Tampoco me importa el mío
Poco para decir pues ando un tanto "dispersa".
El 27 he cumplido 34 años.
¿Qué se me han caído algunas sotas? ¿Qué las guardo bajo la manga?
Pues naaaaaa, creo que no nos hemos entendido.
He cumplido 34 años...¡de mamá!
Mi bella hija nació el 27 de septiembre de 1988 a las 12:15. Llegó tan pequeñita e indefensa justo para la hora de almuerzo.
¡Y vaya que le gusta comer a mi niña!
Como sea, tuvimos una magnifica celebración de "cumplefeliz" donde jóvenes y no tanto lo hemos pasado estupendamente bien.
¡Mucha risa, amor y algarabía! Obvio, rica comida y buenos tragos también.
Y ese carisma de mi hija que hace de ella un ser absolutamente popular y querible.
En su celebración había gente de distintos ámbitos, sea de su trabajo actual, de otros anteriores, de su época adolescente y todos y todas conversando y "haciendo migas" de la mejor manera, con ella haciendo de "lazo de amor" entre el conjunto heterogéneo de las personas allí presentes.
Para cerrar esta edición "rápida", unos chistes de cumpleaños que ojalá les provoquen aunque más no sea una sonrisa:
Mi, amor, hoy es mi cumpleaños... ¿Qué me vas a regalar?
- ¿Ves aquella camioneta blanca que esta estacionada enfrente?
- ¡¡¡Sí!!!
- Bueno yo te compré una licuadora del mismo color...
Mamá, ¿Cuántos años cumples?
– Cincuenta
– Pero si hace 3 años que dices lo mismo
– Pues para que veas hijo, que yo no soy de las que un dia te dice una cosa y al dia siguiente otra.
En el 100º cumpleaños del abuelo estábamos toda la familia reunida cantándole el Cumpleaños Feliz, cuando de improviso el abuelo, muy viejecito, se inclinó hacia un lado de forma que parecía que se iba a caer de la silla y todos gritamos:
– ¡El abuelo! ¡El abuelo! ¡Cuidado con el abuelo!Y entre todos lo sujetamos y lo colocamos en posición vertical.
Al cabo de un rato se repitió la situación:
– ¡El abuelo! ¡El abuelo! ¡Cuidado con el abuelo!
Y así varias veces.
Finalmente el abuelo balbuceó:
– ¿Pero es que ni siquiera el día de mi cumpleaños me van a dejar tirar un pedo a gusto y en paz?
Gracias por pasar. Hasta el viernes próximo, o hasta cuando gusten volver.
Esa Musiquita "Cumbianchera"
NOTA: Buscando "Puerto Pollensa", un tema de Marilina Ross de principio de los 80, popularizado por Sandra Mianovich a partir del año 82 y que me gusta desde entonces, encontré esta versión que no conocía y que me pareció genial.
Acá no zafás:
(por eso me hice “bloggera”, para publicarme...entrega Nº457 de la suelta de mis letritas)
NOTA: Si bien ya lo he publicado en sendas ocasiones, hoy lo vuelvo a traer como homenaje a hiji, de la cual siempre estoy tan orgullosa.
Disculpen si ya lo leyeron aunque, lo más probable es que no lo recuerden así que...¡Será como leerlo por vez primera! 😂
Traje de...
Era tan bella, tan conversadora, tan simpática… ¡tan todo!
Bueno, sí. Estoy hablando de mi hija cuando era pequeña.
Madre orgullosa si las hubo he sido yo.
Ella, carismática, sensible, inteligente, empática y yo, profesora de jardín de infantes.
Imagínate…
en esa etapa de mi hija –entre los 3 y los 5 años- en una ciudad pequeña, ella “la hija de Lucía” era conocida por casi todos y todas.
Y Lucía, o sea yo, siempre orgullosa de ser la Maestra Jardinera que era. Siempre un paso más adelante, actualizándome y logrando reconocimientos de mis pares…
Por esas cosas de la vida, y el no saber cerrar la boca a tiempo, casi nunca de mis superiores.
Pero, vuelvo a mi niña que por aquí va el cuento. Yo, “la sabionda profe” fui con ella de compras a una ferretería. Y justo a la entrada del negocio, con un cartel escrito en amplias letras, promocionaban
“TRAJE DE AGUA” Consistía dicho traje en una capa y botas de las que usan los pescadores
Ahhhh!! Mi orgullo por partida doble –madre de esa maravilla de niña + profesora de Jardín- me infló el pecho y leyéndole “Traje de” le señalé la palabra “agua” y pregunté a mi peque:
-AGUS, ¿Qué dice acá?
Obviamente ella podía leer su nombre y mis conocimientos sobre el tema de lectoescritura me decían que, sin dudas, dado la similitud de ambas palabras podría descifrar lo que allí decía.
Y entonces ella leía, y la gente empezaba a observarla… (En verdad era muy bella y simpática, por lo que despertaba adhesiones donde quiera que estuviera).
-A---Ggg----U—uu-A
-Muy bien hiji! Entonces... ¿qué dice?
-No sé mami
Y volvía a deletrear en forma correcta y yo volvía a preguntar que decía y ella siempre respondía
–No se mami.
Hasta que al cabo de la tercera o cuarta vez de repetir el esquema, quitó su vista del cartel en cuestión, se dio vuelta, me miró a los ojos fijamente y me dijo, muy convencida
¡TRAJE DE BOMBERO!