Tampoco me importa el mío
Qué extraños laberintos y pasadizos secretos tiene la vida.
Qué extrañas las conexiones, las señales, las revelaciones.
Generalmente escribo esta crónica luego de haber finalizado los otros dos segmentos.
En este caso no ha sido diferente. Hace ya un día "cerré", conforme con los resultados, "Música en tiempos.." y "Acá no zafás"
Y acá viene el enlace con los dos primeros renglones. Sentí "fuerte" que ese era el vídeo a compartir. Tan fuerte que lloré mientras escuchaba "Zona de promesas" tema que Cerati había dedicado a su madre. Una mamá a la que cada vez que caía en picada él recurría...
Agrego que, vaya relato el que escogí en esta ocasión.
Y anoche -la noche del día que subí el vídeo y el cuento- a la una, es decir ya era la madrugada de este día en que les estoy contando, sonó mi teléfono y cuando vi de quien era el llamado lo supe antes de hablar, ese llamado era para avisarme que falleció Tota.
¿Y quién es? Otra de mis grandes mujeres referentes. Se están yendo las "chamanas de mi vida", me estoy quedando sin techo.
Y estoy sintiendo con todo su peso la orfandad.
¿Por qué cuando se habla de huérfanos se habla solamente de niños, niñas y adolescentes?
No importa los años que tengamos, sentir que nos quedamos "sin techo" es muy doloroso, extraño, triste... Una mezcla de todo ello. No sé cómo definir esta desconocida sensación.
Y si uso la frase "sin techo" es porque hablando de esto con una amiga me contó que, cuando estaba elaborando la muerte de su madre, es lo que le dijo su piscóloga.
Y a mi me parece que grafica exactamente a la orfandad. Hasta ahora, miraba para arriba y tenía mi techo, mi lugar donde cobijarme.
Mi tía Aurora, que falleció con 94 hace un año y cuatro meses, Piru, la gemela de Tota, que falleció hace poco menos de un año a un mes de cumplir 99, Tota que acaba de fallecer a 4 meses de cumplir los 100.
Aun quedan mi mamá Quiti con 90 años, pero ya saben porque lo vengo contando...
Y mi mamá biológica que en junio va a cumplir 96 y que, de momento, está muy bien de salud.
Pero los afectos, la fuerza de los vínculos y los/las referentes que una escoge en su vida van más allá de los lazos de sangre.
Todas estas mujeres que he mencionado y que ya partieron han sido modelo de vida, de ímpetu, de empuje, de reponerse a las adversidades y luchar contra los molinos de viento, de llevar los años con dignidad y no "sentarse a transcurrir la vejez", tal vez han sido "modelos no convencionales de ancianas".
Y Quiti pertenece a ese grupo.
Mi mamá biológica en cambio, es una anciana "tradicional" -no se me ocurre como describirla- en todo caso es lo opuesto a mis otras "chamanas" con las que siempre me he sentido más identificada.
Claro que de mi mamá -y de mi papá- aprendí el buen hacer, los valores que tengo y, en parte, les debo lo que hoy soy.
Pero mi posibilidad de diálogo con ella nunca alcanzó los niveles que sí he tenido con las otras.
Como sea, solo he querido reflexionar sobre la orfandad de nosotros, los adultos "mayores" y no tan mayores también. Y sobre la orfandad no en sentido exclusivo de haber perdido a papá y mamá sino también a otros referentes de la generación que nos precede.
Querría saber si han sentido o sienten ustedes esa "falta de techo", eso de que ahora en la familia ya no hay nadie "por encima" de nosotros, eso de que ahora nosotros somos "chamanes y chamanas" en nuestros respectivos círculos de afectos, sean consanguíneos o no.
Juntas para siempre
NOTA: Tota (de amarillo) y Piru el día que cumplieron 93 (2014) Estuve luego en 2016 en su cumple 95 pero no encuentro fotos de ese evento. No se qué puede haber sucedido. Recuerdo con precisión el día y como lo celebramos pero no puedo recordar si tomé fotos o no.
Gracias por pasar. Hasta el viernes próximo, o hasta cada momento en que entremos a "chusmear" ésta, mi casa de letras.
Música en tiempos de covid-19
NOTA: En estos días escucho esta canción y me embargan emociones varias, nostalgia, tristeza. . .
Es muy bella. Presten atención a la letra a sabiendas de que su autor, Gustavo Cerati, se la dedicó a su mamá, la compuso pensando en ella.
Agrego que me gusta esta versión de Pablo Granados cantando junto a sus hijos Migue y Mery.
Acá no zafás:
(por eso me hice “bloggera”, para publicarme...entrega Nº 387 de la suelta de mis letritas)
NOTA: Me atrapa el misterio de este microrrelato que escribí hace más de cinco años. Vale decir, cuando las musas y yo andábamos juntitas y sin mascarilla.
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A puro silencio la oscuridad nocturna invitaba al sueño y me anostalgiaba* de vos.
Un ruido me sobresaltó. Miré la hora. Medianoche exacta.
Las puertas y ventanas estaban cerradas. Bajé, inquieta, las escaleras y la nostalgia se convirtió en zozobra cuando vi en el piso, vibrando aún por la caída y partido en dos, el cuadro que pintaste para mí en una noche furtiva.
No había viento, ni temblores o explosiones que ameritaran esa estrepitosa caída.
De hecho, no se movían las lámparas y el resto de los cuadros permanecían alineados prolijamente en sus respectivos lugares.
Recordé entonces las historias que contaban mis tíos del campo, y que yo escuchaba incrédula cuando era niña.
Todo mi ser se estremeció, tal vez era real eso de “los anuncios”
No podía llamarte a esa hora...Típico de los amores prohibidos.
Te sentí.
No sé si despierta o dormida, pero estuviste conmigo y me apretaste entre tus brazos.
Triste y cansada, me desperté muy temprano.
Fue una mala noche, me dije tratando de olvidar el asunto. A media mañana podría llamarte.
Sin salir de la cama encendí la tablet y, como todos los días, busqué las noticias locales.
El primer titular decía “ACCIDENTE FATAL EN RUTA 3, ALTURA RANCHO HAMBRE”
En el copete pude leer: "Ocurrió a la medianoche..."
Y entonces supe, aún sin haber leído tu nombre, que la noticia hablaba de vos.
* ¿Por qué no? Me gusta la palabrita y creo que se comprende el significado aunque no figure en ningún diccionario.
Hola Lucía, esta vez es un horario extraño, como son de extrañas las cosas que a veces suceden, esos «anuncios» que nos despiertan a medianoche con la sensación de que «algo» está pasando o está por pasar.
ResponderBorrarEstoy levantada y sin sueño porque pese a la restricción de reuniones, esta noche en casa celebramos el cumpleaños número cuarenta de mi nuera, con mi hijo y la señora que me ayuda. Los cuatro y la mascota llamada Frodo, un perro mínimo de 4 kg y unos 25 cm. de talla de hocico a cola y 20 cm de alto.
No me fui a la cama porque me di cuenta de que no iba a dormir por el hecho de estar contenta. Me pasa, cuando estoy triste me duermo y cuando estoy alegre no.
Yendo al tema de tu posteo, es verdad, se nos están yendo las mujeres de una o dos generaciones anteriores, esas que como bien decís, fueron distintas a nuestras madres o tías. Y coincido con vos en eso de sentirse huérfano a cualquier edad. La falta de ese referente que la mayoría tenemos fijado, a veces no es uno solo, como en tu caso, sino varios, tus chamanas se están yendo, y cuesta entender que es ley de vida, todos tenemos un tiempo y debemos irnos. No nos gusta ni pensarlo, pero lo peor es que cuando vemos que el vacío alrededor es cada vez mayor empezamos a sentirnos huérfanos, sin el techo, como dice la sicología, que el ser humano inventa con sus afectos. Me puse a pensar que del grupo que éramos para tomar el té, quedamos tres, que por una cuestión de calendario, vos sos la más joven. Norma y yo este año cumpliremos 74 años. Son muchos ¿verdad?. Sí, lo son. A pesar de que la ley de vida indica el retiro, lo que más me cuesta aceptar es la partida de las mujeres de mi generación. En los últimos tres años he perdido cuatro. Y es ahí donde viene la pregunta y el mirar hacia los lados. para ver si vienen por mí.
Te acompaño en este sentir que expresaste tanto en letras como en la música que elegiste, además de ese breve cuento tan posible de ser real.
Esta noche les pedí a mis hijos que rompiéramos las reglas y me dieran un beso, lo necesitaba. A vos te lo reenvío con todo mi cariño para que sepas que aún en la distancia no estás sola y a la vez me acompañas a mí. Ahora me voy a dormir, espero que mis letras te sirvan de apoyo en estos momentos que, como todo, ya pasarán. Evy
Abrí el blog y se me encogió el corazón, pensé en kitti ... Ahora Tota y Piru vuelven a estar juntas. Lo siemto Lu.
ResponderBorrarAsí es amiga. Y que cierto es que que sentimos esa falta de techo y esa orfandad que dices aunque no somos niños cuando nos fantan los padres nos queda un gran vacío. Y más vemos que somos los mayores y ellos se nos fueron poco a poco. Eso sí, nos dejaron un gran legado que hemos intentado transmitir a los hijos.
Preciosa letra tiene la canción. Y como dice Sepamos bucear en nuestros silencios para no temer.
Creo en las premoniciones Lu en ese algo que a veces intuimos y nos avisa en algún segundo
Buen fin de semana amiga por decir algo y mucho ánimo. Cuídate
Y date mi abrazo.
Querida Lucía: lamento tanto tu pérdida...tanto. Y entiendo perfectamente tus sentimientos, lo de quedar “sin techo”, y empezar a sentir que somos los referentes de los que hacen.
ResponderBorrarTu breve cuento: fascinante.
Nos vemos en cuanto haya un día sin viento. Un abrazo, amiga
Lu, seguro que donde estén ahora Tota, Piru y Aurora están hablando mucho y bien de ti. Por lo que cuentas, aquí han vivido mucho y han sido muy queridas. No veas falta de techos, cuando uno se convierte en techo hay que perforarlo y seguir navegando (a ti te gusta viajar), como el módulo ese que la Ciencia ha sabido posar en Marte. Te mando fuerza y un abrazo cruzador de océanos.
ResponderBorrar"No podía llamarte a esa hora...Típico de los amores prohibidos". Me quedo con esta frase de tu sentido relato, una verdad como un templo (aunque ahora los WhatsApps han venido a solucionar un poco la cosa)
Pura emoción y sentimientos todo tu post hoy, Lu. Hasta la canción se ha sumado con su melodiosa armonía y su sentida letra a esta celebración de la vida, que siempre lleva de la mano la muerte.
ResponderBorrarUna señal de que nos hacemos mayores es que se nos acumulan las ausencias, y se nos hace más evidente que somos parte del legado que esa personas imperdibles en nuestra existencia que se van yendo dejaron sobre nosotros.
Y te diré algo que he pensado mucho en los duelos, no lloramos tanto por los que se van, lloramos primero por nosotros, por esa orfandad que sentimos, por la soledad que implica quedarte sin esas referencias a las que regresas cada vez que necesitas amparo y consuelo.
He experimentado ese sentimiento del que hablas, Lu, cuando he perdido algunas personas importantes en determinados momentos de mi vida. No la orfandad clásica (madre-padre) ya que nunca tuve padres al uso. Soy huérfana desde siempre en ese sentido.
Todas tus chamanas han tenido vidas largas y con sentido, Lu, y seguiran viviendo en ti mientras las recuerdes, no sabes la suerte que has tenido de toparte con ellas, de quererlas y que te quisieran, de aprender de ellas.
Recordaba este magnífico relato, Lu, me impresionó cuando lo leí y me gustó muchísimo y sigue siendo un relato potente con un final redondo.
Un abrazo
Eva, no me parece que 74, en estos tiempos, sean muchos.
ResponderBorrarMuchos son los años a los que llegaron mis chamanas, mi mamá con 96 está muy bien, y Kitty llegó a los 90 impecable. Lamentablemente luego del covid se trastocó todo para ella.
En cuanto a los años en que la parca vendrá por una...¡nadie lo sabe! En lo personal, perdí a mi primer amiga cuando ambas teníamos 43. Y luego he perdido prima, amigas varias todas con menos de 60. Tal vez por eso los años cronológicos no son para mi relevantes en ese sentido.
Gracias por estar siempre Eva!
Va mi abrazo en un domingo que da más para dormir que para estar charlando.
Lau, también creo firmemente en las premoniciones.
ResponderBorrarCierto, es preciosa sensible y profunda esa canción. Solo se trata de prestar atención a lo que dice.
Gracias amiga Laura!
Va mi abrazo en un domingo que asusta de tan gris y tan frío.
Pareciera que el verano ha partido antes de tiempo.
Cris, gracias por dejar tu huella.
ResponderBorrarYa nos hemos puesto al día vía telefónica.
Abrazo y ya sabes que puedes pasar cuando tengas ganas.
Diego, hola
ResponderBorrarSiempre imagino que los que se van se encuentran en algún sitio con la gente que aman y que los precedieron en la partida. Así que imagino no solo a Tota, Piru y mi tía Aurora sino que sumo a mi papá que habrá sido el encargado de presentar a las gemelas con mi tía puesto que en este plano no se han conocido. ¡Y claro que están "chusmeando" sobre mi vida!
Diego yo puedo volar alto, ir adonde me den ganas pero...¡necesito un "techo humano" donde cobijarme! Necesito mis guías espirituales, mis chamanas o como quieras llamarlas.
Bueno, que si era un amor prohibido supongo que tampoco whatsapp hubiera ayudado.
A propósito hay un relato maravilloso de Hernán Casciari titulado "El celular de Hansel y Gretel" Es imperdible y es divertido, te lo recomiendo como pago de la deuda de risas que les debo en esta entrada. Puedes buscarlo en google o leerlo en mi blog en las entradas del 23 y 30 de enero de 2015 respectivamente (Lo publiqué en dos etapas para que no resulte muy extenso)
Amigo, recibe mi abrazo de domingo que va cruzando los mares.
Tesa coincido en tu apreciación sobre el motivo de nuestro llanto cuando alguien nos abandona. Eso...tal vez nos sentimos abandonadas.
ResponderBorrarCierto amiga, mis chamanas han tenido larga vida y plena de sentido, eso es fantástico, en todo caso ayuda a elaborar la ausencia pensar que han tenido una buena vida y que fuimos parte de ella.
Va mi abrazo, cuando mejore un poquitín mi ánimo te escribo.
Besos
Lu; me has conmovido! Sí, así es!. Se van! Viajan al plano del recuerdo eterno. También estoy en un proceso similar. Diferente pero semejante. Esto ha hecho que me sienta aletargada. Ando lenta, perezosa. Son tan fuertes las sensaciones que pareciera me hipnotizaran. Y vamos quedando solas...A veces es como "si estuviera en medio del océano". Ya no tengo "tabla para surf". Mejor ir despacio...en esa soledad "sin techo" uno teme más que nunca del error.
ResponderBorrarAsí tu texto es profundamente hermoso y auténtico.
Gracias Lu.
Un fuerte abrazo desde esta orilla.
Hola Grace.
ResponderBorrarGracias por dejar tu huella en este post tan particular pues habla a "calzón quitado" de mis sentimientos.
Cierto...también puede usarse esta bella metáfora "Cuando nos sentimos en medio del océano nos quedamos sin tabla de surf"
Va mi abrazo apretado
Lu, he buscado y leído el artículo que me comentas de Hermán Gasciari. Y disfrutado :) Refleja una realidad absoluta. Me ha recordado a mi nieto de tres años que, cuando le enseñas una vieja fotografía en papel, pone sus dedito en el centro y los separa para ampliarla :D. Imposible explicarles que Don Quijote y Sancho no cabalgaban por autopistas subidos en el coche de Rayo McQueen y blandiendo una espada láser en lugar de una lanza... Un beso.
ResponderBorrarAyyyyy morí de amor con lo que me cuentas de tu nieto Diego!!
ResponderBorrarjajajaja me lo imagino, con sus deditos intentando ampliar. ¡Son tan lindos a esa edad!
Henan Casciari tiene algunos relatos muy graciosos. A mi me gusta su obra en general. (no en su totalidad) En youtube puedes encontrarlo también y ver/oír algunas de sus narraciones
Abrazo va
Os momentos de perda de alguém que queremos muito, são sempre momentos de grande tristeza LU. São momentos que nunca deveriam existir! E as tuas palavras são comoventes. Nos fazem pensar na vida e como tudo tem um fim tão triste. Escutei a canção atentamente, e compreendi ainda melhor como são duros estes momentos. Mas o tempo não passa. Todos temos forças dentro de nós que nos ajudam a passar estes momentos difíceis. Te envio daqui muita energia positiva. Tem confiança!
ResponderBorrarTe deixo un fuerte abrazo!!!
Hola Albino!
ResponderBorrarGracias por tus sentidas palabras.
Sí, todos y todas entendemos que la muerte es parte de la vida, que nadie es eterno, y más aun cuando las personas amadas que fallecen son muy mayores -como todos los casos que cuento- pero, los sentimientos no van de la mano de la razón!
Y entonces nos sentimos tristes, y nos preguntamos por qué no pudieron quedarse un poquito más entre nosotros.
Es un tiempo necesario de manifestar el dolor y elaborar el duelo. Luego, como todo en la vida, pasa y volvemos a estar alegres y sonrientes, acordándonos con mucho amor de esas personas que nunca se van del todo anquen ya no estén en nuestro mismo plano.
Abrazo va hacia tu tierra amigo querido