viernes, 10 de julio de 2020

Candelita

Tampoco me importa el mío
Estoy sorprendida y cambio abruptamente la crónica que había pensado compartir en esta ocasión.  
Es que acabo de leer que a partir del 13 de julio, en mi provincia, abrirán los jardines maternales, los quinchos y salones para eventos siempre que no superen las 20 personas.
Entiendo que no podemos vivir encerrados, entiendo que hay que aprender a convivir con el covid-19...
Lo que no entiendo es cual es el tema de establecer un máximo...
Ya se habrán informado, fue tapa de todo medio de información, que un grupo de científicos ha dicho que hay evidencias de que el Covid-19 puede infectar a las personas a través de pequeñas partículas en el aire.
Es decir: "Hasta ahora, tanto este grupo de científicos como la OMS coinciden en que el virus se transmite a través de las micropartículas de saliva que expulsa una persona portadora cuando habla, tose o exhala.
Pero difieren sobre qué pasa con estas micropartículas cuando están en espacios cerrados. Hasta hoy, la OMS había dicho que las partículas pueden recorrer un máximo de dos metros y luego caen al piso. En cambio, estos investigadores dicen tener evidencia de que el virus puede viajar por varios metros en sitios cerrados, en particular los poco ventilados, aumentando el riesgo de contagio." 

Tomado textual de https://www.france24.com/
Entonces, volviendo al punto inicial, me pregunto y les pregunto: ¿En qué radicaría la diferencia que los eventos sean de 20, 50 o más personas? Si, tal lo que parece, en los ambientes cerrados "el bicho vuela por los aires" contagiando a unos y otros sin distinción de credo, raza o poder adquisitivo.
Digo, con un infectado que asista a la fiesta es más que suficiente...¿O no?
Y ya se sabe que hay muchas personas portadoras asintomáticas así que...
Ciertamente con este virus sigue habiendo más incertidumbre que certezas y, ciertamente también, tenemos que aprender a convivir con él...¡hasta que encuentren la vacuna y/o medicación que lo extermine!
En el mientras tanto, me niego rotundamente a llamar "Nueva normalidad" a las situaciones que vivimos en el hoy. 
No es, al menos para mi, nada "normal" andar "embarbijada" y sin  poder abrazarme, besar y ser besada como antes de la pandemia.
En todo caso es una situación temporal, es lo que debemos hacer, es lo que nos toca vivir en este momento, pero eso no significa que sea "normal."
Gracias por pasar. Hasta el viernes próximo, o hasta cada momento en que entremos a "chusmear" ésta, mi casa de letras.

Lu


        Música en tiempos de covid-19                                                                                      
NOTA: el martes 9 de julio de 1816 en la casa de Francisca Bazán de Laguna, en la Ciudad de Tucumán, se proclamó la independencia Argentina. 
Independencia política de la monarquía española y de toda dominación extranjera.
Comparto entonces el himno de mi país y afirmo -una vez más- que me siento orgullosa de ser argentina, de la buena gente de mi tierra, de sus paisajes, de su cultura, de sus artistas...
Quería compartir hoy una versión de "Serenata para la Tierra de uno" pero me emocionó esta versión del Himno Nacional Argentino. ¡Feliz independencia compatriotas míos!... 
Siempre y, particularmente, en estos tiempos de crisis que estamos atravesando.
Y para quienes me visitan y no son ciudadanos ni ciudadanas de mi país, espero que de todas maneras aprecien la calidad de las voces que lo entonan y la belleza de los pocos paisajes que se pueden ver en el vídeo. 
Eso sí, entiendo claramente que no se emocionen como yo. ¡Gracias por escucharlo!
                                                                Acá no zafás:
(por eso me hice “bloggera”, para publicarme...entrega Nº 360 de la suelta de mis letritas)
Candelita
Candela, Candelita en el tiempo que sucedió este cuento que hoy les cuento, era una pequeña entrañablemente soñadora, artista nata. 
Sus dibujos, desde que tomó por primera vez un crayon, demostraron su vena artística, su condición innata para crear y su potencial creativo.
Siempre fue muy observadora, era de escuchar más que de hablar, siempre me pareció que era una niña tímida. Suponía yo que esa característica se debía a su enorme vida interior, esa que la dejaba ensimismada ante una obra pictórica, una narración o cualquier manifestación de arte que tuviera a su alcance.
Era, eso sí, una niña curiosa por naturaleza, siempre quería saber más de cada aprendizaje, de cada concepto, de cada descubrimiento. 
Cande volcaba al papel, en imágenes, todo lo que veía y sorprendía.
Conservo aun muchas de sus obras, esas que supo regalarme entre sus 4 y sus 10 años poco más o menos.
Por aquellos tiempos, su mamá y yo éramos amigas entrañables a pesar de nuestras diferentes edades, siendo yo 10 años mayor que ella.
Y si hago esta salvedad es porque en una de las tantas visitas compartidas, mientras charlábamos, Candelita que tendría unos 7 u 8 años dibujaba y parecía ajena a nuestra conversa tan animada.
Recuerdo que le contaba a mi amiga que pronto llegaría mi familia de Corrientes a visitarme y a conocer Ushuaia. 
Vendrían unas primas y unas tías, dije. 
Entonces 
Candelita levantó la vista de su trabajo, dejó los lápices, se rascó la frente y, mirándome a los ojos fijamente, dijo:
-Tus tías?
-Si Cande, mis tías.
-Ayy que viejas que han de ser!
dijo y volvió a su dibujo sin preocuparse de nuestras risas y al certero golpe que le dio a mi orgullo al darme cuenta que, evidentemente,  para ella era yo una señora bastante mayor o, sin eufemismo alguno, una "vieja". 

6 comentarios:

  1. Hola Lucía, feliz fin de semana largo.
    Bueno, que ha sido un día realmente particular el de ayer. Ciertamente lamentable lo que ha sucedido en la capital del país por la violencia que se desató, pero también en otras ciudades la gente salió a la calle a protestar por esto o aquello, en un momento tan difícil para todos con total desparpajo y sin la protección necesaria, algunos, demostrando así la poca empatía con su prójimo.
    Yendo al tema de tu intro, opino que como aún no se sabe nada a ciencia cierta y las opiniones son tan dispares, habría que esperar a que aclare un poco más el panorama. Yo, si los tuviera, no mandaría a mis hijos a la escuela.En estos momentos con respecto a la pandemia está todo por verse, no hay seguridades científicas que avalen ningún tipo de protocolo más que aislarse y cuidar de uno mismo, aparte de las medidas para esa gente que trabaja en servicios esenciales.
    Tu cuento es muy simpático y claro, que para un chico de esa edad, las personas de veintipico son mayores, por lo tanto los de un poco más edad, son viejos y los ancianos bueno, entes de sarcófago.
    Me gustó la versión del himno, pero ayer tuve oportunidad de escuchar una versión en tiempo de cuarteto cantada por la Mona Giménez, otras dos tocadas por unos anónimos en un grupo de botellas con distinta cantidad de líquido, con muy buen sonido.
    Por lo visto, no podemos salir del tema, en fin ya vendrán tiempos mejores, besos, Evy

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  2. Amiga estas crisis traen su marraqueta bajo el brazo. Abrazos!

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  3. Hola Evy
    Coincido, lamentables hechos que solo demuestran la intolerancia de algunos pocos sectores de la oposición. De gentes no pensantes que se dejan manipular por perdedores que aun sienten el sabor amargo de la derrota.

    Ya veremos amiga para donde nos lleva esta pandemia...¡ya te habrás enterado del buque con toda su tripulación infectada a pesar de los 35 días de altamar!

    Ya vendrán tiempos mejores!!!
    Abrazo al fin con algo de nieve

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  4. Ayyy Carmencha linda!
    ¿Te parece? Mmmmm no estoy segura de ello...convengamos que esta pandemia no es un "bebé de pecho"...
    Abrazo

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  5. Aunque ya ha pasado la fecha, os quiero dejar mi felicitación por ese Día de la Independencia; y por si no lo hubiera hecho el Gobierno español, lo voy a hacer yo, el pediros disculpas por el mucho daño que pudieron haceros nuestros antepasados, a los vuestros, con ese ansia de conquista y de adoctrinamiento, que tanta sangre derramó.
    Y volviendo a nuestro amiguito el bichito, es evidente que cuanto más se sabe de él, más desconcertado estamos, ya que con esto de que las partículas se quedan en el aire, otra nueva duda nos surge, en como debemos de actuar, por eso mismo las mascarillas siempre puestas y cuanto menos personas juntas, mejor que mejor.
    Voy a intentar ser breve, pero hoy nos hemos levantado en este pequeño pueblo donde me vine a vivir hace ya una década, con la noticia de que el virus ya lo tenemos aquí, y todo, por una fiesta de más de 40 personas, que ha organizado un vecino, que era de los que criticaba y se reía del gobierno por el confinamiento, que ha viajado al extranjero y nos ha traído el regalito, que ya ha pasado a otros convecinos que estuvieron en la fiesta, así que imagínate como están en estos momentos los servicios médicos del pueblo con gente haciéndose las pruebas, y el revuelo que ha liado este listo de turno e irresponsable, que siempre se ha saltado a la torera las medidas de precaución.
    Muy hermoso el relato de esa soñadora y artista nata, Candela, Candelita.
    Un fuerte abrazo, y paciencia Lucía, no nos queda otro remedio.

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  6. Manu, que noble tu comentario.
    Pero, amigo mío, no podemos hacernos cargo de los errores -ni de los aciertos- de nuestros ancestros.
    Ni de los de nuestros contemporáneos...
    Ya vez que la ambición, la no aceptación de la diversidad, la falta de empatía sigue siendo una realidad en diferentes partes del mundo, aun a pesar de los más de cinco siglos que pasaron de la "conquista" de América.

    Y en este tiempo revuelto, hay tanto inhumano dando vuelta que les importa nada cuidar su propia salud- que allá ellos- pero el problema es que no son capaces de cuidar la de la humanidad en su conjunto.
    Y una cosa tiene que ver con la otra...pues muchos no lo hacen por no comulgar con las ideas de quien gobierna tal o cual Nación.
    ¡En mi país pasa también Manuel!
    Como bien lo dices "paciencia, no nos queda otro remedio"
    ¡Y a cuidarnos mucho! Confío en que más temprano que tarde aparecerá la vacuna ansiada por el mundo entero.

    Fuerte abrazo

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