viernes, 10 de enero de 2025

 Tampoco me importa el mío

Hola hola. Aquí regresando y volviendo a comunicarme con ustedes, lo que no he estado haciendo desde...
¡El año pasado! 😄
Por lo tanto, vale desearles un 
¡¡Feliz 2025 a todos y todas quienes pasen por aquí a visitarme!!
Y ahora sí, a retomar la buena costumbre de comunicarnos.
Espero hayan comenzado "con el pie derecho", en paz con muchas risas y amor del bueno.
Para arrancar el año, voy a compartir con ustedes -en imágenes- la fantástica excursión que hicimos, con mi prima, el día 22/12
En esa ocasión fuimos a Cabo San Pablo, adonde los/las estoy invitando a ir ahora mismo:
Empezamos el tour por Estancia Pirinaica (recuerden dar clic a las fotos para poder verlas más grandes)

Luego seguimos camino hacia el faro y nos cruzamos con guanacos, y  loicas mostrando su bello pechito rojo.
Y llegamos al faro, atravesando increíbles paisajes
Este faro se encuentra a 50 km al sudeste de Río Grande,  la ciudad del norte de la isla. 
Su construcción comenzó en marzo de 1945 y durante el movimiento sísmico de diciembre de 1949 sufrió una peligrosa inclinación por lo que fue desactivado.
Y hay más, mucho más de esta fantástica excursión, con decirles que al final de la misma topamos con...
¡Un pingüino rey! y estuvimos allí con él, que "posó" para nuestras fotos, pero...
Creo que por hoy es suficiente así que, compartiré las imágenes la semana próxima.
¡Ojalá les haya gustado el paseo y regresen por la segunda parte!
Gracias por pasar, hasta el viernes que viene o hasta cuando gusten volver.
  Lu
Esa Musiquita para arrancar otro año
                                        Acá no zafás:
   (por eso me hice “bloguera”, para publicarme...entrega Nº579 de la                                                                                 suelta de mis letritas)
NOTA: rescaté y versioné este relato de mi archivo, tiene poco más de 10 años. Me pareció oportuno por ser esta la primer entrada de un nuevo año.

Año nuevo

Estaba en mi jardín, soleado, verde, agreste, con calafates aquí y allá, lengas jóvenes e irreverentes y cubiertas de pan de indio, siemprevivas, manzanitas del diablo, mini margaritas silvestres, y los pájaros – gorriones, zorzales, y comesebos-desbordando sus trinares, desplazándose sobre el pasto y picoteando, alabando el magnífico día de verano, luego de tantos grises que, por suerte, quedaron en el pasado

Fiesta melódica  en la primera mañana de un nuevo año.

Pensé que era una buena señal, una anunciación, un indicador de un feliz año para el universo todo. O, al menos, para mí.  

Corregí mi pensamiento, que por un instante se tornó absolutamente utópico, y mi racionalidad lo volvió a su centro.

Algún cohete, tardío y clandestino, estalló cercano pero mi pequeño bosque –por suerte – cubre totalmente la visión de los patios linderos. Es mi  muralla verde. Me siento protegida, y disfruto atrincherada en mi pequeña fortaleza.

En esa contemplación me encontraba, cuando descubrí un chimango que acertó a pasar por mi oasis personal.

-Debo acotar que no me agradan estos pájaros, que sus graznidos son agoreros, que rompen las bolsas de residuos y carroñan en ellas,  y porque, dicen los antiguos pobladores de mi Ushuaia, anuncian nieve.

 Pasó  la maldita ave carroñera… ¡y pasó lo que tenía que pasar!

Sentí sus excrementos tibios, chorreando sobre mi espalda que, al fin, permanecía desnuda en este tibio y soleado primero de año.

Epílogo

De camino a la ducha, recuerdo que se considera de buena suerte si un pájaro “te caga”

Entonces…

sonrío y pienso que seguramente este será para mí un gran año.

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