Se trata de fotos y de unos breves videítos -menos de un minuto c/u- de la teatralización del "Desembarco" que se realizó el sábado 28/10
Amanecer diferente
Esta mañana, amanecí sobresaltada. La boca reseca, los ojos
lagañosos… ¡y ni que hablar de las ojeras!
Pensé que era una suerte que estuvieras de viaje, eso me
daba la ventaja de remolonear metida en mi pijama de algodón y mi nada sexi
apariencia matinal.
En esos pensamientos me estiraba y acurrucaba entre mis
suaves y tibias sábanas, cuando el teléfono me volvió a la realidad. Comprendí,
a pesar de mi somnolencia, que seguramente ese sonido me había despertado unos
minutos antes. Pero… ¿Quién podría llamarme antes de las 9 de la mañana?
Vos no. Vos más que nadie en el mundo, sabe el humor que
tengo cuando eso sucede.
¿Mi hija?… ¡no! Ella tampoco…A menos que se haya acordado
que hace dos días que no se comunica conmigo.
La gente amiga… ¡menos! Si todos saben que odio amanecer
cuando aún es de noche… y a nadie se le escapa, estoy segura, que está
transcurriendo el mes de junio y vivo en Ushuaia.
Pienso no atender, pero me desquicia ese sonido continuado
y chicharrero.
Levanto el tuvo de mal talante, grito con voz seca y odiosa
–Hola!
- Sra Irene Díaz Alcocer?
-Sí. Si, que hay
- Soy Paula, Le hablo de telefónica para…
-¡Paulaaaaa! ¡Pará un poco! ¡Estaba durmiendo! Y corto sin
más, pero no puedo dejar de estar molesta y enojada con estas compañías que se
meten en tu casa como si nada, como si fueran tus íntimos, y te interrumpen
sueño, cena, lectura, o cualquier otra actividad de tu cotidiano.
Decido darme una buena ducha, para calmarme, para mejorar
mi aspecto, para sacarme la mala vibra de encima y particularmente, porque el
tiempo pasó y son más de las 9: 30.
Apenas el agua tibia empieza a resbalar sobre mi piel
cuando siento otra vez el maldito teléfono…Esta vez, pondrías ser vos, que tal
vez ya sabrías tu día de regreso, y entonces atiendo muy animada, pensando que
es una suerte haber entrado al baño con el teléfono.
-¿Sra Irene Días Alcocer?
Sí, digo molesta a pesar de la cautivante voz, masculina
esta vez
-Soy Ricardo, le hablo de Sancor seguros….
Ni me molesto en contestarle…corto sin más, y antes de que pudiera siquiera abrir el champú, vuelve a sonar…pero no atiendo.
Bajo la campanilla y decido cambiar la ducha por
un buen baño de inmersión y aprovechar el hidromasajeador.
Y fue tan relajante, que me quedé dormida…tanto que no sé
si estoy soñando o es cierto que estás diciéndome
–Hola bonita, te llamé para decirte que volví antes porque
te extrañaba, que prepararas café…
Pero… ¡Ya fue el café! Quedará para más tarde…
¡Este baño me apetece más que el mejor desayuno del mundo!