Tampoco me importa el mío
Ya no podré mostrar, en esta entrada, fotos de la nevada caída el 25 de mayo.
Comprendo ahora, más que siempre, la frase "No dejes para mañana lo que puedes hacer hoy". El día que nevó tanto me quedé, arrobada, observando detrás de las ventanas la magia de los copos cayendo lentamente, cubriendo los techos, los árboles...¿Los nidos? Cada año me pregunto adonde van las aves cuando nieva...
Y aún no logro saberlo. Tal vez no logro ese conocimiento, porque si lo supiera, construiría un refugio para ellas y saldría a buscarlas para que en él se guarden. Entonces, quizás estaría vulnerando su libertad...
Distinto sería con los niños, los ancianos, los sin techo, los que que no tienen gas, ni dinero para pagar el consumo de energía...
A ellos estaría protegiéndolos. Pero...¿cómo construir un refugio para los abandonados por la suerte o por los políticos de turno, perseguidos por las adversidades, la inequidad y la falta de oportunidades?
Y cuando hablo de ello, hablo de la humanidad en general, no en particular de mi provincia en la cual, en algún punto, aún hasta los que se han quedado sin trabajo en este último año o tienen subempleo, siempre tienen una garrafa subsidiada.
Aun así, hay cada día más gentes en condiciones de vulnerabilidad. También se hizo presente aquí la inequívoca señal de los cambios producidos a partir de diciembre de 2016.
Hay días en que me pregunto cuánto tiempo pasará hasta que empiece a haber gentes durmiendo en las calles. En Ushuaia, los inviernos se comportan como tales. Es decir, aunque no nieve, la escarcha nocturna convierte las calles en planchas vidriadas.
Magnífico para quienes nos gusta el frío, las postales, el café calentito y el pan recién horneado. Para quienes leemos ese libro que atesoramos cobijados por el calor de nuestra casa. Para quienes subimos a nuestro auto calefaccionado y vamos al cine, o a las tiendas, trabajos o donde sea, sabiendo que en cualquier sitio que entremos deberemos "dejar nuestros abrigos en el holl de entrada".
¿Y qué de los sin casas confortables, sin vehículos, sin posibilidades de un buen trabajo?
Lo cierto es que les debo las fotos. Al día siguiente de la nevada, la misma se esfumó en gran medida. Fue entonces cuando pensé que habría quienes estarían, sino felices, con una preocupación menos...
Gracias por pasar por aquí. Espero opiniones, críticas y halagos también ¿Vale? Hasta el viernes próximo. Buena vida y BUENA VIBRA
Frases: 100% Bertolt Brecht
“Muchos jueces son absolutamente incorruptibles; nadie puede inducirles a hacer justicia.” “Al río que todo lo arranca lo llaman violento, pero nadie llama violento al lecho que lo oprime.”
“Sobre todo examinen lo habitual. No acepten sin discusión las costumbres heredadas. Ante los hechos cotidianos, por favor, no digan: 'Es natural'
"¡Contra la injusticia y la impunidad! Ni perdón ni olvido"
"El analfabeto político es tan burro que se enorgullece y ensancha el pecho diciendo que odia la política. No sabe que de su ignorancia política nace la prostituta, el menor abandonado y el peor de todos los bandidos que es el político corrupto, mequetrefe y lacayo de las empresas nacionales y multinacionales".
Acá no zafás:
(por eso me hice “bloggera”, para publicarme... ¡así que leé la entrega Nº 240 de la suelta de mis letritas)
NOTA: El relato a continuación, pertenece a la serie que escribí, como dije el viernes anterior, allá por el 2011 y que he llamado "Relatos de infancia"
Lo vuelvo a publicar porque "todo tiene que ver con todo", porque mi amiga Cristina pidió "muchos más de esos relatos", porque a mi me gustan particularmente todos los de esta serie y porque sí nomás. ¡Ojalá también les guste!
Espejos
Era una de esas siestas correntinas, pesadas, aburridas...
Esas siestas que nos
invitaban a desafiar a los adultos, a transgredir las normas, a echar a volar
la imaginación más allá de lo permitido.
La casa de mi abuela,
donde vivíamos, era la típica casa
chorizo, de amplia y larga galería, a la cual daba cada una de las puertas de
las habitaciones, incluido el baño. Habitaciones que obviamente se comunicaban
entre si por una puerta interna. Solamente la cocina quedaba excluida de esta suerte
de logia habitacional.
¡La cocina! Amplia, con
su reina en el medio: La mágica cocina económica, que no solo permitía cocer
los alimentos para el cuerpo, sino también alimentaba nuestras fantasías
infantiles respecto a conjuros mágicos y pócimas.
Pisos de ladrillo, acoto
aunque sea una obviedad.
Los dormitorios, con sus
roperos enormes, pura madera, puro ébano. Negros, oscuros, pesados. Tres
puertas. A saber: la puerta del medio, enorme, flanqueada por dos menos
imponentes, pero no por eso pequeñas y, cada una de ellas con espejos acordes a
sus dimensiones
Y fue en una de esas
siestas, decía al principio, cuando se me ocurrió transgredir la más importante
norma de convivencia de una familia burguesa. Venida a menos, claro, pero
ideológicamente burguesa con el condimento justo que ofrece para ello el norte
argentino. Es decir: ancestralmente burguesa, por herencia de derecha... ¡Y por
esas cosas de la vida mi familia!
Silencio cuasi mortecino
interrumpido, a veces, por los ronquidos de mi padre. Ni una mosca, nada que
cortara esa interminable siesta y yo solita y aburrida, pensando que en
la habitación de servicio estaba Gerónimo, un niño de mi edad, pero
"distinto".
Él era "un
criado"...yo "la niña" Eso respondía mi madre, cuando yo
preguntaba porque no podía jugar con Gero, usando todos los argumentos posibles
y reales, en su defensa: "que era más bueno, que en la escuela me cuidaba,
que cuando la trenzuda me quiso arrancar el pescuezo, él la golpeó y por eso
fue a parar a la dirección, y nadie lo defendió...y cuando intenté hacerlo me
dijeron que cerrara el pico..." Como siempre, este monólogo terminaba con
un grito de mi madre que me mandaba a mi cuarto, a pensar, diciendo que no
podía entender porqué yo le daba tantos dolores de cabeza.
Sí eso decía mi madre. Y
yo no entendía lo que ella decía y, tal parece, ella no entendía lo que yo
decía...
Claramente, yo desde
chiquita iba por otro camino...Por eso nomás, salí esa siesta a hurtadillas de
la casa y fui a buscar a mi amigo prohibido a su habitación, que quedaba el
fondo del patio. Por eso nomás, lo metí en mi casa "de prepo", por eso nomás, lo
llevé a mi cuarto para jugar “tapadita” o a las estatuas.
Gero un tanto asustado,
vislumbro esto en el recuerdo, tal vez haya elegido estatuas porque tenía pocas figuritas y no
querría perderlas.
Así que intentando no
hacer ruido, y aguantándonos la risa, compartíamos
la hermosa y transgresora siesta, hasta que Gerónimo, “convertido en estatua”,
vio su imagen reflejada en el espejo del ropero y huyó despavorido gritando: ¡“hay un niño en ese mueble"!
Hola Lucía, hoy parece que soy la primera en comentar, lo cual me da mucho gusto porque siempre ando entre las últimas o se me pasa de largo un viernes o más. Todavía estoy "guardada" por mi gripe que ya termina en un día o dos más.
ResponderBorrarEs cierto eso de que no hay que dejar para mañana lo que debemos hacer hoy, me ha pasado igual que a vos con las nevadas, mirarlas y pensar, luego saco las fotos, y cuando iba a sacarlas la nieve se había derretido. También estamos de acuerdo en eso de pensar en aquellos que debido a una realidad social y política más que perversa, la están pasando tan mal. Sobre todo allá que el frío llega a matar, y no es chiste. En esta parte del continente, todavía se puede paliar el invierno arrimándose a una pared y tapandose hasta con cartones, pero allá eso no es posible. A nadie le preocupa lo que le pasa al prójimo, es un egoísmo absurdo, porque le vida da tantas vueltas que en cualquier momento se puede estar en el lugar del otro.
En esta ciudad, y cerca de mi barrio se ha organizado una movida con algunos negocios, de dejar pagado un desayuno o una comida, para que alguien que lo necesite lo consuma. Es una gota en el océano, pero... el océano no podría existir si no tuviera millones de gotas. Todo suma.
Muy buenas las frases, duras pero tremendamente coherentes, sobre todo la última, la más larga.
El cuento, también lo conocía pero es tan tierno y tan cálido en imágenes que es un gusto volver a leerlo. Besos, Evy
Lucía, es cierto que es una pena que no hayas documentado debidamente las primeras nevadas en tu ciudad; sin embargo, estoy segura que tendremos más para compartir y disfrutar. Está muy bien que, seducida, por la magia de la nieve y tus pensamientos te hayas dejado llevar por el momento que resultó casi efímero y que, tal vez por eso mismo, se haya evidenciado más especial todavía.
ResponderBorrarEn cuanto a tu relato, me ha parecido de una ternura encantadora, tan vívido e inocente que me resultó sencillamente tierno e irresistible.
Un beso enorme.
Vuelvo a leerte.Cada vez que te leo encuentro algo diferente.Acostumbrada a mis textos tan cortos la mente no me responde a veces como quiero. Disfruto tus escritos me llevan mas de un dia leerlos jajaja
ResponderBorrarSe que no podria vivir en un lugar tan bello como es Ushuaia. El frio me mata y la falta de sol la siento en mi alma...
Me encantaria conocerla ...conocerte.... debe de ser única tu ciudad. De dias de sol y noches eternas. Estoy en el lugar justo para mi tiempo y mis años..... Tus escritos maravillosos hacen volar al que te lee.Si casi se ve lo que dices como si fueran fotos en mi mente
Hola Mucha
ResponderBorrarQué bien se siente en el alma (y el ego) tu comentario respecto a mis escritos. ¡Gracias!
Respecto a conocer Ushuaia...¡Pues aquí estoy siempre en verano! Es el tiempo de noches breves y días eternos, es el tiempo de mucha luz y apenas fresco. Quiero decir que no "morirás de frío" en verano y, lo mejor para mi gusto personal, tampoco morirás de calor.
Abrazo y ¡hasta cuando quieras!
Me has puesto los dientes largos, Lu, imaginándote viendo nevar por la ventana, con un café calentito, un libro a la espera y una cobija sobre las rodillas. A las que nos gusta el frío... A mi me encanta el frío, me estimula y adoro la nieve.
ResponderBorrarY aprovechando el encantamiento de imaginarme en tu paráiso, leo tu hermoso relato, Lu, lleno de detalles que, como dice Mucha, lo hacen tan visual. Encandilas, eres una excelente narradora. Y ese final, qué ternura...
Como me gusta el frío y la lluvia, me ocurre como a ti, que entonces pienso en los que no tienen casa, o en los que la tienen pero no pueden calentarla, acá se le llama "pobreza enérgética" y cada vez hay más personas en ese lado. Si pienso en ellas disfruto un poco menos del fresquito.
Cada año me propongo no volverme loca con el calor, cada año fracaso.
Bertolt Brecht qué sabiduría y claridad en sus frases, Lu. A mí me gusta mucho la del río, pero la última... que se den por enterados unos cuantos y luego no se quejen.
Un abrazo, Lu.
Mmmm entre tantas letras me referiré al primer texto de tu entrada, cuando escribes de los sin techo; es triste muchas veces uno olvida lo afortunado que es, no le da el valor de poseer agua limpia, o el poder ducharse todas las mañanas, incluso el ir al baño; olvidamos ya que encontramos natural o un derecho adquirido de las comodidades, pero hay quienes no han tenido la oportunidad.
ResponderBorrarEn mi país, Chile, cuando caen las heladas el Gobierno dispone de albergues, uno de los mayor tamaño es el estadio nacional, el cual se le entrega frazada y algo caliente, en especial un tazón de sopa, para pasar la noche.
Hola Carlos
ResponderBorrarGracias por comentar.
En Argentina, particularmente en Buenos Aires que es la ciudad en la que hay más gentes en situación de calle, también el estado Municipal dispone de albergues.
Pero eso no basta. Hay ONG que se ocupan, que cocinan enormes cantidades y salen a recorrer las calles, con voluntarios y voluntarias, a dar un plato de comida caliente. También en Buenos Aires determinados bares tienen un sistema en el que se puede pagar desayunos para los que no tienen la posibilidad de pagárselos. Y sin dudas, la gente agradece ese plato de comida caliente, o esos abrigos que otras personas les acercan. Pero eso tampoco basta...Eso es, a mi entender, caridad. Y los seres humanos necesitamos dignidad. La dignidad que te da un trabajo y con él la posibilidad de autoabastecer tus necesidades básicas.
Que tengas un buen domingo y una linda semana.