Tampoco me importa el mío
Pero aun así, volveré sobre el pasado...¿Me parece o en los últimos tiempos estoy retrotayéndome en el tiempo con frecuencia?
Como sea, estoy segura de que con este post, las gentes de 50 a más, soltarán un lagrimón con sus propios recuerdos que saldrán ahora mismo a la luz. Díganme si no, ¿quién no recuerda su almacén de barrio?Y, aquí en Ushuaia al menos, no hay que irse muy atrás en el tiempo para recordarlos. De hecho, cuando llegué, en el año 83, había varios. Y supermercados, el único por aquel entonces era el de la marina, si mal no recuerdo se llamaba SADOS..
¡Y ni hablar del recuerdo que tengo de cuando yo tenía unos 6 años y vivía en la ciudad de Santa Fé! Con mi hermano, cruzábamos la calle, libretita negra en mano, y hacíamos pequeños mandados que nos encomendaba mamá. Inolvidable para mi el almacenero, que obviamente era Don...y aquí es donde me falla la memoria y no recuerdo su nombre. Sin embargo, recuerdo perfectamente su cara redonda, su porte...era un señor con ojos buenos, espaldas anchas , manos grandes y sonrisa amiga...Con esas manos grandes, ponía en una máquina, grande también, el salame, y cortaba los 100 gramos que nos encargaba nuestra madre, y luego nos daba los panes, y siempre, algunos caramelos "de yapa"...Finalmente, anotaba todo con números desprolijos en la libreta de tapas negras que cada vecino, al igual que nosotros, tenía en su casa. ¡Esa era nuestra "tarjeta de crédito"! Esa era entonces la mejor cuenta corriente, "a sola palabra"...
Adoraba ir al almacén...tantos frascos, tantas latas de galletitas ricas, tantos fiambres...¡las botellas de vidrio verdes que eran el envase de la leche!
Y otra cosa que recuerdo, pero también mucho más acá en el tiempo, pues son recuerdos de mis primeros años en Ushuaia...¡las huertas! Los antiguos pobladores las tenían, y algunos vendían las verduras de hoja...¡que lechugas! Morada, criolla, etc...¡Y enormes las hojas de acelgas!
¿Y que fue de todo eso? ¡A la mierda se fue con la modernidad!...¿O debería decir con el capitalismo? Llegaron los supermercados...verdura fresca prácticamente no vendían (en lata mayoritariamente, no recuerdo si entonces ya había "auge de congelados" Década del 80...)
Y así llegamos al día de hoy...las huertas fueron desapareciendo, y la verdura fresca y cosechada familiarmente, fue remplazada por verdura pasada, que llega luego de días de viajar en camión, verduras frizadas...¡horribles! se marchitan ni bien las ponen en las góndolas....
¡Uf! Creo que voy a seguir con estos temas la semana próxima...¡Me estoy extendiendo demasiado y aún quiero desarrollar otros conceptos que refuerzan lo ya dicho...¿Cómo es que desaparecieron esas costumbres? Ya casi no se ven huertas en Ushuaia...¡y no porque aquí las verduras no se den magníficas! Eso no es cierto...pero no puedo seguir escribiendo ahora...¡me empiezo a enredar!, así que
como siempre, gracias por leer mi blog. Espero opiniones, críticas y halagos también ¿Vale? ¡Hasta el viernes próximo! Buena vida
Frases para pensar:
Hoy: 3 de Ana Lins dos Guimarães Peixoto
(20 /08/1889 - 10/04/1985) conocida como Cora Coralina fue una poeta brasileña, considerada una de las más grandes del siglo XX en idioma portugués.
"El
verdadero coraje es ir detrás de tus sueños aun cuando todos dicen que ello es
imposible"
"Yo
soy aquella mujer que escarbó la montaña de la vida removiendo piedras y
plantando flores"
"Si la gente crece con los
duros golpes de la vida, también podemos crecer con los suaves toques en el
alma"
Acá no zafás:
(para eso me hice “bloggera”, para publicarme...¡así que leé la entrega Nº 162 de la suelta de mis letritas)
Siguiendo el mandato...
Y mientras contaba la
historia del Pescapuerta, que me acercó a mi vida real, algo volvió a suceder con Michael…Algo que logró
confundirme nuevamente…
Me dio detalles de lo
que debía encontrar, me habló de sus recuerdos y sentires…me contó, exactamente, qué no sucedió en el Spirit o Sidney…
Me involucró de tal
manera en su historia que, cuasi poseída, fui al Hotel Lennox, sito en pleno
centro de la ciudad de Ushuaia.
No sé como lo hace,
pero logra manejar mis tiempos y mi
destino a su antojo…Logra que me funda con su personaje…y que deje de ser yo misma.
Así pues, aparecí en
el hotel. Debía justificar mi presencia allí, por tanto, decidí subir al
ascensor para dirigirme al magnífico bar/restó
de la planta alta. No podía
preguntar por “Madame Papillon” y ya. No sabía su nombre real. ¿Cómo diría al
conserje que andaba tras las huellas del recuerdo de un hombre? ¿Cómo decirle
que fui confesora de una historia de amor trunca, que atravesó la línea de
tiempo y espacio y por eso yo estaba allí?
En verdad, Michael
logró desentramar sus recuerdos en este presente, pues tal parece, recibió una
información clasificada la cual, en dos líneas, decía que en este aquí y ahora,
su "recuerdo" estaría hospedándose en el hotel Lennox, para conocer Ushuaia junto al marinero del Spirit of Sidney.
Sólo entonces logró M aullar su dolor,
solo entonces logró soltar su angustia y sacar afuera sus sentimientos…se quebró y borroneó las
letras con sus lágrimas…y yo, testigo mudo de sus escritos, sus pesares y su
devastadora pena de amor, quise
abrazarlo, pero la tecnología aún no descubrió como resolver un abrazo a través de la web. A través de
historias escritas en borradores, o con un teclado…
Así que fui al hotel de marras, con el único
dato concreto…Madame Papillon era argentina…de la zona norte de Buenos Aires…
Continuará