Tampoco me importa el mío
A pocos días de haber regresado de unas maravillosas vacaciones en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires estoy intentando, poquito a poco, hacer girar la rueda de realidad.
Y, estando en eso, vino a mi memoria la magistral historia que conocí visitando el Museo de Bellas Artes de La Boca, es decir el museo "Benito Quinquela Martín"
Conocía los trazos de BQM, conocía parte de su historia y del importante aporte al acervo cultural que legó a su amado barrio porteño "La Boca".
Barrio con magia, con historia, con tango, barrio donde se respira arte y libertad, barrio bohemio...en su costado turístico. Pero, este barrio porteño, no escapa a la realidad de Buenos Aires y sus contrastes. De esa otra cara hablaré oportunamente como ya he dicho en la entrada anterior.
Para quienes viven en Argentina y hace tiempo no lo visitan, o no lo visitaron nunca, les sugiero que "pasen y vean", sentirán durante la visita al mismo, ansias de desplegar sus alas y volar, sentirán unas ganas locas de crear, de elevarse y dejarse llevar por sus emociones más ocultas. Obviamente, la recomendación de visitar "La Boca" vale del mismo modo para quienes vivan en cualquier parte del mundo y estén leyendo, ahora mismo, estas letritas exaltadas. Lo que me parece es que para sentir todo eso y mucho más, es necesario que les falte un tornillo.
A propósito de eso viene a cuento la magistral historia que conocí, decía, y hoy comparto con ustedes.
BQM creó "la Orden del Tornillo", con idea de preservar la locura como modo de una vida plena y feliz.
Para no enredarme con mis palabras y disparar para cualquier otro tema, copio y pego de https://3minutosdearte.com/historias/la-orden-del-tornillo/
"Benito Quinquela Martín, el pintor del barrio de La Boca (Buenos Aires), su Riachuelo, sus barcos y sus trabajadores, fue el creador de La Orden del Tornillo. Una distinción que, desde su mismísimo nombre, podemos imaginar como poco convencional.
Era un premio para artistas, personajes y personalidades destacadas de La Boca, de Argentina y del mundo entero (se lo otorgaron a Chaplin, por ejemplo), que simbolizaba el tornillo que les faltaba a los homenajeados.
Era en definitiva un elogio de la locura. Esa locura que se convierte en fuerza creadora e ilumina a la humanidad. Era el honor que recibían los cultores de la Verdad, el Bien y la Belleza.
Para la ceremonia de ingreso u “ordenamiento” del elegido o los elegidos, Quinquela Martín se ponía un traje de almirante con tornillos como botones, y hacía girar varias vueltas al homenajeado. Luego lo detenía tocándolo con un bastón y le decía “Ya estás atornillado”. A lo que agregaba, siempre con humor, que no lo ajustaba demasiado porque eso no es bueno, que para crear hay que tener el tornillo un poco flojo.
La primera ceremonia se realizó en 1948, en el estudio de Quinquela, y se volvió tradición que él mismo cocinara para los cófrades e invitados fideos de colores.
Quinquela Martín, de origen humilde, dio todo lo que pudo dar a su barrio y a su gente, ya que había descubierto que a la felicidad no la hace el poseer sino en dárselo al otro.
Y así fue feliz, dando, y luchando por preservar esa locura que vuelve a algunas personas indispensables para que al mundo le quede un poquito de esperanza. Una locura difícil de encontrar, ya que con su ingenio inigualable él sostenía: “Es inútil pedirlo ni hacer méritos: no es loco quien quiere sino quien puede”.
Agrego que, Quinquela Martín, decía del tornillo que entregaba: "A todo hombre que sueña, le falta un tornillo. Este tornillo no los volverá cuerdos, por el contrario, los preservará contra la pérdida de esa locura luminosa de la que se sienten orgullosos"
Genial ¿no les parece? Los invito a conocer más sobre la historia de "La orden del tornillo", las personalidades de Argentina y el mundo que la han recibido, la vida y obra de esta gran persona y gran artista. Si tienen ganas y tiempo disponible, claro, lo googlean.
Gracias por pasar por aquí. Espero opiniones, críticas y halagos también ¿Vale? Hasta el viernes próximo. Buena vida y BUENA VIBRA.
Frases: 3 de BQM
Y cada vez que partí llevé conmigo la imagen de mí barrio, que fui mostrando y dejando en las ciudades del mundo. Fue así como un viajero que viajaba con su barrio a cuestas. O como esos árboles trasplantados que sólo dan fruto si llevan adheridas a sus raíces la tierra en que nacieron y crecieron.
Los niños reciben instrucción en edificios no sólo fríos desde el punto de vista físico sino, lo que es más importante, desde el punto de vista moral. Yo me proponía al presentar mi iniciativa a consideración del Consejo, abrir un horizonte nuevo al niño ¿Qué mejor vehículo, para su imaginación e inteligencia, que rodearlo de un ambiente artístico?
No me considero atado ni siquiera al realismo...La realidad puede ser un punto de partida pero no de llegada...Frente a ella no me considero un copista sino un intérprete.
Acá no zafás:
(por eso me hice “bloggera”, para publicarme... ¡así que leé la entrega Nº 287 de la suelta de mis letritas!)
NOTA: Mientras garabateo una increíble historia reciente, vivida en Buenos Aires, corrijo y vuelvo a corregir me doy cuenta que el día se está acabando y no logro ponerle el punto final al nuevo relato. Entonces, publico un poemita que algunos volverán a leer y otros lo descubrirán en este post. Para los primeros van mis disculpas por la repetición.
Andamiame la vida
Puedo
proyectar/me
construir/me
ser feliz
fracasar...
Puedo
ver el sol
ser yo
con mi voz
-aun sin vos-
Puedo
crecer y creer
soñar y jugar
morir y nacer...
Puedo. Lo sé.
Pero...
cuanto camino allanado,
tanto mas fácil sería,
si me dieras la mano
y andamiaras mi vida
Querida Lu, qué bueno conocer a este artista de tu mano, indagaré más por la red.
ResponderBorrarComo a él nunca me he sentido atada a la realidad, me falta más de un tornillo y cuando me atornillo para cumplir algunas tareas que necesitan algo de equilibrio y cordura, me dejo floja para desatornillarme enseguida.
Algún día, me gustaria visitar "Boca" este barrio bohemio del que tanto he oído hablar y del que nos hablas, Lu, pasearlo sin prejuicios con todos los sentidos abiertos y esponjosos.
Me alegro que lo hayas pasado tan bien, ya nos contarás más.
Tu poema es hermoso, Lu, es cierto que todo se puede con pasión y voluntad, hasta ser feliz en soledad, pero si alguien te da la mano el paso se hace más alegre, ligero y seguro con la "protección" de un andamiaje que evita los abismos.
Lu, espero que Calabacita ya esté bien del todo, y te haya agasajado con muchos mimos al verte de nuevo.
Un abrazo,
Hola Lucía, qué gusto volver a leerte y sobre todo descubriendo ese pequeño paraíso que es la ciudad de la Boca, porque así es, una ciudad dentro de otra, con características muy distintas a la del monstruo que es la capital. Y lo que más me emociona es cómo contás todo lo de Quinquela, un ídolo de los de antes, que no necesitaba más que imaginación y ganas de hacer. Sus cuadros pintaron la realidad de un país distinto de otros tiempos, pero que a la larga nos siguen mostrando el mismo fondo. Me alegra muchísimo que hayas conocido esa belleza. Supongo que también habrás disfrutado del recital que querías ver y la compañía de tus amigos. El Andamiame lo conozco pero no por eso deja de gustarme. ¡Bienvenida! Besos, Evy
ResponderBorrarA mí también me falta un tornillo...o dos. Te mando un beso de tornillo.
ResponderBorrarQue lindo poema Lu, me ha encantado, y el post de Benito Quinquela maravilloso, lo ame, nada mas, conocer su historia, como nos faltan artistas asi en el mundo!
ResponderBorrarTesa! Sabia que te atraparía la historia de BQM.
ResponderBorrarEstos días ando a mil con temitas a resolver, pero ya me tomaré el tiempo necesario para mandarte fotos muy pintorescas del barrio de La Boca.
¡Sería fantástico si pudieran venir a la Argentina! Por supuesto que iría a Buenos Aires a encontrarme con ustedes para "turistear" juntos en CABA y luego nos vendríamos a mi patria chica. Otro lugar imperdible de mi paisito.
Abrazo
Evy! Conocía la ciudad de La Boca, pero vaya a saber cuantos años pasaron desde la última vez que fui. Recuerda que yo viví diez años de mi vida en Bs As.
ResponderBorrarLo que no conocía es esa magnífica historia de BQM.
Y sí, Disfruté a tope de los dos conciertos, Nano Serrat y Silvio Rodríquez. Cada uno de ellos con sus particularidades, bien diferentes entre sí pero magníficos ambos.
También me encontré con una amiga y dos amigos de los del cole secundario. Fue un viaje redondito redondito. Pleno de caricias al alma
Abrazo
Hola José!
ResponderBorrarAmigo mío, creo que a la mitad más uno de mis amigos, virtuales o no, les falta al menos un tornillo y medio...¡Por eso son mis amigos! jajaja
La gente demasiado cuerda, siempre cuidando sus formas con temor a que se les afloje algún tornillo, me aburren inmensamente.
beso austral
Carmencha!! sí que lo amamos ni bien conocimos su "orden del tornillo", sus circunstancias y su obra
ResponderBorrary ¡que genial haber compartido tantas historias!
Beso amiga mía