jueves, 12 de enero de 2012

Destino: El Mundo

Tampoco me importa el mío
Pero a pesar de ello, hoy no tengo demasiadas ideas y mis neuronas están agotadas. Es que tengo un tema pendiente con el Banco Hipotecario, y por más que intento poner mis pensamientos en otro lado, por más que intento dejar esa historia fuera de mi no lo logro. Entonces...¡No tengo espacio para otros pensamientos, ideas ni reflexiones!
Y, supongo que como consecuencia directa, estoy hace una semana con obstrucción aguda en las vías respiratorias altas. ¡Que temita este de la psiquis! Es que sé positivamente que tengo muchas palabras atravesadas que no puedo soltarlas y entonces, casi como de libro, me pasa que me ahogo, no paro de toser, me duele la garganta...
Hoy comparto con ustedes un cuento que escribí a partir del relato de una situación vivida por una amiga muy querida y por cierto muy divertida. Intenté un texto más breve, pero con tanto detalle que me fue contado, no pude hacerlo, así que irá en 2 partes. A falta de intro, espero les guste el relato.
Como siempre,gracias por leer mi blog. Espero opiniones, críticas y halagos también ¿Vale? ¡Hasta el jueves próximo! Buena vida.
    Lu
La frase de hoy
Culpar a los demás es no aceptar la responsabilidad de nuestra vida, es distraerse de ella
                           Facundo Cabral
Acá no zafás
(para eso  me hice “bloggera”, para publicarme...¡así que leé la entrega Nro 48 de la suelta de mis letritas)
Destino: El Mundo (Parte I)
Llegar a Ámsterdam con dos horas de retraso, para encontrarse con un hombre sin voz ni rostro, era toda una locura pensó en ese momento Yani, que siempre fue cabulera y minuciosamente detallista. Por eso los nervios... porque el vuelo se demoró y no llegaría a la hora acordada con su amigo de hospitalityclub.org que la alojaría por unos 3 días. Pensó que algo empezaba a andar mal, que tal vez el inconveniente era una señal, que no debería haber tomado ese vuelo, que si el avión estallaba, o se incendiaba, o se estrellaba o lo que sea, nunca llegaría a Ámsterdam y el amigo tan gentil que la buscaría se quedaría tal vez esperando y nunca sabría lo que le ocurrió…Y transpiraba Yani, a pesar del ambiente templado de la aeronave,  cuando escuchó las indicaciones de la azafata anunciando el próximo aterrizaje en el aeropuerto Schiphol
Salir casi corriendo por la manga, pasar de largo la serpentina porque por supuesto que no despachó sus mínimas mochilas, trámites aduaneros, buscar desesperada la salida hacia la estación de trenes, luego la máquina expendedora de tickets, revisar los horarios y descubrir que en apenas un minuto pasaría el siguiente hacia la Estación Central, fue casi un flash tal la velocidad con que se movió.
Ya en el tren, respiró  profundamente y se dio cuenta que por primera vez en su vida, logró realizar tantas acciones juntas sin error y sin ninguna muestra de su habitual torpeza. Pensó que ese trayecto era de 20 minutos. Intentó entonces comunicarse con Jaap, tal el nombre de su anfitrión. Marcó dígito por dígito, incluido el prefijo del país, en su teléfono móvil, pero no lo consiguió. Siempre contestaba una vos metálica diciendo algo en holandés que por supuesto ella no lograba descifrar. Lo cierto es que algo estaba mal y no supo entonces si su ansiedad la traicionaba o si en aquel país europeo, las comunicaciones eran tan deficientes como en su Argentina.
Imaginaba a Jaap. Es decir, imaginaba una remera roja y una bicicleta, que era lo acordado para que ella pudiera reconocerlo. No lograba con tanta agitación, ponerle un rostro.
 _Dos horas de atraso, y sin noticias. No me va a esperar, se dijo Yani,
Y se le desdibujó la remera, la bicicleta, el andén, las luces…y se imaginó durmiendo sola en una plaza, agradeciendo que por lo menos era verano, y ese era un país del primer mundo.
Ocho trenes pasaron, y Jaap no podía creer que esa turista argentina, tan simpática y cordial a través de los mails, haya desistido de viajar, haya desaparecido así como así sin siquiera una llamada telefónica. ¿Habría perdido su vuelo en Londres? No tuvo la precaución de preguntarle número del mismo, y compañía aérea en la que volaría.
Inmerso en esos pensamientos, siente el inconfundible sonido de un tren acercándose, y piensa que seguramente allí vendrá su huésped. Ve entonces una alocada mujercita asomándose por la ventanilla, haciendo señales con sus brazos cual aspas de molino, murmurando algo que no alcanza a escuchar y luego, la ve tirándose prácticamtente del vagón y cuando al fin la tiene enfrente, se da cuenta de que ella llora, y en un perfecto inglés le dice:_ Creí que no estarías. Soy Yanina claro. El avión se demoró porque un corto circuito...Gracias gracias por estar... perdoname…empezamos mal…yo…
Y Jaap no puede más que reírse ante tantas palabras chocándose, ante los nervios y las lágrimas. La abraza y, también en un perfecto inglés, le dice : _No llores, sabía que vendrías. Todo está bien aquí y ahora.
Vamos a casa…luego me cuentas. Tú tendrás que tomar un colectivo, yo iré con mi bicicleta.
Esperó que subiera al colectivo, y divertido le dijo: No te preocupes, no habrá cortos circuitos ni podrás perderte.Tienes que bajar donde termina el recorrido. Allí estaré esperándote…y por cierto, espero que esta vez llegues a horario.

3 comentarios:

  1. Quiero saber como sigue! jajaja
    besos amiga
    "la Yani"

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  2. Y........ ERA LOGICO, QUE EL PRIMER COMENTARIO , FUERA DE YANI !!!!
    ESPERO LU, QUE SE SOLUCIONEN TUS DOS TEMAS, FUNDAMENTALMENTE EL DE SALUD . CUIDATEEEEE !!!
    EL RELATO VIENE BIEN, ESPERO EL JUEVES, PARA ENCONTRARME CON EL DESENLACE ..........
    BESOSSSSSSS
    LA UBALDON.

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  3. Aunque tenía alguna idea de cómo era el relato, me encantó y esperaré ansiosa el próximo jueves para ver cómo sigue.
    En cuanto a la intro, mejor obviarla. Ese tipo de problemas se solucionan, así es que mejor relajate y ya verás que se arregla. Besos, Evy

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