viernes, 27 de marzo de 2020

Toma y Daca


Tampoco me importa el mío
Estoy escribiendo este editorial el día miércoles 24 de marzo. 
Entonces
En tiempos de coronavirus, coincidente en esta fecha con el día de la "Memoria, Verdad y Justicia" voy a dejar aquí unas palabras que dijo Eduardo Galeano  en  Montevideo, en julio de 2009, al ser condecorado con la Orden de Mayo de la República Argentina:
..."A primera vista, el mundo parece una multitud de soledades amuchadas, todos contra todos, sálvese quien pueda, pero el sentido común, el sentido comunitario, es un bichito duro de matar. La esperanza todavía tiene quien la espera, alentada por las voces que resuenan desde nuestro origen común y nuestros asombrosos espacios de encuentro..." 
Soy una persona optimista, créanmelo, pero si de humanidad se trata...¡no lo soy tanto!
Digo esto porque leo por aquí y por allá que algo seguramente cambiará en la conducta de las gentes luego de esta pandemia.
Y no estoy tan segura de que así sea. Más bien pienso que, derrotado el virus, poco a poco cada quien retornará a sus miserias y virtudes sin modificar un ápice su egoísmo y olvidando el tema más rápido que un pestañeo.
En este "silenciocoronavirus" reinante salí a mi jardín a poner pañuelos blancos en el cerco de entrada y en las ventanas. Es la consigna ante la imposibilidad de marchar, como cada año, para pedir Memoria, verdad y justicia ante los hechos acaecidos hacen ya 44 años durante la más feroz dictadura militar que hemos vivido en mi amada Argentina.
Nadie en mi cuadra lo ha hecho y, me atrevo a decir que nadie en mi barrio y casi nadie en la ciudad. No puedo corroborarlo habida cuenta la cuarentena que estamos llevando pero...solo parte de quienes "nos vamos poniendo viejos" y vivimos esa época, mas un puñado de jóvenes que "mamaron" en sus hogares las huellas que dejó esa dictadura son verdaderamente conscientes, hoy, de lo que implica vivir en un gobierno de facto.
De hecho, se escuchan voces todo el tiempo al estilo "Videla volvé" "Si estuvieran los milicos no habría negros de mierda", "A los gays y lesbianas hay que matarlos, que vuelvan los milicos" y otro sinfín de barrabasadas por el estilo.
Y la intolerancia de esta clase de personas se hace visible también en tiempos de coronavirus.
Por suerte estamos los y las de la "vereda de enfrente", entonces para ponerle una  nota de color no voy a hablar de las conductas negativas de tantos "humanoides" que van desde toser en la cara de los policías, que tratan de hacer que cumplan la cuarentena, hasta putear en todos los idiomas a la tripulación de nuestra linea de bandera que, por obra y gracia de nuestro grandioso presidente Alberto Fernández, los van a buscar adonde sea que se encuentren a pesar de que, muchos y muchas salieron del país cuando ya se sabía del COVID-19 y lo que se venía.
Voy a hablar de la otra porción de gente. 
De una mujer, acá en Ushuaia, que a pesar de ser desocupada, hace pan cada día para los que menos tienen y que, por suerte y gracias a la buena gente de la que quiero contar hoy, aun a pesar de ser muy humildes, colaboran con donaciones para que esa mujer pueda hacerlos. Y, nobleza obliga, enterado de este emprendimiento, el gobierno municipal también hace su aporte.
De los dueños de un kiosko, muy muy lejos de lo que sería una cadena de supermercados, que pusieron junto a un lote de mercancías de primera necesidad un cartel con la inscripción " SI LO NECESITA, RETÍRELO"
Voy a contar de un joven, también en mi ciudad, que está fabricando mascarillas faciales para donar a los profesionales médicos, de un joven almacenero de la ciudad de Buenos Aires que, ante el egoísmo de quienes salieron a comprar cantidades de botellas de alcohol, puso en la góndola de las mismas la siguiente "oferta": "UNA POR $ 80, DOS POR $ 500".
Voy a resaltar el gesto de los más de 4000 voluntarios que se anotaron en menos de una hora cuando la UBA hizo el llamado para ayudar en la emergencia. Asimismo hizo un llamamiento el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires al que ya se han anotado más de 6000 vecinos. Esta acción está siendo replicada en otras provincias argentinas, también con excelente respuesta de los ciudadanos.
Seguramente hay más, muchas más acciones solidarias, que hablan de los buenos sentimientos y las buenas gentes, pero creo que con las que mencioné ya podemos sentirnos mejor y pensar en lo positivo en vez de centrarnos en lo negativo.
Quisiera contar sobre sentimientos encontrados que estoy teniendo en este tiempo pero será para una próxima edición. 
Mis emociones, podría decir, están un tanto revueltas. 
¿Y yo? ¡Pues ya me ven! estoy muy bien...
Espero que también ustedes, amigos y amigas, que visitan mi casa virtual. Agradezco, particularmente en "tiempos del COVID-19", la posibilidad que nos brindan estas visitas de contagiarnos las buenas ondas y energías positivas.
¡Cuídense, cuidémonos los unos a los otros y más temprano que tarde esto será un mal sueño!
Gracias por pasar. Hasta el viernes próximo, o hasta cada momento en que entremos a "chusmear" ésta, mi casa de letras.
 Lu
Frases: 
En medio de esa lucha por la justicia, la libertad y el imperio de la voluntad del pueblo, sepamos unirnos para construir una sociedad más justa, donde el hombre no sea lobo del hombre, sino su hermano.” 
Rodolfo Walsh
"Siempre he sostenido que llegaba más lejos la acción de todo un pueblo convencido de su obrar que el acto solitario del gobernante por genial que pareciera. Esa era la superioridad histórica de la democracia sobre el autoritarismo”
Raúl Ricardo Alfonsín
“Sigamos siendo locos, madres y abuelitas de Plaza de Mayo, gente de pluma y de palabra. Exiliados de dentro y de fuera. Sigamos siendo locos argentinos (…) Sigamos lanzando palomas de la verdadera patria a los cielos de nuestra tierra y de todo el mundo”
Julio Cortazar
Acá no zafás:
(por eso  me hice “bloggera”, para publicarme...¡así que leé la entrega Nº 349 de la suelta de mis letritas!)
NOTA:De mis archivos y con las disculpas para quienes lo tengan presente de otros años en que lo he publicado:
Toma y daca
Alguien bombardea
alguien construye
alguien tala
alguien siembra
alguien muere
alguien nace
alguien escribe
alguien tacha
alguien lucha
alguien amenaza
alguien  educa
alguien oprime
alguien grita
alguien calla
alguien desaparece
alguien reclama
alguien no ve
alguien violenta
alguien pacifica
alguien llora
alguien ríe…

Tantos sin techo
tantos terratenientes
tantos roban por ser poderosos
tantos roban porque tienen hambre
tantos trafican
tantos consumen

Tantos...
En el toma y daca de la vida misma
yo resisto…
NI OLVIDO NI PERDÓN
Vos no estás…

viernes, 13 de marzo de 2020

Mi abuelita es biónica

Tampoco me importa el mío
Estoy un tanto complicada con los tiempos y con este editorial . 
Sucede que no sé si debo relatar en tiempo pasado o presente, entonces creo que lo mejor que puedo hacer es adjuntar la invitación que recibí sobre finales de enero y partir desde allí para que entiendan los aconteceres.
Entusiasmada con la propuesta, invité a mi amiga Carmen Troncoso, poeta chilena, a participar de ella.
Carmen, que tenía previsto venir a visitarme y conocer Ushuaia en febrero, decidió  postergar el viaje para, como quien dice, "matar dos pájaros de un tiro"
Así las cosas hasta anoche (miércoles 11/03) que me llamó el organizador del evento para decirme que... ¡No sucederá nada de lo planificado!
¡Maldito coronavirus!
La Municipalidad de Ushuaia suspendió por 30 días actividades, actos públicos, escuelas deportivas, talleres, entre otros.
Esto en  consonancia a las medidas adoptadas por el Gobierno nacional y provincial para prevenir el coronavirus.
Ya "reflexionaré en letras" en próximas entradas sobre estas medidas tomadas en mi ciudad que, como todos saben, es un sitio escogido por turistas de todo el mundo.
Un sitio al que llegan cruceros gigantes, y de todo porte, los vuelos arriban completos día tras día y cada uno de ellos (hay al menos 6 por día)
Pero
volviendo al tema de las jornadas, hemos decidido que nos juntaremos los escritores y escritoras de todas maneras en la casa de Marcelo, organizador, a comer asado, hablar de bueyes perdidos, contar nuestros cuentos y /o poemas y disfrutar con colegas de letras pese a las malas nuevas.
Lo lamentable es que no podremos asistir a las escuelas a narrar a miles de niños y niñas pasando un momento divertido junto a ellos, ni asistir a los talleres programados que son de lujo.
De todas maneras disfrutaré de la presencia de mi amiga y saldremos a recorrer los bosques y bellos lugares de mi querida tierra.
A propósito de su visita, estaré ausente de esta casa de letras el próximo viernes.
Me voy ahora a comunicarme con Carmen ya que, hasta el momento, no pude ponerla al tanto de estas novedades. 
En la próxima edición les contaré como resultó el "mini" encuentro y la visita de mi amiga.
Por cierto contaré, oportunamente, de que se trata "Rulo educa". O, mejor aun, si a alguien le interesa husmear puede hacerlo aquí:
Gracias por pasar por aquí. Ya saben,  pueden dejar su huella si les parece.
Hasta el viernes 27, o hasta cada momento en que entremos a "chusmear" ésta, mi casa de letras.
  Lu
Frases: 3 de María Elena Walsh
Aprendí que una nuez es arrugada y viejita, pero que puede ofrecer mucha, mucha, mucha miel.

Me gustaría que me recordaran como alguien que quería dar alegría a los demás, aunque no le saliera siempre.

El que vive para nadie, sabés dónde va a parar: a torres de arena y humo y a su propio funeral.
Acá no zafás:
(por eso  me hice “bloggera”, para publicarme...¡así que leé la entrega Nº 348 de la suelta de mis letritas!)
NOTA: Y...como no podré contar en alguna de las escuelas...¡lo cuento acá! (También es un texto de mis archivos. Sigo sin nuevas producciones)
Mi abuelita es biónica
Hace muchos, muchos años, cuando yo era más o menos así de alta, como ustedes, a mi abuelita le decían “La abuela biónica”  y por ese entonces, yo no entendía muy bien porqué.
Recuerdo que cuando se lo preguntaba a mi mami, me decía sonriendo: “es una broma que le hacemos, pero no es nada, sólo chiste”...
Así las cosas, imaginaba yo mil y unas historias, que siempre concluían en lo mismo: Mi abue era una súper mujer maravilla, ¡Una heroína!
Y por eso nomás, yo estaba feliz y orgullosa de ser su nieta.
Y un día, no me aguanté más mi secreto y decidí contárselo a todos mis compañeros y compañeras de 2º grado. Entonces, muy seria y emocionada, tal cual la circunstancia lo ameritaba, los reuní en un recreo y les dije que estaba a punto de revelarles un gran secreto. No sé qué pensó mi divertida cabecita de niña, pero sí sé que ante la mirada sorprendida de mis amigos, me sentí el centro del universo. 
Me agrandé entonces contando una historia en la que no faltaron detalles románticos y de mil colores, pero lo cierto es que dejó a mis oyentes con la boca así de grande abierta al enterarse de que yo, la cuatro ojos, tenía una... ¡ABUELA BIÓNICA! que con solo extender su mano podía detener un tren.
De cualquier manera y como siempre pasa, con los niños y niñas de más o menos 8 años, se formaron dos bandos. 
Uno, los que me creyeron a pie juntillas y 2, los que no creyeron ni un poquitín de mi historia. O sea, el bando de “ojos muy abiertos de sorpresa y admiración”, y el bando de “lo muertos de risas y carcajadas burlonas”
Así las cosas, yo iba feliz y contenta a la escuela, hasta que un día de acto escolar (los que por alguna razón hasta hoy los detesto), al que fueron mi mamá con mi abuela para verme bailar un candombe de la patria, vestida de negrita se armó un terrible zafarrancho. .
Antes de que pudiera siquiera empezar la celebración, esos chicos que nunca faltan, los “muertos de risa y carcajadas burlonas”, hicieron un cordón humano, se amontonaron, como veía amontonarse a mi hermano y sus amigos cuando jugaban al rugby, y corrieron, con tal velocidad y fuerza a enfrentarla, que en menos de un abrir y cerrar de ojos, mi pobre abue quedó desparramada en el piso.
¡El revuelo que se armó! Mi mamá pedía auxilio; la señorita corría llamando a la directora; la directora corría intentando atrapar a “esos salvajes” (según escuché que decía); “esos salvajes” corrían por entre la gente que estaba llegando para compartir el acto, tratando de no ser atrapados por la directora, con caritas de mucho susto, los cachetes colorados y soltando frases más o menos así:
-Te dije que no era biónica.
-No, yo lo dije primero.
-Mi papá me va a matar.
¿Y mi abuela? Logró incorporarse un poco, de modo tal que quedó sentada en el piso, desde donde observaba divertida la escena y esperaba que se calmaran los ánimos, para pedir que alguien la ayude a pararse, mientras decía:” ya, ya, si no me lastimé, está bien, tranquilícense, que no pasa nada. Fue solo un susto, pero está bien. Siento que la prótesis de mi cadera sigue intacta y en su justo lugar. Sigue allí, tan bien ubicada, que esta noche cuando me acompañen al aeropuerto, van a oírla sonar en el mismísimo instante en que pase por los controles de seguridad...”
¡Y entonces me di cuenta de porqué le decían Mujer biónica. Es que en esa operación que le habían hecho, cuando se rompió unos huesos al caerse en el hielo, le habían puesto unos “clavos” para unírselos de nuevo. Esos clavos eran los que al pasar por los controles de seguridad activaban las alarmas y por eso, en broma, le decían mujer biónica.
Bueno, no sería una heroína, ni una mujer maravilla, ¡pero siempre fue la mejor abuela cuenta cuentos del mundo! 

viernes, 6 de marzo de 2020

Infancia Patagónica

Tampoco me importa el mío
Es un pusilánime pensé en relación a un tipito cercano al entorno de mi hija que, como podrán imaginar, muy en gracia no me cae.
Y
entonces me di cuenta que así, de la nada y por el tipejo ese, apareció en mi memoria ese término: pusilánime.
A partir de ese momento, los vericuetos y laberintos de mi mente me llevaron hacia esa palabrita caída en desuso. Al menos por estos pagos y en mis alrededores. 
¡Pusilánime! Me vi niña, escuchando a mi papá hablando con otras personas...tal vez parientes, tal vez amigos, amigas, o mi mamá, no lo sé, pero si recordé a mi papá diciendo ¡Pero qué pusilánime!
Y seguí divagando, inmersa en el pasado, recordando a mis tíos y tías que vivían en el campo quienes también usaban esa palabrita. 
Palabrita que, en estos momentos, me parece sonora, sentimental y bella. No por su significado, claro está, sino por los recuerdos tibios, suaves, impregnados de ternura que se apoderaron de mí al pronunciarla.
Supongo que es una palabra que traerían incorporada a su léxico cotidiano mis abuelos y mis tíos mayores, inmigrantes españoles venidos a estas tierras que prometían, en esos tiempos, "hacerse la América". Pero este es otro tema.
Vuelvo a "pusilánime", mi gusto por las palabras me lleva a buscar el origen de la misma y aprendo entonces que viene del latín ‘pusillanĭmis’, contracción de la expresión ‘pusillus animus’ y que  significaba ‘de alma o espíritu pequeño’
Y aprendo también que los romanos usaban el término "magnánimus" para referirse justamente a lo opuesto: a aquel que tenía valor y grandeza de espíritu.
Total que, como soy una persona magnánima....
¡soportaré estoicamente al pusilánime!
Gracias por pasar por aquí. Ya saben,  pueden dejar su huella si les parece.
Hasta el próximo viernes, o hasta cada momento en que entremos a "chusmear" ésta, mi casa de letras.
 Lu
Frases: Alejandro Dolina x 3
Cuánto más inteligente, profunda y sensible es una persona, más probabilidades tiene de cruzarse con la tristeza.

Yo tengo mucho cuidado con los pensamientos de orgullo propio porque conozco a tantos idiotas que se creen los reyes del corso que quién me asegura a mí que no soy uno más de ellos.

Cualquier cosa es preferible a esa mediocridad eficiente, a esa miserable resignación que algunos llaman madurez
Acá no zafás:
(por eso  me hice “bloggera”, para publicarme...¡así que leé la entrega Nº 347 de la suelta de mis letritas!) 
NOTANuevamente elijo un relato breve que forma parte de la serie compuesta por varios textos relacionados con mi infancia. Hoy elijo éste porque transcurre  entre mi patagonia amada y el maravilloso tiempo de infancia que pasaba en el campo de mis tíos.
Infancia patagónica 
Éramos niños de ciudad patagónica lo cual en aquellos tiempos (y aun hoy) era todo un tema.
Y más aún cuando, como en nuestro caso,  formabas parte de una familia que no era nyc*, sino que habitaba aquellos “desolados parajes” por cuestiones de índole laboral.
Imaginen entonces, desarraigo, frío, meseta patagónica con fuertes vientos. Chenque** levantando kilogramos de tierra y una “madreamadecasa” educada en otro siglo, con costumbres burguesas y depositada en ese paisaje hostil por obra y gracia del trabajo de su marido, con el dinero justo como para el mate cocido con leche de la mañana y la polenta varias veces en la semana de almuerzo. Ni mencionar la frugalidad de la cena.
¡Que panorama! Si casi lo estoy viendo, a pesar de no recordarlo.
Es decir, estoy situándome en los pensamientos de mi madre por aquellos años…
De hecho, amo la Patagonia, y mi sentir siempre fue y será otro al respecto.
Como antes, como siempre, como ahora, a veces las cigüeñas se meten en la chimenea equivocada.
Y no. No  estoy emitiendo quejas sobre mi familia. ¿Con qué derecho lo haría?
Solamente estoy reafirmando mi condición de “distinta”…Desde  chiquita lo fui.
Lo cierto es que mi hermano y yo, vivíamos encerrados dentro de la casa, y todos los temores maternos, nos hacían muy vulnerables.
No teníamos televisión, no salíamos a jugar afuera, no teníamos una “barra” de amigos ni amigas, no conocíamos insectos, ni gallinas, ni vacas, ni animales del zoológico (que tampoco conocíamos) Así que, nuestra idea de animales salvajes y domésticos, se basaba en algunas figuras vistas en libros de cuentos, perros y gatos de los vecinos y algún que otro caballo que por el fondo de nuestra casa pasaba.
Fue en ese entonces, cuando mis padres decidieron un verano, ir a pasar unos días de vacaciones nada más ni menos que al campo.
Sí, al mismísimo campo, en plena pampa húmeda…a la chacra de mis tíos.
¡Qué revuelo! Descubrir moscas, mosquitos, abejas y toda suerte de insectos…sapos, ranas, vacas, chanchos, aves de corral y cuanto animal pueda imaginarse uno en los campos argentinos, de la provincia de Santa Fe, allá por el principio de los '60.
Y no es que recuerde yo estos hechos, pero con el paso del tiempo, se los escuché contar a mi madre infinidad de veces, por eso lo sé.
Lo único que recuerdo nítidamente, y aún ahora en vez de parecerme un episodio chistoso me genera un poco de melancolía, es la risa dibujada y sonora en esas caras adultas que, en vez de ayudarme, me miraban correr, desesperada, a una gallina blanca de impresionante cresta roja. 
Llevaba, entre mis manitos, una lata vacía, mientras a viva voz y muy colorada por el esfuerzo decía:- ¡Gallina, que sucia!, tenés que hacer caca en la lata. 
Luego llegan confusos los sucesos. Me caí en el intento de atrapar a la cocorita, mi tía me abrazó y alguien decía que no pasaba nada...
Y yo me puse a llorar al darme cuenta de que había otra forma de vida más libre y que no era tan importante ponerse muchos abrigos, quedarse siempre adentro y tener la casa ordenada.

* NYC sigla que se usa en las ciudades patagónicas de Argentina para denominar a los que nacieron y se criaron en el lugar: "Nacidos y criados"
** Cerro ubicado en la ciudad de Comodoro Rivadavia. (La palabra chenque denomina a los cementerios de aborígenes)