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viernes, 3 de noviembre de 2023

Poner el teléfono en silencio puede darte una sorpresa

 Tampoco me importa el mío
Para empezar esta edición les cuento que el 28 de octubre de 1948 llegaron a bordo del barco "Génova" unas 750 personas de Italia, constituyéndose así en la primera inmigración italiana llegada a la Isla.
Ushuaia en ese entonces necesitaba expandirse para albergar a más habitantes y poder ejercer así la soberanía sobre este suelo argentino.
A su vez,  italianos e italianas venían con la esperanza de un futuro promisorio habida cuenta de que en su país se vivían duros tiempos de posguerra.
Fue en ese contexto que llegaron los primeros inmigrantes italianos, cuyo legado perdura hasta el día de hoy.
Eran trabajadores de la empresa constructora italiana Carlos Borsari que venían a instalarse con sus familias y que llevarían a cabo las obras necesarias en Ushuaia.
Dicho esto, voy a continuar con lo que en verdad quiero compartir con ustedes hoy. 
Se trata de fotos y de unos breves videítos -menos de un minuto c/u- de la teatralización del "Desembarco" que se realizó el sábado 28/10 
Fue un evento organizado por la Sociedad Italiana de Ushuaia, como parte de las celebraciones por los 75 años de la llegada de aquel primer contingente.









Espero les haya parecido interesante lo que hoy comparto en mi casita de letras e imágenes.
Para mi fue muy emocionante ver esa teatralización aún sin tener nada que ver, afectivamente, con esta parte de la historia.
Pero estaban presentes, como espectadores, personas de más de 80 años que llegaron en el Génova cuando apenas tenían unos 6 0 7. 
¡Ya podrán imaginarse la emoción de esas personas!
Gracias por pasar. Hasta el viernes próximo, o hasta cuando gusten volver.
  Lu
NOTA: hoy no sale "Musiquita en el recuerdo". A cambio, compartí los videitos de la teatralización.
                                          Acá no zafás:
(por eso me hice “bloggera”, para publicarme...entrega Nº500 de la suelta de mis letritas)
NOTA: De mi archivo personal, este relato porque me parece que, a pesar de los muchos años que tiene, ¡no pierde vigencia! No cesan esos llamados de diferentes compañías y/o encuestadoras.

Amanecer diferente

Esta mañana, amanecí sobresaltada. La boca reseca, los ojos lagañosos… ¡y ni que hablar de las ojeras!

Pensé que era una suerte que estuvieras de viaje, eso me daba la ventaja de remolonear metida en mi pijama de algodón y mi nada sexi apariencia matinal.

En esos pensamientos me estiraba y acurrucaba entre mis suaves y tibias sábanas, cuando el teléfono me volvió a la realidad. Comprendí, a pesar de mi somnolencia, que seguramente ese sonido me había despertado unos minutos antes. Pero… ¿Quién podría llamarme antes de las 9 de la mañana?

 

Vos no. Vos más que nadie en el mundo, sabe el humor que tengo cuando eso sucede.

¿Mi hija?… ¡no! Ella tampoco…A menos que se haya acordado que hace dos días que no se comunica conmigo.

La gente amiga… ¡menos! Si todos saben que odio amanecer cuando aún es de noche… y a nadie se le escapa, estoy segura, que está transcurriendo el mes de junio y vivo en Ushuaia.

 

Pienso no atender, pero me desquicia ese sonido continuado y chicharrero.

Levanto el tuvo de mal talante, grito con voz seca y odiosa –Hola!

- Sra Irene Díaz Alcocer?

-Sí. Si, que hay

- Soy Paula, Le hablo de telefónica para…

-¡Paulaaaaa! ¡Pará un poco! ¡Estaba durmiendo! Y corto sin más, pero no puedo dejar de estar molesta y enojada con estas compañías que se meten en tu casa como si nada, como si fueran tus íntimos, y te interrumpen sueño, cena, lectura, o cualquier otra actividad de tu cotidiano.

Decido darme una buena ducha, para calmarme, para mejorar mi aspecto, para sacarme la mala vibra de encima y particularmente, porque el tiempo pasó y son más de las 9: 30.

Apenas el agua tibia empieza a resbalar sobre mi piel cuando siento otra vez el maldito teléfono…Esta vez, pondrías ser vos, que tal vez ya sabrías tu día de regreso, y entonces atiendo muy animada, pensando que es una suerte haber entrado al baño con el teléfono.

-¿Sra Irene Días Alcocer?

Sí, digo molesta a pesar de la cautivante voz, masculina esta vez

-Soy Ricardo, le hablo de Sancor seguros….

Ni me molesto en contestarle…corto sin más, y antes de que pudiera siquiera abrir el champú, vuelve a  sonar…pero no atiendo. 

Bajo la campanilla y decido cambiar la ducha por un buen baño de inmersión y aprovechar el hidromasajeador.

 

Y fue tan relajante, que me quedé dormida…tanto que no sé si estoy soñando o es cierto que estás diciéndome

–Hola bonita, te llamé para decirte que volví antes porque te extrañaba, que prepararas café…

Pero… ¡Ya fue el café! Quedará para más tarde…

¡Este baño me apetece más que el mejor desayuno del mundo!