Tampoco me importa el mío
Confieso que ante mi cero inspiración, en estos tiempos, pensé que estaría bueno conversar con quienes pasan por aquí a visitarme sobre alguna noticia insólita y divertida.
Es que por estos días estoy hasta el moño de coronavirus y no puedo abstraer mi pensamiento de los efectos colaterales que quedarán a partir de esta pandemia.
Uno de los que más me inquieta es que la desigualdad entre niños, niñas y adolescentes, particularmente, es cada vez mayor al no asistir a las escuelas.
La desigualdad de oportunidades ahora será muchísimo más grande y será cada vez más difícil de sortear esa barrera.
Pero...
vuelvo al tema que encontré para compartir que, a mi, ¡me parece muy gracioso!
Leí que que en un zoo de Inglaterra, tuvieron que aislar a 5 loros africanos que recientemente fueron donados por distintos dueños.
Resulta que estos loros al juntarse, tal parece, se potenciaron unos a otros y empezaron a insultar y decir una serie de groserías las que, seguramente, divertían al público adulto pero, las autoridades del zoo consideraron que las obscenidades que estos parlanchines decían no era adecuadas para ser oídas por los niños y niñas.
De: https://www.diariodeloeste.com.ar/ extraje el siguiente párrafo.
“Me llaman gordo cada vez que paso”. Este lamento es de Steve Nichols, el director ejecutivo del Lincolnshire Wildlife Park, una de las “víctimas” de cinco impertinentes loros recién llegados a este parque de vida silvestre situado el este de Inglaterra. Y es que los loros han resultado ser unos maleducados que no dudan en maldecir e insultar a los visitantes. Tanto es así, que el centro ha decidido apartarlos de la vida pública.
Eric, Jade, Elsie, Tyson y Billy son los nombres de estos loros grises africanos
La noticia se puede ver en varios portales de diferentes países así que pueden buscarla si es que les interesa tener más datos sobre esta especie y los sucesos acontecidos en ese zoo.
Como una cosa trae la otra pensé que seguramente estos pobres loritos deben estar como lo estoy yo ¡harta de esta pandemia! y por eso tanta puteada a diestra y siniestra. Y ya no pude parar con mi asociación de ideas porque, buscando, encontré este vídeo en youtube que no tiene que ver con estos 5 plumíferos impertinentes, pero sí se pueden ver otros de sus congéneres insultando y tras ello un mensaje desgarradoramente realista de UNICEF
Durísimo! ¿Cierto? Y asociando y sin buscarlo vuelvo al principio de este editorial en que digo que no puedo abstraerme de los efectos colaterales que nos va dejando, y quedarán por mucho tiempo, esta pandemia. Aumentaron los feminicidios y la violencia familiar.
-¡Luuuuuu! Te prometiste poner una nota de humor y por eso decidiste contar lo de los loros.
-Sip...cierto.
Entonces
para no seguir girando en círculos voy a finalizar con un trabalenguas y dos chistes de loros esperando que pueda sacarles con ellos aunque sea una media sonrisa.
A practicar entonces!!!
La cara del loro se aclara con cloro claro con cloro se aclara la cara del loro.
¿Lo pudieron decir de corrido? ¡Bieennnnnn! Van dos chistes:
Va un loro con su dueño por la calle y de repente pasa un señor y pregunta:"Disculpe, ¿el animal habla?"
A lo que el loro responde:
"No, señor."
Un ladrón entra a una casa a robar,
De pronto escucha una voz que dice
- Jesús te está mirando.
Se asusta, voltea y ve que es un Loro quien dijo eso.
Sonriente le pregunta:
- Lorito ¿Cómo te llamas?
- Moisés.
- ¿Moisés?
-¿Quién fue el idiota que te puso ese nombre?
Y el Loro contesta:
- El mismo que le puso Jesús…
¡Al doberman que está detrás tuyo!
Gracias por pasar. Hasta el viernes próximo, o hasta cada momento en que entremos a "chusmear" ésta, mi casa de letras.
Música en tiempos de covid-19
NOTA: Nada para decir...me encantó y me sentí bien al reafirmar que hay tantas buenas acciones y tanto amor no mostrado en los medios de ¿información?
Me emociono una y otra vez al escucharlos.
Acá no zafás:
(por eso me hice “bloggera”, para publicarme...entrega Nº 372 de la suelta de mis letritas)
Revelación
No podía dormir y eso me enojaba lo suficiente como para que mi mal humor aumentara directamente proporcional a la temperatura veraniega y santafesina.
La piel transpirada, olores acordes a tal circunstancia...y esa sed desesperada que no pude calmar ni siquiera con aquella sangría helada.
Dormías, tan chiquita y tranquila, relajada, transpirada...
Una ducha, pensé. Sería un bálsamo.
Agua fresca sobre mis poros abiertos, y ese pulso acelerado que no se aquietaba.
Apenas un batón floreado sobre mi piel húmeda.
Dormías, tan chiquita y tranquila, relajada, transpirada...
Una ducha, pensé. Sería un bálsamo.
Agua fresca sobre mis poros abiertos, y ese pulso acelerado que no se aquietaba.
Apenas un batón floreado sobre mi piel húmeda.
Abrí desesperada la puerta que daba hacia el fondo, y sin pensarlo, me tiré bajo la frondosa higuera, sobre el pasto, recibiendo otra ducha fresca. Esta vez del regador que giraba sin cesar.
Respiraba con dificultad, me sentía habitada por bandadas deseosas de volar, y ese zumbido de abejas enajenadas que no cesaba …
Una granada estallando, tiñó de rojo el césped y la explosión frutal contrastó, en el silencio de la siesta, con aquel sonido extraño.
Después...no recuerdo.
Respiraba con dificultad, me sentía habitada por bandadas deseosas de volar, y ese zumbido de abejas enajenadas que no cesaba …
Una granada estallando, tiñó de rojo el césped y la explosión frutal contrastó, en el silencio de la siesta, con aquel sonido extraño.
Después...no recuerdo.
Sólo mezcla de imágenes y sonidos...ambulancias, policías, yo trepada al muro de las madreselvas viendo como en una pantalla gigante la escena de muerte de mi vecino.
A prima facie suicidio....escuché o creí escuchar...
la nota es para el juez...dijo alguien...y otra voz gritó:
_"Señora, Ud., la que está colgada de la medianera...busque su documento, saldrá de testigo."
Aturdida, aún pude escuchar lo único que recuerdo nítidamente: "la nota no dice Sr. Juez”. Dice “Para Victoria, mi amor...."
Tu padre, seguía roncando, como siempre, y vos, tan chiquita soñabas en tu cuna absolutamente ajena y despatarrada
Ahora ya lo sabés.
Aturdida, aún pude escuchar lo único que recuerdo nítidamente: "la nota no dice Sr. Juez”. Dice “Para Victoria, mi amor...."
Tu padre, seguía roncando, como siempre, y vos, tan chiquita soñabas en tu cuna absolutamente ajena y despatarrada
Ahora ya lo sabés.
Te mando un abrazo
Mamá Victoria
Felicidades, Lu, y gracias, por tan bonita entrada. Lo has bordado.
ResponderBorrarY con esos divertidos chistes, le has puesto la guinda al pastel.
Te dejo ya, que voy a recoger a una de mis hijas que viene de fuera.
Adiós.
Bueno, bueno Lucía, esto sí que es una ensalada literaria. Mezcla de protestas con noticias divertidas, y nuevamente el tema actual que no nombro. El trabalenguas, la Canción con Todos y por último este cuento totalmente distinto a lo que venías tratando. Es evidente que tu cabecita está un poco descontrolada en cuanto a las ideas. Pero... ¿Cuál es la cabeza que está bien centrada por estos días? Pregunta sin respuesta.
ResponderBorrarTodo lo que escribiste y publicaste en esta fecha me encantó. Voy a terminar mi comentario con un cuento de loros que por ahí conoces o no.
Resulta que una señora muy aseñorada tenía en su casa un loro que le regaló una amiga que se fue a otro país. Este loro era bastante zafado y dos por tres se zarpaba con alguna gruesa grosería, a lo que esta señora se espantaba. Siendo ella asidua feligresa de su parroquia, solía recibir la visita del cura a cargo de ella. Una de esas tardes, entre té, masitas, y algún licorcito casero, el cura fue testigo de las palabrotas del pajarraco malhablado. La señora desesperada se puso muy mal a lo que el sacerdote la animó diciendo:
- No se preocupe usted, déjelo por mi cuenta, me voy a llevar a su lorito a la parroquia donde tengo dos cotorras muy piadosas que lo van a poner en vereda.
Y así fue. Llegó a la parroquia con el ave verde en su jaula y allí estaban las dos cotorritas rezando el rosario. Cabe aclarar que el loro tenía su pinta, con sus plumas bien esponjadas y sus ojos pícaros.
Al verlo, una de las cotorras le dio un aletazo a su compañera diciendo en voz baja.
- Dejá de rezar Clotilde, ya se hizo el milagro.
Y colorín colorado este cuento de loros ha terminado. Espero que te haya hecho reír aunque sea un poquito. Buen fin de semana, besos, Evy
Manuel, me alegra saber que te gustó esta entrada.
ResponderBorrar¡Qué disfrutes de la compañía de tu hija!
Buen fin de semana amigo.
Evy!!
ResponderBorrarSí, es cierto que voy y vengo. Es que no quería tocar temas "tristes" o "jodidos" pero una cosa me llevó a la otra.
Gracias por el chiste. No me hizo reír un poquito...¡Morí de risa! me pareció estupendo! jajajaaj Muyy buenoooo!
Beso y que tengas un lindo finde
Holalú! :)
ResponderBorrarCon relación al pago "Ushuaia" del que te hablaba en tu anterior entrada, te diré que nunca he llegado a coincidir en el portón con los dueños. Son (o eran) una pareja relativamente joven, aunque últimamente sólo lo veo a él. Lo veo en la casa, situada al fondo de la parcela, trajinando con sus borricos, aves y ovejas, pero mi impresión es que acude con poca regularidad. A ver si algún día coincidimos en la puerta y le hago "los preguntaos".
Me gusta tu "falta de inspiración" :) Cuando yo era adolescente (siglo XVIII o por ahí) mi padre nos trajo del Congo un loro gris, con cola roja, que dicen que son los mejores "habladores" del mundo "loril". Yo le ponía una capucha y le enseñaba a decir cantidad de cosas, que aprendía como el mejor alumno. Recuerdo que lo alimentábamos casi exclusivamente de cacahuetes (manises?) y yo le enseñé a gritar enojado ¡otra vez cacahuetes! cada vez que alguien se acercaba a darle de comer. Aparte, aprendió por sí mismo a imitar el ruido de una puerta chirriando, el de de una botella de agua al vaciarse para llenar un vaso de agua (lo repetía cada vez que alguien abría la nevera), etc... Era muy salao y espero que en el cielo de los loros alguien haya dejado de darle manises y le ofrezca higos, dátiles, etc.
Me encantó tu relato, lleno de ternura y sensibilidad y con un final que sorprende.
Beso transoceánico.
Pero que bien "mi corresponsal en Madrid! Gracias amigo.
ResponderBorrarMe gustó mucho tu anécdota del loro gris con cola roja.
Abrazo va para vos Diego. ¡Sigue cuidándote!
ResponderBorrarMi amiga Lu, me a encantado tu
entrada sinceramente te lo digo.
Besitos dulces
Siby
Siby!
ResponderBorrarGracias por pasar. Que bueno que te gustó esta entrada.
Beso 😷
Querida Lu, pues para estar falta de inspiración te ha salido un post redondo, tragicómico, como es la vida la mayoría de las veces...
ResponderBorrarMe he reído con las historias de los loros, y los chistes, Lu, y me he estremecido con la campaña de Unicef.
Como siempre he disfrutado de esas voces maravillosas que se unen para alegrarnos el tedio y el agotamiento mental y ponen ritmo a esta maldita Pandemía.
Y tu relato, Lu, ¡me ha encantado!, es genial de principio a fin, me ha poblado la cabeza de imágenes, es muy visual, con una poética entre irónica, plácida y surrealista. Requetebueno.
Un abrazo, Lu, desde este otoño madrileño tan extraño, hoy con cielos plomizos.
Los relatos, los chistes, la música. Todos magníficos.
ResponderBorrarTres buenas agarres para resistir estos días oscuros.
Y para el caso de que el primer relato tenga algo de verídico, te envío esta crónica vivida por mí en Barcelona en los tristes años de plomo:
https://amf2010blog.blogspot.com/2012/08/hipercor-y-el-monumento-de-sol-lewitt.html
Para no tener inspiración nos dejas una entrada de lo más variada.
ResponderBorrarHay de todo amiga y para entretenerse un ratito. Lo de los loros es tremendo, los dueños bien podían enseñarles otras frasecitas. Te ejo este.
El Loro de un peluquero fastidiaba a una mujer que pasaba por la calle diciéndole:
Buenos días prosti!!!!
Y otro dia Buenas tardes prosti.
Hasta que un día la mujer le dice al dueño diciéndole que castigue al Loro pintándolo de negro...
Al día siguiente estaba el loro pintado de negro, y al pasar la mujer el loro se quedo en silencio....
La mujer con aires d victoria le dice: porque tan calladito lorito hijo p*t*?? Y el loro con aires d grandeza responde: -Cuando estoy de smocking no hablo con p*t*s.
Buen relato para dar rienda suelta a la imaginación. Gracias Lu
Por aquí nos impusieron el toque de queda amiga. Esperemos que no nos vuelvan a encerrar como meses atrás, al menos que podamos seguir caminado.
Buen jueves y Cuídate.
Un abrazo.
Tesa, vengo de terminar mi entrada de mañana.
ResponderBorrarTambién me parecieron graciosos los chistes y, como a vos, estremecedora la campaña de UNICEF.
Qué bueno que te haya gustado mi relato! También lo tomé de mi archivo porque no estoy pudiendo crear ningún relato y/o poema.
Las imágenes visuales se corresponden todas al jardín que teníamos en una casa en la que viví entre mis 3 y mis 6 años. Lo recuerdo perfectamente. Era muy bello y el árbol de granadas más la higuera le daban un toque maravilloso.
Un fuerte abrazo amiga querida
Ana María
ResponderBorrarMi relato tiene un 50 y 50 en cuanto a realidad y ficción.
Pasé a leer tu crónica...¡Estremecedora realmente! ¡Qué experiencia fuerte la tuya amiga!
Un beso 😷
Hola Lau
ResponderBorrarGracias por aportar ese chiste. Es muy gracioso.
Lo vi cuando estaba buscando algunos para publicar y me pareció genial pero lo descarté porque quería que sean más breves. Pero, créeme, que fue uno de los que más risa me dio.
Ojalá no tengan que quedarse de nuevo adentro...pero eso va a depender -siempre- del comportamiento de la sociedad en su conjunto.
Abrazo va desde una Ushuaia con clima cambiante...hace por lo menos 4 días que -otra vez- no estoy saliendo de caminata. Es que llueve, o hay mucho viento...