jueves, 26 de enero de 2012

Domingo en Buenos Aires

Tampoco me importa el mío
Y por eso hoy quiero reflexionar en voz alta sobre los incendios forestales. Particularmente los producidos por la inconsciencia de las gentes. 
Reflexión nada fácil para mi, que amo el bosque y que la muerte de los mismos es como perder parte de la vida...Estoy tan enojada...Es que no cabe en mi razón que haya gente que no sepa comportarse en el bosque que se nos brinda solícito, bello, apacible, con sus aves, sus silencios, su majestuosidad y vayan con la música a todo volumen, hablando a los gritos, dejando sus residuos y lo más grave de todo:con la necia manera de encender fuegos donde y como se les antoje, de no apagarlo a conciencia. De fumar descaradamente en el medio de tanta naturaleza y tirar las colillas así como si estuvieran en el asfalto de las grandes urbes (donde tampoco deberían tirarlas, pero es otro tema)...
No sé si el país está enterado del incendio actual en la zona de Bahía Torito...Espero que todos los habitantes de la Tierra del Fuego al menos, si lo estén.
No tengo palabras...por eso les paso algunos links para que se informen y vean como se destruye el único legado posible para la humanidad toda...el aire puro, la tierra nuestra...



Como siempre,gracias por leer mi blog. Espero opiniones, críticas y halagos también ¿Vale? ¡Hasta el jueves próximo! Buena vida.
  Lu
La frase para pensar:
La muerte no nos roba los seres amados. Al contrario, nos los guarda y nos los inmortaliza en el recuerdo. La vida sí que nos los roba muchas veces y definitivamente.
Acá no zafás
(para eso  me hice “bloggera”, para publicarme...¡así que leé la entrega Nro 50 de la suelta de mis letritas)
Domingo en Buenos Aires
Cúpulas grises, llovizna, siesta con tenue luz de ocaso. Espero, en tan metafórica tristeza, un colectivo para ir a Parque Lezama en la porteñísima  Buenos Aires
Otoño, claro…creo que no lo dije…
Y domingo… tampoco lo dije.
Mezcla sutilmente perfecta para la melancolía, para los suicidas, para los tristemente solitarios…
Al fin el 24,  que me llevará al destino elegido para palear esta soledad…
Maldición…el chofer lleva la radio estridentemente encendida
Y la transmisión ni siquiera es de una música espeluznantemente mediocre…Lo soportaría mejor, creo, que a este maldito partido de futbol que debo oír obligadamente.
Aquí San Telmo, adonde llego a pesar de tanto gris y tristeza dominguera…
Allí los tristes bailarines de tango…mascaritas mas bien, intentando atrapar nostálgicos y turistas, para llenar  la gorra y así poder cenar algo decente…Los veo a través de las sucias ventanillas del viejo colectivo…
El chofer grita el gol…los pasajeros gritan de asombro… sirenas…ambulancias…testigos…voces diciendo que el colectivero pasó cuando se abrió el semáforo…no vio…
Que nostálgica  se siente Buenos Aires los domingos,  a pesar de esta visión panorámica…a pesar de verme acostada, sola, en esa camilla de ese triste hospital porteño…

2 comentarios:

  1. PORTA: COMPARTO CON VOS TUS SENTIRES SOBRE EL BOSQUE. CREO QUE LO QUE ESTA PASANDO Y QUE DE UNO U OTRO MODO , PASO SIEMPRE CON ESE TIPO DE GENTE POCO PESNSANTE Y SINTIENTE , ES TERRIBLE !!!!!!!
    EL RELATO VENIA APASIBLEMENTE PORTEÑO, HASTA QUE LLEGO EL FINAL Y............. GUAUUUUUUUUUUU!!!!!
    SIEMPRE MADRUGADORAMENTE FIEL.
    LA UBALDON.

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  2. Claro amiga que revienta la paciencia que tanto inconciente nos deje sin el aire puro que nos dan esos añosos habitantes de la tierra. Ya pasó en Chile, donde se destruyó un paraíso como Torres del Paine, hace poco, pero hace casi cuarenta años pasó lo del «quemado» que puede verse cada vez que vamos a Río Grande, yo lo conocí vivo a ese bosque, y no pude creer luego lo que quedó. Fue en 1978, y recién ahora, treinta y pico de años después se ven los retoños de menos de un metro que pujan por volverle el verde a esa zona. También me revienta que ningún medio nacional se haya ocupado de lo que nos está pasando. En fin, otra gran tragedia natural que, ojalá con la lluvia de hoy, pueda paliarse un poco.
    El pequeño y melancólico cuentito, una maravilla, como siempre, besos, Evy

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