: con sabios que aún buscan la sabiduría y el saber y con estúpidos que creen haberla encontrado.” 

“Son los amigos que puedes llamar a las cuatro de la mañana los que importan.” 
Acá no zafás: 
(por eso  me hice “bloggera”, para publicarme... ¡así que leé la entrega Nº 269 de la suelta de mis letritas)
Aprendizajes
Al fin, llegó el momento de realizar las primeras prácticas.
Al fin, podría desacartonar la teoría. ¡Soñó tanto con ese momento!
Imaginó distintas maneras de cómo sería su primer contacto con un grupo de veinte  niños de 3 años.
Estaba muy segura de si misma y de su condición de docente por convicción. Docente porque había niños que se lo permitían ser, docente porque creía necesario cambiar las enquistadas prácticas. Docente por la libertad de pensamiento de los niños, por el respeto hacia ellos, por y para que lograran ser personitas independientes, que pudieran construir pasito a paso capacidad crítica.
Es cierto, no tenía las mejores notas, no era la mejor del curso, pero sabía que varias de “las mejores”, eran una cáscara de apariencias. Sabía quienes estudiaban de memoria, quienes se copiaban en los parciales, quienes solamente pretendían tener el papelito que las “habilitara para”…Carrera corta, bien vista en aquellos tiempos para las mujeres,  buena inserción laboral y también, porqué no, prestigio. (¿Dije que eran otros tiempos?)…
Lo cierto es que trabajó a destajo para preparar el material didáctico para ese primer contacto con la realidad áulica, que pensó y repensó su práctica, tachó, borroneó y volvió a escribir la cuidada planificación. No dejó detalle al azar. De hecho, tenía en mente varias actividades alternativas, por si el grupo se desmadraba ese día. El tema que debía llevar adelante (impuesto por la docente a cargo del grupo) era “medios de transporte”.

Se levantó más temprano que de costumbre esa mañana. Sólo tomó un cortado. Se peinó con una “colita de caballo”, delineó apenas los ojos y se dio un toque de lápiz labial. Un jean y zapatillas, para sentarse cómodamente en la ronda con los pequeños, y sobre el piso, como lo hacían ellos (nunca entendió a las maestras jardineras que iban a trabajar con tacos altos,  polleras super elegantes y se sentaban en una sillita) Y, claro está, no olvidó el delantal cuadrillé, con el cual se sentía tan orgullosa al usarlo.
Se colgó del colectivo 56 como cada mañana, bajó en Congreso, esperó el 37… ¡otra vez apiñada como sardinas en lata! Protegía como podía su bolso con el material que le había costado tanto esfuerzo preparar.
Al fin, luego de más de una insoportable e incómoda hora, pudo bajar en Dorrego y Figueroa Alcorta.
Se reacomodó en el baño de las maestras y salió, justo a tiempo, con el sonar del timbre que indicaba que la jornada escolar comenzaba.
Entró segura a la sala. “Canchera” casi. (Jamás sintió temor, ni nervios ante ninguna práctica docente)
Al grupo ya lo conocía, de haber hecho las observaciones en esa misma sala. Sabía entonces  que debería estar muy atenta a los movimientos de Martín. Era un niño muy curioso, activo, inteligente. Era un gran desafío por lo tanto. Pasó el intercambio,  ante la atenta mirada de la docente que la evaluaba, y hacía algunas anotaciones en una planilla. Salieron a correr un poco al amplio parque, (pensó que era oportuno, para poder luego volver a la sala, a una actividad que requería atención) Era la actividad más importante, así que ni bien regresaron, usó todos los recursos de que disponía para volverlos a la calma, y una vez logrado el objetivo, hizo gran despliegue de figuras de medios de transporte (autos, colectivos, aviones, etc)
Y cuando todo iba viento en popa, Martín levantó la mano, y sin esperar que le dieran la palabra interrumpió a viva voz atropellando los sonidos, chocando las sílabas unas con otras:
-”Yo en mi casa tengo un tanque”
La incipiente docente, la que estrenaba práctica dijo, tranquila y sin inmutarse:
-¡Qué  bien Martín!  ¿Y qué transporta tu tanque?
Otra vez Martín con las sílabas mezcladas, chocándose por el apuro y el nerviosismo que lo caracterizaban, contestó:
-¡Es un tanque que tiene un botón vos lo apretás sale el agua y se va la caca!

viernes, 16 de febrero de 2018

Haiku por 4 y un Tanka

  Tampoco me importa el mío
¿Cómo terminó mi "odisea del pijama"? 
Tal lo ya dicho, a pesar de estar en la calle sin posibilidades de entrar a mi casa, con pantuflas y pijama, me alegraba mi buena estrella. Es que, además de no haber salido en ropa interior y de haber pensado esa mañana en una ducha y no en un baño de inmersión, era un día muy cálido y soleado.
Mi cabeza funcionaba a más revoluciones de las que puedo soportar. 
No pasaba ni un vehículo, ni siquiera los recolectores de residuos que esa mañana pasaron antes de lo habitual. Las casas de la cuadra se sentían silenciosas y sin gente. No obstante ello opté, como segunda alternativa, por empezar a golpear puertas. De hecho caminé hasta una cuadra, a la vuelta de la mía,  pensando que podría estar una vecina que conozco y que vive justo al lado de un hostal. 
¡Ni siquiera los turistas estaban! Ni un taxi o remis . Nada ni nadie.
A todo esto Calabaza, comprendiendo que algo pasaba, no se despegaba de mis tobillos.  Daba pasitos apurados para seguirme y pararse a mi lado en cada puerta que paraba yo. Excepto el ladrido de perros, al tocar en alguna casa, ni un otro sonido. Al fin, cuando ya pensaba en la tercera opción, caminar 4 cuadras por la avenida Alem hasta la parada de taxis y una vez allí pedirle a algún taxista que por favor fuera a buscar a mi hija a su trabajo, una nueva vecina que ni siquiera había visto alguna vez abrió su puerta.
El gatito, firme y quietito, parado a mi lado, la joven mujer mirándonos sorprendida y yo, atropellada, explicando quién era y mi situación.
Me ofreció pasar, pero como su perro estaba adentro, le dije que no, que estaba bien así. Que solamente necesitaba que llamara al trabajo de mi hija y le contara lo que estaba aconteciendo. Al fin Celina, que supe su nombre en ese instante cuando nos presentamos mutuamente, sacó a su perro afuera y entonces entramos. 
El resto, ya lo podrán imaginar. Hablé con hiji, que no salía de su asombro.  Pidió permiso en su trabajo y en 10 minutos llegó al barrio. Me dio las llaves guardadas en su casa y partió raudamente.
Habían pasado al menos 40 minutos. El baño parecía un sauna...
Calabaza sin maullar y sin chistar se acostó a dormir y yo, luego de ventilar un poco para que salga el vapor, al fin pude ducharme y volver a mi calma chicha.
Gracias por pasar por aquí. Espero opiniones, críticas y halagos también ¿Vale? Hasta el viernes próximo. Buena vida y BUENA VIBRA. 
 Lu
Frases: 3 de Ava Gardner 
“Si tuviese que volver a vivir mi vida, la viviría exactamente igual. Tal vez un par de cambios aquí y allá, pero nada en especial.” 

“La fama y el dinero no dan la felicidad. Si no tienes un hogar feliz no significan nada.”

"Yo era su chica, y él mi hombre; así de sencillo. Éramos buenos amigos, además de buenos amantes, y no nos exigíamos demasiado el uno al otro.
Acá no zafás:
(por eso  me hice “bloggera”, para publicarme... ¡así que leé la entrega Nº 269  de la suelta de mis letritas)
NOTA: Pruebo, una vez más, escribir Haiku y, por primera vez, intento un Tanka. 
Cae el ocaso
imágenes de niebla
parte un crucero.
La misma lluvia
sutilmente distinta...
Ya no estás aquí.
¿Si son amantes?
mira como se miran,
¡Son una hoguera!
El bosque otoñal
invita a la reflexión
contemplo y vuelo.
Brisa de otoño
se presiente en el aire
marzo asomando
amarillea el bosque
engalánase Ushuaia.

viernes, 9 de febrero de 2018

Cosas que pasan II

  Tampoco me importa el mío
¿Cómo reaccionamos ante situaciones imprevistas que se tornan incómodas?
Seguramente, mientras lean esta "Crónica del día que me quedé en la calle en pantuflas y pijama" pensarán, además de sonreír, qué hubieran hecho ustedes ante la misma situación. O ante algún otro imprevisto similar. 
Pongamos por caso salir muy temprano para llevar a alguien a determinado sitio, sin siquiera peinarte o lavarte la cara, con solo un abrigo sobre el pijama o camisón y sin pensar que, entre otras situaciones, podrías pinchar una cubierta en el trayecto de ida o de vuelta. 
Y si traigo este ejemplo es porque lo he hecho durante el año 2006, cuando llevaba a mi hija al colegio y al volver, me quitaba el abrigo y me metía otro rato en la cama. La suerte quiso que nunca haya tenido que bajarme del auto.
Lo cierto es que la pregunta del principio viene a cuento porque hace apenas unos días me pasó. 
Abrí la ducha y antes de entrar a bañarme, se me ocurrió verificar por donde andaba Calabaza. Abrí la puerta de calle y luego la del hall frío. Llamé al gatito y en ese fugaz instante, una ráfaga de viento cerró la puerta de casa, dejándome afuera, en pijama y pantuflas. Y nada más. Vale decir, sin celular, sin llaves. También sin llaves del auto, demás está decir, y sin agua para al menos lavarme la cara o un peine para desenredar mis pelos.
Como soy de las que siempre ve "el vaso medio lleno" me alegré de tener puesto el pantalón pijama. Y si digo esto es porque, haciendo pública mi intimidad, confieso que duermo sin dicha prenda. El torso cubierto por un remerón, musculosa u otra prenda pero siempre cubierto, eso sí.
Apenas serían las 10:30 de la mañana. Mi hija, si regresa al mediodía no lo hace antes de las 13:30.
Lo primero que se me ocurrió fue ver si ella había dejado entreabierta la ventana de su cocina. Podría colarme por allí y buscar en el interior de su casa las llaves de la mía. 
Debo decir, si es que aún no lo adivinaron, que justo ese día la maldita ventana estaba herméticamente cerrada. 
Mi segunda reacción fue pensar en los vecinos, a sabiendas de que por las mañanas mi cuadra queda desierta. Más aun en este tiempo de vacaciones. Es decir, o se van a trabajar, o se han ido de viaje. Sumado a esto, hay dos casas desocupadas luciendo sus respectivos carteles de "Se alquila".
Los minutos pasaban y me alegré de mi buena estrella. ¡Que buena idea pensar en una ducha para esa mañana y no en un baño de inmersión! Recuerden, había dejado el agua corriendo...
Y llegando a este punto, me doy cuenta que ya me he extendido demasiado. Por lo tanto, prefiero dejar la resolución del caso para la semana próxima.
Disculpen ustedes pero, los que pasan por aquí hace tiempo ya lo saben, carezco de poder de síntesis.
Los dejo reflexionando sobre sus imprevistos y, si tuvieran ganas, podrían contarme alguno. Estoy segura de que todos y todas pasaron por una situación incómoda cuanto menos una vez.
Gracias por pasar por aquí. Espero opiniones, críticas y halagos también ¿Vale? Hasta el viernes próximo. Buena vida y BUENA VIBRA.  
 Lu

Frases
¡Qué gran ingenio se manifiesta en los acontecimientos imprevistos!” 
Marcial
Lo peor de los imprevistos es que, una vez han ocurrido, estamos tan ocupados buscándoles solución que nos olvidamos de preguntarnos por qué no pudimos preverlos.
Marc Ambit
“Así es como se conoce realmente a las personas. En sus reacciones ante lo inesperado.”
Santiago Posteguillo
“El guerrero que tiene mayor facilidad para adaptarse a lo inesperado es el que vive más tiempo.”
Christopher Paolini
Acá no zafás:
(por eso  me hice “bloggera”, para publicarme...¡así que leé la entrega Nº 268 de la suelta de mis letritas!) 
NOTA: Habida cuenta del tema del día, vino a mi memoria un relato que publiqué en mayo 2012. Versioné el mismo y así quedó...
La realidad, en ocasiones, supera la ficción.
Cosas que pasan II

A mis 18 años estando de vacaciones en Concepción del Uruguay, en casa de mi prima Silvia, fui una siesta, calurosamente entrerriana, al Banco Pelay. Era el balneario más popular de la zona por ese entonces.
Fuimos, recuerdo ahora, con Ale, que era una amiga de mi prima. Allí ambas, muy flaquitas y "cancheras" (particularmente yo, que vivía en Buenos Aires) caminábamos con donaire, como flotando sobre la arena blanca y caliente, con los pelos ondulando al compás de la brisa, propia de la costa, y las diminutas biquinis mojadas.
¡No había tipito ni tipejo que no nos mirara! Ya saben, cuando la malla se moja los pezones quieren escaparse a través de la tela, la “rayita” se ve bien marcada…
¡Hay con estos recuerdos a estas alturas de mi vida! Bellos e irrepetibles momentos…
Entonces
Siguiendo con el cuento y, por si están preguntándose si “levantamos” o no, les informo que, obviamente, nos “ganamos" dos muchachos, porteños…preciosos.
 Diecinueve y veinte años respectivamente. Nos sentamos en sus sillitas de playa, ellos sobre la arena húmeda…empezamos a hablar animosamente. 
A mí, el rubio bonito me invitaba a pasar a la noche por su carpa, y yo “canchereando” le decía que bueno, que allí estaría.
¡Imagínense en esa época! Mi madre me hubiera encerrado con cuatro vueltas de llave antes de dejarme ir sola a la playa pasado el atardecer.
Lo cierto es que
Allí estábamos, hablando, mirándonos las miradas, flirteando…y de pronto no sé cómo ni porqué empecé a toser, me picó la garganta, no sé…y desde mi posición canchera piernitas cruzadas tipo buda en la silleta, junto a la tos, salió otro sonido que debe haber hecho flamear mi diminuta biquini…
Y sí…Es lo que están pensando.
¡Se me escapó un pedo!… ¡el papelón de mi vida!
Encima, cero posibilidades de disimular. Imposible decir que la silla hacía ruido, o algo por el estilo. ¡En la playa y con reposeras! 
Entonces
Lo miré a los ojos y le dije: ¡Son cosas que pasan! Y seguí hablando como si nada, como si no me hubiese temblado la voz, como si no hubiera querido enterrarme en la arena y morir en ese instante.

viernes, 2 de febrero de 2018

De todos los tiempos


                                           Tampoco me importa el mío
Hoy voy a reflexionar, en voz alta, sobre las bases fundacionales de Ushuaia habida cuenta que me llevan a pensar que en ellas puede estar la causa de esta sociedad desmadrada que hoy tenemos en mi querida ciudad. 
Cabe aclarar, antes de comenzar, que la hipótesis que planteo corresponde a  mi visión particular de los hechos. No estoy haciendo un estudio científico, estadístico ni muchos menos. 
Si me remonto a los primeros indicios del "hombre blanco", a estas tierras llegaron misioneros anglicanos a "domesticar" a los pueblos originarios. (1869-1920)
Comunidades que tenían sus raíces, tradiciones, su tierra, su lengua, sus dioses... Lo que poco a poco, a la fuerza, debieron ir perdiendo. 
-Enfermaron de pestes, que hasta entonces no conocían.
-Los "Foqueros" mataban sin límites el principal alimento del pueblo yámana.
-Más tarde, la subprefectura creada por el gobierno argentino (1884, fundación de Ushuaia). 
Estos sucesos, entre otros, diezmaron vertiginosamente a este pueblo originario que en 1875 contaba entre 2500 a 3000 personas y un censo realizado 10 años después, da cuenta de solo 374 habitantes yámanas.
Luego, se hacía necesario asegurar presencia argentina en estas tierras y así, empieza a crecer Ushuaia a expensas de un Presidio y Cárcel de Reincidentes (1904-1947) donde carceleros y presos se unían, justamente, en el punto de locura y oscuridad de sus mentes.
Avanzando luego, a partir de 1950, como Base Naval poblándose por tanto de gente de la Armada, lo cual en mi ideología de vida y sociedad no merece más análisis.
La década del 70 abre una nueva etapa. Ley de promoción industrial fábricas instalándose y "los desarraigados de siempre". Gentes, en su mayoría, sin más proyecto de vida que ahorrar mucho dinero y volver a sus provincias de origen. Sin pensar en el otro/otra, sin cuidar este lugar que, claramente, no querían a pesar del alto estándar de vida que Ushuaia (Tierra del Fuego) les proporcionaba.
Improvisando casas donde les parecía, tirando los líquidos cloacales por un miserable caño hacia los, hasta entonces, límpidos chorrillos etc.
Esta manera de intrusar y desbastar, lamentablemente, sigue sucediendo desde entonces y pareciera no tener fin. Tanto, que al levantar la vista hacia las montañas, donde antes había bosque, flora y fauna típica, ahora se ven casillas y casas de todo tipo, desorden, perros sueltos y mugre también.
Podría contar historias de naufragios, de los buscadores de oro, del "faro del fin del mundo", de los tristemente célebres presos, o del anarquista Simón Radowitzky, confinado también en este presidio que es parte de nuestra historia. Pero me extendería más que siempre y no quiero que se cansen de leer.
Entonces, resumiendo, si estas fueron las raíces de mi amada ciudad; ¿Cómo esperar que el árbol de los ideales y los valores crezca sano y fuerte?
Por suerte, ante tanta desidia, siempre hay gente maravillosa, pensante, respetuosa, que tira del carro "pa lante". Siempre hay gente honesta que, por sobre todas las cosas, amó y ama este rinconcito olvidado y desconocido por mucho tiempo dado que, como dice un dicho popular, "Dios está en todas partes pero...atiende en Buenos Aires".
A pesar de lo dicho, es una tierra mágica, de leyendas, con amaneceres irresistibles y bosques encantados. Eso me basta y sobra para que Ushuaia sea siempre "mi lugar adonde volver"
Gracias por pasar por aquí. Espero opiniones, críticas y halagos también ¿Vale? Hasta el viernes próximo. Buena vida y BUENA VIBRA.  
  Lu
Frases:
Tantos siglos de civilización y no aprendimos a abrazarnos.
José Narosky
Para llevar al ser humano hacia la civilización, fueron necesarios millones de años, mientras que el regreso al Neandertal cuesta menos de una semana.
Frédéric Beigbeder
Los bosques preceden a las civilizaciones, los desiertos las siguen.
René de Chateaubriand
El menor de los males de nuestra civilización es la indiferencia y el mayor la violencia y ahora nos movemos inevitablemente entre ambos polos negativos
José Saramago
Acá no zafás: 
(por eso  me hice “bloggera”, para publicarme... ¡así que leé la entrega Nº 267 de la suelta de mis letritas!)  
De todos los tiempos
Orillaron
dejando los botes
pero no las botas
desollaron
mancillaron
y en nombre de Dios
evangelizaron...
Buscaron
oro
poder
incivlizaron
arrasaron
KSORTAIN KSORTAIN*
no solamente a mis hermanos
mataron...

Pasaron siglos
mutaron
pero las malas 
gentes
no cambiaron.
Están presentes
-en el mundo-
traficando
bajo otras formas
esclavizando
Cambiando caretas
siempre 
despreciando al prójimo 
desde lugares de poder
“evangelizando”...

*Espíritu malo. (lengua shelknam-ona)