viernes, 11 de diciembre de 2020

Tormenta eléctrica

 Tampoco me importa el mío
Extrañamente llegó diciembre...otra vez arbolitos, pesebres, luces adornos navideños y más.
Claramente el año no se detuvo a pesar de que la vida, de la mayoría de las gentes, quedó como suspendida en el aire...o peor aun: como en un túnel de tiempo en el cual nadie sabe donde está la salida. 
Sigue dando vueltas en mi mente la imagen de mundos paralelos...
Y ya no me queda claro a cual pertenezco. Mis ideas están demasiado enredadas...Sé lo que quiero decir pero no sé muy bien cómo.
Entonces, y a partir de que me enviaron un chiste navideño no exento de ironía,  se me ocurrió que podría matizar esta entrada con algunos de los que, al menos a mi, me parecen graciosos. 
Intento no darme de bruces contra "el muro de los lamentos", intento que quienes vienen a mi casa de letras pasen un momento ameno.
¡Que así sea entonces!
Por cierto me he estado preguntando si este año Papá Noel vendrá con barbijo y me da penita de solo pensar lo complicado que va a estar...es que, recuerden, ¡usa gafas!
Me pregunto también si deberíamos dejarle alcohol en gel junto al árbol, cómo se las arreglarán María y José  para acondicionar el pesebre de modo tal de respetar las normas y tener todo desinfectado y lo qué mas me inquieta es saber como harán los reyes para entregar sus ofrendas. ¿Tendrán que sacar número; lo harán por orden de llagada? Digo porque claramente no creo que el improvisado hogar del nacimiento tenga  espacio suficiente para  albergarlos a todos a la vez. 
Y respecto a la entrega de regalos casa por casa, imagino que en esta ocasión será mucho más lenta porque entre una y la otra deberán desinfectarse y cumplir con todo lo que aprendimos en este año respecto a normas y cuidados para evitar que el mal bicho nos ataque.
En fin, pavadas que pienso mientras las musas mantienen la distancia social y no se quitan los barbijos ni para" soplarme una buena idea".
Mejor vamos al chiste que me enviaron: AVISO CLASIFICADO
"Busco quien tenga animales para dar en adopción...(Chivos, corderos, lechones, pollos, pavo) Preferentemente antes de navidad"

A mi me parece muy gracioso. 
Va uno más y cierro. Es que no estoy encontrando chistes que en verdad me den risa. ¿Será otro efecto colateral del aislamiento?
Y me quedo pensando que tampoco éste es gracioso...porque es una durísima realidad que este año - en mi país y el mundo todo- habrán muchos mas peques que los que hay cada año que no reciban un regalo...o peor aun...¡qué ni siquiera tengan un bocado digno para comer!
Mejor la semana próxima vuelvo a compartir fotos...
Gracias por pasar. Hasta el viernes próximo, o hasta cada momento en que entremos a "chusmear" ésta, mi casa de letras.
 Lu
Música en tiempos de covid-19
Acá no zafás:
(por eso me hice “bloggera”, para publicarme...entrega Nº 379 de la suelta de mis letritas)
NOTA: De mi archivo escogí este relato que me provoca mucha ternura y en verdad cada vez que vuelvo a él regreso a esa escena con mi niña en el balcón. Espero les agrade la historia      
                               Tormenta eléctrica
Estábamos en Villa Carlos Paz, en la provincia de Córdoba.
Mi hija, que con sus trece años se "las sabía todas", estaba bastante molesta por tener que compartir unos días de vacaciones con su mamá.
Entonces
Muy paciente su mamá, o sea yo, ponía la mejor onda a esos bellos días de enero, comprendiendo que tenia una hija adolescente y que, por suerte, emocionalmente era una niña muy sana por lo qué no era de extrañar esas conductas propias de la edad.
Por eso
Había previsto también la compensación para "tal tortura" por lo que luego iríamos a pasar tiempo al pueblo donde vivían sus primas y las amigas de las mismas, que formaban un grupete de "niñas en crecimiento veloz" de entre trece y quince años.
Así las cosas
Hiji "soplando" y yo proponiendo ideas para divertirnos juntas, a las que en ocasiones respondía: "Vieja, ¿no te das cuenta que ya soy grande?"
Por eso
Aquella noche de estrepitosa tormenta eléctrica, resolví que me iría a dormir temprano, falta me hacía descansar un poco, y cuando fui a darle el consabido "besito de las buenas noches", la encontré, literalmente, pegada a los ventanales del balcón.
Los rayos y relámpagos iluminaban, bellamente, la oscuridad de la noche. El viento, la lluvia y los potentes truenos, completaban la escena nocturna.
Mi "niña grande", se dio vuelta para mirarme a los ojos y me dijo
-Ma, y ¿si salimos al balcón para ver un poco más?
-¡Agus! respondí con una amplia sonrisa, es solo una tormenta eléctrica.
Fue entonces cuando clavó su mirada, firme y penetrante, en mí y respondió
-Yo jamás vi una
Y fue entonces también cuando me di cuenta de que mi hija, nacida y criada en Ushuaia, no tuvo oportunidad de presenciar tan bello espectáculo habida cuenta que, por estos lares, no sucede dicho fenómeno meteorológico.
Comprendí de inmediato que esa niña, que se sentía adulta, tenía miedo a la vez que fascinación por dicho evento y necesitaba, aún mas allá de su postura, que su mami, o sea yo,  la acompañara.
Total
Nos pusimos capas para guarecernos de la lluvia y, hasta que se nos empezaron a caer los párpados, nos quedamos charlando sentadas en un rincón bastante protegido del balcón...
Casi como si estuviéramos en la primera fila de una gran platea para presenciar esa bella obra de la naturaleza. 
Casi como si mi hija hubiera zanjado sus "diferencias generacionales", disfrutando del espectáculo visual y -¡por fin en esas vacaciones!- disfrutándonos mutuamente.

19 comentarios:

  1. Bienvenida una entrada con comentarios oportunos sobre estos, nuestros tiempos actuales convulsionados.
    Muy muy linda la historia de disfrutar madre e hija la primera tormenta eléctrica.
    Las fiestas? Pasarán, como pasan cada año. Y tenes razón, más tristes para algunos. Tratemos de no amargarnos y agradecer que el COVID no pudo con nosotros, por ahora

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  2. Buen día amiga, hace un instante estuve llamando a tu casa pero no estabas disponible. Así que te dejo mi comentario. Es una época en la que pocas musas andan con ganas de trabajar, me pasa, que de pronto tengo unas buenas ideas para escribir, y cuando voy al teclado me quedo en blanco. La mente anda volando por otros lugares, preocupada en otros temas. No tengo mucho entusiasmo por escribir, participo en muchos encuentros virtuales con los amigos que nos hemos reunido personalmente en algunos lugares del país, e intercambiamos poemas o textos a través de videos con los celulares, es lo que hay, por ahora y alcanza para no perder el vicio de escribir.
    Me gusta tu humor, un poco gris (no diría negro) con respecto a Papá Noel y a las fiestas. Todo está como dije varias veces, dado vuelta, y una no logra acomodarse.
    Muy linda la música y el cuento que ya conocía pero que leí con mucho gusto, es que los chicos nacidos allá cuando vienen al «norte» se sorprenden de ciertas cosas que nunca vieron en persona, como las tormentas eléctricas, los trenes, (mi hijo) o las hormigas llevando sus hojitas a cuestas. Son los detalles de vivir en la Isla. Besos, Evy

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  3. HolaLú!

    Pues sí, Papá Noel lo va a tener difícil este año entre el barbijo (espero que lo traiga puesto), las gafas (siempre se empañan) y, al menos en España, las restricciones que hay para transitar de una provincia a otra… Menos mal que existe Papá Amazon para venir en nuestro auxilio, un nieto no se puede quedar sin juguete este año, ni sin un libro, claro.

    Siempre aprendo algo de ti, Lu. En tu anterior entrada, la existencia del notro, precioso, que no conocía. Y ahora, el hecho de que en Patagonia no existen tormentas, con sus espectaculares rayos y relámpagos. Tengo que buscar los porqués (la curiosidad siempre me mata). Supongo que será porque allá no se dan las condiciones de temperaturas necesarias para que se produzca ese fenómeno.

    Un abrazo.

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  4. Hola Cristina
    Es tan verdad que se me complica escribir mis "crónicas de intro", en este último tiempo "pandemioso", como que extraño hacerlo.
    Si bien las fotos de Ushuaia siempre son de singular atractivo, he pensado este espacio como un lugar de encuentro con mis letras, un sitio con "tendencia literaria" y no como muestra de artes visuales.
    Pero
    ¡Estoy anestesiada hace más de un mes! Problemas personales, que nada que tienen que ver con el covid, suman un plus a la problemática que nos aqueja a todos y todas de manera mundial.
    En fin amiga, gracias por tu buena onda de siempre y el aliento que me brindas para seguir en mi camino.
    Abrazo fuerte y -ya sabes- cuando salgas a pedalear puedes pasar por mi puerta y charlamos un rato.

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  5. Evy, bueno qué decirte si ya nos pusimos al día mediante tu llamada telefónica.
    ¿Viste qué linda versión de "En blanco y negro Buenos Aires"?
    Sí, el cuento a mi también me gusta mucho creo que, entre líneas, habla de la diversidad cultural...palabrita tan usada últimamente pero tan pocas veces bien entendida.
    Personas, de todas las edades, nacidas y criadas en este extenso país tienen diferentes intereses, conocimientos, necesidades según la región y familia en que hayan nacido.
    Los patagónicos y patagónicas pueden no conocer las tormentas eléctricas pero ¡vaya si saben sobre la nieve! A la inversa, personas criadas en el NOE, pongamos por caso, pueden saber mucho sobre ellas y sorprenderse ante una nevada. Digo, tan solo a modo de ejemplo el tema del clima.
    Abrazo y ¡buen domingo!

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  6. Hola Diego!
    Qué lindo eso que me dices que siempre aprendes algo cuando vienes a visitarme.
    Me alegra saber que aporto mi granito de arena para que se sepa un poquito más sobre la "Ushuaia de mis amores"
    ¡Viste lo bella que es la flor de Notro! Ese rojo intenso salpicando el verdor del bosque fueguino es un remanso en la vida "acelerada", es una "imagen lujuriosa" que exacerba la sensibilidad.

    Amigo , que sepas que tu curiosidad despertó la mía -siempre di como un hecho natural que no hubiera tormentas eléctricas por aquí- y fui a google.
    Por si aun no has buscado, copio y pego de "La Lupa" revista científica espectacular producida en el CADIC (Centro Austral de Investigaciones Científicas)
    "En Tierra del Fuego, debido a su latitud, el sol no llega a calentar lo suficiente la superficie de la tierra y, en consecuencia, el clima es frío y la amplitud térmica es baja. Entonces, no se presentan las condiciones para generar una fuerte corriente de aire ascendente que promueva la formación de las nubes tormentosas.
    En días excepcionalmente calurosos, pueden producirse pequeñas tormentas eléctricas, pero la frecuencia es de UNA cada 2 o 3 años y de escasa duración".

    Respecto al último párrafo te cuento que sí, que en los 38 años que llevo vividos aquí he presenciado unas cuatro/cinco "tormentas" Es decir, sonido de truenos lejanos y alguna "luz" esporádica.

    Y, anecdótico también, cuando acá hace mucho calor, los/las habitantes que nunca se adaptan a nuestro clima se ponen felices...los/las demás ya sabemos: ¡"Se viene una tormenta"! Aunque más no sea de fuertes vientos.
    Abrazo amigo, siempre un placer "charlar" contigo

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  7. Lu, te paso este enlace a un foro de jardinería y naturaleza en el que participo. Buscando, buscando, he encontrado esta referencia sobre el notro. Échale un vistazo.

    https://foro.infojardin.com/threads/paeonia-lactiflora-fabiana-imbricata-introducidas-en-patagonia-y-embothrium-coccineum-habitat-in.41815/

    Las flores del notro son como llamas surgidas de la Tierra de Fuego (esta es seguramente la frase menos original que se ha dicho sobre la preciosa flor del notro :)

    Gracias! por buscarme el motivo de las no-tormentas eléctricas en la Patagonia. Más o menos es lo que imaginaba... Si vuelvo alguna vez por allí te llevaré unos rayos y relámpagos en la mochila, para liberarlos mientras contemplamos los notros :)

    Abrazo, Lu.

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  8. 😂😂 Diego! Dale!!! Podríamos soltarlos en Playa Larga "a orillitas del canal" ¡me gusta la idea!
    Gracias por el enlace, pronto entraré a "chusmear"
    Abrazo sin truenos pero con mucha lluvia 😷

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  9. Querida Lu
    Me ha conmovido tu entrada, con el tema de tu hiji, hay primeras veces de muchas cosas para los adolescentes, que marcan un antes y un después, esas experiencias compartidas con tu familia, hacen que unos hilos invisibles amarren esos momentos a tu alma para siempre! Recuerdo siempre a mi madre subiendo los cerros de Valparaiso y nosotros detrás con la lengua afuera, sin pensar en lo empinado que eran. Y bue... Navidad se siente lejana por todo lo que nos esta pasando, hay que seguir cuidándose amiga, va un cariñoso abrazo!

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  10. Ay, Lu, que llevamos ya 9 meses con este trajín de aislarnos, cuidarnos, acostumbrarnos a los desabrazos, a que algunas personas queridas se nos vayan, a no poder estar al lado de otras por las restricciones... a cero viajes, y a que nos cueste mucho conectar con la esperanza y las Musas...

    ...Pero en este post, Lu, ese desánimo intenta levantar el vuelo con el humor y despega espectacular con luces y colores con el relato final.

    Esos recuerdos son imborrables y muy hermosos, Lu, me pasa como a Carmen, me ha conmovido como lo has relatado, lo haces siempre genial cuando hablas de sentimientos, y además es que ando de un sensible...

    A mí me encantan las tormentas...

    Regresé al Almacén con el espumillón navideño ciñendo mi neurona, pásate cuando quieras y nos echamos unas risas.

    Un abrazo grande

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  11. Lu... ler-te é sempre um doce fascínio!
    Tuas palavras expressam sentimentos e afetos que tocam no fundo da alma.
    Particularmente neste período em que estamos condicionados por uma nuvem negra que nos apagou o sorriso com uma máscara, devemos dar as mãos, fraternamente, e acreditar que o novo ano vai chegar com uma nova esperança.
    Gostei muito do teu relato. Te felicito. Vou ler outra vez, mais atentamente.

    Tem uma feliz semana.
    Te deixo um cálido abrazo!

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  12. Carmen así es amiga.
    Que buena la anécdota de la subida con tu madre a los cerros!
    Volvemos a hablar pronto ¿dale?
    Abrazo

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  13. Cierto ciertísimo amiga. sin darnos cuenta llegó otra Navidad y esta será muy distinta, si queremos que la próxima sea buena o eso esperamos al menos.
    No nos quejaremos por la soledad que tendremos, porque muchos estaran y bastantes ni están ya... Lo importante es poder seguir caminando y compartiendo con los nuestros aunque sea a través de pantallas.

    Has alegrado la entrada con tu tormenta compartida, que bien nos sienta cuando un hijo nos pide un poquino de ayuda.

    Buen martes Lu. Cuídate.
    Un abrazo.

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  14. Hola Tesa
    Sip... estuve siempre con pilas y luchando contraviento y marea, diciendo "mañana será mejor" "siempre que llovió paró"
    Ahora, como una letanía, me lo repito día tras día, pero algo no está funcionando...
    Estos dos últimos meses se me hacen muyyyy cuesta arriba.

    También a mi me gusta mucho este relato. y recuerdo con amor esas escenas.
    Ya pasé por tu Almacén...sólo que ando un tanto complicada y poco tiempo. Tal vez viaje a Comodoro...estoy viendo...mucha incertidumbre.
    Ya volveré a comentar.

    Abrazo empapado, llueve sin parar desde ayer

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  15. Hola Albino
    Cierto, sí "estamos condicionados por uma nuvem negra que nos apagou o sorriso com uma máscara"
    Esta vez más que siempre esperaremos el nuevo año con la esperanza de que llegue la vacuna y que en todo el mundo derrotemos al "mal bicho".
    Me alegra saber que te gustó mi cuento.

    Abrazo y, va de nuevo, mi deseo de que pases una linda semana

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  16. Lau, ciertamente será esta una Navidad diferente.
    Para tantas personas será muy triste...tantas ausencias, tanto dolor acumulado con firma propia "COVID-19"

    Comparto eso de que "nos sienta bien" cuándo algún hijo/hija nos pide alguito de ayuda.
    También por tu casa de fotos pasé y vale para vos lo mismo que le digo a Tesa:
    pronto volveré a comentar.

    Abrazo va amiga linda ¡Y a seguir con la mascarilla!





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  17. Hola, Lu. Tu no te preocupes que el que venga a visitarte, seguro, que no se va a aburrir, porque con tus simpáticas ocurrencias, eso, es imposible, además de otra cosa, que tampoco se ira de vacío porque siempre sales de aquí con una enseñanza nueva y cargado de positividad, de la buena, de la que tanta falta nos hace en estos difíciles momentos.
    Y una vez más nos demuestra la madre naturaleza lo sabia que es, propiciando ese entrañable momento de madre e hija, cosa harto difícil cuando tienen esa edad tan complicada (la edad del pavo) que les dura desde la adolescencia hasta la madurez, en la que ellos mismo no saben ni lo que quieren, mientras nosotros nos comemos el coco ya que no sabemos ni como complacerlos, ni como ayudarlos, pero, nunca bajando la guardia ya que se están afirmando como personas, y hay mucho peligro de complejos, depresiones, etc., esto, lo digo por experiencia con mis hijos.
    Y dicho esto... ya no lo voy a borrar, así que te pido perdón por el rollazo que acabo de escribir sin venir a cuento.
    Un fuerte abrazo, amiga Lucía, y arriba siempre ese ánimo, que no hay mal que dure cien años....ni cuerpo que lo resista.

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  18. Hola Manu!
    Qué lindo lo que me dices.

    Y respecto a los hijos...¡nada de rollazo! Siempre vale compartir con amigos y amigas nuestras experiencias al respecto habida cuenta de que no hay una "Universidad que nos diplome en ser papá o mamá"
    Mira amigo...la mía con sus 32 años hoy, conmigo, en general se comporta como una adolescente. Con el resto del mundo se comporta y es apreciada por ser una mujer estupenda, segura de si misma, con convicciones, emprendedora, autosuficiente y más...¡Vamos que es mi hija!
    Y la crié yo sola. No podía ser de otra manera...😊
    Abrazo fuerte va cruzando los mares

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  19. Lu, he llegado hasta tu "casa de letras" y lo he disfrutado sobre manera. Ternura por doquier; la que tanto se necesita actualmente. Con trinos de pájaros y otros no tan lindos ruidos te saludo y recuerdo.
    Me ha encantado lo que expones. En cuánto al primero, está bien, es una manera de sobrellevar la situación. Cada uno lo hace a su manera.
    Cuando llegué a los animalitos para adopción, creeme!; pensé: suerte para ellos. Vivirán, mientras los "Humanos" luchamos contra un microscópico enemigo. Un enemigo que nos hizo recordar nuestra vulnerabilidad y la importancia de lo verdaderamente esencial, la vida y la salud.
    En relación a vuestro relato ubicado en Carlos Paz, entrañable. Tienes esa particular manera de entregar literariamente tus vivencias que uno las aprehende con la misma ternura expresada. Lo sobresaliente es el detalle de darte cuenta lo que tu hija deseaba conocer y la sorprendía. Así como en las diferencias culturales, sin sorpresas o nuevas manifestaciones no sería vida. Por suerte!
    Desde esta orilla recibe mi abrazo; ya sabes todo lo que podría manifestar para estas fechas. Prefiero seguir de largo...ni sé cuando es Navidad... Hasta la próxima!!

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