Muñeca?

Tampoco me importa el mío

Y por eso hoy quiero contarles que se está gestando la Asociación de escritores y escritoras de Tierra del Fuego. 

El sábado 13 nos reunimos, en la Biblioteca Popular Sarmiento, amateurs, gente con trayectoria, poetas reconocidos, en fin, un grupete de personas y personajes de Río grande, Ushuaia y Tolhuin que nos dedicamos al arte de la escritura. En dicha reunión, se conformó una comisión provisoria, a efectos de poder iniciar los trámites de personería jurídica, investigar en otras asociaciones y esbozar un estatuto, entre otras actividades.

La próxima juntada, está prevista hacerse el mes próximo en el marco de la Feria Provincial del Libro, en la Ciudad de Río Grande. Por lo tanto, sirva ésta nota de invitación para quienes desparraman letritas por allí y se saben escritores/ras  y creen en la necesidad de agruparse.

Pido humildemente disculpas hoy, por lo lineal y escueto de los comentarios de ésta intro, y también por los errores en que pueda incurrir. Estoy con algunas dificultades técnicas, y extremadamente cansada...Prometo volver a mi estilo el próximo jueves.
Como siempre, gracias por leer mi blog. Espero opiniones, críticas y halagos también ¿Vale?

¡Hasta el jueves próximo!  Buena vida.

  

Lu 

                La frase para mirarse hacia adentro:

Los seres humanos no nacen para siempre el día en que sus madres los alumbran, sino que la vida los obliga a parirse a si mismos una y otra vez.

Gabriel García Márquez

Acá no zafás

(para eso  me hice “bloggera”, para publicarme...¡así que leé la entrega Nº 27 de la suelta de mis letritas!)
¿Muñeca?

Allí está. Casi sin estarlo. La veo y no la veo. La recuerdo y no; pero allí está. Tan cerquita y tan lejana. Con solo estirar mi mano puedo tomarla. Pero no…No lo hago…Allí la dejo y, allí se queda  resignada.

Allí estás y no te toco. Nadie te toca, ni siquiera mi hija, que con sus 7 añitos ya casi ni te mira, ya casi ni te quiere, y mirá que pasaron años de…” ¿Me petás mami?” Y, ¡ mirá que repetí una y mil veces la misma historia! …”No, porque se rompe”…

Allí seguís estando. ¿Será que no te presto porque no presto ni toco mis recuerdos?

¿O será tal vez que al ser el único lazo tangible entre mi pasado y mi presente, temo que te desarmes y se pierdan junto a vos, en mil partículas, mi identidad, mi SER COMO YO, mi historia?...

Es que, sin duda que seas irreemplazable y única, me convierte en una dama temerosa y egoísta, lo cual no es para que me felicites, pero… ¿que podemos hacer para evitarlo? …

No lo sé, pero sí sé que el mirarte, paraliza mis movimientos, aquieta mi mirada, acelera mi respiración. Y vos sin inmutarte siquiera, así como si nada ocurriera…tan frágil y tan fuerte, tan cercana y tan distante. Marcando una época, desafiante, altanera casi, recordándome que el tiempo inexorable, invisible, con sus huellas y su paso transcurre, y yo sólo soy una pasajera del mismo, sin estación final definida ni boleto VIP que me ampare…

Claro que vos ya no tenés tu antiguo esplendor, ni tus ropas a lunares… o tus aros. Los que solo vuelven a mí cuando, ¿recuerdo?... ¿sueño…¿imagino? mis primeros pasos, una tacita de leche tibia o algún caramelo para calmar mi llanto.

Entiendo ahora que si bien ya no sos como entonces, seguís siendo esencialmente única en mis sentimientos.

Comprendo al fin que ya nada es igual, a pesar de que ella sigue intacta desafiando al futuro...

Sobrevivió a mi niñez, mi adolescencia, mis miles de mudanzas, hasta que encontré “mi lugar adonde volver”, bajo este cielo, que me cuenta cotidianamente que el horizonte está en el interior de uno mismo, estas montañas que me anuncian que la vida tiene varias laderas, y la sabiduría es sencillamente sortear los obstáculos para poder encontrar la menos escarpada, y esta Bahía que mira al poniente y me ancló con su magia para siempre.

Sobrevivió, decía, a mi primer amor y también al último, a los primeros pasos y balbuceos de mi niña, a sus deditos exploradores y ahora que se humedecen mis mejillas con estos pedacitos de lágrima, deseo que también a mi me sobreviva, para que una tardecita cualquiera en otro otoño Ushuaiense, mi hija cuente una historia parecida a esta, a sus hijos, y porque no, a sus nietos, para que puedan sentir así su historia y fortalecer sus raíces, al ver esta extraña, rígida y negra muñeca de yeso.