Tampoco me importa el mío
Hola hola. Tal lo dicho en mi P/D de la entrada anterior, el jueves 26 "arrancó " la nevada.
Nevó toda la noche y continuó el viernes. No volvió a nevar desde entonces pero en los jardines, plazas y en algunas veredas aún puede verse. Y, obvio, en los picos de las montañas.
En todo caso ¡pude tomar algunas fotos! No tantas como hubiera querido, pero algo podrán ver.
Estas primeras son del día viernes. Solo logré salir al jardín del fondo y del frente de mi casa, tal la nieve acumulada.(Recuerden que si hacen clic sobre las fotos pueden verlas en mayor tamaño)
No podían faltar algunas de "Laguna del diablo" Ya saben, está en la esquina de mi casa. Así que allí fui el sábado al mediodía.
Y las siguientes, también del día sábado, cuando fui a hacer las compras al supermercado luego del mediodía. Dejé el auto en su estacionamiento, caminé solo unos 200 metros y logré, en un par de clics, las que aquí comparto.
De todos modos, ya no quedaba la misma cantidad de nieve que el día anterior. En todo caso, espero les gusten y, a quienes están "pasaos de calor", les llegue la sensación de "fresco" al verlas.😊
Gracias por pasar.
Hasta el viernes que viene o hasta cuando gusten volver.
Esa Musiquita en el recuerdo
Acá no zafás:
(por eso me hice “bloguera”, para publicarme...entrega Nº600 de la suelta de mis letritas)
NOTA: Este relato es de 2019, año en que me ocurrieron los sucesos que en él cuento.
Encuentro con desencuentro
Feliz.
Así me sentía en ese mediodía de domingo cuando mi vuelo acababa de aterrizar en la ciudad de Rosario.
Pasaría a buscarme mi amigo, primo, compañero de tantos momentos felices allá en nuestra ya lejana adolescencia.
Hacía años que no nos veíamos. ¿Cuatro? ¿Cinco? No podía recordarlo con exactitud y entonces lo vi llegar.
Ahí estaba, circulando lentamente hacia donde yo esperaba, con su camioneta gris, la ventanilla baja, el codo por fuera de la misma…
Pasan los años pero no las costumbres pensé, recordando esa manera suya de manejar cuando tenía un Citroën amarillo y promediaban los años 70.
La escena de ensoñación duró apenas unos segundos.
Los suficientes para verlo a un par de metros y gritar, visiblemente emocionada, mientras lo señalaba con mis manos alzadas - “¡acá estás!” "Por fin te voy a poder apretar con mi abrazo " y otra sarta de "bobadas" dichas desde el amor.
Y fue justo entonces cuando el de la camioneta gris, que estaba acompañado por una mujer, aceleró la marcha y desapareció de mi vista.
¿Y qué? …
¿Acaso a ustedes nunca les pasó confundirse de persona?
Mi querida Lu, me has refrescado el día, llevamos toda la semana con temperaturas de ola de calor, y la verdad ver estás imay me alivian jaaaa
ResponderBorrarNunca estamos confirmes pero como se suele decir ey si n la mitad está la virtud.
Y si los despistes y confusiones están a la orden del día.
Un besote grande, feliz fin de semana 😘 😘 😘
Jaja,,, yo siempre me confundia de coche y mi esposo me decia sos un peligro, un día te vas a subir a cualquier auto...
ResponderBorrarLas fotos son hermosas, ver la nieve me encanta, para vos que vivis en un lugar donde es común verla, no debe ser tan emocionante, como lo es para un habitante de B. Aires. "Balada para un loco·", siempre me parece un estreno, es grande Piazzolla.
Que tengas una bonita semana.
mariarosa
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderBorrarMe equivoqué, me despedí dos veces. Jajajaja.
BorrarQuerida Dulce Lu.
ResponderBorrar¡Qué delicia ha sido esta entrada! Cada uno de sus matices me ha envuelto con una calidez inesperada, a pesar del gélido mundo de nieve que nos compartís. Las fotos, aunque decís que fueron pocas, logran captar toda la serenidad mágica de ese paisaje blanco y silencioso. Ver esa “Laguna del Diablo” tan cerca y tan helada me transportó a ese rincón del mundo donde vives y sientes, como siempre, con tanta intensidad.
Me sorprendiste con la inclusión de “Balada para un loco” (tema que, sinceramente, jamás había escuchado— y quedé atrapado por su potencia poética y por esa locura tan sensible de esas voces (¡y tú, claro!) saben evocar.
Pero lo que terminó por arrancarme una carcajada fue tu “encuentro con desencuentro”: ese momento entre el gozo del reencuentro anticipado y el desconcierto cómico de una escena digna de una película de enredos. Ese “¡acá estás!” lanzado al aire con tanto amor, seguido por la misteriosa desaparición de una camioneta (¿era o no era?) fue, además de hilarante, una pequeña obra literaria dentro de tu magnífico relato. No importa si fue confusión o recurso estilístico: funciona como un final redondo, con ese sabor a risa compartida y una pizca de nostalgia.
Gracias por esta entrada tan completa. Siempre es un placer leerte, cuasi verte y, a veces, imaginarte riendo sola mientras tejes estas anécdotas que tanto nos alegran.
Un fuerte abrazo para un muy feliz vienes, dulce Lu.