Tampoco me importa el mío
Tal parece en tiempos de COVID-19 ésta, mi casa de letras, seguirá siendo de breves crónicas escritas y más "crónicas visuales".
Siempre intentando que lo visual sea bello, alentador, esperanzador...Que ponga un toque de humor o que, de alguna u otra manera, ayude a despejar las mentes "encerradas" en el coronavirus.
Y, como ya dije, no soy negacionista pero tampoco me interesa contar acá "más de lo mismo".
Tarea nada fácil la que me impongo en tiempos en que, paradójicamente, la vida misma pasó absolutamente a segundo plano.
Ya no se habla de los hambreados, de los rugbiers que asesinaron a Fernando Báez Sosa, de los sucesos sociales acaecidos en Bolivia, las protestas en Chile, los fenómenos naturales, las buenas noticias que acontecen diariamente de la mano de la solidaridad, y etc etc...
En fin, que pareciera que el único suceso a nivel mundial hoy es "La Pandemia" y nada aconteciera más allá ni más acá.
La vida detenida...así podríamos pensar quienes comemos todos los días. ¿Cierto?
La vida detenida...así podríamos pensar quienes comemos todos los días. ¿Cierto?
Pero...los y las hay quienes saben que la vida no está detenida porque el hambre no se detiene y eso hace a la diferencia.
¡Ufff! Lu ya te estás enroscando...
-Sí, perdón...mejor voy a lo que encontré para compartir hoy.
Vuelvo entonces para contarles que el grupo argentino Ráfaga presentó "Resistiré" en ritmo de cumbia.
¡Es una maravilla! Al menos a mi me lo parece.
La propuesta es: verlo a pantalla completa cantar el tema en voz alta y bailar mientras ven las magníficas vistas de la Ciudad autónoma de Buenos Aires.
¡Una gozada total!
¿Ya bailaron? ¿Qué les pareció esta versión? A "mové el esquelto a mové".
Antes de cerrar este editorial necesito expresar mi tristeza por el fallecimiento de Marcos Mundstock, integrante fundamental del grupo Les Luthiers.
¡Ahora estarás haciendo reir en otra dimensión! En esta, siempre estarás presente a través de los medios audiovisuales y en el recuerdo de cada una de las personas que admiramos tu sentido del humor y tu excelente trabajo junto a tus compañeros de equipo.
¡Cuídense, cuidémonos los unos a los otros y más temprano que tarde esto será un mal sueño!
Gracias por pasar. Hasta el viernes próximo, o hasta cada momento en que entremos a "chusmear" ésta, mi casa de letras.
Gracias por pasar. Hasta el viernes próximo, o hasta cada momento en que entremos a "chusmear" ésta, mi casa de letras.
2 en el recuerdo
Acá no zafás:
(por eso me hice “bloggera”, para publicarme...¡así que leé la entrega Nº 352 de la suelta de mis letritas!)
NOTA: Rescato de mis archivos un cuentículo que me parece muy "florido y soleado" lo cual es para estos momentos ideal. Eso sin contar que -me parece a mi- tiene una dosis de ternura extra. Y, como plus, es posible que el final les resulte inesperado. ¿Será cierto o solo es mi mirada subjetiva y "de autora"?
El jardinero
Ponía una flor acá, otra más allá. Las rojas con las rojas, las amarillas con las violetas. Las hojas verdes y largas en un rincón, y las otras encerrando los coloridos ramilletes. Obviamente se ocupaba de los árboles que, en sus enormes y redondeadas copas, albergaban bandadas de gorriones, golondrinas o tal vez torcacitas.
Me gustaba acariciar sus manos laboriosas y sus ensortijados cabellos en tanto aparecía el sol en medio de un cielo celeste intenso.
Julián y yo disfrutábamos, apasionadamente, de tan felices momentos.
Luego
él me abrazaba con sus manitos coloreadas de crayones, me decía "te quiero mami", buscábamos un imán y colocábamos su obra de arte en la puerta de la heladera.