Una vida

Tampoco me importa el mío

Y por eso, hoy voy a decir que "ya pasó"...¡Tanto que esperé mi parto literario y ya pasó!...Fue un muy muy feliz alumbramiento...

Estoy tan agradecida a la vida, a la Editora Cultural Tierra del Fuego, a todas y todos los que asistieron. A Martín Vázquez y todo el personal del Museo del Fin del Mundo, que estuvieron allí poniéndole toda la onda para que el evento resultara tan cálido como fue. Gracias... gracias... gracias infinitas.

Imagínense, alrededor de, por lo menos, 50 personas (40 sillas ocupadas, el resto de la gente parada) En la primera fila, como ya dije, mi mamá y mi hermana postiza, y toda la "comitiva" que vino de Comodoro Rivadavia. Más atrás mis vecinos, mi hija y sus amigos, y todas esas gentes que asistieron eran mis invitados  (a excepción de dos que por allí pasaron y fueron a curiosear nomás) Era como estar en el living de casa. Fluyó por lo tanto una energía positiva , la risa fácil y el buen humor. Salió como lo pensé...¡Ningún devaneo literario, ni intelectual! Las cosas como son, al pan pan y al vino vino, así como creo que soy yo. Silvia (una de mis doctoras) mi dijo: "Salió así, como sos vos" y me quedó gustando eso.

Y la energía de los que no pudieron estar, por distancia física, que me inundaron de mails, mensajes al celu, llamadas telefónicas y mucho amor recorriendo el país para llegar a Ushuaia, intacto y sentido.

Comparto ahora algunas fotos del evento, y -casi con certeza-  el jueves próximo colgaré aquí un videito y más relato de la presentación. Como se dice por allí, "hay mucha tela para cortar" con este evento tan importante para mi.

Como siempre, gracias por leer mi blog. Espero opiniones, críticas y halagos también. ¿Vale? ¡Hasta el jueves próximo! Buena vida.

 LU

La frase para pensar:

Y uno se va de novio con la vida desterrando una muerte solitaria pues sabe que a la vuelta de la esquina hay gente que es así, tan necesaria.

Fragmento del poema "Gente" de Hamlet Lima Quintana

Acá no zafás:

(para eso  me hice “bloggera”, para publicarme...¡así que leé la entrega Nº 96 de la suelta de mis letritas )

Una vida

Era el amanecer. Ella escribía…soñaba…iba a la escuela…volaba.

Eran los años adolescentes. Ella suspiraba enamorada.

Era la hora de la siesta. Ella, que no dormía, leía, trabajaba, crecía hijos,  viajaba.

Era la hora del crepúsculo. Ella, escribía, soñaba y volaba. Dormía sola, suspiraba enamorada, leía, crecía nietos, viajaba.

Los hijos, crecían hijos.

Los nietos, adolescentes, suspiraban enamorados

En una cena familiar, conoció al tío (que estaba solo) de una de sus nueras.

Era la noche. Ella ya no suspiraba. Al fin, dormía acompañada…soñaba.

Soñaba que volaba, que suspiraba enamorada, que leía y que viajaba.

En tanto su compañero, acurrucado a su lado, a media voz, le decía que la amaba. Y las canas de ambos se entrelazaban en una larga cinta de historias pasadas. Y en ese presente luminoso, el tic tac de las agujas los dejaba ser y,  sin prisa pero sin pausa, avanzaba.

Era una buena mujer, dijeron.

Tuvo una buena vida, acotó alguien.

Ella invisible y etérea, desde algún lugar cantaba.