Tampoco me importa el mío
Por eso hoy voy a realizar una mixtura de temas. No sé que sucedió esta semana...fueron 7 días como siempre entre la publicación anterior y ésta, pero...¡tal parece, para mi, pasó más rápido! O tal vez mis neuronas se estén secando...¡y entonces las ideas tardan más en aparecer! ¿O será que la artrosis se adueña también de ellas? Queridos lectores y lectoras, va con onda, así que no se depriman.
El otoño apareció por aquí con donaires de invierno...Y no paisajísticamente hablando, sino en relación al clima. Nevó anticipadamente, hizo mucho frió y no cesa la lluvia. ¡Vaya gracia! La parte buena, en todo caso, es que esta situación me llevó a armar velozmente mi cronograma de viajes. Pronto entonces, comenzaré a "usufructuar de mis vacaciones bloggeras".Para quienes leyeron el post del 14/03, les digo que el relato que hoy publico, es la segunda parte de esa historia. ¿Será la última? Mmmmm...¡esos dos personajes son de película! Vaya uno a saber. Tal vez los hilos invisibles de los que hablé el viernes pasado, no se corten nunca...Ojalá el texto los y las atrape, ojalá se queden pensando en él y les vuele la imaginación...¡A mi me tiene super atrapada!
Para quienes no lo leyeron, tienen dos opciones: pueden leer primero "Los mails no se ponen amarillos" , o bien lo saltean y leen la publicación de hoy ya que, me parece a mi, puede ser también un texto independiente.
Un dato que tal vez no le importe a nadie, y que ni siquiera es relevante, pues no pertenece al colectivo social sino exclusivamente a mi vida particular, pero que tengo ganas de compartir: estoy estudiando português. Me lo propuse el año pasado cuando estuve en Brasil, es un idioma que desde siempre me gusta y felizmente, llegó el momento de hacer realidad ese proyecto.
De hecho, finalizo ahora esta intro. Debo ir a mi clase. ¡¡En cualquier momento empiezo a publicar en português!! jajajaaja
Como siempre, gracias por leer mi blog. Espero opiniones, críticas y halagos también ¿Vale? ¡Hasta el viernes próximo! Buena vida
Frases para pensar:
José Stalin
Las oportunidades son como los amaneceres: si uno espera demasiado se las pierde.
William Arthur Ward
El futuro pertenece a quienes creen en la belleza de sus sueños
Eleanor Roosevelt
Acá no zafás:
(para eso me hice “bloggera”, para publicarme...¡así que leé la entrega Nº 134 de la suelta de mis letritas )
Pero el amor...amarillea
“Abstenerse de
recuerdos, a veces es una cuestión de supervivencia”
Alberto Levenfeld
Cerró su
valija, suspiró profundamente, y salió decidida hacia la calle, donde la esperaba
un puñado de gentes que la querían bien y por eso, despojados de todo egoísmo,
preferían que partiera de una buena vez hacia Francia.
¡Vaya que la
extrañarían! Pero, claramente esa historia que la llevó a escribir 365 mails,
uno cada día hasta completar un año, estaba haciendo mella en su buena onda,
estaba interfiriendo seriamente en su concentración y, por cierto, nadie podía
creer que tuviera un final feliz.
En el remis que la
llevaba a Ezeiza, no obstante, volvió sobre sus pasos, sobre esos recuerdos que
debería dejar para siempre en Buenos Aires.
Sonrió al ver
claramente la imagen de ese día en que él, de puro nervioso nomás perdió uno de
sus lentes de contacto cuando tomaban un café en la sacristía…o cuando
acudieron a sus recuerdos esas palabras que a veces soltaba él y que a ella le
parecían bobadas: “Yo te quiero, pero”…”Vos siempre estás linda”...”Estás
bonita hoy”… Y soltó una carcajada cuando lo recordó diciendo “¡Que graciosa la
deformada!” Frase que usaba en ocasiones en las que ella le decía algo punzante que a él no le
gustaba oír.
Cuando empezaron a
salir de la cajita de recuerdos los que le hacían más mal que bien, como por
ejemplo ese que empezó a asomar cuando recién estaban pasando Villa Lugano, prefirió
distraerse en el afuera. Abrió la ventanilla y dejó que el aire fresco la
atrapara…pero también allí estaban los sonidos, las imágenes el recuerdo último
que quería borrar y no podía. El de ese día en que él la “clausuró”, diciéndole que no le mandara más mensajes de texto, que por un tiempo tendría su teléfono apagado, que necesitaba concentrarse
en su misión...Fue por ese entonces cuando ella le mandó el primer mail.
Cerró la ventanilla,
suspiró, faltaba poco para llegar, habían pasado Ciudad Evita. Revisó su bolso
de mano, tomó unos sorbos de agua y, como para salir de los recuerdos inició
una conversación banal con el chófer.
Ya en vuelo, decidida
a abstenerse definitivamente de esos recuerdos, empezó a imaginar como sería su
encuentro con ese amigo con el que llevaba una relación virtual desde hacían también
365 días…Causalidades de la vida -se dijo- y recordó cuando se conocieron a
través de una página de citas, los primeros mails, luego las conversaciones por
skype. Se sintió feliz de saber que con George, estaban construyendo una
relación sólida, pasito a paso. Que mientras, por un lado, escribía mails “al vacío” por el otro,
escribía mails en un presente real que la llevaba hacia un futuro de palabras,
de colores, de voces con preguntas y respuestas …A medida que el
vuelo transcurría, aumentaba su ansiedad. ¿Cómo sería ese encuentro? ¿Tendrían
tanta piel como onda cibernética? Era un tipo sereno y muy dulce el francés.
Recordó que él había dicho que el tiempo de ser felices se aproximaba, que podrían
hacer con ese tiempo, lo que ellos quisieran…
Fue tímido a la vez
que tierno el encuentro. En principio, él le ofreció el cuarto de huéspedes.
Ella buscaba trabajo,
preparaba el almuerzo, la cena y mantenía la casa ordenada. A modo de gratitud
por la buena onda y el alojamiento, decía. Ya no recuerda como ni cuando, abandonó
definitivamente el cuarto de huéspedes. ¡Que bien se sentía dormir abrazada! ¡Al
fin no sobraba espacio en ninguna cama! Daba clases de español y era feliz.
El sol brillaba
afuera a pesar de que era invierno, y en el interior de la casa todo era muy
cálido.
Pensó entonces que
debería dar un cierre definitivo a esa
historia de amor que, marchita y amarilla, quedó oculta en el rinconcito de los
olvidos.
¡No necesitaba ni
estaba en sus planes ir a la iglesia! Pero creyó que la forma “políticamente
correcta” de comunicarle a su amigo sacerdote que estaba enamorada y feliz en
Bretagne, era inventando una boda. Y es lo que escribió en el mail
número 366
Lucía, mediodía lluvioso en Ushuaia, desayuno tardío para mí y en pijama, cosa extraña para mis estructuras habituales. No sé si es por la lluvia o por todas las cosas que pasan o las que no pasan, estoy de «capota baja», tirando a tristonia o depre. Leerte es un placer en el silencio de esta casa que cada día me queda más grande. No hay sol, hace muchos días, está de paro como los docentes.
ResponderBorrarEn la intro encuentro que ya estás alistando de nuevo tus alas para volar vaya saber adonde, te envidio, sanamente, aunque dicen que envidiar no es sano no me importa.
El relato es bello, tenés razón puede conectarse con el anterior o no, ambos tienen sentido por separado, yo, que ya leí la primera parte imagino que también podrían estar al revés, este primero y el otro luego, quedarían bien igual, también da para una tercera y, alargandolo un poco para una nouvelle de pocas páginas. Sea como sea es una historia atrapante, besos, Evy
COMENZO LA EPOCA DIFICIL, NO ? TE MANDO LAS MEJORES ONDAS...........
ResponderBorrarME ALEGRO DE TUS CLASES, SIEMPRE SUPERANDOTE !!!!!
EL RELATO, ATRAPANTE, SI, CONTINUACION DEL DEL DIA DE MI CUMPLE.
ESPERO INQUIETA, SABER COMO CONTINUA.
BESOS .
LA UBALDON.