Tampoco me importa el mío
Y por eso hoy voy a contar que mi mas nueva amiga, Vitoria de Maceió, se dejó contagiar por mi entusiasmo bloggero, y a poco tiempo de mi visita a su casa, se lanzó a la aventura. Escribe en portugués por supuesto, y a veces en francés por darse un gustito nomás, pero las personas del mundo hispanohablante de todas maneras, entendemos perfectamente el idioma de nuestros hermanos brasileros. ¿O no? ¡Seguramente todos y todas alguna vez nos encontramos hablando "portuñol"! Por lo tanto, si les interesa, pueden darse una vueltita por:
Escribe textos breves, pero muy asiduamente. En ellos habla básicamente de los intrincados sentimientos humanos también cuenta sus aventuras y sus lides con el amor...Lo hace con mucha maestría, se los aseguro. En fin, que mi amiga es una "autofilósofa de la vida". En su último post escribió una vez más sobre el amor, entre otros decires, apunta que:“E o amor,para mim, é outro grande mistério. Mas a ele não renuncio.” Frase a la que adhiero 100%.
Tantas veces me he encontrado pensando en lo misterioso de este sentimiento que un día aparece y se instala en nuestra mente, en nuestro corazón, en nuestra piel, en nuestro sexo….y así también y sin pedir permiso, -tal como llegó- un día se retira, se esfuma, se evapora…Y confieso que en más de una ocasión me ha estallado el cerebro tratando de dilucidar adónde va, dónde queda tanto amor, donde se instala tanta energía puesta en ese sentimiento.
¿Se recicla el amor, se transforma? Me parece importante aclarar, que estamos hablando de amor de pareja, de ese amor que transitado con el otro/otra en ese compartir los latidos es magnífico. ¿y qué pasa cuándo eso no pasa? es decir...¿Qué pasa cuando el amor no se da en una correspondencia biunívoca? ¿Porqué se siente lo que se siente por esa persona a la que no le interesamos, al menos en el terreno del amor sexual, del amor de pareja? Creo que es cierto que es un tema que no tiene respuestas desde lo teórico, desde la lógica, ni aún con especialistas en la materia. Creo también que cada quien transita como puede, como sabe o como lo dejan por este intrincado camino amoroso.Y me parece que a los hombres -como género digo- ni siquiera se les ocurre pensar en estas cuestiones y mucho menos leer sobre ellas. Tal vez, a las mujeres de determinada franja etaria, tampoco, lo cual no les impide leer temas que versan sobre el amor. Pero, lo que sí es cierto es que habemos algunas que, no importan los años que tengamos, seguimos creyendo en el amor a pie juntillas. Creemos en ese sentimiento que nos permite ser con el otro/otra sin dejar de ser nos mismos/mismas. Y seguimos apostando a que en algún momento llegará a nuestras vidas para no esfumarse más. Entre esas mujeres, nos encontramos mi amiga Vitoria y quien suscribe.
Como siempre, gracias por leer mi blog. Espero opiniones, críticas y halagos también ¿Vale? ¡Hasta el jueves próximo! Buena vida.
La frase para pensar:
Vestime de amor que estoy desnuda.
Gioconda Belli
Acá no zafás:
(para eso me hice “bloggera”, para publicarme...¡así que leé la entrega Nº 116 de la suelta de mis letritas )
La Galleguita- Según mi sobrino...
La Galleguita- Según mi sobrino...
Esa noche, mientras
mi prima preparaba la cena, comenté como al descuido lo extraño que me parecía
el nombre del supermercado. Esperaba que ninguno de los presentes notara la
intriga que ese hecho me había generado. No quería parecer una jubilada con
aspiraciones de detective. Imaginaba que a ellos, que vivían en Rosario desde
hace una punta de años, lo que para mi era un misterio y me tenía en suspenso
desde hacía un par de días, ni siquiera les despertaba la mínima curiosidad.
De hecho, mi prima
dijo
– La verdad, es que me
parece un nombre más. Bien sencillo. Tal vez los chinos estuvieron antes en España,
tal vez fue lo primero que se les ocurrió, y como ni siquiera pueden hilar tres
frases en español, así lo dejaron. Y mientras hablaba, seguía preparando las
ensaladas, y controlando las milanesas que había puesto en el horno.
Y yo…desesperaba.
Buscaba cómplices para mi investigación y no los hallaba. Todo parecía estar en
su justo lugar, todo parecía simple. Elvira no me dejaba margen para que siga
dudando. Pero mi cerebro estallaba
revolucionado.
No podía ser así de
simple, no me parecía una ecuación sencilla ni algo tan matemático como decir
dos mas dos es cuatro.
Entonces apareció
Eze, justo para lavarse las manos y sentarse a comer. (Eze es el hijo de
Elvira, tiene más de 30 años y es un encanto de persona, además de ser un joven
inteligente, y con cabeza de “ingeniero”)
Lo cierto es que
hubiera preferido que él no se enterara de mis desvelos, pero, entre copa y
copa de vino, Elvira fue aflojando las tensiones del día y soltando la lengua,
hasta que lo dijo:
-Che, “la Lucía” está
buscando trabajo de investigadora privada. Y para probarse, intenta averiguar
porqué los chinos le pusieron “La Galleguita”, al supermercado.
-Ah no! Dijo Ezequiel, mientras apuraba el último
bocado de una milanesa napolitana que su madre le preparó especialmente para él. ¡No
me digas Lu que no te diste cuenta porqué ese supermercadito se llama La
galleguita!
-No, no me di cuenta.
¿Qué es lo que debería saber y no lo sé aún?
Para ese entonces, él
y Jorgelina, su pareja, con miradas cómplices y sonrisa estallando en sus
jóvenes rostros, dijeron a dúo ¡Porque
es muy chiquito y de barrio para ser La Gallega!
- ¡Viste que era
simple! Saltó mi prima chocando sus palabras con las de Eze. -Está bien que
tampoco pensé en ello, pero es seguro que los chicos tienen razón
-¡Y si ma! Pero no
creo que sea tan simple. Seguramente los
chinos, que no tienen un pelo de tontos, sabiendo que La Gallega es la cadena
más importante de supermercados de Rosario, le pusieron adrede ese nombre al mercadito como una cuestión de marketing.
A esa altura de los acontecimientos, y descubierta que fue mi intriga, relaté lo que veía cada mañana cuando
pasaba por la puerta de La galleguita. Pero claramente, esa noche, nadie pensaba
tomar en serio mis elucubraciones y, por el contrario, fui la diversión a la
hora de los postres.
También me reí mucho con las ocurrencias de Eze y Jor, que pasaron desde el recuerdo de la película de Sebastián Borensztein “Un cuento Chino”, hasta el chiste más pavo de: - ¿cómo se dice náufrago en chino? -¡Chin chu lancha!
También me reí mucho con las ocurrencias de Eze y Jor, que pasaron desde el recuerdo de la película de Sebastián Borensztein “Un cuento Chino”, hasta el chiste más pavo de: - ¿cómo se dice náufrago en chino? -¡Chin chu lancha!
Y todos desmayados de
la risa casi. No se si por el vino que habíamos tomado, o porque realmente los
chistes eran buenos, o porque sí nomás. Por lo que haya sido, fue una feliz y
divertida noche.
Sin embargo…
Ay. qué tema Lucía! Me recuerda a las rimas de Becquer «Los suspiros son aire y van al aire, las lágrimas son agua y van al mar. Dime, mujer, cuando el amor se muere ¿sabes tú dónde va?» Quién sabe adónde va, pero el asunto es que de pronto no está más. Y nosotras, las que creemos en él, las que nos importa, nos quedamos sin nada, con las manos y el corazón vacíos. Aun así seguimos apostando al AMOR, así con mayúsculas.
ResponderBorrarEl misterio de La galleguita ha sido develado, pero... ¿quién es el misterioso joven que llora hablando por el celular? Espero ansiosa el próximo capítulo. Besos, Evy
LU, ME ENGANCHO, EL TEMA DE LA INTRO.
ResponderBorrarYO SOY DE TU ESPECIE ...........ESPERO QUE ALGUN DIA, LLEGUE ESE AMOR, Y NO PARTA, JAMAS !!!!
EM CUENTO, ME VA ATRAPANDO, DE A POCO.
VEREMOS EL DESENLACE.
GRACIAS, POR ESTAR.
BESO.
LA UBALDON