Tampoco me importa el mío
Por eso hoy voy a decir que los años me van sumando...¡gripes! Estoy pasando una semana fatal, no he podido moverme de la cama ni mantenerme despierta por más de 20 minutos durante poco más de 24 hs. Fui al centro de salud...infección en las vías respiratorias superiores. Antibióticos (tenía fiebre)...Ahora mejor de las castigadas vías respiratorias, ya puedo sostenerme en pie, de hecho asistí a mi clase de portugués pues una compañera pasó a buscarme...¿Estuve en esa clase? ¡¡Maldición!! El malestar es inacabable. Si bien me levanto, ando, me di cuenta allí que no entendía nada de lo que decía el profe ni mis compañeros...¿Me estaré poniendo ñoña? Sé que pensé en un flash, y por suerte pude sonreír y saber que los estados gripales o las vías respiratorias congestionadas tienen fin, y tengo una casa, una hija feliz, medicación y una cama calentita...¡en tanto tanta gente sigue muriendo allí afuera! En ese afuera que debería ser el adentro de cada congénere, Pues eso es lo que somos CONGÉNERES.
Y mueren porque no les abren las fronteras, porque un terremoto los arrasa, los hermanos chilenos acaban de sufrir uno, porque un tsunami se aproxima o porque una guerra, planeada en oficinas blindadas y vidriadas en las cuales los señores de traje así lo deciden, mata a miles de inocentes...
Voy mejorando, eso sí...la medicina científica es lo que es. Me descongestionan las vías respiratorias, me destruyen el estómago, alimentan a los "grandes" laboratorios.
Volvamos a confiar en la pachamama, busquemos las chamanas y chamanes verdaderos (no los que van detrás de una moneda) que ESTOY SEGURA que aún están entre nosotros pero, por ahora, tienen que pasar desapercibidos.
Es un gran tema el de la maravillosa medicina ancestral....sólo se trata de que empiece por saber escuchar a mi cuerpo y le dedique más atención. Estoy en eso. Volveré sobre el tema.
Y mueren porque no les abren las fronteras, porque un terremoto los arrasa, los hermanos chilenos acaban de sufrir uno, porque un tsunami se aproxima o porque una guerra, planeada en oficinas blindadas y vidriadas en las cuales los señores de traje así lo deciden, mata a miles de inocentes...
Voy mejorando, eso sí...la medicina científica es lo que es. Me descongestionan las vías respiratorias, me destruyen el estómago, alimentan a los "grandes" laboratorios.
Volvamos a confiar en la pachamama, busquemos las chamanas y chamanes verdaderos (no los que van detrás de una moneda) que ESTOY SEGURA que aún están entre nosotros pero, por ahora, tienen que pasar desapercibidos.
Es un gran tema el de la maravillosa medicina ancestral....sólo se trata de que empiece por saber escuchar a mi cuerpo y le dedique más atención. Estoy en eso. Volveré sobre el tema.
Como siempre, gracias por leer mi blog. Espero opiniones, críticas y halagos también ¿Vale? ¡Hasta el viernes próximo! Buena vida.
Frases para pensar:
“En vez de enfermar y seguir luego una dieta natural para curarse, la gente debería vivir en un entorno natural de modo que no apareciese la enfermedad.”
Masanobu Fukuoka
“La calvicie, que parece normal, es una enfermedad en Europa, casi todos son calvos. Y es por las cosas que comen. Mientras, en los pueblos indígenas no hay calvos, porque comemos otras cosas.”
Evo Morales
“Estoy enfermo y cansado de la gente en blanco y negro, de la buena intención de dar aspirina a una sociedad que se está muriendo de una enfermedad cancerosa.”
Ralph Abernathy
“En este final de siglo, la enfermedad de Occidente es la de la abundancia: Tener todo lo material y haber reducido al mínimo lo espiritual"
Enrique Rojas
Hoy zafás:
Mi malestar es tan intenso, que no he podido poner en
funcionamiento mis neuronas, ni siquiera para rescatar de mi antiguo"cofre
literario" alguno de los textos que aún no he publicado. Copio y pego a E.
Galeano, uno de mis favoritos en el mundo de la literatura. Galeano, quien tiene que ver en parte con esta manera mía de ver el mundo, empecé a leerlo apenas salimos de la maldita dictadura,y"Las venas abiertas..." se convirtió en mi libro de cabecera, y me abrió los ojos ante este mundo ficticio, me mostró otra realidad. Galeano, quien siempre expresó sus sentires con tanta coherencia y, cada vez que yo descubría un nuevo texto de su autoría sentía que eso
mismo pensaba yo, pero no podía decirlo así de esa manera, tan
"Galeanesca" tan clara y sencillamente bella, aun a pesar de la veracidad de sus tristes dichos en más de una ocasión
LOS EMIGRANTES, AHORA
Desde siempre, las mariposas y las golondrinas y los flamencos vuelan huyendo del frío, año tras año, y nadan las ballenas en busca de otra mar y los salmones y las truchas en busca de sus ríos. Ellos viajan miles de leguas, por los libres caminos del aire y del agua.No son libres, en cambio, los caminos del éxodo humano.
En inmensas caravanas, marchan los fugitivos de la vida imposible.
Viajan desde el sur hacia el norte y desde el sol naciente hacia el poniente.
Les han robado su lugar en el mundo. Han sido despojados de sus trabajos y sus tierras. Muchos huyen de las guerras, pero muchos más huyen de los salarios exterminados y de los suelos arrasados.
Los náufragos de la globalización peregrinan inventando caminos, queriendo casa, golpeando puertas: las puertas que se abren, mágicamente, al paso del dinero, se cierran en sus narices. Algunos consiguen colarse. Otros son cadáveres que la mar entrega a las orillas prohibidas, o cuerpos sin nombre que yacen bajo tierra en el otro mundo adonde querían llegar.
Sebastião Salgado los ha fotografiado, en cuarenta países, durante varios años. De su largo trabajo, quedan trescientas imágenes. Y las trescientas imágenes de esta inmensa desventura humana caben, todas, en un segundo. Suma solamente un segundo toda la luz que ha entrado en la cámara, a lo largo de tantas fotografías: apenas una guiñada en los ojos del sol, no más que un instantito en la memoria del tiempo.
(Bocas del tiempo -2004)
LA DIGNIDAD Y EL ARTE
Yo escribo para quienes no pueden leerme. Los de abajo, los que esperan desde hace siglos en la cola de la historia, no saben leer o no tienen con qué.
Cuando me viene el desánimo, me hace bien recordar una lección de dignidad del arte que recibí hace años, en un teatro de Asís, en Italia. Habíamos ido con Helena a ver un espectáculo de pantomima, y no había nadie. Ella y yo éramos los únicos espectadores. Cuando se apagó la luz, se nos sumaron el acomodador y la boletera.
Y, sin embargo, los actores, más numerosos que el público, trabajaron aquella noche como si estuvieran viviendo la gloria de un estreno a sala repleta. Hicieron su tarea entregándose enteros, con todo, con alma y vida; y fue una maravilla.
Nuestros aplausos retumbaron en la soledad de la sala.
Nosotros aplaudimos hasta despellejarnos las manos
(El libro de los abrazos- 1989)