Tampoco me importa el mío
Y por eso hoy voy a decirles que en vísperas de la llegada del invierno, he decidido tomar una semanita de vacaciones. Sigo a medias tintas. La oscuridad de cada mañana se apodera de mi, y la "ganas de nada" me invade.
Estos días me quedan mejor para leer, que para escribir. Y de todas maneras, creo que está bien. Al menos, avanzo en mis lecturas.
Y en verdad me alegra, que comience el invierno. Ya está. A partir de ahora, los días comenzarán a alargarse de nuevo, minuto a minuto. Y tal como vienen sucediéndose los tiempos, el día menos pensado llegará la primavera... y la luz. El bosque, comenzará a reverdecer.Todo ello pasará inevitablemente, aún a pesar de las nieves circunstanciales que siempre suceden en esta Ushuaia cambiante y bella como sea.
Todavía recuerdo la frase que dijo una de mis maestras cuando apenas yo tenía 11 años:"Bienvenido invierno, porque detrás de ti, vendrá la primavera." No recuerdo el contexto en que habló de esto, pero en verdad considero que no tiene importancia. La fuerza de la frase, sin dudas es lo que rescato. Tanta, que todos los años en esta época la evoco para cobijarme en esas palabras. Creo que las enseñanzas han sido varias. Entre otras , podría decir que no se puede juzgar la vida por una "estación" difícil. Podría decir que atravesándola, luego llegará la luz, el color y el calor. La fruta fresca y los aromas.
Buscando leyendas sobre el invierno, encontré ésta que comparto con ustedes.
"En la mitología
griega, Hades dios del inframundo, rapta a la bella Perséfone para
hacerla su esposa. Zeus le ordena a Hades que la devuelva y se la entregue
a Deméter, diosa de la tierra y su madre. Sin embargo, Hades engaña a Perséfone
y le hace comer semillas de granada, comida del inframundo que la obliga
a quedarse allí para siempre.
Deméter, sin su hija
Perséfone no tiene felicidad por lo tanto no cuida a la tierra. Zeus, viendo
que la tierra quedaba desolada, las plantas se secaban y morían, llega a un acuerdo
para que Perséfone pase seis meses con Deméter y seis meses con Hades. Durante
el tiempo en que su hija está con Hades, Deméter se entristece, provocando el
otoño y el invierno". (Wikipedia)
Para finalizar con estos tópicos invernales, les voy a recomendar una maravillosa música celta. Melodía perfecta si las hay-según mi gusto- para escucharla en estas tardesnoches invernales, leyendo un buen libro, y tomando un Tía María, o coñac, o Bailys o lo que encuentres en tu bar personal. ¡Ha! y por cierto, acariciando a tu gatito...(Si es que no hay a tu lado otro ser viviente para acariciar...)
Acá les dejo entonces el link, obvio youtube.
Por si no lo pueden abrir, es: Más de una hora de música celta con arpa. Subido por sergiocalu
Como siempre, gracias por leer mi blog. Espero opiniones, críticas y halagos también. ¿Vale? ¡Hasta el jueves 4 de julio ! Buena vida.
La frase para pensar:
Una tarde de invierno como tantas, pero hoy viene del fondo del olvido.
Juan Cunha
Acá no zafás:
(para eso me hice “bloggera”, para publicarme...¡así que leé la entrega Nº 103 de la suelta de mis letritas )
Recuerdos estudiantiles
Imagínense, una veintena
de mujercitas veinteañeras. Hormonas estallando, amores frescos y un caluroso noviembre en
Buenos Aires.
Varias mirando por los amplios ventanales que daban al frondoso parque del profesorado.
Varias mirando por los amplios ventanales que daban al frondoso parque del profesorado.
El afuera era mucho más
prometedor que ese interior áulico. Algunas superadas, cuchicheaban sobre cómo escabullirse
de allí sin que la preceptora las descubriera. Otras preferían contar cómo les
había ido en la cama con el nuevo amor. Estaban las que, aferradas al libro de
biología, pretendían concentrarse en el tema del día. Como sea, esa mañana allí
la juventud estallaba.
No parecía el ambiente
apropiado para que entrara a completar la escena el “viejo” libidinoso, que ni
más ni menos era el profesor de biología. Y menos aún para que, decidido a
cumplir su cometido, apenas traspasara el umbral, y antes de saludar siquiera
dijera
–Señoritas, es hora de
comenzar la evaluación.
Pero lo hizo. Entró al
aula y dijo la maldita frase.
Y entonces, las más
osadas respondimos a coro:
-Hoy no profe
-Con este día, ¿no le
gustaría más cruzar la avenida y hacer un picnic con nostras en el bosquecito
de enfrente?
Y yo, estoy segura que
al “viejo” le gustaba la idea, que tendría fantasías varias con alguna de
nosotras. Particularmente con Betina. Ella, a sabiendas, se acercaba al
escritorio donde el “viejo” se atrincheraba, a consultar sobre los cambios
hormonales, sobre la fecundación o cualquier tema sugestivo, arrimándose a él
de modo tal de posar su escote generoso casi encima de la nariz del “pícaro triangulito” (Apodo que se ganó un día
que apareció con saco y corbata, y al mirarlo descubrí que entre su cabeza y
sus hombros, anchos a fuerza del traje que le quedaba un tanto holgado, formaba
un triángulo igual al de las cajitas de quesitos Adler)
Lo cierto es que ese
día, no estábamos dispuestas a una evaluación.
Bueno, sí. Las que no se
permitían un recreo en la vida, sí. Pero éramos mayoría las otras, las que sin ser irresponsables, y
aún sabiendo que estábamos estudiando lo que queríamos y porque realmente lo
queríamos, teníamos esos días de HOY NO, HOY PASO. Y más aun finalizando el ciclo lectivo.
Con finales y parciales, ¡estábamos hasta el moño! (del delantal de maestra jardinera)
Fue entonces, cuando
Betina, como para hacer tiempo nomás, se le acercó más que nunca y, entonces
también, me di cuenta que el píacaro tirangulito se había puesto un tanto
nervioso. Es que Betina, con sus enormes ojos azules, con su escote pronunciado,
su pollerita corta comenzó a bombardearlo
con preguntas sobre ella, en un tono desmedidamente seductor. Con un discurso,
diría yo, seductor que voy a tratar de reproducir, tal como lo recuerdo al
menos.
- Profe, tengo dudas
varias respecto a biología, que quisiera usted me las aclarara antes de
comenzar la evaluación. Y dudo también
si es que usted verdaderamente me conoce, después de casi nueve meses de
compartir horas en este salón. Y de verdad
creo que Ud. no tiene idea de quien soy, de cuales son mis sueños, de cual es
mi apellido siquiera y bla
bla bla
Seguía Betina susurrando
casi, mientras nos miraba de reojo a todas las compañeras que apostábamos
fichas a que tuviera un discurso lo suficientemente prolongado y que el "viejo" no tuviera la posibilidad de reaccionar, así transcurriría gran parte de la hora cátedra que ese día
teníamos con él.
De repente, me
pareció que el tipito intentaba poner
fin a esa situación, que sin duda empezaba a incomodarlo demasiado. A esa
altura, entre una cosa y la otra, ya habían transcurrido al menos 15 minutos. Entonces, yo que había alcanzado a ver sobre el escritorio los temas de
la prueba, le pregunté interrumpiendo los susurros de mi amiga - profe, perdón
que interrumpa, pero ¿podría decirnos que
temas piensa tomar en la evaluación de hoy o mañana?
Con eso logré
descolocarlo un poco, ya que el grupo, cómplice sin duda, empezó a cantar a
viva vos mientras golpeaban con las carpetas los pupitres " ma ña na ma ña na ma ña
na", y más aún cuando, luego de
tartamudear para pedir silencio dijo, -leucocitos y…
¡Y no pudo terminar la
frase! Betina, que se había alejado un poco, volvió a ponerse a milímetros de
sus ojos y le dijo -¡Es con el tema que tengo un duda existencial!
¿Podría Ud decirme
porqué siempre ese tema? ¿Podría decirnos a todas si es lo mismo leucocito que el
cosito de Lew?
-Señorita Lew! ¡No sea insolente! Le respondió, colorado y
transpiradísmo, a mi amiga Betina, a la que por primera vez en el año la llamó
por su apellido.
UPS !!!!! SE ME PASO EL JUEVES........MIL DISCULPAS , LU.
ResponderBorrarME AGRADO LA INTRO, HERMOSA HISTORIA,NO LA CONOCIA...........
EL TEXTO, SIMPATICO Y LLEVADERO .
FELIZ INVIERNO, AMIGA !!!!
BESOS
LA UBALDON
A mí también se me pasó el jueves, tanto que hoy es viernes 28, es que con esto de la anemia a veces no me acuerdo ni qué día es, me duermo de nada y en cualquier lugar.
ResponderBorrarDisculpas hechas, por segunda vez en mis años fueguinos, el invierno no cuenta con mi presencia en aquellas tierras nevadas. Aquí, en la gran urbe se siente distinto porque de vez en cuando, bastante seguido. se ve el solcito que da una agradable sensación de bienestar (como la espuma de Kolinos, jajajaja), esto es respecto a la intro, la anécdota/cuento ¡espectacular!
¿Y qué pasó con este jueves? Vos tampoco estás en tierra fueguina creo recordar. Y yo, celebrando mañana, pero por el día 27, mis 29 años de madre, o sea el cumple de mi hiji, después de varios años de pasarlo separados.
Y volviendo a la intro, está bueno eso de «bienvenido invierno porque después vendrá la primavera» lo tomo para mi actual situación, «bienvenidas molestias y dolorcitos, porque después, vendrá el caminar mejor y me olvidaré de ellos» Gracias amiga por escribir esa frase, te quiero mucho, besos, Evy