viernes, 31 de octubre de 2025

Imágenes

Tampoco me importa el mío
Tal lo dicho la semana anterior, voy a intentar en esta edición hacer una breve reseña sobre las palabras.
Para ello recurrí , en principio, a https://www.latrochadigital.com.ar/
De allí extraje el siguiente párrafo:
"¿A dónde irán las palabras cuando mueren? Parece una reflexión de un poeta, pero tiene un anclaje en la actualidad. Unas 460 palabras quedaron en desuso en Argentina, porque se dejaron de decir, porque aluden a objetos que ya no existen más, porque son expresiones que ya no se utilizan, entre otros impiadosos motivos. La cifra es del Diccionario del Habla de los Argentinos.
De las que ya no se usan, van ejemplos:
Bofe (feo) Churro (muy lindo) Bagarto (horriblemente feo) Chau pinela, Sanseacabó (ambas para rematar una historia, punto final)  Pilchas (ropa) Meter el perro (engañar) Es un traga (muy estudioso) Salir de levante (salir a buscar pareja) Arrastrar el ala (cortejar) Pasado de rosca (excedido) Es un banana (que busca tener popularidad), Chapar (besar)
Varios de estos dichos y palabras son de nuestro lunfardo.
Y de https://www.clarin.com/sociedad, extraje el siguiente párrafo:
"Cada época tiene su forma de hablar. Por eso, hay palabras y frases que resultan viejas. A veces, los objetos que nombran desaparecieron. Pero el cambio de palabras obedece a muchas causas
Ya nadie dice "un kilo y dos pancitos". No se dice "de rechupete" ni se siente "un cuiqui bárbaro". No se dice "Niño bien", "petitero", "fifí", "pituco", "cajetilla".
No se usa rapé, no se viaja en tranvía, no se va al centro a ver las cintas de ningún famoso cinematografista.
"Estar en la pomada", "Ver el noticiario", "emperifollarse" y ser "paquetón"
Una época se dice con unas palabras que quedan marcadas. No sólo la nombran, son parte de ella. Y con ella se van".
Hay palabras que cayeron en desuso pero porque los avances tecnológicos han hecho desaparecer varios elementos.
Fax, máquina de escribir, “tírame la agujas” –para averiguar la hora-
Aún así, hay otras como “tirar la cadena” la seguimos usando a pesar de que las mochilas de los inodoros tienen botón.
Me acuerdo de expresiones que usaban mis tíos, tías y mi papá como “A la perinola”, "A la marosca", "¡Hace un tornillo!" (por mucho frío), “De rechupete” “Mirá que te doy un skiafo”, o “Te vas a ligar un sopapo” “¡Le dio un soplamocos! ¡Qué “chinchudo/chinchuda”! (por malhumorado)
Es un “filito” –cuando empezábamos a relacionarnos con un joven-
En fin, que en verdad este tema me resulta fascinante, pero tal vez no lo sea tanto para vos que venís a visitarme.
Sólo por eso voy a cerrar, por hoy, este segmento de mis letras.
¡Pero hay tanto para recordar y decir!
Y, no quiero meterme con lo que “está de moda” y tanto detesto: usar anglicismos en detrimento de nuestra hermosa lengua para referirse a tantos objetos y/o sucesos.
¡Otro tema!
Bueno, ya me voy. Espero no te hayas aburrido.
Gracias por pasar, hasta el viernes que viene o hasta cuando gustes volver.
 Lu
Esa Musiquita  en el recuerdo
NOTA: Me emociona hasta las lágrimas Milo J. Un pibe de tan solo 19 años(cumplidos el 25 de octubre) que es ¡Un grande! Y ni hablar de este encuentro de dos generaciones, con otro grande como es Nito Mestre.
                                           Acá no zafás:
   (por eso me hice “bloguera”, para publicarme...entrega Nº614 de la                                                                                suelta de mis letritas)
NOTA: De mi archivo, un texto que escribí hace 10 años:
                                                                          Imágenes
Estoy realmente feliz. Esta noche volveremos a encontrarnos, luego de 40 años, los cumpas del cole. 
Hace una semana que no dejo de pensar en ello, imagino los abrazos, nuestras risas, esos rostros amados, pero mi imaginación queda en blanco si trato de visualizar nuestros cuerpos...
Hace una semana que pienso en qué vestido ponerme, como peinarme y trato de recordarme en aquellos tiempos de cole secundario.
Logra mi memoria una imagen y revolviendo, no sólo en los recuerdos sino en un baúl de "prendas para disfrazarse", encuentro una camisola que usaba por aquel entonces. Se ve impecable, y como no he engordado demasiado y es amplia, me la pruebo pensando que será muy divertido llegar a la cita con esa prenda que seguramente todos recordarán.
Voy hacia el espejo gigante que instalé hace unos años en el interior de la puerta de mi placar. Compruebo que esa camisola en verdad aún me sienta bien...levanto la vista, y algo sucede. No comprendo quien es esa señora mayor que me mira con extrañeza.
Me distraigo, cierro la puerta pensando que tal vez con tanta emoción estoy un poco mareada, o algo así. Dejo pasar un rato, hablo por teléfono con una de las chicas, que me llama para confirmar el horario del encuentro
Vuelvo al espejo, terca como una mula, con la convicción de que visualicé una imagen irreal, pero....allí está de nuevo esa señora. 
Yo no soy esa, pues si lo fuera... 
¿Quién es la que piensa alocadamente? ¿Esa que tiene sentimientos a flor de piel y la sangre ardiente? ¿Esa que siento bullir dentro de mi cada día? ¿Soy yo? ¿Soy la que fui? ¿O soy ésta, la señora del espejo? 
Cierro lentamente la puerta del placar y me quedo pensando que tal vez mañana llame al vidriero de mi barrio, para decirle si no quiere llevarse un magnífico espejo, un espejo que devuelve una fiel imagen. Que se lo regalo, que no lo dude.
Lo que no voy a contarle es que ese maldito espejo a veces miente. No voy a decirle que es un espejo embrujado...

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