viernes, 28 de febrero de 2020

Pequeña duda

Tampoco me importa el mío
El coronavirus avanza, ya hay al menos un caso en Brasil, o sea que "está acá a la vuelta".
Los hielos antárticos se derriten...
Varias especies animales están en peligro de extinción: el oso polar, el atún rojo, ¡paren de comer sushi!, los koalas y canguros por el aumento de temperatura y destrucción de su hábitat, solo por mencionar algunos.
Es probable que haya un tsunami en Tierra del Fuego...
Inundaciones, incendios forestales en distintas regiones del mundo y muchos desastres naturales -o provocados- más.
La lista -que parece infinita- no es de una novela de ciencia ficción, suspenso o terror.
Es la realidad que prácticamente nadie quiere ver y de la cual nadie se hace cargo.
En medio de esta modernidad y avances científicos y tecnológicos la naturaleza sigue siendo la dueña y señora de nuestras vidas. 
Y la humanidad, en su conjunto, en vez de rendirle homenaje la maltrata.
¡Uhhhh! Otra vez mi Yo disperso y sin inspiración ...
En verdad solo quería decir que como el coronavirus ya tiene su primer caso en el país vecino, he pensado que debería irme hacia la Antártida como para protegerme del virus. 
Y entonces me di cuenta de que los hielos se derriten y una cosa trajo la otra y miren donde fui a parar.
Con tanta realidad puesta sin anestesia, creo que mejor dejo de preocuparme por si tengo cuatro o cinco kilos de más, como lo que se me de la gana y hago de mi vida un festival. 
Que total, tarde o temprano, de una u otra forma, todos y todas nos vamos a extinguir.
Al menos que, cuando sea el momento, no tengamos nada de que arrepentirnos ni nada para lamentar por no haberlo hecho. 
Disculpen la torpeza y desprolijidad de este editorial. 
Me voy a comer una pizza doble mozzarella acompañada por unas buenas birras. Y un cuarto kilo de helado para no quedarme sin el postre.
Gracias por pasar por aquí. Ya saben,  pueden dejar su huella si les parece.
El viernes próximo traeré novedades. Hasta entonces, o hasta cada momento en que entremos a "chusmear" ésta, mi casa de letras.
 Lu
Frases: 
«Convertid un árbol en leña y arderá para vosotros, pero no producirá flores ni frutos para vuestros hijos»
                                                                                                          Rabindranath Tagore
«Dos cosas me llaman la atención: la inteligencia de las bestias y la bestialidad de los hombres»
                                                                                                                    Flora Tristán
"La tierra proporciona lo suficiente para satisfacer las necesidades de cada hombre, pero no la codicia de cada hombre»
                                                                                                             Mahatma Gandhi
Acá no zafás:
(por eso  me hice “bloggera”, para publicarme...¡así que leé la entrega Nº 346 de la suelta de mis letritas!)  
NOTA: Nuevamente recurrí a mis archivos y, en esta ocasión, elegí un relato breve que forma parte de una serie compuesta por varios textos relacionados con mi infancia.
Es una historia divertida y espero que sonrían...Digo, por si a alguien le pareció la "intro" de hoy muy densa.
Pequeña Duda
Recuerdo ese colegio en el que pasé tantas horas de mi infancia correntina.
Pero, extrañamente, lo recuerdo sin sentimientos, de manera casi impersonal diría.
Llegan desde algún lugar vagas imágenes, distorsionadas tal vez, del espacio físico que ocupaba el patio y las galerías, pero no logro recordar las aulas ni las monjas que fueron mis maestras.
A la única que tengo presente, vaya una a saber el motivo, es a la Hermana Elizabeth.
Y del grupete de niñas de siete años, además de"la Carmen", me acuerdo de "la Chela" y de su hermana Betty.
Betty tenía un año más que nosotras, pero siempre se unía a nuestro grupo en los recreos.
Y recuerdo, particularmente, a las mellizas Quetglas.
¡Tan bonitas con sus ojos color esmeralda!...Así las recuerdo.
Y veo a una de ellas... ¿Sería Emilse? O tal vez Malena. No puedo saberlo luego de tantos años transcurridos.
Sé que una era más tranquila, la otra más "pizpireta “y muy divertida.
Seguramente fue esta última, la protagonista en aquella mañanita soleada y rutinaria. Mañana en que, como cada día, en la inmensidad de ese claustro un "rebaño” de niñas permanecíamos atentas y sumisas, pienso ahora, escuchando a la maestra que, ese año, era la hermana Elizabeth.
Ni una mosca volaba, ni una tos traviesa, ni un cuchicheo...nada de nada.
Entonces
la melli empujó su pupitre, se paró y salió corriendo hacia el frente del salón.
Se tiró de panza al piso frío y reluciente y, sin que pudiéramos entender lo que sucedía tal la velocidad de estos aconteceres, levantó la sotana de la monja al tiempo que decía:

-Hermana, ¿Usted no tiene piernas?

10 comentarios:

  1. Holalú!

    Yo ya tengo mi búnker particular para librarme de tsunamis, coronavirus y demás zarandajas que nos amenazan. Pero no creas que es un búnker subterráneo, oscuro, maloliente y lleno de latas de conservas variadas, no. Es un pedacito de monte en mi querida Murcia, aire puro, pájaros (si quedase alguno...), agua de arroyo (poca), brisas, paisajes y árboles para protegerme del sol y comer sus frutos. Si quieres te hago un huequito.

    Me ha gustado tu texto sobre el colegio de monjas-sin-piernas. Yo tampoco tengo especial recuerdo de los profes de mis colegios (fui a dos, ambos religiosos). Sí recuerdo a un cura que, en una charla cuando teníamos 8 años, nos dijo entre otras lindezas: "porque estoy seguro de que más de uno de los que estáis aquí os vais a condenar". Así, como suena, de sopetón. Pasé varias noches sin dormir, hasta me ataba por la noche a la cama (era sonámbulo) por si me despertaba soñando y me tiraba dormido por la ventana y acababa consumido por las llamas eternas del infierno. Nunca se lo perdonaré. (¿Tendría piernas bajo la sotana?)

    Un beso noreste-sur.

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  2. Buen día compañero plagiador ¡sigo riendo con ese post tuyo!

    Respecto al búnker agradezco el convite, pero no podría tomar un vuelo habida cuenta el corona. (Ya somos íntimos, como verás, tanto que puedo decirle su nombre familiarmente)
    Eso por un lado y por otro, pues también tengo en los bosques ushuaienses refugios similares al tuyo murciano.
    Eso sí, yo me llevaría una mochila cargada con frutos secos y chocolate.
    Agua tengo límpida, transparente cerca de cualquier sendero que me ampare...

    Por suerte, mis padres se dieron cuenta a tiempo que si yo entraba a la adolescencia en un colegio de monjas su organizado mundo podría transformarse en una catástrofe y me pasaron a una escuela mixta y laica. Vale decir que soporté a las señoras con sotanas solamente los tres primeros años de mi escuela primaria.

    Abrazo suereño va

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  3. Hola, Lu, como rememoré mis diez años de internado con tu fresco relato colegial, salvo un año que pasé con señoritas, así se las llamaba, todos fueron con monjas, y que mpnjas, aunque a mí que siempre he sido descreida y rebeldona me parecían unas estrafalarias siempre hablando de santos martires sangrantes y de infiernos culpas y condenas, como cuenta Diego, y nunca me las tomé en serio.

    Eso sí pasé por todos los castigos posibles. Era la niña rebelde y loca, según ellas.

    Me he reído, Lu, con la duda de la gemela pizpireta sobre las piernas de la monja, que me ha llevado a cuando tenía 5 años y mi madre me presentó a un cura muy alto que le quedaba corta la sotana y se le veían los pantalones y yo no lo quise ni saludar, cuando mi madre me lo afeó, le dije:

    "Pero mamá es que es un Chpasangres disfrazado de cura, se le veían los pantalones"

    Y es que yo creía que los curas no tenían piernas normales y mucho menos pantalones debajo de sus largas sotanas.

    En cuanto a todos los males que nos asolan creo que las tres frases que has elegido resumen el origen de tanto desatino, Lu. Sobre todo la de Flora Tristán.

    No me inquieta el coronavirús, me inquieta más la histeria colectiva y la codicia y estupidez humana.

    Somos el único ser de la Naturaleza que se carga a sabiendas su habitat y destruye sus fuentes de supervivencia.

    Me pido un sitio en el "bunker" aireado de Diego si esto se pone imposible.

    Con la que estácayendo, Lu, y nosotras preocupadas por un kilito más o menos... Aunque yo si me como una doble pizza y un cuarto de kilo de helado de un tirón me tiene que llevar a la UVI, y es que comiendo soy una pusilánime...

    Un abrazo,

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  4. Ayyy con ese j*did* virus, espero que no llegue aquí a a viciarnos el aire. Y esperemos que se pueda parar pronto. Es demasiada la alarma que ha creado y a veces pensamos tendremos que preoci uparnos de verdad por él.
    Haces bien en disfrutar de esa pizza y el refrecante helado y en hacer lo que te venga en gana. Como bien dices que más dará si Todos nos iremos pal otro barrio antes o después.

    En cuanto a las monjitas a mí no se me olvida una tal sor Leonor. Huíamos de ella al verla, nos daba buenos pellizcos.
    Buena y muy cierta la frase de Gandhi. Seamos más moderados.
    Que tengas un buen domingo. Por aquí lloviendo.
    Un abrazo.

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  5. Hola Tes!
    jajaja Tampoco yo podría comer una pizza entera, más birra más un cuarto de helado.
    Ya sabes...Cuando cuento, en ocasiones, tiendo a exagerar para dar así un poco de diversión a lo que relato.
    Beso amiga querida

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  6. Hola Lau
    Creo que las noticias del coronavirus hay que tomarlas con calma.
    No todo lo que se cuenta es como lo cuentan...¡siempre están las grandes potencias detrás de cada suceso! Aun los que tienen que ver con salud.
    Hay otro tipo de enfermedades que, estadísticamente, cobran más víctimas y con ellas no se hace tanto escándalo...
    Obviamente y de todas maneras, debemos tomar precauciones básicas sin alucinar con el tema.
    Por lo menos, eso es lo que a mi me parece.
    Fuerte abrazo amiga linda!

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  7. Miedo da de tantas cosas cómo está sufriendo el planeta y las personas. Coronavirus, ya hay en mi país 350. Luego el cambio climático, y otras más cosas, que si lo pensamos no vivimos, parece que la humanidad tiene que seguir sufriendo, sobre todo, el miedo de todo lo que está pasando.

    Un beso.

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  8. Bienvenida a mi casita de letras María!
    Me parece a mi que lo ideal es vivir sin temores a lo que nos pueda pasar.
    Si algo malo nos tiene que suceder así será...No ignoro lo que sucede en mi país y el mundo, pero despejo mi mente y disfruto el día a día.

    Ayer justamente me pasó que unos turistas orientales (tal vez chinos) me pararon en la calle para preguntarme sobre un sitio al que intentaban ir.
    Y yo, sin pensar en nada más que ayudarlos, tomé el plano de la ciudad que ellos tenían para indicarles que camino debían tomar.
    Se fueron felices y contentos y allí, recién, me acordé del coronavirus...
    Creo que esa actitud fue una muestra de que no vivo pendiente de las malas noticias...

    Abrazo María y gracias por dejar tu huella

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  9. Hola, como me he retrasado en comentar, ya las novedades del famoso virus con nombre de cerveza mexicana son realmente preocupantes. Italia se ha convertido en un claustro de cuarentena, no entra ni sale nadie. En Argentina hubo ciertos casos puntuales, pero con «gente como uno» recién llegada de Europa. Como buen país del tercer mundo, acá nos ataca el Dengue. que más que un nombre de virus parece el nombre de un baile caribeño. En fin que la cosa viene fea, pero no hay que asustarse, pero sí cuidarse. Ya vivimos una posible pandemia con la Gripe A.
    Es cierto que el humano sigue destruyendo cada día más a este sufrido planeta que habitamos.
    Me guardé y copio una de las frases que más me gustó: ««Dos cosas me llaman la atención: la inteligencia de las bestias y la bestialidad de los hombres».
    Con respecto a tu relato, me encantaría saber qué pasó luego que la hermana Elizabeth quedó con sus faldas levantadas.
    Espero respuesta, besos Evy

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  10. Hola Eva! Super rápido va respuesta hoy.
    Estoy esperando que venga una amiga a buscarme y aprovecho este "mientras tanto" para contestarte.
    No recuerdo exactamente que pasó. Tampoco fue que le levantó la falda hasta las rodillas o más...
    Vale decir que no sabemos que calzones usaba la monja/jajajaja
    Sí recuerdo perfectamente que calzaba sandalias.
    Y sobre su reacción...pues como no la recuerdo es a gusto del lector o lectora.
    ¿Qué tal?
    Abrazo amiga

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