viernes, 12 de agosto de 2022

¿Muñeca?

Tampoco me importa el mío 
Quiero que sepan que estoy casi sin dormir pero no porque estuve de fiesta, lo cual hubiera sido ¡estupendo!, sino porque padecí insomnio por más de cuatro horas y cuando logré dormirme apenas una hora más tarde sonó la odiosa alarma. Debía levantarme pues, justo luego de tan enorme insomnio, comenzaba mis sesiones de kinesiología y no podía faltar.
Dicho esto, espero sepan disimular incongruencias, construcciones gramaticales desacertadas, la falta de mi habitual fluidez al conversar con ustedes y cualquier otro inconveniente que adviertan en esta edición.
Pero, en medio de tanto tener los ojos como el dos de oro, recordé algunos juegos de infancia y mis juguetes de esa época..
Fue entonces cuando dije ¡Eureka! y supe lo que compartiría en esta entrada.
Recordé el "Antón Pirulero"
cada cual cada cual atiende su juego y el que no el que no una prenda tendrá... Imagino que ustedes la estarán tarareando ya que aun no sé como musicalizar lo que escribo.
También el ""Martín pescador ¿me deja pasar? Pasará pasará pero el último quedará".
O "La farolera tropezó y en la calle se cayó.."
Y ya en la segunda infancia, saltar el elástico, la rayuela,  el juego de la estatua, escondidas y el juego de la mancha, tan solo por mencionar algunos.
¿Y los juguetes? Los clásicos de aquellos años en los que había "juguetes de nenas" y "juguetes de nenes" 
La idea no es abrir un debate sobre esto pues hay en ello mucha tela para cortar. 
Sepan que a mi me alegra y mucho que eso de "juguetes según género" haya cambiado así como lamento que esos juegos tradicionales se estén perdiendo. Pero, insisto, no pretendo abrir un debate sino simplemente que recordemos y atesoremos lo que hemos vivido en nuestras respectivas infancias.
Antes de irme por las ramas, voy a compartir los pocos juguetes de mi niñez que aun conservo y con los que jugó también hiji con excepción de mi muñequita de yeso,  fue la primera que tuve, que se rompería fácilmente. (Ya saben, clic en las imágenes para verlas más grandes)
A ver, Mujeres de mi generación, pocos años más o menos, ¿Quién de ustedes tuvo una "blonda" muñeca vestida de novia, o un "Bebé Piel Rose"? ¿Y la negrita de yeso vestida con pollera y pañuelo rojo con lunares, una impecable blusa blanca y aros de argolla dorados? Obvio, no le faltaba el delantal para "las tareas domésticas"...
Cierto es que mi hija usaba ese jueguito de dormitorio pero ella ¡Acostaba allí a las Barbies con los Ken!  😂😂
Ya me contarán, si les place, a qué jugaban en vuestras infancias. Si aun conservan algún juguete, qué es lo que más les gustaba o lo que quieran contar.
Gracias por pasar. Hasta el viernes próximo, o hasta cuando gusten volver.
   Lu
Esa Musiquita
NOTA: Para seguir con la infancia nada mejor que recordar a María Elena Walsh, quien supo escribir canciones para que los niños y las niñas puedan convertirse en adultos/adultas pensantes.
Acá no zafás:
(por eso me hice “bloggera”, para publicarme...entrega Nº450 de la suelta de mis letritas)
NOTA: Para seguir con los tópicos este relato que recordé, durante mi insomnio también, y que estimo que lo habré escrito hace unos 26 o 27 años. 
¿Muñeca?

Allí estás y no te toco. Nadie te toca, ni siquiera mi hija, que con sus 7 añitos ya casi ni te mira, ya casi ni te quiere, y mirá que pasaron años de…” ¿Me petás mami?”
Y, ¡ mirá que repetí una y mil veces la misma historia! …”No, porque se rompe”…
Allí seguís estando. ¿Será que no te presto porque no presto ni toco mis recuerdos?
¿O será tal vez que al ser el único lazo tangible entre mi pasado y mi presente, temo que te desarmes y se pierdan junto a vos, en mil partículas, mi identidad, mi SER COMO YO, mi historia?...
Es que, sin duda, que seas irreemplazable y única me convierte en una dama temerosa y egoísta, lo cual no es para que me felicites, pero… ¿que podemos hacer para evitarlo? …
No lo sé, pero sí sé que el mirarte, paraliza mis movimientos, aquieta mi mirada, acelera mi respiración.
Y vos, sin inmutarte siquiera, así como si nada ocurriera…tan frágil y tan fuerte, tan cercana y tan distante.
Marcando una época, desafiante, altanera casi, recordándome que el tiempo inexorable, invisible, con sus huellas y su paso transcurre, y yo sólo soy una pasajera del mismo, sin estación final definida ni boleto VIP que me ampare.
Claro que vos ya no tenés tu antiguo esplendor, ni tus ropas a lunares… o tus aros. Los que solo vuelven a mí cuando, ¿recuerdo?... ¿sueño…¿imagino? mis primeros pasos, una tacita de leche tibia o algún caramelo para calmar mi llanto.
Entiendo ahora que si bien ya no sos como entonces, seguís siendo esencialmente única en mis sentimientos.


Comprendo al fin que ya nada es igual a pesar de que ella sigue intacta desafiando al futuro.
Sobrevivió a mi niñez, mi adolescencia, mis miles de mudanzas, hasta que encontré “mi lugar adonde volver”, bajo este cielo, que me cuenta cotidianamente que el horizonte está en el interior de uno mismo, estas montañas que me anuncian que la vida tiene varias laderas, y la sabiduría es sencillamente sortear los obstáculos para poder encontrar la menos escarpada y esta Bahía que mira al poniente y me ancló con su magia para siempre.
Sobrevivió, decía, a mi primer amor y también al último, a los primeros pasos y balbuceos de mi niña, a sus deditos exploradores y ahora que se humedecen mis mejillas con estos pedacitos de lágrima, deseo que también a mi me sobreviva, para que una tardecita cualquiera en otro otoño Ushuaiense, mi hija cuente una historia parecida a esta, a sus hijos, y porque no, a sus nietos, para que puedan sentir así su historia y fortalecer sus raíces, al ver esta extraña, rígida y negra muñeca de yeso.

26 comentarios:

  1. Que hermosa entrada Lu, me encanto y recorde a Pepito, tan suave y lanudito, que nos peleabamos con mi hermana para dormir con el. No me gustaban las muñecas, las encontraba falsas ¿? Hoy y ayer prefiero todo lo que sea suave al tacto. Un abrazo y somos varios los desvelados

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    1. Hola Carmen
      Tampoco me encantaban las muñecas pero...¡era lo que me compraban! Siempre amé los peluches, pero no recuerdo si yo tuve alguno. Sí recuerdo- y conservo varios aun- los de mi hija.
      Bueno, beso y a ver si hoy -sábado- conectamos

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  2. Lu, y el "guá, y "menastro", y "linares", y el "ring", y tantos otros juegos que disfrutábamos en mi Tánger inolvidable y que ya ningún niño de hoy, fundida su nariz a una pantalla, practica.

    Un cordón umbilical que no se rompe ni adelgaza, aunque se estire más de 3000 kilómetros.

    Abrazo de brazos larguísimos y transoceánicos 🙂

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    1. Hola Diego, no conozco esos juegos. Es decir no conozco esas denominaciones pero tengo casi la certeza que son juegos que también jugábamos por estos lares solo que los denominábamos diferentes.
      Ya sabes que no me gusta quedarme con dudas y siempre investigo google mediante. Por lo que he leído, parece que "Menastro" es uno que en mi barrio llamábamos "Cachurra montó la burra" o simplemente "Cachurra".
      Si hay algún juego que los niños de mi país no dejan de jugar es el futbol. En la calle, en la canchita barrial, en un club...donde sea - dependiendo del nivel socioeconómico de los padres- pero se juega.
      Y en las escuelas primarias y jardines de infantes, dependiendo de la docente, se sigue jugando en los recreos juegos tradicionales.

      Abrazo va y que disfrutes del finde y cada día por venir.

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  3. Por partes. Mis juegos no eran con muñecas, claro, eso se lo compraban a mi querida hermana (tres años más mayor que yo), yo jugaba con la peonza, a las canicas, al parchís, al ajedrez, al Palé y a muchos más como el "churro, mediamanga y mangotero", pero mi juego más maravilloso era jugar al fútbol con una pelota de papel atada con cuerdas o gomas de atar lo cual provocaba la ira de mis viejas vecinas de calle a las que más de una vez le rompimos un cristal. Los juegos de la infancia se acomodan a las necesidades económicas de cada época y, claro está, a la tecnología del momento, pero siempre son inolvidables, dulce Lu.

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  4. María Elena Walsh, fue una de las grandes la cual, por aquí, no fue muy reconocida. Todas sus canciones/cuentos, son y serán una maravilla

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  5. Tu relato, como siempre, me ha resultado entrañable dulce Lu.
    Yo siempre recuerdo a mi abuelo cuando me contaba sus historias y que yo, embelesado, le pedía una y otra vez que me contara otra y otra historia.
    Esa sucesión de historias que se cuentan a los que nos han de suceder viven en mi y que tú, con tu texto de hoy, me has hecho revivir. Gracias por ello, dulce Lu.
    Y con mi costumbre de ir aprendiendo de los que sabéis escribir como los mismos ángeles lo harían (como tú lo haces), voy resaltar y guardarme un corte de uno de tus espléndidos párrafos: "bajo este cielo, que me cuenta cotidianamente que el horizonte está en el interior de uno mismo".
    Un abrazo muy fuerte, dulce Lu, me gusta leerte y me alegra ver con que pasión describes todo lo que escribes.
    Feliz viernes, dulce Lu.

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    1. Hola Enrique, respecto al fútbol, verás lo que le comento a Diego. En mi país sigue siendo el juego preferido de los niños y, hace ya largo tiempo, también lo juegan las niñas
      María Elena es una grande que espero la sigan escuchando peques y adultos por los siglo de los siglos.
      Amigo, gracias, una vez más, por tus conceptos "acariciadores" sobre mis relatos y escritos en general.

      Va mi abrazo y ¡disfruta cada momento de este finde y de los días siguientes!

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  6. Hola Lu, lamentablemente no conservo ningún juguete de aquella época, solo quedó "un bebe malcriado" dentro de una fotografía. Sobre el cancionero de María Elena Walsh te diré que las maestras le hemos sacado mucho jugo, no había acto escolar donde una de sus canciones y representación "teatral" no estuviera.
    Hice una entrada sobre juguetes de una época en donde no había mucho dinero y me conformaba con una muñeca y un juego de dormitorio para ella, hecho por mi papá.
    Hice una entrada allá allá lejos y hace tiempo...jejeje! está aquí
    https://norma2-siempreesprimavera-norma2.blogspot.com/2011/03/los-juguetes-de-mi-infancia.html
    Besos Lu

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    1. Hola Norma
      Sí, también cuando trabajé en sala con mis diferentes grupos siempre jugábamos juegos tradicionales y cantábamos y/o representábamos las canciones de M.E.W.
      Luego, ya en cargos de conducción, cuando podía me "colaba" en alguna sala o en el patio para seguir cantando y jugando.
      Luego, tranquila y con tiempo, pasaré a leer la entrada que me dices.
      Ya te comentaré cuando lo haga.
      ¡Por si acaso revisa los spam! jaa

      Abrazo y disfruta del finde largo

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  7. Aunque abriste el paraguas pero, pese al insomnio y entendibles factibles incongruencias, te salió una entrada inolvidable en la que la ternura y la reflexión (mejor dicho la intimísima introspección en ¿Muñeca? que contiene sentencias muy lúcidas realmente) van al unísono jalonando un texto imperdible, fascinante... Se me pianta un lagrimón al recordar qué tiempos aquellos de las figuritas, las bolitas, la payana (tenía mis piedras pulidas de tanto jugar), el balero, el scalextrik, la infinidad de pelotas de goma, de plástico, de cuero y de trapo también, las colecciones enteras de libros amarillos Robin Hood, Lo Sé Todo, revistas de historietas (la que se te ocurra: desde Superman y Batman hasta la Pequeña Lulú y Patoruzito pasando por Capicúa y El Gráfico), revólveres y espadas, arcos y flechas, peluches y payasos... en fin: todo en excelente estado hoy en manos de mi hijo que guarda todo (incluso los juguetes que tuvo él a finales del los 90's y principios de los 2000) para sus hijos (mi eventuales nietos) y el resto (muy poco quedó a salvo) que no pudo resistir los embates y mordiscos y desguaces de todos mis tantos gatos... qué vachaché, hoy dejé el roncarol a un lau y estoy tanguero...
    Abrazazo Lu sin sombrero!!


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    1. Carlos, sí, sentí eso de "la intimísima introspección" y "las sentencias muy lúcidas" cuando volví a leer este relato - luego de más de 20 años - para compartirlo en esta entrada. Gracias por tu impecable percepción.

      Respecto a los juegos ¡tanto para decir! que se necesitaría bastante más de una entrada para poder darle un cierre. O tal vez nunca lo lograríamos porque un recuerdo trae otro y así sucesivamente se arma entre cado uno y cada una de quienes por aquí vienen de visita.
      Por ejemplo, vos nombraste el balero y yo ¡me acordé del YO-YO!
      Me encantaba!
      Libros y revistas merecen un capítulo aparte. Por mencionar algunas más: Billiken, Periquita, además de las que vos mencionás.
      Si tenés ganas y tiempo, te invito a pasar por la siguiente entrada de mi blog, en la que hemos hablado puntualmente de algunas historietas.
      https://quemeimportatupasado.blogspot.com/2020/09/tampoco-me-importa-el-mio-estoy-para-no.html#comment-form
      Sé que tengo más entradas recordando juegos, series de TV, libros e historietas de nuestras infancias. Pero...
      ¡No te voy a atosigar! 😂 😂

      ¿Cómo hiciste para guardar tanto? Yo conservo solo una mínima parte, lo más icónico, de la infancia de mi hija, y de la mía no mucho más de lo que compartí en esta edición.

      Bueno ¡basta! ya es como mandarte un mail esta respuesta.
      Abrazo ¡buen finde largo!

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  8. Hola Lucía. Qué lindo tu texto de hoy, la intro hablando de los juegos, las fotos mostrando tus juguetes, que aun conservas intactos, como tus recuerdos. La canción de María Elena que fácilmente puede aplicarse para ciertas situaciones de los adultos, todo un combo tierno, dulce como esos caramelos que te dieron para calmar tu llanto.
    Paso a contarte que no conservo ningún juguete de mi infancia, que, como era costumbre estuvo poblada de jueguitos de té. cocinitas, y siete muñecas algunas con el cuerpo relleno de lana y cabeza, brazos y piernas de algo parecido a la loza. Por unos cuantos años de diferencia, no tuve esas muñecas que mencionas, pero sí otras, la que más recuerdo y la que más amé fue una caperucita roja de trapo de la que me apropié a los cuatro años en una librería-juguetería, mientras mi mamá compraba útiles escolares para mis hermanos, me negué a dejarla y como era tan humilde, su precio estuvo al alcance de la cartera de mamá y me la llevé, estuvo conmigo hasta mi adolescencia. Lo que sí conservo, no en buen estado, son los cuatro libros de Louise May Alcott, la historia completa de las Mujercitas y la familia March, los he leído tanto que gasté sus tapas y hojas que hoy ya están amarillas. Creo que podría decir algunos pasajes de memoria. Los demás juguetes fueron quedando en el tiempo vaya a saber dónde. Tu final, Muñeca, es algo maravilloso, mira que te vengo leyendo hace años y nunca como ahora dejaste salir a esa Lucía Dulce como dice alguien en tus comentarios. Me alegra haberla visto este viernes, abrazo virtual querida amiga, Evy

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    1. Evy hola.
      Ciertamente amiga que las canciones de M.E.W tienen entre líneas fuertes mensajes para los adultos y adultas.

      Bueno, no tomes al pie de la letra todo lo que escribo ...no creo que alguna vez me hayan dado un caramelo para calmar mi llanto, de hecho mi madre no nos dejaba comer golosinas "porque estropeaban los dientes"
      Obvio que sí alguna de tanto en vez pero, ya digo, dudo que me hayan dado alguna para calmar mi llanto.
      También tenía esos odiosos jueguitos de té y cocinita, pero es lo que me daban en aquellos tiempos.
      Yo prefería leer, o jugar al elástico o Rayuela entre otros juegos.

      Respecto a este relato, ya lo había publicado el 18 de agosto de 2011. Y ya en ese momento hacían alrededor de 15 años que lo había escrito. Y la verdad es que me sorprendí al volver a leerlo en esta ocasión para compartirlo ¡Sí que escribía "lindo" en aquellos años mozos! 🙂

      Evy, espero que sigas cada día mejor. ¿Estás escribiendo? Si es así mándame algún texto a mi casilla de correo porfa.
      Abrazazo yendo

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  9. Buen relato me dejaste intrigada hasta la ultima linea. Esperó que duernas mejor hoy y yo jugaba alas muñecas creando historias. Te mando un beso.

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  10. Hola Citu
    Sí, gracias, por suerte el insomnio fue de sólo una noche. Es que en general duermo muy bien lo cual es una gran suerte.

    A mi, no me gustaba tanto jugar a las muñecas, y ahora que mencionás lo de crear historias, recordé los títeres. ¡Eso sí me gustaba! y con ellos creaba historias.

    Bueno Judit, ¡lindo saber que te gustó mi relato! Que tengas un apacible y bonito fin de semana.
    ¡Te leo el lunes!
    Beso

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  11. Hola Lu, te ha quedado una entrada perfecta y eso que estabas casi sin dormir.
    Pensando en todos los juguetes y juegos de mi infancia, lo que se me ha presentado al momento era la botella de plástico vacía, con la que jugábamos al futbol a la entrada del colegio, tendría unos 6 o 7 años y entre los coches del aparcamiento, los chicos y muchas de las chicas corriendo tras la botella a la espera de marcar gol en porterías hechas con las chaquetas. Y luego a clase.
    En mi infancia no han faltado juguetes, pero no sé, recuerdo con más nostalgia los juegos en la calle con los amigos.
    Un beso y buena semana.

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  12. Hola Ángel. Grato saber que te ha gustado esta entrada la cual he escrito con ese mal humor generado por no haber dormido bien.

    También prefería los juegos "sociales" a quedarme en casa jugando sola con esos juguetes que me compraban y que a mi nunca me gustaron demasiado.

    Beso yendo y ¡buen comienzo de semana!

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  13. A pesar del insomnio, te ha quedado una entrada muy bonita, lúcida, y entrañable, que me trae bonitos recuerdos de mi infancia, pero sobre todo de juegos en grupos, ya que en Sevilla se vive mucho en la calle, y en esa época apenas pasaban coches por las plazoletas, y en ellas jugábamos y nos divertíamos niños y niñas juntos, hasta altas horas de la madrugada, jugando por ejemplo al tejo, al fútbol, a la piola, al pañolito, etc. Nunca vi regañar a un niño o niña para que no jugasen con los del sexo opuesto, aunque después los regalos de los Reyes Magos fueran muy diferentes los uno de los otros, y eso eran los que se utilizaban para jugar en las casas de cada uno., sobre todo cuando estabas castigado sin salir a la calle, o bien, hacía mal tiempo.
    Un fuerte abrazo, amiga Lu, y me ha gustado mucho tu entrada, menos las muñecas que me dan un poco de yuyu, en lo que mucho tiene que ver la industria del cine con tantas muñecas en películas de terror, y tantos muñecos diabólicos. jeje.

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    1. ¡Qué lindos recuerdos los tuyos Manuel! Gracias por compartir.
      En mi caso no se daba mucho eso de jugar juntos nenes y nenas, a menos que fuera celebración de cumpleaños o alguna otra.
      Jajaj No lo había pensado pero … ¡tienes razón! han hecho muchas pelis de terror con muñecas y/o muñecos.

      Abrazo va

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  14. Si que he tarareado el Antón pirulero Lu. Y la entrada quedó redonda a pesar del insomnio.
    No guardo ningún juguete de mi infancia, si de de mis hihos. Y tengo un buen recuerdo de una muñeca negra que no se podía caer porque se rompía. A la goma, elástico como tú lo llamas y a la rayuela también jugábamos en la calle aquí. Y recuerdo muy bien un juego que hacíamos con un clavo grande de hierro que lo tirabamos al suelo y tenía que clavarse.
    Buen jueves.
    Un abrazo.

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    1. Hola Lau
      Bueno ese juego del clavo grande de hierro, ese sí que por mis pagos no lo he conocido. Primera vez que oigo hablar de él.
      Los otros que mencionas sí, claro , digamos que años más o años menos, somos de una misma generación "global" ya que a pesar de nuestras "diferentes partes del mundo" en nuestras infancias jugábamos los mismos juegos.

      Abrazo y que disfrutes de tu huerto y tus caminatas.
      Buen finde que ya llega!

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  15. Qué recuerdos más sólidos los que nos dejas mi querida Lu. A veces, por temor a que se rompan, dejamos las cosas también guardadas, que no las disfrutamos, y eso es lo que entiendo qué te paso.
    Esa muñeca era tu pasado, tus historias y temías que tu hija en un descuido la rompiera y con ello se rompiera el pasado y los recuerdos.
    Una entrada con mucho simbolismo. Gracias por dejármela y poder disfrutar de ella.
    Besotes muchos, y abrazos.

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    1. Gracias a vos Campi! Qué linda que viniste a visitar esta entrada "nostalgiosa"
      Y sí, hay mucho simbolismo en ella.
      Abrazo

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