Tampoco me importa el mío
Mientras en mi país siguen echando gentes de los trabajos, a "troche y moche" , los precios siguen aumentando descontroladamente, ponen techo a las paritarias, los empresarios siguen llenando sus arcas, las requisas y balas de goma tienden a naturalizarse, con el cliché de miles de argentinos diciendo "¡fuera los ñoquis! ¡a terminar con la delincuencia! ¡por fin lo que esperábamos!", otros vemos la otra cara de la moneda. De hecho, los empresarios que llevaron a Macri al poder, dueños de los medios gráficos nada dicen DE NADA. De pronto, así como por arte de magia, se acabó la delincuencia, de pronto nada pasa con los despidos a mansalva y la represión, de pronto los medios solo siguen idiotizando a las masas de "argentinos felices" contándoles sobre como baila Macri, o como su mujer se ríe y divierte en el carnaval de Purmamarca o, peor aún, qué tan glamorosa es. Por supuesto te cuentan también todos los detalles de cómo Antonia pinta con su padre, o que a fin de febrero comenzará a asistir al Liceo Francés (Lyceé Jean Mermoz). Mientras todo eso pasa, aquí en Ushuaia se replica. Aún no reincorporan a los talleristas despedidos y por lo que escuché, planean reincorporar, tal vez, a los que no tienen otro trabajo. ¿Bajo qué criterio, me pregunto, harían esta discriminación? Llamemos a las cosas por su nombre. Si hubiera superposición horaria, ¡obvio que no correspondería que les den algún módulo (como dieron en llamar a las horas cátedras) pero si no la hubiera ¿cual sería la razón para no volver a asignarles un taller? Si no pueden tener otro trabajo, en todo caso, ¿les pagarán dedicación exclusiva? Deberán, también, evaluar a los asistentes. ¿Qué le está pasando por la cabeza al señor Hugo Santos, que alguna vez creí que era una persona cabal e inteligente? ¡Querido los talleres son para otra cosa! Es educación no formal, los pibes y los adultos asistimos a ellos para despuntar nuestra creatividad con el debido asesoramiento y conducción de los profes, para ir mejorando cada día. ¡No para que nos tomen prueba de COMO APRENDEMOS ¡Los talleres son de disciplinas artísticas señor secretario de cultura!
Mientras todo eso está pasando aquí y ahora, queridos y queridas mías, los voy a "distraer" contándoles sobre el carnaval de la nieve que al menos por dos años tuve la posibilidad de disfrutar. ¡Estoy aprendiendo los trucos de la mala prensa argentina! ¿O no es algo así lo que hacen? ¡Vamos entonces por las trivialidades!
Recuerdo ese invierno de 1983, mi primer invierno nevado, como algo magnífico y aventurero. Recuerdo que con mis jóvenes años, además de trabajar, me divertía muchísimo. Y parte de esa diversión fue algo que, si mi memoria no falla, se llamó "carnaval de nieve". Esto sucedió en la bella Hostería Petrel (hoy destruida y abandonada) a orillas del no menos bello Lago Escondido. Lugar paradisíaco si los hubo, a 60 km de Ushuaia. Fui allí con un grupo de "nuevos " amigos. Ellos tenían algunos años viviendo en esta ciudad.
La previa, magnífica también, buscando prendas para armar mi disfraz "caserito". Entre algunas cosas que encontré en mi "estante de prendas para disfrazarse", rescaté unos calzones blancos que alguna vez había usado para disfrazarme de hormiguita viajera. Alguien me prestó un gorro tipo marinero y, con una camisola azul que tenía por entonces, decidí que, en esa noche que se anunciaba estruendosa y feliz, yo sería una "marinerita". (A mi estilo, por supuesto)
Mis amigos habían reservado una habitación en la hostería, ya que la fiesta sería hasta altas horas de la noche, y al día siguiente, a orillas del lago, se llevarían a cabo diversas actividades relacionadas con la nieve, que por ese entonces caía en gran volumen.
Así que llegado el atardecer, todo el mundo a cambiarse y preparase para el baile de disfraces, que incluía tragos y delicias varias para degustar, al mejor estilo "picada".
Poco a poco el salón de la hostería fue llenándose de personajes con sus serpentinas, papel picado, matracas, pitos etc, mientras la noche, imponente, blanca y apacible, se intuía muy fría del otro lado de los ventanales. Del lado de adentro, en tanto, la música no paraba de sonar y todos los concurrentes, con disfraces o no, disfrutábamos de nuestro propio carnaval.
Al año siguiente, recuerdo que asistí también a este "carnaval fueguino", pero ya no fue en Lago Escondido, sino en el bar/refugio que estaba en la base de la pista desde donde parte la aerosilla. Pista en la que, por aquel entonces, se hacía la bajada de antorchas.
Muy divertido también, pero la magia no fue la misma...Luego de esos dos inviernos con "carnaval de nieve", no sé que fue de los mismos...Al menos yo, perdí su rastro.
Mientras todo eso está pasando aquí y ahora, queridos y queridas mías, los voy a "distraer" contándoles sobre el carnaval de la nieve que al menos por dos años tuve la posibilidad de disfrutar. ¡Estoy aprendiendo los trucos de la mala prensa argentina! ¿O no es algo así lo que hacen? ¡Vamos entonces por las trivialidades!
Recuerdo ese invierno de 1983, mi primer invierno nevado, como algo magnífico y aventurero. Recuerdo que con mis jóvenes años, además de trabajar, me divertía muchísimo. Y parte de esa diversión fue algo que, si mi memoria no falla, se llamó "carnaval de nieve". Esto sucedió en la bella Hostería Petrel (hoy destruida y abandonada) a orillas del no menos bello Lago Escondido. Lugar paradisíaco si los hubo, a 60 km de Ushuaia. Fui allí con un grupo de "nuevos " amigos. Ellos tenían algunos años viviendo en esta ciudad.
La previa, magnífica también, buscando prendas para armar mi disfraz "caserito". Entre algunas cosas que encontré en mi "estante de prendas para disfrazarse", rescaté unos calzones blancos que alguna vez había usado para disfrazarme de hormiguita viajera. Alguien me prestó un gorro tipo marinero y, con una camisola azul que tenía por entonces, decidí que, en esa noche que se anunciaba estruendosa y feliz, yo sería una "marinerita". (A mi estilo, por supuesto)
Mis amigos habían reservado una habitación en la hostería, ya que la fiesta sería hasta altas horas de la noche, y al día siguiente, a orillas del lago, se llevarían a cabo diversas actividades relacionadas con la nieve, que por ese entonces caía en gran volumen.
Así que llegado el atardecer, todo el mundo a cambiarse y preparase para el baile de disfraces, que incluía tragos y delicias varias para degustar, al mejor estilo "picada".
Poco a poco el salón de la hostería fue llenándose de personajes con sus serpentinas, papel picado, matracas, pitos etc, mientras la noche, imponente, blanca y apacible, se intuía muy fría del otro lado de los ventanales. Del lado de adentro, en tanto, la música no paraba de sonar y todos los concurrentes, con disfraces o no, disfrutábamos de nuestro propio carnaval.
Al año siguiente, recuerdo que asistí también a este "carnaval fueguino", pero ya no fue en Lago Escondido, sino en el bar/refugio que estaba en la base de la pista desde donde parte la aerosilla. Pista en la que, por aquel entonces, se hacía la bajada de antorchas.
Muy divertido también, pero la magia no fue la misma...Luego de esos dos inviernos con "carnaval de nieve", no sé que fue de los mismos...Al menos yo, perdí su rastro.
Nunca pude saber quienes eran los fantasmas A pesar de que, en esos tiempos, nos conocíamos casi todos |
Frases para pensar
“Los sumisos, los mansos, los indiferentes, los sufridos, los resignados, son la masa, la muchedumbre que con su pasividad, su modorra y falta de carácter hace lento y doloroso el avance de las sociedades.
Ricardo Flores Magón
“Mi conturbado espíritu se regocija con la visión de un porvenir en que no habrá un sólo hombre que diga tengo hambre, en que no haya quien diga no sé leer, en que en la tierra no se oiga más el chirrido de cadenas y cerrojos.”
Ricardo Flores Magón
“El insulto, el presidio y la amenaza de muerte no pueden impedir que el utopista sueñe...”
Ricardo Flores Magón
Acá no zafás:
(por eso me hice “bloggera”, para publicarme... ¡así que leé la entrega Nº 195 de la suelta de mis letritas)
NOTA: Hoy saqué del baúl un texto que escribí hacen ya muchos años. Hoy volvió a mi memoria, "no se porqué", y como a mi me parece muy divertido tuve ganas de compartirlo y de darlo a conocer a quienes van asomando por mi casa de letras. Y quienes están desde el comienzo por aquí tal vez, con el paso de los años, hoy le den una mirada diferente. ¡Gracias!
Y una aclaración más que, creo, es lo que trajo este cuento a mi memoria: Lo escribí en un día de trabajo en un taller literario, conducido por Luis Comis. Taller que hoy, como los de todas las disciplinas artísticas, fue cerrado.
De acuerdos y desacuerdos
Cuando
yo pintaba la casa, tú no querías acompañarme. Si yo quería ir al cine, tú
querías dormir, si tú caminabas, yo corría, si leías yo cantaba.
A la
hora de comer; tú sólo carne...Yo verduritas. Tú vino blanco. Yo desde siempre
tinto...
Yo
cocinaba y lavaba los platos, tú... ¡mirabas TV!
Uno de
esos días en que yo salía sola a tomar un café –tú querías dormir- me senté en
aquel barcito de siempre, y como tantas otras veces, llegó él.
Él, que
quería pintar mi casa, acompañarme siempre, ir al cine, caminar a mi lado, leer
conmigo y cantar a dúo.
Yo
cocinaré,- dije-.
Yo
lavaré los platos, -respondió-.
Y el
acuerdo puso brillo a nuestras miradas, que por suerte siempre se miraban.
Fuimos
hasta mi casa entonces, y el Tú se tuvo que ir, para que se quede el Él.
Hola querida Lucía, aquí en casa de regreso de mi viaje relámpago a la docta, relámpago total por la felicidad que me produjo, (pero eso da para una llamada o un skipe)con 33 grados esta tarde 28 ahora casi a las diez de la noche, ha empezado a llover lo cual hace pensar en un alivio a tanto calor.
ResponderBorrarBueno, bueno con la intro. Decían que estábamos mal, que necesitábamos un cambio, bueno, tan mal no debíamos estar porque ahora estamos peor. Tal vez sí estábamos mal y había que corregir cosas, pero no de esta manera desparramando gente fuera de sus trabajos indiscriminadamente, tomando medidas arbitrarias que lesionan todo lo bueno que ya estaba hecho. Bueno, el cambio llegó, ahora habrá que encomendarse cada uno a sus creencias para ver si se zafa del derrumbe.
Con respecto al carnaval de la nieve, por aquellos años, yo vivía en Río Grande y ni me enteré que existían, deben haber sido lindas jornadas de alegría y festejo.
El mini relato muy bien escrito por cierto, lo conocía, no por eso me resulta menos simpático, y me retrotrae a aquellas lindas tardes de mate literario que pasábamos en la benemérita Biblioteca Sarmiento, coordinados por el Poeta Luisito Comis.Besos, Evy
Me encantó el mini relato, Lu. Gracias por escribir algo cada viernes, en medio del desánimo general siempre le das "una vuelta de tuerca" a las noticias, otra mirada a las cosas que pasan, y nos amigás a todos con Ushuaia y sus contornos (geográficos y de los otros...) Cariños
ResponderBorrarCristina
¡hola Cris! gracias a vos por ese comentario que renueva mi energía y me dan ganas de seguir por la misma senda.
ResponderBorrary que alegría saber que mis escritos pueden ayudar a amigarse a las gentes con Ushuaia, ¡¡¡Graciassssss!!!
Até mais, colega
Beijo
Lo que cuentas de tu país ya lo hicieron en el mío, y en sólo cuatro años, porque estos tipos van rápido liquidando derechos, tomandonos por idiotas al resto y llenándose los bolsillos.
ResponderBorrarAhora, la gente votó muy variable y cuesta que se pongan de acuerdo, pero mejor un gobierno de izquierdas que tenga que pactar cada ley, que un gobierno de derchas con mayoría que ha dejado nuestros derechos laborales como un erial, ha despreciado la cultura, ha rebajado plantillas en Educación y Sanidad. No sigo para no deprimirte, Lu.
Prometieron bajar la cifra de parados y lo que ha conseguido es aumentar las colas en Cáritas y rebajar las prestaciones a la mitad para los desempleados, más de dos millones de familias no ingresan nada, los pocos trabajos que han creado son precarios y con sueldos miserables.
Eso sí, el Partido Popular está hasta las orejas de corrupción y imputados y algunos en la cárcel, pero lo único que hacen es decir que ellos o el abismo, meter miedo a la gente con apocalípsis si se consigue un gobierno de progreso que los quite de enmedio.
Ay, Lu, qué gente, no la aguanto.
Me quedo sin duda con la primera frase de Ricardo Flores Magón. Mi alma ácráta que "reza" con él.
Y ya tu relato: Estupendo, Lu, y me hizo sonreír hasta el final, conozco muchas mujeres que deberían hacer ese cambio sin pensarlo mucho.
Yo acerté a la segunda, como la protagonista de tu micro.
Un abrazo,